Título: Time for the moon night
Autora: Riz Aino
Pareja: GalaxyWish/WonHa (SoWon + EunHa) (GFRIEND)
Calificación: PG–13
Géneros: AU, romance, angst
Número de palabras: 1.871 palabras
Resumen: “Las
titilantes estrellas están brillando pero, ¿dónde estás mirando?”
Notas: historia escrita a través de la letra de la
canción “Time for the moon night” de
GFRIEND, aunque no sea un songfic al uso.
Comentario de autora: llevaba mucho tiempo sin escribir de
GFRIEND, pero tenía muchísimas ganas de hacer algo de las niñas y con el
comeback me dieron más ganas y luego vi la traducción de la canción y ya no
pude dejarlo correr. Espero que os guste.
La
noche era oscura después de aquel apagón general en el que se había sumido
aquella parte de la ciudad. Oscura porque las luces procedentes de las calles
se habían apagado; oscura porque no había siquiera luna que la iluminara;
oscura porque las titilantes estrellas que se encontraban en el cielo no
producían la suficiente luz como para hacer aquella noche un poco menos oscura.
Pero a pesar de que la noche era oscura, no era nada fría. El caluroso verano
había llegado a Seúl y la humedad y calidez del río Han la bañaban
completamente, por eso estaban allí, en la azotea del bloque de pisos en el que
EunBi vivía, en aquella oscura y cálida noche.
EunBi
y SoJung habían decidido ver una película aquella noche, una película divertida
y refrescante que las hiciera olvidar todas las cosas que ocupaban sus mentes y
disfrutar así del tiempo juntas. No obstante, el apagón había hecho que sus
planes se cancelaran y que decidieran subir a la azotea para poder observar
aquel cielo lleno de estrellas que apenas eran visibles a pesar de la oscuridad
que se cernía en los alrededores. Aquel era un plan mucho mejor, mucho más
romántico, mucho más especial que el que habían previsto, y EunBi estaba feliz
por poder pasar aquella noche con SoJung.
EunBi
dejó de observar el cielo lleno de titilantes estrellas para dedicarle una
mirada a SoJung, descubriendo en ese momento que la chica no estaba mirando al
cielo, sino que le daba vueltas una y otra vez a aquella pulsera que desde
hacía unas semanas no se quitaba y que había aparecido en su muñeca
repentinamente. EunBi había querido preguntarle sobre la pulsera de plata y
cristales de colores que reflejaban la luz como si de pequeñas estrellas se
trataran, como si SoJung tuviera una pequeña galaxia envolviendo su muñeca,
pero no había tenido la oportunidad de hacerlo todavía. Sin embargo, no había
hecho falta que preguntara por ella porque ya había visto una pulsera idéntica
en la muñeca de Yuna.
EunBi
no pudo evitar que una sonrisa amarga asomara a su rostro.
No
sabía en qué momento de su relación, SoJung había comenzado a estar mucho más
ausente que presente, pero desde hacía un tiempo era de aquella forma cuando
estaban juntas. EunBi debía repetir sus palabras varias veces hasta que SoJung
le prestaba su atención al completo y después volvía a sumirse en sus
pensamientos, un lugar muy lejano al que EunBi no podía seguirla, un lugar que
cada vez era más y más difícil de acceder para ella. No obstante, lo había
intentado, había sorteado todas las barreras que se levantaban entre ellas y
había tratado de llegar de nuevo hasta SoJung.
¿Cuándo
había comenzado a perderla? ¿Cuándo SoJung había dejado de mirar las estrellas
para observar aquella pulsera?
EunBi
no quería encontrar las respuestas a aquellas preguntas porque sabía que en
cuanto éstas fueran contestadas, lo que había entre ambas iba a cambiar de forma
drástica. Y EunBi no estaba preparada para saber qué era lo que se encontraba
en la mente de SoJung que la alejaba más y más de ella. Sin embargo, no podía
dejar de pensar en aquello, porque sentía que en cualquier momento, cuando
dejara de mirar las estrellas y observara a SoJung de nuevo, ésta habría
desaparecido de su lado.
Y
EunBi tenía mucho miedo a perderla… a perderla del todo.
No
obstante, en el fondo de su corazón, EunBi sabía que aquello no podía seguir
siendo de la misma forma. Sabía que no podía seguir ignorando las ausencias de
SoJung mientras estaba con ella, al menos su cuerpo estaba con ella, porque su
mente no estaba junto a ella desde hacía meses, sus pensamientos estaban
demasiado lejos de EunBi.
Al
principio, simplemente había creído que SoJung tenía algún tipo de problema que
no quería contarle para no preocuparla, simplemente había pensado que si dejaba
que el tiempo corriera para que la mente de SoJung se aclarara todo volvería a
ser como al principio. Al principio, cuando todo iba bien entre ellas, cuando
todo era simple y llana felicidad, cuando no había nada ni nadie que se
interpusiera en lo que ambas sentían. EunBi había querido volver a aquel
tiempo, había querido que todo fuera como en aquel entonces, pero en aquellos
momentos, era imposible para ellas volver a ese tiempo.
EunBi
suspiró y dejó de observar a SoJung para volver a mirar el cielo estrellado que
se extendía sobre sus cabezas como un manto hermoso, cubriéndolas. Era una
vista increíble que pocas veces podía tenerse en la ciudad de Seúl, siempre
cubierta por una intensa contaminación luminosa que no dejaba ver con claridad
el precioso cielo que se encontraba allí arriba. Con aquella simple vista,
EunBi sentía su corazón un poco más calmado, su mente trabajando a mucha menos
velocidad, tratando de no pensar en la persona que se encontraba a su lado y
que, a pesar de tener aquella hermosa visión ante sí, no le estaba prestando
atención alguna.
Solo
estaban ellas dos en aquella azotea, solo eran ellas dos… pero, ¿por qué EunBi
sentía que estaba completamente sola observando el tenue brillo de aquellas
estrellas?
Quizás
había esperado demasiado tiempo a que la mente de SoJung se aclarara, quizás todo
aquel tiempo había sido totalmente en vano, quizás todo aquel tiempo había sido
tiempo perdido, quizás lo único que había conseguido esperando no había sido
más que lastrarlas a ambas, hundirlas a ambas en una relación que había perdido
su sentido hacía tanto que EunBi ya no recordaba cuánto. Viendo aquellas
estrellas, EunBi se había percatado de que, a pesar de que el universo y las
estrellas que se encontraban sobre ellas fueran cosas infinitas, su relación no
lo era. Su relación tenía un tiempo y un espacio y ambas cosas se habían
acabado para ambas. Su tiempo se había acabado cuando SoJung había comenzado a
ocupar su mente y no dejar espacio para EunBi… y su tiempo terminaba allí, en
aquella azotea, bajo la luz titilante de las estrellas.
EunBi
al fin había podido aclarar su mente y no iba a dejar que el tiempo volviera a
correr.
—SoJung
—murmuró, girando su rostro para encararla, pero ésta no se había percatado de
su llamada—. SoJung —volvió a repetir, alargando su mano para rozar con sus
dedos la piel del brazo de la chica—. Hay algo importante que quiero decirte.
Solo
en ese momento, cuando sintió el contacto de los dedos de EunBi sobre su piel,
SoJung alzó su cabeza, dejando de mirar aquella pulsera que contenía su propio
universo por primera vez para mirarla a ella, esbozando una pequeña sonrisa.
EunBi respondió a aquella sonrisa, pero ésta no le llegó a los ojos, no iluminó
su rostro como solía suceder al principio de su relación. Aquello había dejado
también de existir, por eso, antes de que todas las buenas memorias que habían
hecho juntas se desvanecieran en una neblina de infelicidad, EunBi debía
dejarla ir. Debía dejarla ir antes de que todo su amor se convirtiera en odio y
ya no hubiera vuelta atrás.
—¿Qué
es? —preguntó SoJung.
—Creo
que deberíamos dejarlo —respondió, después de inspirar profundamente—.
Deberíamos dejarlo antes de que sea demasiado tarde y acabemos haciéndonos daño
la una a la otra.
La
expresión de sorpresa fue la primera en aparecer en el rostro de SoJung, pero
solo unos momentos después EunBi pudo notar el alivio escrito en todas sus
facciones. Probablemente SoJung hubiera tratado de romper con ella en alguna
ocasión pero había sido incapaz de hacerlo. Todo lo que había entre ellas
acababa de terminar.
—Yo
también creo que es lo mejor —dijo finalmente SoJung, en voz baja y serena—.
Siento mucho que esto haya tenido que ocurrir.
EunBi
asintió lentamente. Su corazón ya no latía rápidamente como solía hacerlo
cuando estaba con SoJung, ahora simplemente sentía una enorme opresión en su
pecho, una opresión que estaba segura que tardaría un tiempo en aliviar. No
obstante, EunBi sabía que aquello era lo mejor que podían hacer, aunque aquella
ruptura doliera un poco, era mejor un dolor breve y agudo que uno sordo y
prolongado. Desde hacía tiempo los sentimientos que tenía por SoJung eran
incapaces de alcanzarla, por lo que era lo mejor.
—Espero
que te vaya bien —murmuró EunBi, deseándolo de todo corazón.
—Yo
también espero que te vaya bien —replicó SoJung.
Justo
después de decir aquellas palabras, SoJung se acercó a EunBi y abrazó su cuerpo
durante solo unos segundos antes de dejarla ir con una sonrisa triste en su
rostro. EunBi iba a echar de menos aquello. Iba a echar de menos cómo sus
cuerpos encajaban en los brazos de la otra y cómo se había sentido estando
junto a ella. Iba a echarlo de menos, pero estaba segura de que acabaría
superándolo, porque ella era una persona fuerte.
Con
aquella serenidad debido a su firmeza, EunBi vio cómo SoJung se alejó de ella,
caminando por la azotea hasta desaparecer en el interior del edificio. Durante
unos momentos, EunBi siguió observando aquel espacio vacío hasta que
finalmente, con un suspiro, volvió a fijar su mirada en el cielo estrellado que
se extendía ante ella, notando en ese instante cómo la oscura noche que apenas
estaba iluminada comenzaba a aclararse debido a una nueva luz que había
aparecido en el cielo. Finalmente, la luna, llena y brillante había emergido para
hacer aquella noche mucho menos sombría, para hacer aquella noche mucho más
resplandeciente.
La
luna había aparecido en el horizonte, justo frente a ella, para recordarle que
la oscuridad podía ser combatida por la luz y que, la tristeza que en esos
momentos ocupaba su corazón, sería reemplazada por felicidad en algún momento.
Así, observando aquella hermosa luna que alumbraba la noche, EunBi dejó que las
lágrimas escaparan de sus ojos y recorrieran su rostro hasta que toda la
tristeza fuera completamente erradicada y reemplazada por felicidad, deseando
poder encontrar alguien con el que pudiera construir su propio universo plagado
de brillantes estrellas.
Notas finales:
—No soy mucho de
escribir este tipo de cosas heartbreakings, me gusta todo lo fluff y bonito,
pero últimamente me sentía con el ánimo de escribir algo como esto. No me
odiéis… lo compensaré escribiendo un montón de cosas super bonitas y fluffys.
—He usado los nombres
reales y no los artísticos para esta historia, así que, para aquellas personas
que no estén familiarizadas aún con ellos EunBi es EunHa, SoJung es SoWon y
Yuna es YuJu (aunque esta última ha tenido solo una mención especial).
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