Título: Addicted (to you)
Autora: Riz Aino
Pareja: MinChan (Bang
Chan + Lee Know) (Stray Kids)
Clasificación: NC–17
Géneros: romance, smut, pwp
Número de palabras: 993 palabras
Resumen: MinHo nunca había sido adicto a algo… pero desde
que estaba con Chan, se había vuelto adicto a besar su piel y a escucharlo
gemir.
Advertencias: relaciones sexuales explícitas, nada más y nada
menos.
Notas: drabble escrito para @annareyouokay que subió este tweet con una información que me dio demasiadas ideas.
Comentario de autora: escribiendo esto tuve un par de bajones grandes…
pero despacito y con buena letra acabé encontrando una forma de seguirlo y
terminarlo de una vez. Espero que os guste.
Addicted (to you)
—Ahhh… mmm… ahhh… MinHo… mmm…
MinHo no pudo evitar sonreír contra la piel del cuello de
Chan al escucharlo gemir de aquella forma, grave y profunda, su nombre. Todavía
no terminaba de acostumbrarse a aquello a pesar de que habían pasado muchos
meses desde que habían comenzado con aquello y lo sentía todo como el primer
día. Mientras provocaba reacciones en el cuerpo del mayor, besándolo,
lamiéndolo a veces, mordiéndolo allí donde sabía que iba a provocar que éste se
sintiera maravilloso, su propio cuerpo reaccionaba a todo y se calentaba, se
excitaba y quería seguir sintiendo muchísimo más todo aquello, sintiéndolo sin
parar. MinHo nunca había sido adicto a algo… pero desde que estaba con Chan, se
había vuelto adicto a besar su piel y a escucharlo gemir.
—Si sigues gimiendo así… voy a correrme antes
de que hagamos nada —murmuró MinHo, todavía contra la piel del cuello del
mayor, dando después un leve mordisco a esta que dejaría marca.
—Si sigues… mordiéndome así… ahhh… no creo que tarde…
mmm… mucho en… correrme yo… —replicó Chan entre gemidos que era música para sus
oídos.
MinHo decidió acelerar en ese momento. No tenían
demasiado tiempo tampoco antes de que los demás regresaran a casa y, aunque se
encontraran en la cama de MinHo, con las cortinas oscuras echadas, los chicos
tenían la mala costumbre de descorrerlas y asomarse. Siempre tenían cuidado
para que ninguno de los demás miembros del grupo se enterase de que estaban
juntos de aquella forma, pero había ocasiones en las que alguno de los otros
había estado a punto de descubrir el pastel —a pesar de que aprovechaban cuando
Chan llegaba de madrugada a casa y se duchaba para la mayoría de sus encuentros
o esperaban algún momento en el que el piso estuviera vacío o cuando viajaban
en los hoteles y compartían habitación—.
MinHo dejó el cuello de Chan para
comenzar a descender por su escultural cuerpo, dejando un camino de besos y
leves mordiscos allí por dónde pasaba, entreteniéndose un poco en su pezón
izquierdo porque Chan se deshacía en gemidos cada vez que pasaba por allí.
Continuó bajando mucho más, llegando a su abdomen, rozando con su afilada nariz
la zona de lunares que tenía cerca del costado antes de dejar un sonoro beso
sobre cada uno de éstos. Su camino de besos no se detuvo hasta llegar a su
entrepierna, donde el chico decidió hacer un pequeño descanso para dedicarle
una mirada al mayor, que se encontraba bajo él, con la respiración entrecortada,
los ojos cerrados y su piel de porcelana completamente sonrojada.
MinHo quería estar con él toda la
noche, toda la vida, de aquella forma… ojalá pudiera hacerlo… pero en aquellos
momentos no podía… no podía disfrutar al máximo de aquella adicción… porque el
tiempo apremiaba.
Con celeridad, MinHo se recolocó
sobre el cuerpo de Chan y se situó bien, para que cada zona de sus cuerpos
estuviera en contacto, sintiendo una corriente eléctrica exquisita recorrer su
espina dorsal de arriba abajo, notando cómo todo el vello de su cuerpo se
erizaba con aquello. Con la acción, Chan había abierto sus ojos y lo observaba,
lo observaba como cuando veía algo que lo maravillaba y embelesaba y eso
provocó que el corazón de MinHo latiera desbocado dentro de su pecho mientras
se acercaba a los labios del mayor y los besaba con delicadeza, pero a la vez
siendo demandante porque aquellos labios… oh… aquellos labios eran como una
droga que provocaba la mayor de las adicciones.
Mientras se besaban, un movimiento
desconcentró levemente a MinHo, lo que fue aprovechado por Chan para tomar las
riendas del beso y, sobre todo, de su cuerpo. Porque el movimiento había sido
de la enorme mano derecha del mayor, que durante todo el tiempo había reposado
sobre las sábanas, pero ahora se había colado entre sus cuerpos y había buscado
sus miembros para tocarlos juntos una y otra vez. Los besos poco a poco dejaron
de ser besos para pasar a ser un choque de bocas que gemían una y otra vez,
mientras sus cuerpos se calentaban y sus miembros comenzaban a estar demasiado
sensibles con cada roce de la mano de Chan… hasta que no tardaron en estallar
en el más exquisito de los orgasmos.
Respirando de forma entrecortada,
MinHo no pudo evitar buscar el cuello de Chan para dejar unos cuantos besos
sobre éste, acomodándose sobre su cuerpo mientras el mayor los tapaba a ambos
con las sábanas, sintiéndose demasiado perezoso como para salir de la cama y
lavarse. Tapados con las sábanas, si alguno de los demás se asomaba a su cama
levantando la tupida cortina, lo único que vería sería a ellos enroscados
durmiendo, lo cual no era raro porque solían quedarse dormidos todos en camas
ajenas… y, así, MinHo podía seguir disfrutando del calor del cuerpo de Chan,
aunque no pudiera seguir besándolo y escuchándolo gemir.
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