jueves, 29 de mayo de 2014

The Chaser

Título: The Chaser
Pareja: KrisYeol (Kris x ChanYeol) (EXO)
Clasificación: PG–13
Géneros: AU, romance, militar
Número de palabras: 6.584 palabras
Resumen:
“—Tu deber es acercarte a él, ganarte su confianza y traicionarlo… ¿Podrás hacerlo?
—Por supuesto. He sido entrenado toda mi vida para ello.”
Notas: historia escrita para la séptima edición de Doce Reyes (12eyes) que tiene como Rey de una Noche a ChanYeol.
Comentario de Autora: como siempre me pasa, he acabado cambiando la historia en el último momento —a diez días del último día de entrega, de hecho—. Después de lo que ha pasado en la últimas semanas se me quitaron las ganas de continuar la historia fluff que estaba preparando y comencé a pensar en esto. Me he dejado demasiadas cosas en el tintero, pero aun así, espero que os guste aunque sea un poco ^^



            La habitación en la que Kris se encontraba solo disponía de luz natral al amanecer, durante unos pocos minutos al día, después, quedaba sumido en la más absoluta oscuridad. Ya llevaba en aquel lugar dos días y estaba comenzando a sentirse claustrofóbico entre aquellas cuatro paredes. Pero se lo tenía merecido, había realizado un paso en falso que había descubierto sus verdaderas intenciones y hasta que esa persona no moviera sus hilos no podría acercarse de nuevo a él.

            Inesperadamente, lo echaba de menos y en la más absoluta oscuridad lo único que quería vislumbrar era su hermosa sonrisa y sus ojos vivaces. Quería poder estar de nuevo junto a él para olvidarse de todas sus preocupaciones.

            Quizás se había acercado demasiado a él, más de lo requerido por su misión y quizás había sido por esto por lo que esta había acabado de aquella manera, con todo lo que eso implicaba; pero a Kris no le parecía que eso fuera demasiado importante. Los asuntos de Estado nunca habían sido para él, no obstante, había tenido que suceder todo aquello para que se diera cuenta de que su vida estaba destinada a realizar otros menesteres, que su destino estaba unido a él de una forma muy retorcida.

            Sin poder evitarlo comenzó a recordar, en aquella oscuridad, los buenos momentos, intentando encontrar la luz que lo guiara en su nuevo camino.

○○○

            Kris caminaba por los pasillos de la Academia Militar EXO, había sido llamado para una nueva misión a aquel lugar. Aunque todavía no sabía en lo que esta consistía tenía buenos contactos que le habían informado que tenía que ver con un extranjero que había solicitado el ingreso en aquella academia para aprender sobre el armamento occidental. Según su informante era parte de la aristocracia de su país, pero no tenía muchos más datos sobre él, aquel país oriental era muy celoso con sus fronteras y nada que no les interesase podía salir o entrar allí, por lo que no había apenas información de este.

            La persona que lo guiaba, repentinamente se detuvo frente a una de las puertas del pasillo, sacando a Kris de sus pensamientos y le indicó que entrara al lugar, después, se retiró. El hombre llamó con sus nudillos y tras escuchar la respuesta de la persona que se encontraba en el interior de la habitación, ingresó a esta.

            Era un despacho muy bien iluminado, tenía un gran ventanal frente a la puerta y los rayos del sol lo deslumbraron durante unos segundos hasta que pudo acostumbrarse a la luminosidad. Una silueta contra la ventana fue lo que más le llamó la atención, así que se acercó lentamente hasta allí. La figura se giró hacia él. Era un hombre algo mayor que él, pero mucho más bajo. Su rostro era amable, pero este escondía una faceta completamente distinta, Kris lo conocía muy bien.

            —SuHo.
            —Bienvenido, Kris —dijo—. Te estaba esperando —se acercó a la mesa de madera de roble y se sentó en la silla de cuero.
            —¿Por qué me necesitas en la academia? —preguntó el recién llegado yendo al grano, nunca había sido muy paciente y no le gustaba nada que SuHo mareara la perdiz.
            —Un chico extranjero ha pedido que le enseñemos sobre armamento —sonrió—. Necesito que te ocupes de él.
            —¿De qué forma?
            —Siéntate —ordenó—, tengo que contarte muchas cosas —Kris retiró la silla que había frente al escritorio y se sentó allí, esperando a que el otro continuara la conversación—. Su nombre es Park ChanYeol —comenzó—, es un miembro de la alta aristocracia de nuestro mayor enemigo en la anterior guerra, de hecho, es el segundo en la línea de sucesión al trono del país, solo después del hijo del emperador.
            —Asuntos de Estado —murmuró Kris.
            —Y muy delicados, si me permites decirlo —el hombre aspiró hondo—. No estamos completamente seguros de a qué ha venido a nuestro país ni a esta academia, pero a los de arriba no les ha gustado nada.
            —¿Y por qué lo habéis dejado inscribirse aquí?
            —Las relaciones diplomáticas son muy complicadas —comentó—, firmamos un tratado de paz hace veinte años con su país y ahora ellos quieren que le enseñemos nuestras técnicas de combate a un posible emperador —suspiró—, podríamos habernos negado, pero eso nos habría arriesgado a un conflicto tal y como están las cosas con Hanguk.
            —¿Sigue sin saberse lo que ocurre tras sus fronteras? —SuHo asintió.
            —Por este motivo, el chico viene a la academia y no debemos descuidarnos —la expresión amable que había mantenido en su rostro hasta entonces cambió de pronto, convirtiéndose en un semblante serio—. Park ChanYeol tendrá muchos enemigos dentro de estos muros, no podemos permitir que le pase nada grave estando aquí; pero tengo algunas órdenes que van un poco más allá.
            —¿Qué quiere decir con eso?
            —Nuestro gobernante nos ha pedido que cuando tengamos la oportunidad nos deshagamos de él.
            —¿No es un poco contradictorio?
            —Un poco, pero debe parecer que nos preocupamos por su bienestar y que aquí está a salvo de cualquier amenaza, aunque realmente sea todo lo contrario —Kris asintió—. Tu deber es acercarte a él, ganarte su confianza y traicionarlo… ¿Podrás hacerlo?
            —Por supuesto. He sido entrenado toda mi vida para ello.

○○○

            Kris se dirigió a la habitación que le había sido asignada para su estancia en la Academia Militar EXO y que compartiría con el chico extranjero, el tal Park ChanYeol. Tenía que realizar su misión de una forma muy sutil, sin hacer ningún movimiento en falso o todo se descubriría, así que rezó a los dioses porque el muchacho no fuera alguien demasiado perspicaz para que su trabajo le fuera más fácil y acabar cuanto antes con todo aquello.

            Kris tenía ganas de volver a casa, encontrarse con su hermano menor al que llevaba varios años sin ver y visitar las tumbas de sus padres. Así que, cuanto antes acabara con la misión antes podría hacer todo lo que deseaba.

            Entró en la habitación que se encontraba completamente a oscuras y tanteó con su mano derecha el interruptor de la luz hasta que lo encontró y pulsó. La bombilla que colgaba del techo iluminó la habitación y en ese momento, Kris se dio cuenta de que no estaba solo. Bajo las mantas de la cama se encontraba un bulto. El hombre tragó saliva, al parecer ChanYeol ya había llegado a la academia y por lo que intuía, le habían dado una gran bienvenida.

            Inspiró hondo. Aún no había acabado de pensar en cómo iba a realizar la petición que SuHo le había hecho cuando ya tenía que tratar con el chico. Lentamente se acercó a la cama en la que este estaba tumbado y se sentó en ella.

            No sabía cómo comenzar la conversación, generalmente sus trabajos habían consistido en tratar con gente más mayor, ministros peligrosos para el Gobierno, burócratas de diferentes Estados, personas que le sacaban al menos veinte años y que confiaban ciegamente en él solo por mostrarse como una persona débil. Nunca había tratado con muchachos, con su temperamento no era lo más adecuado, pero al parecer era la única persona con capacidad para realizar la misión.

            Rememoró las palabras que SuHo le había dicho en el despacho hacía unas pocas horas e intentó poner en práctica el único consejo que le había dado.

            “A pesar de ser un chico, es una flor delicada; así que, si alguna vez no sabes cómo tratarlo para no herirlo, trátalo como si fuera una mujer”.

           Kris alzó su mano para acariciar lo que pudo imaginar que era la cabeza del chico bajo las mantas, pero se detuvo en seco cuando este asomó parte de su rostro, retirándose un poco las sábanas, para poder observarlo. Su mirada era clara, de un color castaño que le recordaba a las hojas que caían al suelo en otoño y sus ojos estaban levemente hinchados y rojos por haber llorado. De aquella forma parecía realmente una mujer.

            —¿Estás bien? —murmuró Kris. El chico no contestó, se limitó a mirarlo simplemente—. Los chicos a veces son muy entusiastas cuando llega alguien nuevo… No te han hecho daño, ¿verdad?
            —¿Quién eres tú? —preguntó. Su voz era grave, quizás más grave que la del propio Kris, que se sorprendió bastante al escucharla.
            —Perdón por no presentarme —dijo—. Soy Kris, tu compañero de habitación.

            El chico lentamente fue apareciendo de debajo de las sábanas, descubriendo primero su rostro. Ojos grandes, boca grande, orejas grandes. Todo parecía ser grande en él, incluso el tamaño de su cuerpo que, aunque muy delgado, quizás podría ser de la misma altura que Kris. No se parecía mucho a las personas que conocía de Hanguk, pero quizás esa era la apariencia de las personas de la realeza.

            —Mi nombre es Park ChanYeol —se presentó—. Espero no causarte problemas —esbozó una sonrisa, pero esta no le llegó a los ojos, que seguían expresando tristeza.

○○○

            Kris se había pasado las últimas semanas intentando que ninguna persona con malas intenciones se acercara al chico con el que compartía habitación. Su primer deber era ganarse su confianza, mostrando que estaba de su lado y que no dejaría que los demás le hicieran daño alguno. Por eso, era prácticamente la sombra de ChanYeol.

            A pesar de que él había acabado su instrucción en la Academia Militar EXO hacía dos años —o quizás tres, no lo recordaba con exactitud—, asistió a las mismas clases que el otro y a las mismas prácticas. Más de una vez había tenido que salvarle las espaldas cuando este estaba despistado, pero le sorprendió gratamente que este, cuando recibía los ataques de frente, sabía defenderse de una forma extraordinaria.

            Aun así, apenas había tenido tiempo para descansar y agradecía poder alejarse un poco de aquel chico. No parecía mala persona, de hecho, parecía alguien vivaz pero parecía que todavía no estaba demasiado cómodo en aquel lugar y su misión era acercarse a él para luego poder acabar con la amenaza que suponía que siguiera viviendo.

            Kris se dejó caer contra la pared de ladrillos del muro exterior de la Academia Militar EXO. Por fin tenía unos momentos de respiro y de tranquilidad… O eso creía. Cerca de él, comenzó a escuchar unos sollozos y, a pesar de que no era asunto suyo, no pudo evitar acercarse para ver quién era la persona que lloraba. Se sorprendió cuando a quien encontró fue a ChanYeol y suspiró antes de acercarse a él.

            —ChanYeol —susurró. El chico se tensó al escuchar su voz, pero luego se relajó al reconocerla como la de su compañero de habitación—. ¿Estás bien?

            El chico no le contestó, así que se acercó un poco más a él, tanto, que si alargaba su mano podría tocar su cabello negro brillante y sedoso. Se detuvo un segundo antes de hacerlo, indeciso, pero finalmente colocó su mano en el cabello del chico y lo acarició levemente, intentando consolarlo. Pasó bastante tiempo escuchando sus sollozos, hasta que estos finalmente acabaron desapareciendo. ChanYeol se giró lentamente hacia él, con una pequeña sonrisa.

            —Gracias —murmuró—. Sé que estás teniendo muchos problemas por mí y no sé por qué lo haces, pero quiero agradecértelo.
            —Bueno… Eres mi compañero de habitación —comenzó—, y me caes bien, aunque parece que soy el único en este lugar al que le caes bien —el chico sonrió más ampliamente.
            —Tú también me caes bien —dijo.

            En ese momento, Kris sintió un nudo en su estómago. Aquel chico había comenzado a confiar en él, había conseguido una parte de su misión, pero en aquel momento, le parecía que todo lo que debería hacer a partir de aquel momento no era justo para él. ChanYeol era un chico muy inocente, alguien que no podría hacer daño a alguien sin motivo alguno y quizás Kris pudo haber comenzado a replantearse si la misión que le habían encomendado no era demasiado.

○○○

            Kris había sido llamado de nuevo al despacho del director de la Academia EXO. No quería ver a SuHo de nuevo ni quería darle explicaciones sobre cómo iba aquello que le había mandado, pero no tenía más remedio que hacerlo. Entró sin llamar a la puerta, esperando encontrarse al hombre mirando por la ventana; sin embargo, lo que se encontró fue a un viejo conocido.

            —Lay —dijo. El otro se dio la vuelta y le dedicó una sonrisa cínica, muy propia de él.
            —Mucho tiempo sin verte, Kris —contestó.
            —¿Qué haces aquí?
            —Me han mandado los de arriba para ver cómo van tus avances con Park ChanYeol —dijo acercándose a él—. Parece que te has ablandado un poco, creía que a estas alturas ya lo habrías matado. Me esperaba mucho más de El Cazador.
            —Ganarme su confianza, hacer ver a su familia que aquí está a salvo de todas las intrigas y después matarlo sin levantar sospechas y sin dejar rastro —dijo Kris—. Es algo bastante complejo como para hacerlo en un mes.
            —El chico es muy simple, si yo fuera tú ya estaría en una fosa común.
            —¿Y qué me aconsejas?
            —Va a haber unas prácticas esta noche —anunció—, pero no serán como las que nosotros vivimos en la academia, serán algo más parecido a una guerra real.
            —¿Qué quieres decir?
            —Habrá infiltrados entre los alumnos que dispararán balas de verdad —dijo—. Solo tienes que dejar que una bala se cruce en su camino.
            —Entendido —tras decir aquello, el hombre salió del despacho, dejando solo a su compañero de armas.

○○○

            La noche era oscura, sin luna que pudiera iluminar su camino. Tendrían que utilizar linternas, lo que haría mucho más fácil enfocar los puntos vitales y así acabar con la vida del chico. También suponía que habría otros muertos y heridos entre los demás estudiantes de la academia, para así justificar la muerte del chico.

            Era cerca de medianoche, cuando debería comenzar el entrenamiento y Kris se dio cuenta en ese momento de que ChanYeol estaba despierto, como él. Quizás se olía que algo iba a ir mal aquella noche, debía tranquilizarlo.

            —¿No puedes dormir? —preguntó.
            —No… Me siento inquieto… —susurró el otro unos segundos después.
            —Solo cierra los ojos y dejar de pensar en cosas que te quiten el sueño.
            —¿Tú por qué no puedes dormir?
            —Las noches sin luna me traen malos recuerdos —confesó sin darse cuenta y, cuando lo hizo, ya era demasiado tarde.
            —¿Pasó algo una noche sin luna? —preguntó ChanYeol, curioso, sentándose en su cama para poder ver a Kris.
            —Sí… —murmuró.
            —¿Qué fue lo que…

            ChanYeol no pudo terminar de hacerle su pregunta porque las alarmas comenzaron a sonar y ambos se levantaron rápidamente de la cama, colocándose los uniformes de combate.

            —¿No deberían anunciar las prácticas nocturnas para que estuviéramos preparados?
            —En el campo de batalla, lo enemigos no te avisan que van a atacar por la noche para que te prepares, simplemente atacan.

            El chico asintió, terminando de vestirse y equiparse. En cuanto ambos estuvieron listos, salieron corriendo de su habitación, atravesando los pasillos en apenas unos segundos para llegar al patio de la academia, donde comenzaban a llegar los demás alumnos. Tras pasar lista y que se cercioraran que estaban todos en el lugar, les explicaron cuáles eran las reglas y les advirtieron de que si no realizaban bien las prácticas podía sucederles algo malo.

            ChanYeol tembló a su lado al escuchar aquellas palabras, ya que apenas llevaba un mes en aquel lugar, y a Kris se le cogió un nudo en el estómago. Comenzaba a tener serias dudas. Quizás no era muy buena idea matarlo en aquellas prácticas, sería demasiado arriesgado y no se fiaba mucho de Lay… No desde que pasó aquello.

            Se les dio la orden de esconderse ya fuera en el bosque o entre las colinas y que lo hicieran bien, porque solo tendrían diez minutos antes de que todo comenzara. Inmediatamente después de recibir la orden, Kris agarró de la mano a ChanYeol para que no se perdiera entre la multitud y para poder guiarlo hacia algún lugar en el que no pudieran encontrarlos.

            —No te separes de mí —le dijo.

            Corrieron, separándose de la multitud, buscando el refugio de los árboles y quizás de algún hueco de unas raíces para así estar más protegidos. Sin embargo, antes de poder llegar a la linde del bosque, escuchó cómo alguien se acercaba a ellos. Intentó que su rapidez los alejara de esa persona, pero ChanYeol no podía seguir aquel ritmo. Cuando Kris se detuvo, el enemigo los había alcanzado y alzaba su pistola para pegarle al chico con la culata. Lo arrastró más cerca de él, pero no pudo evitar que se llevara el golpe y finalmente ChanYeol caía desmayado en sus brazos.

            La otra persona iba encapuchada, pero en ese momento se la echó hacia atrás, dejando su rostro al descubierto y Kris lo enfocó bien con la linterna, descubriendo a Lay, que se cubrió los ojos con las manos para no quedar deslumbrado.

            —¿Cómo…?
            —No es una buena idea matar al segundo en la línea de sucesión de un país con el que no estamos en muy buenos términos en unas prácticas de la academia —dijo—. Los de arriba están demasiado preocupados por su presencia aquí y quieren liquidarlo lo más rápido posible, acelerando los acontecimientos. Todo debe seguir su curso y no acabar así, porque podría provocar una guerra.
            —¿Por qué lo haces?
            —No quiero volver a vivir una guerra… —murmuró—. Despertará en un par de horas —señaló—, carga con él y llévalo a un lugar seguro —Kris asintió—. Intentad aguantar hasta el amanecer y… lo siento por el golpe, pero sino se llevaba alguno, sería muy sospechoso.
            —Gracias.
            —No me las des… Tengo que expiar mis pecados…

            Tras decir eso, se colocó de nuevo la capucha y se alejó del lugar corriendo. Kris lo vio desaparecer y luego miró a ChanYeol, indefenso entre sus brazos. Negó con la cabeza y alzó al chico, cargándolo como llevaría a una chica, y después comenzó a correr en dirección al bosque internándose en lo más profundo de este, escapando de todos los peligros.

○○○

            Kris dejó de vagar entre sus recuerdos cuando escuchó un ruido. Abrió sus ojos y, aunque estaba completamente oscuro, sabía perfectamente que tras la puerta de la habitación en la que había sido confinado se encontraba una persona, podía oír su respiración. Sin embargo, no dio muestra alguna de haber escuchado algo, simplemente se quedó esperando a que la otra persona hablara y cuando lo hizo, se llevó una gran sorpresa.

            —¿Estás ahí, Kris? —preguntó la voz de ChanYeol.
            —Sí —contestó con la voz ronca. No haberla utilizado en todos los días que llevaba allí le había pasado factura, así que carraspeó.
            —¿Estás bien?
            —Un poco oscuro… Pero no se está mal —ironizó—. ¿Qué haces aquí?
            —Quería saber que estabas bien…
            —Ya lo sabes, así que, vete antes de que te atrapen en este lugar —dijo un poco brusco y pudo imaginar la expresión que ChanYeol había puesto en su rostro: una de enfado, mezclada con un puchero porque él hacía lo que quería y no recibía órdenes.
            —Sé que no eres un traidor, sé que no quieres hacerme ningún daño —confesó—. Estoy haciendo todo lo posible para sacarte de aquí.
            —Gracias… —susurró Kris.
            —Me voy por ahora… Pero intentaré venir… —hizo una pausa, como si pensara si decir o no lo siguiente. A Kris se le encogió el corazón cuando se decidió y lo dijo—. Te quiero.

            ChanYeol salió corriendo y Kris empezó picor en sus ojos y segundos después, las lágrimas humedecían sus mejillas, trazando caminos salados por estas. No podía seguir con aquello, no podía intentar traicionarlo de nuevo. Era la primera misión que fallaba en toda su vida, pero sentía que merecía la pena, incluso aunque finalmente acabara siendo ejecutado a manos de las personas que realmente protegían a aquel chico que lo había cambiado tanto.

○○○

            Kris sabía que al día siguiente de la practica en la que el chico debería haber muerto y no lo hizo tendría consecuencias; así que, cuando se dirigió al despacho de SuHo tenía un nudo en el estómago que ni la sonrisa encantadora e increíblemente grande que le había dedicado ChanYeol en gratitud por haber cargado con él y haberlo protegido de todo la noche anterior fue suficiente para hacerle perder aquel nudo.

            Nunca había desobedecido una orden, pero aquel chico no se merecía morir, le recordaba demasiado a él y este tampoco se merecía lo que le pasó. ZiTao, su compañero de armas, el alegre chico que guardaba sus espaldas y al que Lay no había sabido proteger cuando él no pudo hacerlo, su mejor amigo y el más leal de todos. Kris sacudió su cabeza y alejó aquellos pensamientos de su mente, no era conveniente que comenzara a pensar en ello.

            Kris entró en el despacho de SuHo, encontrándolo sentado de espaldas al ventanal, que tenía las cortinas echadas. Al hombre le dio muy mala espina que la estancia estuviera tan oscura cuando al hombre le gustaba la luz del sol, así que, se preparó para lo peor: que sacara una pistola sin darle tiempo a poder esconderse y lo matase por no haber cumplido las órdenes.

            —¿Dónde os escondisteis anoche? —fue lo primero que le pregunto. Su voz era fría como el hielo.
            —En el bosque —respondió sin ser más preciso.
            —¿Por qué no lo llevaste a campo abierto o hacia las colinas?
            —El chico se empeñó en que él sería quien me protegiera aquella noche por todo lo que yo lo había ayudado y negarme habría sido demasiado sospechoso —contestó.
            —Sí... Lo hubiera sido... —murmuró el hombre.
            —¿Quería verme para esto? —SuHo asintió.
            —Y para advertirte que los de arriba lo quieren muerto antes de que pueda decir algo de lo que ha visto aquí cuando regrese a casa.
            —Entendido.

            Kris salió del despacho. Tenía que hacer algún movimiento, lo que fuera, algo que lo pusiera en un gran peligro pero que finalmente no le sucediera nada grave. Solo necesitaba eso por ahora, que pareciera que hacia correctamente su trabajo antes de que los de arriba decidieran que era hora de acabar con él. Sin embargo, no tenía nada en mente, no sabía qué era lo que podía hacer para que todo saliera bien.

            Cuando llegó a la habitación, el chico, que lo esperaba sentado en la cama, se levantó y fue hacia él. Le había contado que tenía que dar un parte sobre las prácticas de la noche anterior y luego le había negado el ir con él, alegándole que debía descansar por el golpe que había recibido en la nuca y que lo había hecho sangrar durante un buen rato.

            —¿Cómo ha ido? —preguntó.
            —Me han felicitado por haber acabado la práctica, sanos y salvos —comentó—, y ahora, a descansar.

            El chico protestó un poco, pero luego se metió en su cama, echándose a dormir. Kris se quitó la camiseta y los pantalones y se introdujo en su propia cama. Había sido una noche agotadora y solo quería dormir hasta el amanecer del día siguiente. Estaba por quedarse dormido cuando comenzó a escuchar el rozar de unas sábanas, unos pasos amortiguados por el suelo y alguien subiendo a su cama.

            Se mantuvo despierto, pero con los ojos cerrados, esperando tenso lo que ChanYeol pudiera hacerle. Sin embargo, cuando descubrió sus intenciones y vio que estas no eran nada peligrosas, no pudo evitar seguir tenso porque no había dormido con nadie más que con ZiTao y hacía demasiado tiempo que no sentía el calor de un cuerpo a su lado. Casi sin darse cuenta, fue relajándose y quedándose dormido.

○○○

            Se convirtió en una costumbre para ambos que ChanYeol se colara en su cama todas las noches y que Kris lo envolviera entre sus brazos para que este se sintiera mucho más seguro. Hacía ya demasiado tiempo que en la mente de Kris se había convertido su misión en una misión que no podía realizar. Al convertirse en la persona en la que más confiaba el chico, le era imposible traicionarlo, le recordaba demasiado a ZiTao y el sentimiento de protección para con él era mucho más fuerte que el de realizar correctamente su trabajo.

            Era la primera vez que El Cazador no acataba las órdenes, pero esta vez le parecía que lo correcto era no hacer nada contra el chico, algo dentro de él se lo decía.

            —Kris… —escuchó su nombre salir de la boca de ChanYeol y se giró en redondo hacia él, ya que estaban andando por los pasillos de la academia.
            —Dime.
            —He pedido un permiso para la semana que viene poder visitar mi tierra —confesó—. Llevo casi medio año aquí y me gustaría ver a mi familia… Los extraño…
            —Oh —aquello lo había pillado por sorpresa, ya que nadie le había informado—. ¿Y cuándo volverás?
            —La verdad es que… —el chico agachó su cabeza y comenzó a jugar con sus dedos—. Le hablé a mi familia de todo lo que has estado haciendo por mí y ellos quieren conocerte para darte personalmente las gracias por todo.
            —Yo no…
            —Le pedí al director SuHo que te dejara venir —dijo rápidamente—, y me dijo que podías hacerlo, que no había nada que lo impidiera.

            Esa respuesta hizo que Kris se quedara helado. SuHo le había dado una última oportunidad, si no cumplía con la misión que le había sido encomendada, acabaría muerto. Miró a ChanYeol, que le sonreía tímidamente y luego miró a la nada. Tenía que hacer su movimiento lo más rápido posible, antes incluso de que partieran hacia Hanguk.

            —¿Cuándo partimos? —preguntó. Al chico se le iluminó la cara al escuchar su respuesta y le dedicó una gran sonrisa.
            —Mañana.
            “Maldición”.

○○○

            A la mañana siguiente, cuando apenas había amanecido, Kris y ChanYeol salían de la Academia Militar EXO en dirección a la estación de tren. Allí, tendrían que tomar el único tren que iba hacia Hanguk, que solo circulaba una vez a la semana, y luego tendrían un viaje de casi un día hasta llegar a la capital del país. Los llevaron allí en un coche viejo al que no le quedaba demasiado tiempo de vida ya que profería unos sonidos que no presagiaban nada bueno. Afortunadamente, pudieron llegar a tiempo a la estación y coger el tren.

            Una vez subidos a él e instalados en uno de los compartimientos, Kris se permitió relajarse un poco. Se había pasado en vela toda la noche, quebrándose la cabeza para poder sacar algo en claro, para poder saber qué iba a hacer una vez llegara a Hanguk; sin embargo, no había dormido y no había obtenido absolutamente nada. No quería traicionar a ChanYeol, cada vez que el pensamiento de hacerlo cruzaba su mente se le formaba un nudo en el estómago. Era algo que estaba fuera de su alcance, pero si renunciaba ante los altos cargos, ante SuHo, lo matarían y mandarían a otro para que terminara su trabajo y no podía permitir que nadie le hiciera daño al chico.

            —¿Estás bien? —le preguntó ChanYeol, sacándolo de sus pensamientos.
            —Sí —contestó.
            —Pareces muy nervioso —comentó.
            —Bueno… Nunca he estado en Hanguk, así que, supongo que será por eso —ChanYeol sonrió.
            —No te preocupes —comentó—. Estaré a tu lado todo el tiempo.

            El chico se acercó a él, sentándose a su lado en el gran sofá que había en el compartimento, que también poseía una mesa, varias sillas, un armario y una enorme cama a cuyos pies se encontraba un baúl. Kris lo miró un poco confundido por su cercanía, pero el chico simplemente le sonrió antes de cruzar la distancia que separaba sus rostros y besar sus labios durante unos momentos. Al separarse, una luz iluminaba los ojos del chico de una forma que hizo que el corazón del hombre diera un vuelco.

            —Llevaba tiempo queriendo hacer esto y me alegra que no te hayas apartado —murmuró—. Voy a hablar con el interventor —anunció—, quiero saber cuánto tardaremos exactamente.

            Tras esto, el chico salió del compartimento, dejando solo a Kris en este. No sabía a qué se debía aquel beso, pero el corazón había comenzado a latirle con celeridad y su cabeza daba vueltas. Llevaba demasiado tiempo sin sentirse de aquella forma, desde que ZiTao había muerto y sabía exactamente por qué era. En aquel momento tuvo muy claro que jamás le haría daño a ChanYeol, aunque sí que tenía que hacer un movimiento para que ninguno de los dos acabara muriendo.

○○○

            Después del largo día de viaje en tren, este se detuvo en la estación en la que debían de bajarse y con los primeros rayos de sol, pisaron el suelo del andén. Kris miró a su alrededor y descubrió a seis hombres, todos ellos uniformados, que en cuanto vieron a ChanYeol bajarse del tren lo saludaron con una inclinación de más de noventa grados. Después de eso, uno de ellos se acercó hasta donde ambos se encontraban y le sonrió al chico antes de comenzar a hablar.

            —Bienvenido a casa —dijo—, le hemos echado mucho de menos.
            —Yo también os echaba de menos —contestó ChanYeol. En ese momento, aquel hombre reparó en la presencia de Kris y le dedicó una sonrisa algo forzada, intentando aparentar ser cortés.
            —¿Esta es la persona de la que tanto hablabas en tus cartas? —el chico asintió.
            —Su nombre es Kris —lo presentó.
            —Yo soy Chen, el jefe de la guardia y el encargado de la protección personal de Park ChanYeol —dijo el hombre frente a él.

            En aquel momento, Kris supo que debía tener mucho cuidado con aquel hombre. Parecía muy listo, demasiado y también pudo ver por la expresión en su rostro que era una persona non grata y que si quería hacer bien lo que había estado pensando durante el trayecto, debía hacer que el tal Chen no tuviera ninguna sospecha sobre él.

            Kris apenas espero un día para comenzar con su plan. Solo tenía que ser algo que atentase contra la vida de ChanYeol, pero que no lo hiciera realmente, solo que lo pareciera. Chen lo tenía bastante vigilado, pero no por eso cejó en su empeño de llevarlo a cabo. Si todo salía como debía, los de arriba sabrían de su intento y aunque hubiera sido fallido le darían un poco de más tiempo, el suficiente para confesarle a ChanYeol todo y para que este pudiera perdonarlo por todo, si es que realmente se enfadaba con él porque aunque le hubiera parecido un cabeza hueca en un principio, en aquellos momentos dudaba que el chico fuera realmente un tonto que no se había dado cuenta de nada.

            Cuando lo tuvo todo listo se fue del lugar, satisfecho consigo mismo por el resultado, pero al doblar la esquina, se encontró de frente con Chen, que tenía en su rostro una sonrisa torcida. Kris maldijo interiormente porque había sido demasiado descuidado, más de lo que planeaba.

             —Kris, quedas arrestado por intento de traición y asesinato contra un miembro de la familia imperial.

            Bueno, si lo veía de aquella manera seria todavía mejor, así los de arriba podrían saber que lo habían puesto bajo custodia y que él había hecho lo posible por cumplir su misión. Solo esperaba que ChanYeol no les creyera sobre lo de su intento de asesinato y lo sacara del lugar al que lo llevaran.

             —Chen —llamó—. Asegúrate de que esta información traspasa las fronteras.
           —Yo me encargaré de todo, Cazador.

            Kris ni se sorprendió que el hombre lo hubiera llamado así, simplemente sonrió y se anotó mentalmente que nunca jamás dejaría que ChanYeol y ese tipo se quedasen a solas en un mismo espacio mientras era llevado al lugar en el que iba a estar arrestado hasta que se decidiera que iba a ser de él. Esperaba que la espera no se le hiciera demasiada larga, aunque si aquello pasaba, quizás se pondría a pensar en los tiempos pasados.

○○○

            Kris pensó que se tenía merecido estar allí donde estaba, había sido descuidado y había dejado demasiadas pistas que lo inculpaban. Suspiró cansado, si estaba otro día más encerrado se volvería loco. Necesitaba la luz del sol, necesitaba ver la sonrisa de ChanYeol y necesitaba que lo volviera a besar como aquella vez en el tren. Las horas se le hacían eternas sin él a su lado y quería que todo terminara.

            Como si sus súplicas fueran sido escuchadas por los dioses, Kris escuchó al otro lado de la puerta pasos de diferentes personas, al menos de cuatro, que poco después se detenían frente a su puerta. Escuchó cómo una llave era introducida en la cerradura y, unos segundos después, su única salida al mundo comenzaba a abrirse con un chirrido que indicaba que las bisagras necesitaban un poco de aceite. Una luz cegadora entró por el vano y el hombre tuvo que taparse los ojos con las manos para que esta no lo deslumbrara demasiado. Sin embargo, tuvo que retirarlas cuando sintió un cuerpo muy conocido contra el suyo, para atraparlo entre sus brazos.

            —Tengo una forma de sacarte de aquí —dijo en un susurro ChanYeol.
            —¿Cómo? —preguntó.
            —Sé que tú no hiciste nada malo, así que no te mereces…
            —ChanYeol —cortó—. Necesito contarte algo —el chico se alejó un poco de él para mirarlo seriamente.
            —¿Qué…?
            —Soy El Cazador y la primera vez que me acerqué a ti fue con la intención de ganarme tu confianza para luego matarte —confesó con rapidez—, pero a medida que pasaba tiempo contigo sentía que no podía cumplir con lo que me habían impuesto, así que me propuse abandonar la misión, pero si yo lo dejaba mandarían a otro a matarte y no podía consentir eso, así que por eso organicé todo esto, para que vieran que había hecho todo lo posible pero que finalmente había sido pillado —el rostro de ChanYeol estaba serio después de escuchar aquello y Kris no podía saber qué era lo que estaba pasando por su cabeza—. No quería seguir mintiéndote y si por esto que acabas de saber quieres dejarme aquí dentro no me opongo a tu decisión, solo te pido que si es así, vengas a visitarme una vez al día porque me volvería loco si no pudiera verte.

            ChanYeol estaba muy callado, pensativo y a Kris no le gustaba nada aquello porque si se lo estaba pensando, no tenía muchas posibilidades de salir de allí. Unos segundos de silencio que se le hicieron eternos hasta que finalmente el otro sonrió.

            —Vas a poder verme todos los días a todas las horas si aceptas lo que vengo a proponerte —dijo.
            —¿No estás enfadado?
            —No. Confío en ti, confío en que nunca me harías daño —respondió.
            —ChanYeol…
            —Conviértete en mi Cnight —propuso. Kris no pudo hablar durante unos momentos, por la impresión, pero en cuanto pudo procesar lo que había escuchado, le faltó tiempo para asentir.
            —Sí, sí.
            —Mañana será la ceremonia —comentó—. Aguanta hasta ese momento.
            —Solo si me das un beso —ChanYeol sonrió y se acercó a él para besar sus labios fugazmente, antes de que las personas que estaban con él se dieran cuenta de lo que hacía—. Ahora puedo aguantar todo el tiempo necesario.
            —Mañana a estas horas estarás fuera de aquí y a partir de ese momento no podrás separarte de mí.
            —Aunque pudiera hacerlo no lo haría —el chico se levantó, sonriendo ampliamente de una forma encantadora.
           
            ChanYeol salió de la habitación y la puerta fue cerrada, privándolo de nuevo de la luz y llevándolo hasta la oscuridad; sin embargo, las horas que le quedasen en aquel lugar no tendría que esperar hasta la salida del sol para que iluminara la estancia durante algunos minutos, ahora tenía una luz, la luz de la esperanza, la luz que había dejado ChanYeol proponiéndole quedarse a su lado para siempre a pesar de conocer cuál había sido el motivo por el que ambos habían llegado a conocerse.

            Kris sabía que una vez que se convirtiera en su Cnight no podría separarse de él y tampoco volver a casa a ver a su hermano de nuevo, pero aunque aquello lo entristecía un poco, no opacaba el sentimiento de felicidad que se había instalado en su pecho. Kris dejaba de ser El Cazador, dejaba de matar a las personas que los de arriba no querían ver vivos, lo dejaba todo atrás para convertirse en una nueva persona, una persona que dedicaría su vida a proteger lo que más apreciaba.





Aclaraciones finales:
—Hanguk significa “país de Han” y es uno de los nombres que recibe Corea del Sur, aunque el lugar al que me refiero no es real, quería ponerle este nombre.
—Cnight es la palabra anglosajona de la cual deriva knight “caballero”, que en su origen significaba siervo o sirviente.

Datos y cosas que no he podido incluir por falta de tiempo pero en los que ya había pensado:
—SeHun es el hermano pequeño de Kris, a quien quiere ver y hacerle saber que sigue vivo y también para sentirse un poco más humano (aunque cuando ChanYeol se cruza en su camino todo cambia)
—ZiTao fue el compañero de armas/amante de Kris y murió en una de las escaramuzas de la guerra (había sido mandado al frente junto a Lay, que nunca se perdonaría no haber hecho lo suficiente y haberlo dejado morir por salvarse a sí mismo, al igual que Kris tampoco se lo perdonaría en los siguientes años) cuando Kris estaba en una misión secreta para acabar con uno de los altos cargos del ejército enemigo.
—“Los de arriba” término que utilizo para referirme a los mandamases del país de Kris (que aunque nunca haya dicho el nombre pensé que Joseon quedaría bien en contraposición a Hanguk) son LuHan y Kai.
—En Hanguk, el emperador es XiuMin y su hijo y, por lo tanto el primero en la línea de sucesión, es BaekHyun. D.O. es el sumo sacerdote, aquel que comunica a los dioses con los seres mortales y la persona que oficiaría la ceremonia de conversión de Kris en Cnight.

Comentario final:
La verdad es que siento que esto se me ha quedado muy corto y que la historia se me desborda por todas partes como si fuera un río que llevara demasiada agua, así que, probablemente acabe haciendo un serial sobre esto en el que lo pueda explicar absolutamente todo; pero para ello dadme tiempo, tengo demasiadas cosas que hacer y el día solo tiene 24 horas.