Título: The winter’s lovers
Autora: Riz Aino
Parejas: JBaek (JR + BaekHo)
(NU’EST)
Clasificación: PG–13
Géneros: AU, romance, fluff
Número de palabras: 1.263 palabras
Resumen: hace frío en la
ciudad cuando cae la primera nevada… pero el amor de DongHo y JongHyun es tan
cálido que no importa la temperatura que haga.
Notas: historia escrita para el día 3 del reto
31 Days of Fluff.
Comentario de autora: básicamente
un día estaba super moñas y hacía frío y se me ocurrió que podía hacer algo
navideño para variar, así que, estuve escuchando un montón de canciones moñas y
cuquis para escribir la historia. Espero que os guste.
Hacía demasiado frío en la ciudad y
pocas personas eran las que se atrevían a estar en la calle con aquellas
temperaturas, prefiriendo quedarse al calor del interior de sus casas o de sus
zonas de trabajo antes que pasar frío en el exterior. No obstante, aunque hacía
frío allí fuera, JongHyun prefería mil veces estar allí en aquellos momentos, cuando
estaba a punto de caer la primera nevada del invierno sobre la ciudad de Seúl,
que estar en el interior. Quizás su cuerpo se resintiera luego un poco por el
frío, pero le había hecho aquella promesa a su novio, la promesa de ver la
nieve caer por primera vez en el invierno junto a él y habían hecho hasta lo
imposible por poder encontrarse aquel día en la parte antigua de la ciudad para
pasear por las calles llenas de casas antiguas reconvertidas en tiendas típicas
o en cafeterías y restaurantes para los turistas que llegaban a la ciudad. Por
ese motivo, JongHyun sentía que estar fuera en ese momento, era lo mejor que
podía estar haciendo… y su decisión se volvió aún más fuerte cuando caminando
hacia él con una sonrisa entre las pocas personas que había en la calle
normalmente muy transitada, apareció su novio DongHo.
Había sido idea del chico que
trataran de ver la primera nevada juntos, era demasiado romántico y le
encantaba hacer todas aquellas cosas que la gente decía que eran muy románticas
y que hacían las relaciones duraderas. Ya habían colgado un candado con sus
nombres en un montón de lugares en los que se suponía que sus deseos se
cumplían y habían ido a muchos sitios románticos a lo largo del país. Y
JongHyun quizás no era tan romántico como DongHo, pero le encantaba hacer todo
aquello que a su novio le emocionase solo por ser capaz de ver aquella
encantadora sonrisa que el chico esbozaba en dichas ocasiones.
—¿Has tenido que esperar mucho? —le preguntó
DongHo cuando llegó hasta él. JongHyun negó porque realmente había llegado
hacía tan solo unos minutos y solo le había dado tiempo a dar una pequeña
vuelta por el lugar, mirando los escaparates de las tiendas que se encontraban
en aquel trecho de calle en el que habían quedado previamente—. Espero que no
hayas pasado mucho frío.
DongHo se acercó a él para
estrecharlo entre sus brazos y JongHyun no pudo evitar sonreír mientras rodeaba
la cintura de su novio en respuesta, sintiendo inmediatamente el calor del
cuerpo ajeno envolviéndolo por completo. Si por él fuera, se quedaría en los
brazos de DongHo por el resto de la eternidad, pero no podían hacer eso en
mitad de la calle con aquel frío… o se quedarían congelados, por eso, se separó
de su novio y le sonrió lo más cálidamente que pudo antes de preguntarle.
—¿Y dónde querías ir a ver la primera nevada
del año?
—A
un sitio espectacular —le respondió DongHo, devolviéndole otra sonrisa igual de
encantadora.
Después de aquello, la mano de
DongHo simplemente encontró su camino hasta la suya y la tomó para comenzar a
caminar por las calles de la parte antigua de la ciudad, subiendo y bajando las
empinadas cuestas. Sus manos enguantadas y unidas arrancaron las miradas de
algunos de los escasos transeúntes que había en el lugar, todavía poco
acostumbrados a ver a dos chicos juntos de aquella forma a pesar de que cada
vez era más corriente. A ellos no les molestaron las miradas, ni les prestaron
atención, simplemente siguieron caminando hacia su destino hablando de cómo les
había ido el día en sus respectivos trabajos mientras poco a poco las luces de
la ciudad comenzaban a iluminar su camino, ya que el sol había comenzado a
descender hacia su ocaso tras las opacas nubes blancas de las que caían débiles
copos de nieve.
Para
cuando llegaron a su destino, la noche prácticamente había caído sobre Seúl y
la nieve había empezado a caer, primero en copos pequeños y finos que apenas
cuajaban en el suelo y después de una forma mucho más insistente, comenzando a
teñir de blanco la capital bajo sus pies, provocando una estampa preciosa.
JongHyun supo al instante el por qué del empeño de su novio en que fueran allí
con la primera nevada de aquel invierno… aquello era precioso.
—¿Te gusta?
Fue lo que le cuestionó
DongHo, colocándose tras él y abrazándolo por la espalda fuertemente, aprovechando
sus alturas similares para colocar su cabeza sobre su hombro y dejarla
descansar allí. JongHyun casi pudo sentir la sonrisa del chico en su voz cuando
le hizo la pregunta y no pudo evitar esbozar otra al contestarle, observando el
hermoso espectáculo ante ellos.
—Por supuesto… me encanta.
—Me
alegra —murmuró DongHo, moviendo su cabeza un poco hacia él y dejando un beso
contra su cuello que provocó que un escalofrío recorriera la espina dorsal de
JongHyun, por el contraste del aire frío y los labios cálidos de DongHo contra
su piel—. Sé que lo que menos apetece es estar aquí fuera con este frío… pero
merece la pena.
—La
merece mucho —respondió él, estando completamente de acuerdo con su novio.
No
estuvieron mucho tiempo en aquel lugar porque la nieve comenzó a caer mucho más
fuerte y, antes de que les calara la ropa, decidieron que lo mejor era ir
volviendo al apartamento que ambos compartían, agradeciendo el abrigo y el
calor del bus que los llevaba hasta su destino. Durante el trayecto, estuvieron
simplemente el uno junto al otro, agarrados a las barras del vehículo para no
caerse con los frenazos que éste daba sobre la carretera resbaladiza, hablando
en voz baja de todo y de nada, queriendo robarse besos el uno al otro, pero sin
atreverse del todo a hacerlo porque en el autobús cada vez había más y más
personas, provocando que el calor que al principio se agradecía resultara al
final casi asfixiante.
Cuando se bajaron en su parada lo
hicieron cogidos de la mano, sonriendo porque por fin eran libres del agobio
del bus, aunque el aire frío del exterior era demasiado helado como para que se
sintieran aliviados por el del calor del bus. No obstante, el camino a casa era
corto, así que, no tuvieron que pasar mucho más tiempo en la calle, al frío viento
cortante de la ciudad de Seúl bajo la primera nevada del invierno, para llegar
al maravilloso calor de la vivienda.
Una vez allí, poco tardaron en
cambiarse de ropa, quitándose el frío del exterior y metiéndose bajo las
sábanas y las mantas de la cama, abrazándose el uno al otro para entrar en
calor, con sonrisas en sus rostros porque a pesar del frío, habían vivido una
gran experiencia el uno junto al otro… y eso era lo único que realmente
importaba.
Notas finales:
—La Navidad a veces me pone moñas… no me hago
responsable porque esto haya sido una moñez muy grande.
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