Título:
나랑
해
(With Me)
Autora:
Riz Aino
Pareja:
DongChan (DongHyun + JooChan) (Golden Child)
Clasificación:
PG–13
Géneros:
AU, romance, humor
Número de palabras:
1.285 palabras
Resumen:
JooChan le propone a DongHyun que tengan una cita durante todo un día y, si no
le gusta pasar el rato con él, no lo volverá a molestar jamás.
Notas:
he inspirado levemente la historia en la canción de la cual he tomado el
título, quizás no mucho, pero lo básico está ahí.
Comentario de autora:
desde aquel momento de la ducha en el Woollim Pick mi amor por estos niños ha
ido creciendo cada vez más y más y claro, tenía que pasar que escribiera sobre
ellos. Espero que os guste.
나랑 해 (With Me)
En el instituto, era totalmente
normal que los chicos y las chicas recibieran de vez en cuando cartas de amor
en sus taquillas con propuestas para comenzar a salir juntos, quizás no era la
tónica diaria, pero de vez en cuando sucedía y era algo que no sobresaltaba a
nadie. No obstante, eso solo les pasaba a los chicos y chicas populares o con
una belleza deslumbrante que tenían enamorados al resto de compañeros, no les
sucedía a las personas normales y corrientes que no destacaban en absolutamente
nada.
Por ese motivo, cuando DongHyun
encontró una pequeña carta sellada con un corazón, dentro de su taquilla, el
chico pensó que debía de ser una equivocación hasta que vio que en el sobre
venía escrito su nombre.
Jamás le había pasado algo como
aquello. No era un chico que destacara sobre los demás, era delgaducho y no muy
alto, ni siquiera tenía rasgos que pudieran considerarse atractivos, como lo
podían ser los de algunos de los muchachos que se encontraban por el lugar; así
que, DongHyun no sabía realmente por qué alguien se había fijado en él. No
tenía nada. Pero aun así, se sintió bastante feliz por haber recibido la carta
y la abrió, leyendo que la persona que la había dejado allí quería quedar con
él en la azotea a la hora del almuerzo.
DongHyun esbozó una sonrisa y guardó la
carta, esperando que llegara aquella hora para poder conocer a quién lo había
citado.
Cuando la hora del almuerzo llegó,
DongHyun salió de la clase sin mirar atrás y totalmente dispuesto a no comer
ese día para poder ver a quién le había mandado la carta, sintiendo el corazón
acelerado por la emoción mientras subía las escaleras que llevaban a la azotea
de dos en dos; sin embargo, cuando abrió la puerta para salir a aquel lugar, el
chico se quedó de piedra. Frente a él, se encontraba otro chico, no una chica
como él había pensado.
El muchacho tenía una sonrisa tímida
y parecía algo incómodo allí parado, esperando a que DongHyun se acercara a él.
A DongHyun le sonaba su cara de algo, pero no ubicaba de qué le podía sonar —aparte de porque
estudiara en aquel instituto y de vista lo podía conocer, no, era de algo mucho
más específico—. DongHyun se acercó a él, no queriendo ser descortés, porque el
muchacho había reunido el coraje para mandarle la carta y para citarlo allí. Al
menos le daría la oportunidad de presentarse y de que le dijera por qué le
había dejado la carta en la taquilla.
Nadie en el instituto sabía que a
DongHyun le gustaban los chicos y no las chicas y no entendía cómo el otro
podía haberse dado cuenta de aquello si él nunca había dado muestras de ser
diferente al resto.
—Me alegra que hayas venido —le dijo
el muchacho—. No estaba muy seguro de que lo fueras a hacer.
—Quería conocer a la persona que me
había enviado la carta porque ha sido la primera que he recibido —respondió
DongHyun—. ¿Cuál es tu nombre?
—Hong JooChan, de la clase C —le
contestó—. Estoy en el club de canto también.
DongHyun asintió levemente. Ya sabía
de qué le sonaba. Aunque él estaba en el club de baile y no de canto, a veces
hacían colaboraciones y probablemente habían atendido a algunas reuniones
juntos —aunque estaba completamente seguro de que ellos dos no habían
colaborado ninguna vez—.
—Mmmm… me gustas desde hace un tiempo
—murmuró JooChan, haciendo que DongHyun se sorprendiera bastante por sus
palabras. La homosexualidad no era demasiado bien vista, aunque se estaba
normalizando poco a poco; sin embargo, decir aquello tan abiertamente no era
frecuente—. Y no sé si a ti te gustan o no los chicos, probablemente no, pero
quería decírtelo y pedirte un favor.
—¿Qué favor? —cuestionó DongHyun.
—Pasar un día entero conmigo
—respondió el otro, agachando su cabeza levemente—. Si después de ese día no
quieres volver a verme nunca más, te prometo que haré todo lo posible para
evitarte… y si por algún casual te caigo bien, podríamos ser amigos… solo eso,
o lo que tú quieras.
DongHyun no pudo evitar sonreír ante la
timidez del otro muchacho aunque parecía tener las cosas bastante claras. Era
mono y bastante encantador y su mente no paraba de pensar en que podía darle
una oportunidad aunque no salieran juntos, solo para ser amigos y nada más, si
le caía bien; sino, simplemente iría cada uno por su lado como si aquello no
hubiera pasado jamás. Era una idea bastante tentadora y, teniendo en cuenta que
aquella había sido la primera vez que DongHyun había recibido aquella clase de
propuesta, estaba muy tentado a aceptarla. Pero antes de eso, quería asegurarse
de algo más.
—¿Por qué te gusto? —le preguntó al muchacho.
A JooChan se le pusieron las orejas
rojas de inmediato y agachó su cabeza todavía más, no dejando que su rostro
fuera ya visible por DongHyun. Pasaron unos momentos así, en silencio, mientras
el otro parecía reunir todas las fuerzas que necesitaba para poder responder a
esa pregunta, y a DongHyun no le molestó para nada aquel silencio, era
agradable.
—Una vez… pasé por el club de baile
para preparar una presentación con uno de los miembros y por casualidad te vi
bailar —comenzó el chico—. Bailabas muy bien y me gustó mucho verte, así que
durante algunos días te vi bailar y luego estuve hablando con algunos de los
chicos del club para saber de ti y todos me contestaron que eras un chico muy
trabajador y encantado y… no sé… me empezaste a gustar y cuando te veía no
podía evitar que mi corazón se acelerase y… creo que si sigo diciendo más cosas
lo mismo te asusto y no quiero asustarte —acabó diciendo, levantando su cabeza
por fin para mirarlo a los ojos, esbozando una sonrisa.
Y DongHyun no pudo evitar pensar que
el muchacho era muy mono cuando sonreía de aquella forma y que le gustaría
poder ver aquella sonrisa más a menudo, así que, sin pensarlo más, dio su
respuesta.
—Me encantaría pasar un día contigo
y ver qué pasa —dijo—. ¿Este domingo te viene bien?
JooChan se quedó totalmente
congelado por unos momentos, probablemente procesando lo que acababa de salir
de los labios de DongHyun, pero en el momento en el que entendió lo que quería
decir, asintió rápidamente con su cabeza.
—Este domingo me viene perfecto
—respondió—. ¿Podría tener… tu teléfono… para decirte el lugar y la hora…?
—Claro.
Y mientras le dictaba los números y
el otro los copiaba en su teléfono, DongHyun tuvo la sensación de que aquel día
que iba a pasar con JooChan iba a ir bastante bien y que, quizás, con la
primera carta de confesión que había recibido, iba a acabar teniendo un novio
totalmente encantador con el que pasar sus ratos libres.
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