Behind
the Cameras
—Entonces XiuMin, ¿para ti quién es
la más sexy?
—¿Para mí? —el chico nos miró a
todas de arriba abajo antes de detener sus ojos en mí— Narsha sunbaenim sería
la más sexy.
Sonreí de lado y lo miré pícara de
arriba a abajo. Él me devolvió la sonrisa. Ahora que me fijaba bien, el chico
no estaba nada mal. No era guapo, pero en conjunto era bastante atractivo.
Tenía un par de polvos.
~.~.~
Terminamos de grabar el programa un
par de horas después. Había sido divertido, pero yo había estado más enfocada
en el chico que en lo que sucedía a mi alrededor. Nuestras miradas se habían
encontrado en varias ocasiones y en sus ojos pude ver que si le proponía sexo
no me iba a decir que no. Sin embargo, como los miembros de EXO eran bastante jóvenes,
tenía que preguntarle a Miryo a ver si era al menos mayor de edad.
—Miryo —la llamé. Ella se giró hacia
mí.
—Dime, unnie.
—Tú sabes mucho de EXO, ¿no?
—Claro, soy una fan como cualquier
otra —contestó con una sonrisa.
—Bueno, ¿entonces sabrías decirme si
XiuMin es menor de edad?
Durante unos segundos, mi compañera
de grupo me miró con los ojos muy abiertos, pero luego sonrió pícara y me guiñó
un ojo a la vez que comenzó a darme codazos en las costillas.
—Te ha molado, ¿eh?
—Contesta, Miryo —ella bufó, pero
comenzó a hablar.
—No hay ninguno que sea menor de
edad ahora y XiuMin es el mayor.
—¿Edad?
—Veintitrés.
—Perfecto.
Me alejé de ella y busqué con la
mirada al chico. Lo encontré hablando animadamente con ShinDong, así que no tardé
en dirigirme hacia allí, pensando por el camino una excusa para interrumpir su
conversación. Me acerqué de frente, para que ambos me notaran llegar, así que,
aun cuando estaba a unos metros, ellos dejaron de hablar.
—Oh, Narsha —dijo ShinDong amablemente—.
¿Qué necesitas?
—Nada, solo agradeceros que nos
hayáis invitado al programa junto a EXO —contesté—. Miryo está todavía en
shock.
—¿En serio? —asentí. Él sonrió y
buscó con la mirada a la chica—. Entonces os dejo, los chicos y yo tenemos que
molestarla un poco más antes de que os vayáis.
Rápidamente se alejó, dejándonos
solos a XiuMin y a mí. Lo miré de arriba abajo y me mordí el labio inferior. Él
sonrió, así que me acerqué un poco para que nuestra conversación no fuera
escuchada por oídos ajenos.
—Si te hiciera una proposición
indecente… ¿saldrías corriendo?
—No.
—¿Te gustaría una noche de sexo
conmigo?
—Me gustaría mucho —sonreí ante su
respuesta.
—¿Cuándo estás libre?
—Esta noche no tengo nada que hacer.
—Perfecto. Si me das tu número te
mandaré un mensaje con el hotel y el número de la habitación.
~.~.~
Ya le había mandado el mensaje y
había obtenido su respuesta. En unos minutos, el chico estaría allí.
Me miré en el espejo del baño y me
arreglé un poco el cabello. Después, comencé a ensayar poses sexys que harían
caer a cualquiera por mí, para luego colocar la camisa que me quedaba algo
grande de una forma pecaminosa sobre mi cuerpo desnudo.
Unos golpes en la puerta me
sobresaltaron, pero me tranquilicé al escuchar el sonido de una notificación
llegando a mi teléfono móvil. Tomé este y lo desbloqueé para ver la
notificación.
“Soy
yo, abre”.
Solté el teléfono y fui hacia la
puerta de la habitación. Abrí una pequeña rendija y pude verlo, con una camisa
blanca y unos vaqueros ajustados. Estaba de muerte con aquella ropa, así que
deseé internamente que siguiera estando de muerte cuando se la quitara. Lo hice
pasar al interior y cerré la puerta rápidamente. No podíamos arriesgarnos
ninguno de los dos a que nos vieran en aquel lugar. Sentí su mirada sobre mi
cuerpo y me giré lentamente, sonriendo.
—¿Te gusta lo que ves? —pregunté. Él
tragó saliva y se mordió el labio inferior.
—Muy sexy.
Caminé hacia él, hasta salvar la
distancia que separaba nuestros cuerpos, quedándome a apenas unos centímetros
de distancia. Lo miré intensamente a los ojos y él me devolvió la mirada justo
antes de llevar una de sus manos a mi nuca e inclinar su cabeza para darme un
salvaje beso en los labios que me dejó sin respiración.
Llevé mis manos a su cabello,
mientras nuestras lenguas se encontraban, para tirar de él más hacia mí. Solo
nos separamos cuando el aire se hizo necesario. Nos volvimos a mirar a los ojos
con lujuria justo antes de buscar la boca del otro con ansia.
Entre besos, comencé a guiarlo hacia
la gran cama de la habitación del hotel hasta que esta topó con sus piernas y
cayó de espaldas al colchón, arrastrándome sobre él en su caída. Reí quedamente
y me separé un poco de él para admirar aquel cuadro. Despeinado, con los labios
hinchados y la camisa desarreglada, ganaba bastante.
Sin previo aviso y sin dejar de
mirar mis ojos me agarró con una mano de la cintura para movernos a ambos sobre
la cama y quedar en una posición cómoda. Luego me tumbó de espaldas sobre el
colchón y se colocó sobre mí, comenzando a desabrochar la única prenda que
vestía, dejándome completamente desnuda ante él.
—Me has ahorrado trabajo —comentó
mirando mi cuerpo con descaro mientras se lamía los labios.
—Normalmente los tíos y la ropa
interior no os lleváis bien —contesté—. Y no tenemos mucho tiempo.
—Muy cierto —susurró acercándose a
mi pezón derecho.
—Dos reglas —murmuré cuando su
lengua entró en contacto con mi piel—. No dejar marcas y no juegos
preliminares.
—¿Quieres pasar directa al grano?
—preguntó.
—Sí.
—Está bien.
Se alejó un poco de mí para
desabrocharse la camisa, dejándome ver su delgado y musculado cuerpo. Después,
le tocó el turno a sus pantalones, que tiró por algún lugar de la habitación y
a sus bóxers. Su miembro estaba algo duro por los besos de antes, pero no lo
suficiente como para penetrarme.
—¿Me ayudas o lo hago yo? —cuestionó
alzando una ceja.
—¿Qué tal si me ofreces un poco de
espectáculo?
—Como quieras, pero luego tendrás
que ofrecerme un poco de espectáculo a mí —contestó.
—Trato hecho.
En ese momento, llevó su mano
derecha a su miembro y comenzó a masturbarse, mirándome fijamente a los ojos.
El ritmo al principio fue lento, pero luego, su brazo se tensó, revelándome un
bíceps desarrollado, a la vez que la velocidad aumentó. Unos momentos después,
tras comenzar a lanzar los primeros gemidos, se detuvo, con su miembro ahora
completamente erecto.
—Ahora tú —pidió.
Abrí mis piernas ante él y empecé a
tocar mi clítoris, para calentarme más rápidamente con una mano, a la vez que
con la otra, iba introduciéndome dedos en la vagina. Durante mi excitación lo
vi buscar en los bolsillos de sus pantalones, sin quitarme los ojos de encima
hasta que cogió un condón. Abrió el paquete con los dientes y luego se colocó
la goma en su palpitante miembro. Segundos después, apartaba mis manos con
cuidado y se internaba en mí completamente en una embestida que me dejó sin
respiración.
El entrechocar frenético de nuestras
caderas, sus manos clavándose en mi cintura, su miembro entrando una y otra vez
en mi interior y sus ojos castaños fijos en los míos fueron las causas del
orgasmo que me sacudió el cuerpo aquella noche.
~.~.~
Me envolví en las sábanas mientras
veía a XiuMin abrochándose la camisa de espaldas a mí. Lo habíamos hecho dos
veces más y podríamos haber seguido, pero él se tenía que ir, EXO tenía una
agenda muy apretada. Se giró y me dedicó una sonrisa satisfecha que yo le
devolví.
—Nos vemos —dijo a modo de
despedida, cruzando la habitación, antes de salir por la puerta.
N.A.: Os preguntaréis por qué Minako ha escrito un shot de una pareja tan random... (o tal vez no, yo creo que ya tenéis que estar curados de espantos conmigo). Todo se debe a que este verano, B.E.G. y EXO fueron al Beatles Code y pasó esto:
Debido a que Narsha es mi diosa y XiuMin mi amante (?), no pude seguir ignorándolo por más tiempo y decidí que lo mejor que podía hacer era escribirlo de una vez por todas.