Título:
넌 모를 거야
(You will not know)
Autora:
Riz Aino
Parejas:
BomChan (JooChan + BoMin) (Golden Child)
Calificación:
PG–13
Géneros:
AU, romance, angst
Número de palabras:
771 palabras
Resumen:
BoMin nunca sabrá lo mucho que JooChan lo quiere… porque para BoMin, JooChan
siempre será su mejor amigo y solo eso.
Notas: dedicado a
todas las personas a las que le gusta sufrir con los fanfics de forma muy
chunga… aquí tenéis vuestra droga favorita.
Comentario de autora:
siempre tiene que haber algún fanfic un poco angsty y la verdad me apetecía
muchísimo porque de estos niños nunca había hecho nada así. Espero que os
guste.
넌 모를 거야
(You will not know)
JooChan giró su cabeza hacia el lado
izquierdo de la clase de forma totalmente inconsciente, por costumbre, sin
pensar en lo que hacía, mirando directamente hacia el chico que estaba sentado
un par de mesas más allá, echado sobre la mesa, durmiendo en mitad de la clase
mientras el profesor de Historia trataba de contarles lo que había sucedido
durante una revuelta de las clases populares por las hambrunas que había
provocado una guerra. JooChan esbozó una pequeña sonrisa en sus labios y,
después, apretó estos en una fina línea mientras se giraba de nuevo y se volvía
al frente de la clase antes de que el profesor le pudiera llamar la atención
por no estar prestando atención. De todas formas, JooChan solo escuchaba a
medias lo que aquel señor tenía que decir, pero al menos, así no le dolía el
corazón tantísimo como cuando miraba a BoMin.
Hacía un montón de años que eran
amigos, demasiados años, y siempre habían estado juntos, siempre habían hecho
mil cosas, eran inseparables, como una extensión del otro y se habían contado muchos
secretos que habían sido incapaces de compartir con los demás por miedo a que
se los juzgara. No obstante… había secretos que JooChan albergaba en su corazón
desde hacía bastante tiempo y que BoMin jamás sabría.
El primer secreto que JooChan no
había compartido con él había sido el de que le gustaban los hombres y, con
aquel secreto, tenía que ver el siguiente que no había compartido con BoMin en
todo aquel tiempo: que, no solo le gustaban los hombres, le gustaba él.
Aquellos dos secretos eran algo que
el chico se había planteado mil veces contarle aquello a BoMin. Había pasado
demasiadas noches en vela, dando vueltas sobre el colchón sin poder quedarse
dormid, pensando, pensando en cómo podría sacar primero el tema y segundo cómo
podría decir algo como aquello sin poner en peligro su amistad, aquella amistad
de que JooChan atesoraba por encima de tocas las cosas y que no quería que se
acabara por eso. Porque BoMin, al contrario que él, había manifestado millones
de veces su sexualidad y lo mucho que lo atraían las diferentes chicas de su
clase o alguna idol que saliera por la tele. JooChan no tenía ninguna
posibilidad de que su amistad dejase de ser una amistad y se convirtiera en un
sentimiento más profundo… pero las tenía todas consigo para que esta acabara convertida
en cenizas.
JooChan tenía miedo. Era imposible
para él no tenerlo. Cualquier paso en falso que diera podía destruir la amistad
que había forjado con BoMin durante tantos años.
Por ese motivo, después de pensarlo
mucho, JooChan había tomado su decisión, había tomado la decisión de que jamás
le diría nada a BoMin para que éste no lo supiera nunca y así no echar a perder
su amistad. JooChan había tomado la decisión de cargar con las consecuencias de
aquello durante el resto de su vida, había decidido tratar de olvidar a BoMin y
no pensar en él de forma romántica queriendo encontrar a otra persona pronto
para poder amar sin reservas.
JooChan había decidido desobedecer lo que su
corazón le decía y lo había obligado a seguir la voluntad de su cabeza por
mucho que éste doliera.
Y su corazón dolía mucho. Dolía mucho
cuando latía fuertemente dentro de su pecho cada vez que estaba junto a BoMin…
y dolía mucho más cuando no estaba junto a él. En su corazón parecían clavarse
miles de agujas diminutas cada vez que pensaba que BoMin estaba al alcance de
su mano, tan cerca que lo podía tocar, pero a la vez tan lejos que jamás
llegaría a saber lo mucho que lo amaba.
JooChan sacudió su cabeza levemente
y se pasó las manos por su rostro para tratar de despejar aquellos pensamientos
y prestar verdadera atención a la clase, sin dejar que su mente volviera a vagar
por aquellos oscuros senderos otra vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario