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jueves, 19 de abril de 2018

[Drabble] Ask Drabbles 5: Bohemia {Varias}



Título: Bohemia
Autora: Riz Aino
Pareja: ChangHo (ChangMin + MinHo) (DongBangSHINee – TVXQ + SHINee) y SeulDy (SeulGi + Wendy) (RED VELVET)
Clasificación: PG–13
Géneros: AU, romance, fluff, humor
Número de palabras: 679 palabras
Resumen: MinHo por fin descubre cuál es la realidad de por qué SeulGi y SeungHwan van a la cafetería en la que trabaja.
Aclaraciones: esto es una especie de historia paralela de una historia kilométrica de la personita que me pidió el drabble. Creo que se puede leer tranquilamente sin la necesidad de saber de qué trata la historia madre (?)
Notas: drabble escrito para Sleeping Beauty.
Comentario de autora: aunque lo he escrito porque me lo pediste, sigo diciendo que no estaba preparada para hacerlo. Espero que os guste.

Bohemia

Ahora que ya lo sabían todo del Capi y que éste y su compañero de trabajo eran amigos, MinHo y ChangMin no tenían mucho que hacer por las tardes, aparte de atormentar levemente a KyungSoo cuando tenía turno. Tampoco había muchos cotilleos nuevos en el barrio, ni siquiera clientes nuevos y misteriosos con los que poder hablar y obtener información relevante. Lo único que les quedaba a aquel par de marujas era averiguar lo máximo posible de las chicas que se sentaban a hablar en la mesa del fondo del Bohemia.

viernes, 28 de febrero de 2014

Apuestas Arriesgadas



POV TaeMin

            Caminaba tranquilamente por las calles de Seúl, sin prestar atención a nada. Conocía aquella ciudad perfectamente y no me hacía falta ni mirar siquiera por dónde iba. Me gustaba ir por lugares poco transitados y perderme en la soledad de mis pensamientos. Siempre había sido mi pasatiempo favorito, pero desde hacía unos días se había convertido en una necesidad.

            Días atrás, dos chicos de mi grupo de amigos me habían besado.


            Llegué a la cafetería en la que había quedado con ChangMin hyung después de hacer los cien metros vallas, saltando gente, coches y bicicletas. Me había llamado apenas diez minutos antes para que saliéramos, aprovechando que era verano y no teníamos absolutamente nada que hacer. Él me esperaba sentado en una de las mesas que estaban junto a la gran cristalera que ocupaba la parte que daba a la calle del local, desde aquel lugar se podía observar a la gente pasar y esta podía ver el interior de la cafetería.

            Me acerqué rápidamente y lo saludé.

            ―¿Cómo llegas el verano, hyung? ―pregunté recuperando el aliento. Él alzó su cabeza y me miró, dedicándome una gran sonrisa.
            ―No puedo quejarme ―contestó indicándome con la mano que me sentara en la silla frente a él―. Me he tomado la libertad de ordenarte leche de plátano para que cuando llegaras no tuvieras que esperar ―me señaló el vaso frente a mí.
            ―Muchas gracias, hyung ―dije con una sonrisa antes de atacar la bebida como si acabara de pasar tres semanas en el desierto.

            ChangMin me observó atentamente mientras me bebía la leche de plátano y aquello me puso un poco nervioso, aunque ya tenía que estar acostumbrado, tanto él como KyuHyun siempre hacían lo mismo. Parecía que verme beber con pajita algo era una cosa muy interesante para ellos. Cuando sentí que ya había acabado con mis sed dejé de beber y le dediqué una amplia sonrisa a mi hyung.

            ―Siento haberte hecho venir tan rápidamente y sin avisar ―comenzó, poniéndose algo serio―, pero tenía algo que hacer y si no era ahora, no sería nunca.
            ―¿De qué hablas, hyung? ―pregunté sin comprender. Me daba inquietud que su rostro, siempre sonriente, se hubiera tornado serio de repente, también que dijera todo aquello.
            ―Las palabras son vanas en estos temas ―contestó.

            Antes de que me diera tiempo a nada, ChangMin se inclinó sobre la mesa y agarró mi mentón fuertemente antes de posar sus labios sobre los míos durante algunos segundos. Debido al shock, no pude ni cerrar los ojos ni responder el beso y cuando se apartó, seguía sin poder entender absolutamente nada.

            ―Siento haber sido tan brusco ―murmuró―. No voy a presionarte ―se levantó de la silla y sacó de su cartera el dinero para su café y mi leche de plátano―. Piénsalo ―dijo antes de alejarse de mí.

            Me quedé en la cafetería casi una hora, pensando en lo que había pasado y buscando una explicación para lo que él había hecho, pero no podía encontrar nada. Pasado este tiempo salí a la calle y comencé a caminar sin fijarme en nada, llegando poco después al río Han. Me dejé caer en la barandilla y cerré mis ojos, intentando que la corriente se llevara lo que había pasado en la cafetería.

            No sé cuánto tiempo pasé así, pero cuando comencé a sentir el frío en la piel, decidí que lo mejor que podía hacer era volver a casa, irme a la cama temprano y pensar en todo a la mañana siguiente, después de calmarme correctamente. Cuando llegué al portal del bloque de apartamentos en el que vivía con mi familia me llevé una gran sorpresa al encontrarme con KyuHyun hyung esperándome en la puerta, dejado caer contra la pared.

            En cuanto me vio me sonrió de una forma maliciosa, como a él le gustaba, y se acercó a mí hasta que la distancia que nos separaba se convirtió en casi inexistente. Comencé a ponerme nervioso, ya que la última vez que uno de mis amigos se me había acercado tanto había acabado besándome, pero él solo se quedó allí, sin hacer nada más.

            ―No te esperaba aquí ―comenté para romper el silencio tan incómodo que se había instalado entre nosotros.
            ―Yo sí te esperaba ―contestó salvando la distancia que nos separaba, dándome un pequeño beso en los labios, tal y como horas antes había hecho ChangMin. Cuando se apartó de mí, me sonrió de forma pícara―. Piensa en mí ―dijo antes de marcharse.


            Cuando desperté de mis recuerdos estuve a punto de chocarme contra una farola y la esquivé por poco. Suspiré y me detuve. Todavía no podía comprender por qué había pasado aquello.


POV KyuHyun

            Había quedado con ChangMin aquella tarde. Teníamos que pensar nuestros próximos movimientos sobre lo que íbamos a hacer con TaeMin. Ambos habíamos movido ficha y ahora teníamos que poner nuestros avances en común, para ver cómo había reaccionado el implicado y lo que íbamos a hacer a continuación.

            Sonreí. Lee TaeMin iba a pagar sus palabras de borracho muy caras.


            Habíamos salido de fiesta todo el grupo para celebrar que por fin habíamos acabado los exámenes y teníamos todo el verano por delante para no hacer ni el huevo. La casa del chico que se había ofrecido para la fiesta estaba hasta los topes. La música a todo volumen hacía bailar a la gente en mitad del saló, subidos al sofá mientras esquivaban a las parejas que se daban el lote y sobre la mesa, intentando no tirar ninguno de los vasos llenos de alcohol al suelo.

            Al día siguiente, al dueño de la casa le iba a doler bien la cabeza, y no precisamente por la resaca.

            Pero eso a mí me daba igual. Yo estaba sentado en la barra de la cocina americana rellenándome una y otra vez el vaso de tubo con cualquier botella de bebida alcohólica que se me pusiera por delante. Allí estaba con mi mejor amigo, ChangMin, y con TaeMin, un reciente acoplado al grupo, haciendo una competición para ver quién podía aguantar más bebiendo sin caer rendido.

            (Obviamente iba a ganar yo, pero la diversión de ver al otro intentando ganarme no me la quitaba nadie).

            TaeMin parecía un chico inocente y tímido, pero después de unas copas se había puesto a bailar sobre la mesa al ritmo de la música electrónica que sonaba en aquel momento y luego se había sentado junto a nosotros para beber, beber y beber sin preocuparse de nada más, aunque quizás debería haberse preocupado de su boca y lo que decía por esta.

            ―Ya estáis oxidados ―comentó tras escuchar la broma magistral que le habíamos gastado ChangMin y yo al señor Lee, el profesor más odiado de toda la universidad de Económicas―. La vejez os pasa factura ―continuó dándole un sorbo a su vaso ya casi vacío―. No tenéis ninguna gracia ―se echó sobre el hombro de ChangMin y aunque este intentó quitárselo como si fuera un bicho, el otro no se apartó―. Mirad, yo soy el gay más gay de toda la fiesta. Pero jamás saldría con alguno de vosotros. Me aburrís ―y dicho esto, su cabeza impactó contra la barra sin que ChangMin ni yo le hiciéramos nada… Aunque ganas no nos faltaban después de todo lo que había dicho.

            ―¡Y parecía tonto cuando lo compramos! ―exclamó mi amigo indignado―. Lo que suelta por esa boquita el niño.
            ―Se merece una buena lección ―comenté.
            ―¿Qué podríamos hacerle? ―preguntó interesado, acercándose más a mí para que nuestra conversación no fuera escuchada por oídos ajenos.
            ―¿Qué te parece enseñarle de qué estamos hechos? ―propuse. Él asintió y las sonrisas que se extendieron por nuestros rostros asustaron a un muchacho que acababa de entrar a la cocina y que poco a poco fue reculando hasta desaparecer.


            Y así había surgido el tema que teníamos ahora entre manos. Después de pensarlo mucho pensamos que lo mejor sería hacerle sacar su lado interior, el que apenas había dejado ver en la fiesta, ese que transformaba a un niño inocente en un puto ególatra y cabrón y también hacerle ver que teníamos muchos más encantos de los que él pensaba.

            Por esta misma razón lo había besado y por eso iba en esos momentos al encuentro de ChangMin.

            Llamé al interfono del bloque de pisos en el que vivía y apenas tuve que esperar cuando su voz se oyó a través del aparato preguntando con poco garbo “¿quién es?”. Tras hacerle la coña de decirle que era el de las pizzas y de que el me contestara que no había pedido ninguna pero que si se la dejaba gratis no le importaba, le dije que era “yo” y finalmente me dejó entrar.

            Cuando llegué a su planta me esperaba con la puerta del piso abierta y me hizo pasar. Aquello era un puto frigorífico. Fuera hacía calor como para suicidarte y dentro parecía la Antártida.

            ―Joder. Súbele unos cuantos grados a eso que si pillo la gripe será culpa tuya ―dije nada más entrar. ChangMin me miró mal antes de coger el mando del aire acondicionado y subirle un poco la temperatura.
            ―¿Así está a gusto del señor? ―preguntó irónicamente y le sonreí.
            ―Todavía no ―contesté―. Si me trajeras un par de tías y me prestaras tu cama de matrimonio una semana sería lo mejor ―me tiró un cojín a la cara y yo lo esquivé más por práctica que por habérmelo visto venir.
            ―Eso cuando vuelvas a casa. Tenemos cosas de las que hablar ―se sentó en el sillón bajo el aire acondicionado. Yo lo hice lo más alejado posible de aquel aparato del mal―. ¿Qué tal con TaeMin?


POV ChangMin

            Habían pasado unos días desde mi charla con KyuHyun. Ambos habíamos hecho grandes avances en el tema, pero teníamos que seguir haciéndolos. Mejor dicho, yo tenía que seguir haciéndolos. Ese día, aparte de contarnos mutuamente lo que habíamos hecho, llegamos a la conclusión de que lo mejor para ambos era hacer otra apuesta.

            Solo podía haber un ganador. TaeMin tenía que elegir entre uno de los dos, ya que habíamos visto que aunque hubiera dicho que no saldría con ninguno de los dos, parecía que los besos que le habíamos dado lo habían hecho cambiar de parecer.

            Tan metido estaba en mis pensamientos que casi ni me doy cuenta de que el centro de las apuestas venía en mi dirección con la cabeza en las nubes, ya que tampoco me había visto a mí. Me acerqué a él desde atrás y sigilosamente para que no advirtiera mi presencia y cuando vi que estábamos relativamente solos en aquel gran parque, lo abracé por la cintura fuertemente.

            Comenzó a patalear y a chillar, así que, le di un beso en la nuca y luego le susurré al oído:

            ―No temas. Soy yo.

            Inmediatamente dejó de moverse y una sonrisa de satisfacción apareció en mi rostro. Si solo con mi voz había conseguido aquello, KyuHyun iba a morder el polvo de una forma muy poco elegante.

            ―ChangMin hyung… ―llamó y cambié mi sonrisa por una encantadora antes de dejarlo que se girara para verme―. Me has asustado ―murmuró con un puchero.
           ―No era mi intención ―contesté lo más cálidamente que pude―. Solo quería darte una sorpresa.

            Él sonrió tímidamente, a la vez que sus mejillas se sonrojaron. Semanas atrás me habría parecido tierno, ahora sabía que debajo de esa faceta de niño inocente se escondía otra cosa mucho más oscura. Era un lobo feroz disfrazado con piel de cordero.

            Aunque mis pensamientos solo eran de venganza, intenté que no se me notara en el rostro ni en mi voz. Mis movimientos con él iban a ser los de una persona suave y delicada a la que le gustaba y que haría todo por él, aunque después me saliera urticaria por fingir ser dulce.

            ―¿Te gustaría que diéramos un paseo? ―pregunté.
            ―Oh… Yo… ―tartamudeó.
            ―Por favor ―pedí con aegyo. Si me estuviera viendo a mí mismo, seguramente estaría vomitando del asco que tenía que dar haciendo esas cosas.
            ―Está bien ―murmuró finalmente, así que le sonreí como si por eso me hubiera hecho el hombre más feliz de la Tierra.


POV KyuHyun

            La siguiente vez que pude coger por banda a TaeMin fue varios días después. Iba con una sonrisa pintada en su cara y me entraron ganas de borrársela a base de darle cabezazos contra una de las paredes de cemento de los edificios que nos rodeaban. Sin embargo, lo que hice fue acercarme a él con una sonrisa torcida.

            ―Buenos días, Taem ―lo saludé jovialmente, pasándole mi brazo por sus hombros.

            Él se encogió un poco, aunque no se apartó de mí. Eso me indicó que no quería rehuir de mi contacto, aunque yo no quisiera tocarlo mucho era lo que debía hacer. ChangMin iba a caerse estrepitosamente por la borda. Yo iba a ganar la apuesta.

            ―¿Qué te trae por aquí, hyung? ―me preguntó.
            ―Daba un paseo por el centro, quería comprarme algo de ropa ―contesté. Era una mentira tan grande como la casa de un rico, pero se me había ocurrido una idea―. ¿Vendrías conmigo? Necesito la opinión de un experto en moda.
            ―Oh… Pero yo no… ―comenzó. Seguro que se las iba a dar de persona que no sabía del tema, que él solo cogía lo primero que veía en el armario por las mañanas, pero ambos sabíamos que no era así y que la imagen que quería dar era muy distinta.
            ―Iba a llamar a ChangMin ―corté. Él se tensó y aquello me dio muy mala espina. ¿Acaso había avanzado más con él? Sacudí mi cabeza. No debía pensar en eso, tenía que enfocarme en ganar―. Pero tú te vistes mucho mejor que él, ¿qué me dices?

            TaeMin se mordió el labio inferior mientras decidía qué hacer. Durante unos minutos estuvo callado y eso me desesperaba, pero después, asintió lentamente y yo le sonreí.

            ―Iré contigo, hyung ―dijo.
            ―Perfecto ―comenté tomándolo del brazo para que no se me escapara―. Mi armario necesita una intensa remodelación.

            Me golpeé mentalmente por aquello. Iba a gastar bastante dinero solo por intentar avanzar un poco con aquel niñato y así ganar la maldita apuesta. Suspiré. Iba a hacerlo por el bien común y si gastaba demasiado le pediría algo de dinero a algunas personas de mi entorno, seguro que no me lo negaban.


POV TaeMin

            Seguía sin poderme creer lo que me estaba sucediendo. Les gustaba a dos chicos y ninguno de ellos era feo. Quizás no eran bellezas para presentarse a concursos o para que los cogieran como idols, pero no estaban nada mal y los tenía a ambos loquitos por mis huesos.

            Sonreí dejándome caer sobre mi cama. Ni en mis sueños había imaginado que algo así pudiera suceder.

            Ese era mi primer año en la universidad y jamás había pensado que iba a resultar así. Me había querido mostrar como alguien tranquilo, tímido e inocente que intentaba hacer amigos para poder ser alguien de provecho y ayudar a todo aquel que lo necesitara.

            Sin embargo todo era una fachada y parecía que nadie se había dado cuenta de ella.

            Quizás podría aprovechar la situación en la que me encontraba. No muchas veces en la vida sucedía que tenías a dos personas loquitas por ti a la vez y que harían lo que fuera por estar contigo y complacerte.

            Sonreí ampliamente. ChangMin y KyuHyun hyung iban a ser engañados por mí.


POV ChangMin

           Habíamos quedado para ir a la playa. Era verano, hacía calor y había que aprovechar el momento. Un gran grupo de personas alquilamos un bus y una casa para poder estar allí una semana y pasarlo de miedo. KyuHyun había venido y TaeMin también, así que iba a ser bastante interesante. Apenas quedaba un mes para que finalizaran nuestras vacaciones y en esa excursión moveríamos las fichas bastantes casillas.

            Sin embargo, las cosas nunca salen como se planean.

            Al día siguiente de llegar estuve intentando acercarme a TaeMin, pero KyuHyun lo había monopolizado completamente. Ambos estaban bajo una sombrilla para no estar expuestos al sol, tumbados en las toallas, jugando, tocándose, como si no hubiera nadie más allí que los pudiera ver.

            Aquello no podía estar pasando. A KyuHyun no le gustaba que lo tocaran más de lo debido, pero allí se encontraba, disfrutando de las caricias que el otro le proporcionaba.

            Un sentimiento malo se apoderó de mí y lo único que acerté a hacer fue entremeterme entre ellos para que dejaran de manosearse frente a mis narices.


POV KyuHyun

            Ese era el segundo día que estábamos en la playa y estaba decidido a aprovecharlo al máximo. Al día anterior ChangMin se había entrometido entre TaeMin y yo y no nos había dejado avanzar todo lo que debíamos. Estaba dispuesto a hacer de todo para conseguir la apuesta, pero si él no me dejaba no iba a ser capaz. Había jugado muy sucio.

            Cuando salí de la habitación en la que dormíamos apiñados todos los tíos que habíamos ido a aquel lugar me dirigí a la cocina para desayunar, encontrándome a ChangMin compartiendo parte de su desayuno con TaeMin.

            Eso no podía ser posible, la comida de ChangMin era de ChangMin y ni aunque estuvieras muerto de hambre conseguirías quitarle un bocado. Se convertía en un monstruo que daba bastante miedo si te acercabas con intenciones de tocar su comida.

            ¿Cuándo me habían cambiado a ChangMin que no me había dado cuenta?

            Una gran carcajada salió de los labios de mi amigo mientras le daba de comer con sus palillos a TaeMin y tuve un mal sentimiento. No podía dejar que aquello pasara, así que rápidamente entré a la cocina y me entrometí en lo que hacían.


POV ChangMin

            La semana que estuvimos en la playa debió haber sido genial, debió haber sido un tiempo en el que pasárselo bien antes de volver a la universidad, pero no lo fue. Durante toda la semana estuve pensando demasiado en cosas que no tenían ningún sentido.

            KyuHyun cada vez que estaba con TaeMin parecía convertirse en otra persona, parecía completamente enamorado de él y que la apuesta hacía tiempo que había quedado atrás para él. Me tendría que alegrar porque él era mi mejor amigo y ahora parecía haber encontrado al fin a alguien para no estar solo y no solo un rollo de una noche, pero no lo estaba.

            Me sentía mal. Mi pecho dolía cada vez que veía aquella sonrisa dirigida solo a TaeMin. No tenía sentido.


POV KyuHyun

            La semana que estuvimos en la playa debió haber sido genial, debió haber sido un tiempo en el que pasárselo bien antes de volver a la universidad, pero no lo fue. Durante toda la semana estuve pensando demasiado en cosas que no tenían ningún sentido.

            ChangMin cada vez que estaba con TaeMin parecía convertirse en otra persona, parecía completamente enamorado de él y que la apuesta hacía tiempo que había quedado atrás para él. Me tendría que alegrar porque él era mi mejor amigo y ahora parecía haber encontrado al fin a alguien para no estar solo y no solo un rollo de una noche, pero no lo estaba.

            Me sentía mal. Mi pecho dolía cada vez que veía aquella sonrisa dirigida solo a TaeMin. No tenía sentido.


POV TaeMin

            Tras la semana de la playa quedé con ChangMin y KyuHyun en ir a un bar para celebrar el último día de vacaciones. Había pasado una semana en la playa perfecta. Los dos se peleaban por mí y aquello no podía ser más perfecto.

            Entré al bar y los busqué entre la multitud, encontrándolos en la barra. Me acerqué a ellos con una sonrisa y me senté en el taburete que habían dejado libre entre ellos.

            ―Ahh ―suspiré para hacerles notar mi presencia―. El verano se acaba.

            Los dos chicos se giraron hacia mí y conectaron sus miradas unos momentos antes de sonreírme de forma cansada.

            ―¿Pasa algo? ―pregunté al ver que no tenían ánimos de nada.
            ―Creo que ha pasado el suficiente tiempo, Taem ―comenzó ChangMin.
            ―Así que esperamos que esta noche puedas elegir entre uno de los dos ―continuó KyuHyun.

            Abrí los ojos como platos al escuchar lo que me estaban pidiendo. No podía ser. ¿Querían que eligiera a uno de los dos? Pero yo no quería elegir, quería quedarme con los dos. Miré a uno y luego al otro, pero parecían muy serios con aquello.

            Pasé algunos minutos debatiéndome internamente hasta que de repente una carcajada se dejó escuchar entre el barullo del bar. KyuHyun comenzaba a reírse como si fuera un demente después y segundos después lo seguía ChangMin.

            ―¿Qué está pasando aquí? ―pregunté―. ¿Por qué os reís? No puedo elegir a ninguno, me gustáis los dos.

            Las risas se hicieron todavía más escandalosas y los dos chicos a mi lado parecían hienas en celo.

            ―Ay, Taem, ¿no me digas que te habías creído que ambos íbamos tras de ti? ―preguntó KyuHyun agarrándose el estómago.
            ―Seguro que se lo ha creído ―comentó ChangMin y ambos chocaron sus manos delante de mis narices.
            ―Qué bueno, y decía que jamás le íbamos a gustar ―siguió el otro.
            ―Le hemos dado una buena lección.
            Puse morritos enfadado. ¿Todo aquello había sido una maldita broma? No podía ser.
            ―Seréis hijos de puta ―dije alzando la voz―. ¿Por qué me habéis hecho esto?
            ―Para que dejaras la fachada de niño bueno atrás ―contestó ChangMin.
            ―Y porque dijiste que jamás saldrías con nosotros continuó KyuHyun.

            Los miré mal y me levanté del taburete en el que estaba sentado. Habían sido unos cabrones. Pero claro, ir ocultándole al mundo mi verdadera cara traía malas consecuencias.

            ―¿Sabéis qué? ―dije llamando su atención―. Deberíais dejar de molestar a los demás con esos temas y daros cuenta de que en realidad estáis enamorados el uno del otro.

            Me miraron sorprendidos y luego cruzaron miradas que durante un segundo parecieron esperanzadas, pero luego ambos negaron a la vez, como si dieran por imposible aquello. Suspiré cansado y me alejé de ellos.

            ―Ojalá algún día acepten sus sentimientos ―murmuré para mí mismo antes de salir del bar.