Enamorado de mi
Enemigo
Era un día normal y corriente, uno como
cualquier otro en mi vida desde que había comenzado el instituto. Y en ese día,
que había comenzado igual a todos, me di cuenta de que me había enamorado, y no
de cualquier persona, sino de la persona que más me odiaba en el mundo...
Kris…
Él era un tipo imponente, llevaba repitiendo
el mismo curso desde que yo tenía memoria, y ahora estaba en mi clase. Me
miraba desde siempre con muy mala hostia y con recelo. Siempre que nos encontrábamos,
me apartaba de su camino de un empujón.
Yo no sabía qué hacer. Ni siquiera me
gustaban los hombres, pero Kris hacía que se removiera algo en mi interior.
-Buf- suspiré cansado tirándome encima de la
cama.
-¿Qué te pasa?- preguntó mi hermano entrando
a la habitación que compartíamos desde que estábamos en aquel Internado.
-No es nada, JungSoo- contesté, no le quería
decir nada a mi hermano, no quería que se riera de mí o que me evitara por ser
diferente.
-Anda… dímelo…- comenzó a molestarme una y
otra vez hasta que no tuve más remedio que contárselo. Nadie era más maruja que
mi hermano, ni las marujas que había en su clase, ni siquiera esas eran tan
marujas cómo él.
-Creo que me he enamorado…
-Wooo… eso es fantástico- dijo muy feliz.
-… de un chico…
Mi hermano se quedó pillado y dejó de saltar
de la alegría para mirarme muy seriamente. Lo acababa de decepcionar. Él se
esperaba a una cuñada guapa, y ahora no la iba a tener.
-¿Estás seguro?- me preguntó.
-Cada vez que estoy cerca me pongo nervioso,
no puedo mirarlo a los ojos y desvío mi mirada, mi corazón se acelera y noto un
cosquilleo en el estómago cada vez que me mira o si me toca, siento
escalofríos.
-Vaya…- susurró sentándose en mi cama- tiene
toda la pinta…
-Sí.
-¿Te
gustan otros chicos o sólo él?
-No lo sé… no me he fijado antes en otros
chicos… puede… o no… no lo sé…- me agarré el cabello desesperado.
-Tranquilo, Channie, tranquilo- se acercó a
mí y me abrazó- todo se solucionará.
-Tú siempre tan positivo- contesté
intentando sonreír, pero no tenía muchas ganas.
-En la vida hay que ser positivo- me dijo-
sino, todo te parece horrible.
-Eres muy sabio- dije- cómo se nota que te
estás haciendo mayor…
-¡Oye!- se lanzó sobre mí y comenzó a
hacerme cosquillas- ¿a quién llamas viejo?
A la mañana siguiente caminaba hacia mi
clase cabizbajo y metido en mis pensamientos, ése iba a ser otro día de infarto
en el que con tan sólo ver a Kris mi corazón comenzaría a latir tan rápido en
mi pecho que casi se saldría. Metido en mi mismo, como estaba, ni me di cuenta
que enfrente de mí se colocó mi mejor amigo, BaekHyun, hasta que me saltó
encima y se me enganchó como un mono.
-Buenos días- dijo feliz, con una sonrisa de
oreja a oreja, bajándose de mí.
-Buenos días.
-¿Y esa cara?- preguntó tirándome de los
mofletes- ¿no me digas que sigues triste por ese inútil?
-No es eso…
-Claro que es eso- aseguró- ese tipo no te
conviene, es un bruto, un borde, un malcriado y un inútil- BaekHyun intentaba
decir insultos desagradables, pero no podía, además con esa cara de niño bueno,
tampoco le pegaba mucho.
-Ya, ya, lo sé- contesté- pero es algo que
no puedo evitar.
-Babo…- se agarró a mi brazo y echamos a
andar, al girar la esquina, nos encontramos con el responsable de mis desvelos,
de mis sentimientos encontrados y, en definitiva, de todos mis problemas. Nos
echó a ambos una mirada asesina y luego siguió su camino- hablando del rey de
Roma…- murmuró BaekHyun y me miró- ¿Channie?- se paró delante de mí, me cogió
el rostro con sus manos y me agachó hasta quedar a su altura- no estés triste.
-No estoy triste…
-No me vengas con rollos- contestó- te
conozco desde hace mucho.
-BaekHuynnie…- susurré.
-Estoy aquí, no te abandonaré- dijo.
-Gracias- y seguimos nuestro camino.
Las clases comenzaron y todo fue igual que
siempre. Los profesores daban la chapa, los estudiantes pasábamos de ellos…
vamos, como siempre. Pero había una cosa que no era como siempre. Normalmente,
durante las clases, Kris no me miraba, pero eso no era así este día. Me miraba,
y me miraba mucho. No quitaba sus penetrantes ojos de mí, pero no me miraba con
odio o con enfado, me miraba de otra manera, una manera que no lograba
identificar.
Nos tocaba Deporte, y tras cambiarnos en los
vestuarios, salimos al patio y el profesor nos puso a correr, dándole veinte
vueltas al lugar. Yo tenía bastante fondo, pero BaekHyun no, así que me quedé
algo rezagado con él. Mientras corríamos, me di cuenta de que el profesor me
llamaba.
-Te dejo solo- dije a mi mejor amigo.
-Odio al profesor por llamarte ahora-
murmuró.
-Lo siento.
Salí corriendo hacia el profesor, y cuando
llegué, me di cuenta de que no estaba solo, con él estaba Kris. Miré hacia atrás
buscando con la mirada a BaekHyun y él me hizo un gesto con las manos diciendo
que me acercara, que no pasaría nada. Le hice caso y me coloqué cerca del
profesor.
-¿Quería algo?- pregunté.
-Sí, ¿puedes ir con Kris a por unos
materiales al gimnasio?- dijo.
-Mmm… claro, sí…
-Pues bien, vamos, daos prisa- le dio las
llaves a Kris y comenzó a pegarle voces a los demás alumnos.
Kris echó a andar y yo detrás de él. Nos
dirigimos hacia el gimnasio, atravesando el patio y luego los jardines, hasta
llegar al gimnasio, que estaba al otro lado del colegio. Él metió la llave en
la cerradura, abrió la puerta y entró dentro. Entré tras él y la puerta se
cerró por el aire que hacía. Vi a Kris moverse por el lugar y me acerqué a él.
-¿Qué es lo que el profesor quería que
buscáramos?- pregunté.
-Quiere que saquemos unos materiales que
están muy altos como para que él llegue.
-Oh, vale.
Kris y yo éramos los más altos del curso y
casi del lugar, por lo que no me extrañaba que el medio metro del profesor nos
mandara a nosotros a por los materiales. Él se subió a unas escaleras y luego
comenzó a darme las cosas. Una bolsa de balones, una de petos, otra con conos…
y así, con un montón de cosas.
Cuando terminó, bajó de las escaleras y
cogió la mitad de las cosas. Yo cogí la otra mitad y nos dirigimos hacia la
salida. Kris giró la manecilla de la puerta, pero ésta no se abrió. Rebuscó en
sus bolsillos intentando encontrar las llaves, pero no las halló. Se giró hacia
mí entonces.
-¿Tú tienes las llaves?- sólo pude negar con
la cabeza ante su tono tan demandante- ¿cerraste la puerta?- volví a negar-
¡joder!- maldijo por lo bajo soltando todas las cosas que llevaba en el suelo,
su brusco gesto me asustó un poco y me alejé algo de su lado- estamos
atrapados- murmuró girándose hacia mí y frunciendo el ceño al ver que estaba
más lejos que antes- ¿traes tu teléfono móvil?-me preguntó.
-No- dije casi en un susurro- lo dejé en el
vestuario.
-Entonces no tenemos manera de comunicarnos
con el exterior- dijo negando con la cabeza, parecía cansado- anda, suelta las
cosas, sino te cansarás- le hice caso y solté todas las bolsas en el suelo
mientras él se sentaba con la espalda recargada en la pared junto a la puerta.
-Seguro que alguien se da cuenta de que no
estamos- dije intentando que el ambiente se relajara. Esta era la vez que más
palabras había cruzado con Kris, y mi corazón latía tan fuerte que pensaba que
tenía que oírse en todo el gimnasio.
-¿Con el profesor tan despistado que
tenemos?- preguntó- déjame decirte sinceramente que lo dudo mucho.
-Pero algún alumno… BaekHyunnie podría…
-BaekHyun…- susurró con algo de jactancia.
Me quedé petrificado ante el tono en el que
dijo el nombre de mi mejor amigo. Parecía como si le tuviera un odio muy
profundo, incluso más del que me tenía a mí. Me sentí muy mal por dentro, no
tenía ningún motivo para odiar a mi amigo, él era una persona agradable con
todos y muy simpático. No me pude contener.
-¿Por qué odias a BaekHyunnie?- dije
poniéndome de rodillas frente a él.
-¿Quién te ha dicho que lo odie?- preguntó
brusco.
-Tu tono de voz- respondí.
-Si te digo la verdad, sólo no me cae bien
por diversos motivos- asentí algo aliviado. Entonces otra duda atacó mi mente.
-Entonces, ¿por qué me odias a mí?
Kris me miró de una manera muy extraña, como
decepcionado por mis palabras y suspiró cansado, mientras agachaba su cabeza.
-No es que te odie- murmuró y dijo otra cosa
más, pero no pude entenderlo bien.
-Entonces… ¿por qué siempre me miras como si
quisieras matarme?- él alzó la cabeza.
-¿De verdad parece que quiero matarte?-
asentí y suspiró- ¿tan aterrador parezco?- preguntó, y sentí cómo mi corazón
daba un vuelco al ver su mirada triste.
-No, no, no, no, no- negué varias veces, con
mi voz, mi cabeza y mis manos- no eres aterrador.
-¿Entonces?
-Serio, tal vez- dije- alguien serio.
-Vaya… no sabía que me veía así- murmuró.
-Bueno… se puede cambiar intentando hablar
más con la gente y esas cosas- dije sincero sonriendo- y… me gustaría… saber
sino me odias… ¿qué es lo… que piensas… de mí…?- no pude contenerme, parecía
que estaba siendo sincero en sus respuestas así que le pregunté para saber a
qué atenerme, para saber si tenía esperanzas, para saber si…
Mis pensamientos se vieron interrumpidos por
sus labios que chocaron contra los míos en un intento feroz de transmitirme
todo lo que parecía no podía decir con palabras. Mi corazón latía
desenfrenadamente, y mis labios correspondían su beso moviéndose con los suyos.
La falta de aire fue lo único que nos hizo separarnos.
Nos miramos a los ojos fijamente, y durante
unos momentos, pensé que no había nada, ni nadie más en este mundo aparte de
nosotros dos. Kris abrió sus piernas y me agarró con sus brazos de la cintura
para que me pusiera en el hueco creado y así estar más cerca. Acto seguido,
volvió a atacar mis labios, esta vez con desesperación, con ansia, y con algo
más que no podía identificar. Al separarnos la siguiente vez, él agachó su
cabeza y suspiró hondo.
-Lo siento- murmuró, y mi corazón se paró al
escuchar esas dos palabras.
-¿Por qué?- pregunté con algo de mal humor.
Me besaba como si fuera el último día de la Tierra y luego me decía esas dos
palabras que herían mis sentimientos.
-Yo… yo… no sé lo que hago… tú… estás
saliendo con… BaekHyun… y…
Todas las piezas del rompecabezas comenzaron
a encajar en mi cabeza. Las miradas de odio que nos dirigía, todo lo que
habíamos hablado desde que estábamos allí dentro, sus acciones… todo… sonreí
mientras le tomaba el rostro con mis manos.
-Babo…- susurré- yo no estoy saliendo con
BaekHyunnie- Kris alzó la cabeza y me miró sin comprender.
-¿Entonces…?
-Él y yo sólo somos buenos amigos, nada más.
Y sin decir más palabras me acerqué a él y
le di un dulce y lento beso en los labios. Kris pasó sus brazos por mi cintura,
acercándome más y pegándome a su cuerpo, para acrecentar el contacto. Cuando
nos separamos, respirábamos entrecortados, y nuestros rostros estaban adornados
con sonrisas de felicidad.
-Me gustaría… que nosotros… comenzáramos
algo…- murmuró.
-¿Me estás pidiendo salir?- pregunté algo
incrédulo.
-Si tú no quieres…
-Claro que quiero- dije inmediatamente y le
di un pequeño beso.
Él sonrió contra mis labios y justo cuando
otro beso iba a comenzar, escuchamos el ruido que hacía la puerta al abrirse.
Nos separamos como pudimos y los dos quedamos sentados en el suelo a escasos
metros pero sin ningún indicio de lo que había pasado. Por la puerta entró
BaekHyun y oí cómo Kris suspiraba. Sonreí ante su reacción.
-Channie- dijo el recién llegado
abalanzándose sobre mí y abrazándome fuertemente- menos mal que estás bien-
susurró- pensé que este desalmado podría haberte hecho algo- detrás de BaekHyun
pude ver como la imponente figura de Kris se levantaba del suelo con una mirada
de mala leche que asustaba.
-No ha pasado nada- dije- nada malo, quiero
decir…- él se separó de mí y me miró sin comprender- luego te lo cuento-
murmuré- pero lo mejor ahora será que te separes de mí si no quieres que
despertemos al dragón.
Mi amigo pareció entender lo que había
pasado entre nosotros al escuchar mis palabras y se levantó rápidamente,
después me ayudó a levantarme para seguidamente murmurar un “le avisaré al
profesor que estáis bien” y salir corriendo del lugar. Cuando desapareció de la
vista, Kris me dirigió una mirada incrédula con una ceja alzada y yo me acerqué
a él para abrazarlo.
-Sigo queriendo salir contigo- dijo él- no
hace falta que te me pegues tanto- sonreí y me abracé aún más fuerte a él.
-Es que BaekHyunnie es muy efusivo- murmuré-
lo siento, y… pensé que estabas celoso…
-Y lo estoy…
-No tienes por qué…
-Está bien- dijo- pero a partir de ahora,
esas muestras de cariño sólo están permitidas conmigo- sonreí por sus celos.
-Está bien… pero no te prometo nada.
Sé que iba a comenzara protestar, pero lo
callé con un beso y luego cogí los materiales que habíamos ido a buscar. Kris
me siguió poco después y me dio un beso en la mejilla antes de salir corriendo
hacia la pista, con una gran sonrisa.
Y así fue, cómo me enamoré de mi enemigo.