Título:
Press Play
Pareja:
JungSis (Jessica y Krystal Jung) (F(Girls))
Clasificación:
NC–17
Géneros:
AU, smut, incest
Número de palabras:
1.510 palabras
Advertencias:
sexo explícito, inserciones e incesto.
Resumen:
quedarse solas en casa se convierte en un buen momento para jugar para las
hermanas Jung.
Notas:
escrito para Ajumma (Queen of Angels) en agradecimiento por la portada de
“Ninfómana”, un fic que ya veréis por aquí cuando lo termine y muchas gracias
también por hacerme la portada para este shot.
Comentario de autora:
¿sabes que el día que hablé contigo y me mandaste “esas” fotos tuve un
montonazo de ideas? Dejé volar mi mente yurista (?) Total, que esto es muy
perver, a ver si te gusta ^^
Aclaraciones:
como sé que mucha gente de mi blog no se sabe los nombres reales de estas dos
hermanas y esos son los que voy a utilizar en este shot, los pongo aquí.
—Jessica: SooYeon
—Krystal: SooJung
El volumen de la televisión estaba a
tope y por los altavoces salía la musiquita del videojuego al que las dos
hermanas estaban jugando entretenidas. SooYeon pulsaba las teclas del mando a
la vez que movía su cuerpo y su brazo derecho para intentar asestarle puñetazos
certeros en la cara al personaje virtual de su hermana menor, pero SooJung era
demasiado buena en el boxeo y no estaba consiguiendo absolutamente nada. La
mayor bufó mientras lanzaba un derechazo. Tenía que ganar sí o sí.
Sin embargo, dos segundos después,
su personaje caía a la lona y por más que le dio al botón de reincorporarse,
este no le hizo ningún caso. En su parte de la pantalla aparecía un “YOU LOST”
en letras demasiado grandes para su gusto, a la vez que la cámara hacía un giro
dramático y se elevaba lentamente, mostrando a su personaje en el suelo.
Mientras, en la de su hermana aparecía su muñeco celebrando la victoria.
SooYeon hizo un puchero, resignada.
El siguiente juego lo elegiría ella y sería golf, eso se le daba mucho mejor.
—¡Chicas! —llamó su madre desde la
puerta del salón—. Vuestro padre y yo nos vamos a hacer la compra, ¿queréis
algo?
—Yo no, mamá —contestó SooYeon.
—Yo tampoco —dijo SooJung, dejando
los mandos que había estado utilizando sobre la mesa.
—Vale, volveremos en un rato —la
mujer les sonrió antes de salir del salón, para dirigirse a la entrada.
—No hace falta que os deis prisa en
volver —murmuró la menor, girándose hacia su hermana con una sonrisa
maliciosa—. SooYeon y yo tenemos que jugar.
—¿Una partida de golf para
desempatar? —propuso la mayor replegándose contra el respaldo del sofá y
juntando sus piernas, haciendo fuerza deliberadamente para que no pudieran ser
abiertas por nada ni por nadie.
—No, unnie —negó SooJung—. Dijimos
que quien ganara la partida de boxeo podía hacerle lo que quisiera a la
perdedora —la chica sonrió mientras se subía a las piernas de su hermana, poniendo
sus rodillas una a cada lado de su cadera—. Así que, me toca hacerte disfrutar
de mis atenciones.
Tras decir aquellas palabras con un
tono tan seductor que hizo que SooYeon sintiera un escalofrío recorrerle la
espina dorsal, SooJung se inclinó hacia delante y besó sus labios. Habían sido
tantas las ocasiones en las que sus bocas se habían encontrado a lo largo de
los años que ya no era tan extraño como al principio, aunque sí que seguía
siendo tan excitante como al principio. La relación entre hermanas era algo
prohibido y por ese motivo a las hermanas Jung les encantaba su pequeño y
particular secreto.
SooJung mordió el labio inferior de
la mayor, haciendo que esta abriera su boca levemente para jadear. La chica
aprovechó aquella oportunidad de oro para introducir su lengua en la boca ajena
y explorar la cavidad a su gusto, sin encontrar oposición ninguna ya que
SooYeon se encontraba perdida en las sensaciones que su hermana menor le
provocaba.
En un momento dado, SooYeon sintió
como los dedos de su hermana tocaban juguetonamente su muslo izquierdo,
subiendo más y más hasta introducir su mano debajo de su falda y comenzar a
tocar su clítoris a través de la tela de sus bragitas. La mayor profirió un
gemido que fue ahogado dentro del beso y SooJung se separó en ese momento de su
boca para mirarla fijamente a los ojos durante unos momentos. SooYeon pudo ver
la decisión que emanaba de ellos y, a partir de aquel momento, se dejó hacer.
La menor dirigió sus labios esta vez
a su cuello y comenzó a besarlo y a lamerlo, muchas veces había mordido aquel
lugar tan sensible de su hermana, dejando marcas en el proceso que eran muy
complicadas de esconder y por las que había tenido que dar muchas
explicaciones, por eso ahora procuraban no dejarlas. SooJung se movió un poco,
explorando aquel lugar que tan bien conocía y llevando una de sus manos hacia
arriba, recorriendo su cuerpo por debajo de la camiseta que llevaba SooYeon,
levantándosela en el proceso, para dejar así su abdomen al descubierto.
SooYeon jadeó cuando su hermana le
mordió el hombro a la vez que apretaba con una mano su clítoris y con la otra
su pezón derecho.
—SooJung… ahh…
—Shhh… —la menor suspiró contra su
piel—. No hagas ruido.
—No hay nadie en casa…
—Pero podrían volver en cualquier
momento —contestó con un tono travieso.
Luego, SooJung se levantaba de sus
piernas y luego le bajaba las braguitas y haciendo que abriera sus piernas para
dejar al descubierto su entrepierna completamente mojada por las atenciones que
previamente había recibido. Tras esto, la menor se sentó en el suelo e
introdujo su cabeza entre estas. SooYeon sintió su aliento en su entrepierna un
par de segundos antes de que la lengua de SooJung la recorriera entera desde su
vagina hasta su clítoris de una pasada comenzando después a maltratar aquel
lugar tan sensible con sus dientes.
SooYeon estaba hecha un mar de
gemidos provocados por aquella experta boca que sabia lo que tanto le gustaba.
Algunos minutos después, a su boca
se le unían dos dedos introducidos por su vagina, buscando su punto G para
enloquecerla aún más. En el instante en el que lo encontró, la mayor no pudo
contener más su placer y se corrió. Una oleada de conocidas sensaciones
recorrió su cuerpo de una punta a otra, arqueando su espalda y doblando los
dedos de sus manos y de sus pies a la vez que su vista se nublaba por unas
décimas de segundo.
SooJung se alejó de ella y se
levantó del suelo con una sonrisa traviesa en sus labios. La mayor la vio dar
vueltas por el salón, aun extasiada por lo sucedido y con la mente volando por
cualquier otro lugar, buscando algo a su alrededor con ahínco. Cuando encontró
aquello que buscaba y lo tomó, mostrándoselo mientras volvía a recuperar su
posición anterior, la mayor ahogó un grito al verlo.
No podía ser posible.
—SooJung… Eso…
—Calla —la cortó, lamiendo el aparato—.
Las reglas eran que podía hacerte lo que quisiera si ganaba, así que eso hago.
—Soo…
SooYeon aun sentía los espasmos de
su orgasmo cuando su hermana agarró firmemente el mando de la play que habían estado utilizando
algunos minutos antes para jugar y lo llevó hasta su entrepierna. La mayor
todavía tenía la vagina hinchada cuando el mando le fue introducido por esta y
SooJung comenzó a moverlo dentro y fuera, al principio con lentitud, pero
después con una rapidez enloquecedora.
La mayor se deshacía en gemidos de
nuevo porque no muchas veces podía expresar cuánto le gustaba lo que le hacía
su hermana, casi nunca podían dedicarse a sus juegos en soledad, así que tenía
que aprovechar aquellos momentos al máximo. La velocidad a la que SooJung movía
el mando en su interior fue aumentando más y más y también la de los dedos que
masturbaban su clítoris, hasta que SooYeon no pudo aguantar más y volvió a
recorrerle la misma sensación de placer por todo el cuerpo cuando se corrió de
nuevo, haciendo que el mando saliera solo de su vagina por los espasmos que la
recorrían entera.
SooYeon todavía sentía su mente ida
y la respiración agitada, al igual que los latidos de su corazón, cuando sintió
a su hermana colocarle las braguitas en su sitio y luego sentarse a su lado,
tomando el mando que había utilizado para masturbarla y limpiándolo con un
pañuelo para que no hubiera ninguna evidencia de su juego. Cuando SooYeon se
recuperó miro a SooJung de reojo y la vio con una enorme sonrisa en su rostro.
La menor notó su mirada y se giró hacia ella, ampliando su sonrisa.
—Me gusta mucho esto —le dijo,
acercándose un poco para darle un leve beso en los labios—. La próxima vez
espero que seas tú la que cabe el juego —SooJung se separó de ella y luego
encendió la consola y pulsó el play.
Notas finales: