No había nadie en el apartamento de
B.A.P., más que los dos mayores. Zelo y JongUp se habían ido a
bailar a la sala de ensayos, y en cuanto a YoungJae y DaeHyun, no
tenían noticias de ellos desde que se fueron por la mañana
temprano. HimChan estaba un poco, bastante preocupado, tanto por los
pequeños como por los medianos. Su cuerpo estaba en el sofá, viendo
una película de guerra con YongGuk, pero su mente vagaba por el
espacio infinito. Aparte de la preocupación por los chicos, también
tenía otra más que añadir, sus sentimientos por aquel que veía
ensimismado la película de guerra a su lado.
-Ah...- suspiró.
-¿Pasa algo?- preguntó el líder
sin apartar la mirada de la pantalla.
-Nada- contestó el aludido-
“pensaba que estaría demasiado concentrado en la película como
para escucharme”- pensó.
-Estás preocupado por los chicos,
¿no?- dijo el castaño mirándolo de reojo.
-DaeHuyn y YoungJae no han dicho
donde iban- contestó subiendo las piernas al sofá y abrazándose a
ellas.
-Es molesto- comentó YongGuk
dándole al pause a la película, dejando a los dos protagonistas a
punto de besarse.
-¿A qué sí? -dijo HimChan algo
entusiasmado porque el líder demostrara su inconformidad con este
hecho- por lo menos deberían pensar que no sólo están ellos en el
mundo y que hay gente que se preocupa por ellos...
-No me refería a eso- lo cortó el
mayor soltando el mando sobre la mesa y mirándolo con intensidad.
-¿Entonces?- preguntó el
comandante frunciendo el ceño sin entender qué era lo que el otro
quería decir.
-Es molesto... que te preocupes
tanto por ellos- contestó.
-Pero, ¿qué dices?- dijo HimChan
algo cabreado- ¿cómo no me voy a preocupar por ellos?- preguntó-
soy su hyung, debo cuidarlos.
-Pareces más su umma- dijo con
desprecio YongGuk.
-Pues...- aquello le había dolido,
¿cómo era capaz de decir eso de esa manera? Había herido sus
sentimientos, HimChan se sentía muy dolido- ¿sabes? Debería ser tu
trabajo como líder el preocuparte. Si hicieras bien tu trabajo yo no
tendría que ser la umma- contestó muy cabreado.
-Eres un idiota- dijo el mayor. El
moreno estaba fuera de sus cabales. Primero umma, después idiota.
Sin poder contenerse le propinó una bofetada muy fuerte. De lo
fuerte que se la dio, le giró la cara. YongGuk se tocó la mejilla y
lanzó una mirada de odio que hizo encogerse al menor- y encima pegas
como una chica- HimChan volvió a alzar la mano dispuesto a pegarle,
pero fue atrapado fuertemente por su muñeca. Levantó la otra mano y
el proceso se repitió- no te atrevas a volver a golpearme- la mirada
continuaba y apretaba tan fuerte las muñecas del menor que le estaba
cortando la circulación.
-YongGuk- susurró a la vez que unas
lágrimas comenzaban a caer por sus mejillas- por favor- suplicó-
suéltame, duele- se tragó todo su orgullo y cerró sus ojos
abandonándose al llanto.
De repente la presión en sus
muñecas dejó de sentirse y comenzó a notar como sus lágrimas eran
secadas. Abrió sus ojos y se encontró con el rostro de un hombre
diferente al que dejó al cerrarlos. Seguía siendo YongGuk, pero no
era él.
-Lo siento, Channie- seguía secando
las lágrimas- no quería hacerte llorar- había habido un gran
cambio en su actitud. HimChan quería abandonarse a aquello...
pero...
-¡Suéltame!- le gritó y se apartó
de él, levantándose del sofá- ¡te odio!- se alejó y se fue hacia
la puerta. YongGuk se levantó corriendo y lo alcanzó en la puerta,
lo agarró y lo puso contra ésta bruscamente- ah- soltó un quejido
HimChan.
-Te he pedido disculpas- le gritó
dando un puñetazo a las puerta, justo al lado del rostro del menor-
¿por qué me odias?- preguntó en un tono más bajo.
-Hyung...- susurró- me estás
asustando- sollozó de nuevo.
-No soporto verte llorar- dijo el
mayor lanzándose hacia sus labios y besándolos con avidez. HimChan
se quedó paralizado, con sus ojos abiertos contemplando el rostro de
la persona que amaba. No correspondió al beso, no sabía cómo
hacerlo y YongGuk se separó- Channie- el moreno no sabía qué
hacer, segundos antes le gritaba y ahora le besaba. YongGuk estaba
muy raro. Él sólo miraba a los ojos del mayor, intentando descifrar
lo que le pasaba por la cabeza- ¡joder!- gritó el castaño dando
otro puñetazo, más suave esta vez.
-No juegues conmigo- susurró
HimChan. Fue lo único que pudo decir.
-No juego- contestó el mayor-
¿crees que te besaría si estuviera jugando? Joder, Channie- estaba
muy serio y miraba a los ojos a su compañero- he renunciado a las
mujeres por ti, UN HOMBRE- gritó esto último- ¿crees que estoy
jugando?- HimChan no sabía qué responder- y ahora resusta que eres
heterosexual- YongGuk comenzó a retirarse.
-No...- susurró el moreno- yo he...
estado... esperando por... esto... y... - el mayor lo miró, HimChan
no sabía dónde meterse, quería decirle que le correspondía, que
era gay, que...
Sus pensamientos se vieron
interrumpidos por el contacto con los labios del mayor. Seguía
siendo brusco, pero esta vez HimChan se abandonó al beso, cerró los
ojos y se dejó llevar. Pasó sus manos por los hombros del otro y
agarró su cabello. YongGuk delineó el contorno de los labios con su
lengua y cuando el moreno lanzó un gemido, introdujo su lengua en la
cavidad. Una guerra de lenguas comenzó a librarse en sus bocas, y al
final quedó en empate cuando tuvieron que separarse para coger aire.
Sin embargo, YongGuk no se alejó
mucho. Podían sentir cada uno la entrecortada respiración ajena, y
sus narices, se tocaban levemente. Desde que abrieron los ojos,
mantuvieron el contacto visual. El mayor le puso las manos en las
caderas a HimChan tras hacer un recorrido por sus costados,
acariciándolos, para pegar sus cuerpos lo más posible y hacer así
que sus partes se tocaran. El moreno ahogó un gemido cerrando los
ojos.
YongGuk aprovechó para comenzar a
besar y mordisquear el cuello del comandante, dejando marcas por allí
por donde pasaba. HimChan echó su cabeza hacia atrás dejando un
mejor acceso a su cuello. Pronto el castaño comenzó a besar más abajo, hasta donde la camiseta poco escotada le permitía.
Al poco rato se cansó de esta incomodidad y cogió el filo de la
camiseta, tirando de ella hasta sacarla por la cabeza del menor y
tirarla por algún lado. Comenzó a besar su cuerpo, haciendo que se
escapasen gemidos de la boca de HimChan. Se entretuvo en sus pezones,
los mordisqueó, lamió y chupó hasta que se pusieron casi tan duros
como las partes bajas de sus cuerpos. De repnte, YongGuk paró.
-Vamos a la habitación.
HimChan asintió. Quería dejarse
llevar por todo lo que estaba pasando. Siguió al mayor hasta la
habitación que compartían, al entrar, el castaño cerró la puerta
y echó el pestillo, luego, se quitó la camiseta. Su cuerpo estaba
mucho más trabajado que el del menor. YongGuk se acercó a aquel que
lo miraba comiéndoselo con los ojos y comenzó a besarlo de nuevo,
salvajemente. Cuando se separaron para coger oxígeno el mayor tumbó
a HimChan sobre su cama, después, fue hacia su armario y comenzó a
buscar algo. El moreno se incorporó sobre sus codos, curioso por
saber qué tenía YongGuk en el armario que era más importante que
atenderlo a él.
-¿Qué haces?- preguntó.
-Relájate y cierra los ojos-
contestó el otro- es una sorpresa- HimChan hizo todo lo que le
pidió, abrió los ojos, sólo cuando notó el frío del metal en sus
muñecas.
-¿Qué?- dijo al ver sus manos
atrapadas en unas esposas, unidas ambas al cabecero.
-Tranquilo- susurró YongGuk en su
oreja y la mordió suavemente, después fue a su boca de nuevo, al
terminar, succionó el labio inferior de su compañero- es solo para
jugar un poco- aclaró.
-No creía que fueras sadomaso-
comentó el moreno algo aturdido.
-Soy mucho más de lo que te
imaginarías jamás.
Y dicho esto tiró de los pantalones
del menor y se los sacó de un tirón. Le agarró la piernas y
comenzó a besarlas, subiendo cada vez más, hasta llegar a sus
partes. Comenzó a masajearlo con una mano mientras su boca seguía
subiendo por ese cuerpo tan delicioso que se le presentaba delante
hasta sus labios. El beso fue húmedo, caliente y excitante. El
miembro de HimChan, ya de por sí excitado anteriormente, no cabía y
dolía dentro de la única prenda que le quedaba. Gemía al sentir
las manos del mayor dándole placer, pero no quería hacer mucho
ruido y mordisqueaba los labios de éste para ahogarlos. YongGuk le
quitó los boxers de una vez por todas y rompió el beso para
quedárselo mirando.
-Eres excitante- comentó.
-Y tú un pervertido- susurró
HimChan muy colorado.
-Ya lo sé- contestó el aludido
mirándolo fijamente a los ojos- y esto no es nada pervertido para lo
que voy a hacerte después- dijo sensualmente humedeciéndose sus
hinchados y rojos labios.
-Oh- HimChan abrió los ojos como
platos, y no pudo decir nada más porque notó la lengua de su hyung
en uno de sus pezones. Éste lo lamía y mordisqueaba, y después de
estimularlo, se pasó al otro- ahhh- gimió cuando sintió el mayor
abandonaba sus pezones y puso su boca su pene. Le dio unos cuantos
besos y lamidas antes de introducírselo. Al sentir la humedad de esa
cavidad el comandante gimió fuerte mente, y fue a agarrarse al pelo
del mayor, pero sus manos estaban sujetas con las esposas al
cabecero- Yong- llamó entre gemidos, el líder hizo un ruidito para
dar a entender que le había oído mientras seguía con su trabajo-
esto... no... me... gusta...ahh- se quejó soltando un gemido. El
castaño se sacó el pene de la boca.
-Cualquiera lo diría- contestó
burlón y sopló la punta del miembro. HimChan volvió a gemir- ¿ves?
-No... es eso...
-¿Entonces?- le dio una lamida al
pene de abajo a arriba, como si fuera un helado a punto de
derretirse.
-Quiero... tocarte... también-
contestó avergonzado, e intentó cubrirse la cara con sus manos,
pero no pudo. Bufó.
-Me gusta que primero estés así-
contestó el mayor y siguió con su lengua una de las venas que
surcaba el pene- así no podrás detenerme cuando te haga cosas
perversas.
-Yong- intentó protestar pero fue
acallado con un beso. Las manos del mayor volaron hasta su miembro y
siguió acariciando mientras besaba con rudeza, cada vez más fuerte,
cada vez más rápido. De repente, el menor sintió un hormigueo en
su abdomen que lo avisaba de que iba a correrse segundos antes de
hacerlo. Notó como una endiablada debilidad se apoderaba de su
cuerpo mientras las grandes y fuertes manos de su líder lo recorrían
entero, proporcionándole escalofríos. El moreno cerró los ojos y
se abandonó a las caricias y a las sensaciones que éstas le
provocaban.
-¿Te gusta, Channie?- preguntó el
mayor contra sus labios.
-Hum- acertó sólo a decir el
comandante después de que un gemido se escapase involuntariamente de
sus labios.
-Así me gusta- dijo YongGuk
perverso, y le dio un mordisco en la oreja que lo hizo chillar- lo
que viene ahora te va gustar más- y bruscamente lo agarró y lo puso
a cuatro patas, haciendo que sus brazos quedaran cruzados y en una
posición algo dolorosa por las esposas.
-Argh- se quejó- eres un bruto-
gritó.
-Y lo que te gusta a ti que lo sea-
contestó el otro, lascivo.
-Yong, no...- pero calló al sentir
contra su trasero el miembro erecto del mayor- ahhh- gimió. YongGuk
lo abrazó fuertemente por la espalda y comenzó a estimular su pene
de nuevo mientras mordía y lamía su nuca.
-Me vuelves loco- susurró el líder
en su oído mientras seguía masajeando el miembro ajeno con una mano
y con la otra, acariciaba todo el cuerpo que se encontraba debajo de
sí. Pero ponía más ahínco en el miembro, que era estimulado
siendo tocado de arriba a abajo, lentamente, siendo presionado en los
lugares más sensibles. Todo esto, hacía gemir a su dueño. Unos
placenteros minutos después, HimChan estaba duro de nuevo- eso fue
rápido- comentó el mayor.
-Nunca... he sido... tan rápido...-
susurró HimChan- me... pones...
-Oh- dijo el mayor- ¿no soy el
primero?- preguntó mordiendo su nuca, sin haber escuchado lo último
que dijo el otro.
-¿Acaso... yo si soy... el
primero?- preguntó con la respiración agitada.
-El primero, sí- susurró besando
el mismo lugar que había mordido antes- pero de hombres- lamió ese
mismo lugar haciendo estremecer al menor- de mujeres...- se quedó
callado unos momentos mientras ponía una cara perversa- eso eso otra
cosa- sonrió.
-No me hace... falte saber... de
tus... conquistas... Cassanova- contestó HimChan algo molesto.
-¿Celoso?
-Mucho.
-Así me gusta- YongGuk le giró la
cabeza para besarlo lentamente en los labios- me gustas- susurró- me
gusta tocar y sentir tu cuerpo- acarició su abdomen- eres perfecto-
le mordió la oreja.
-Eso... ya lo... sabía yo...
-¿Qué me gustas?
-No... eso no lo... sabía-
contestó- me... he llevado... grata sorpresa...- sonrió aun sin
creerse que fuera verdad el que le gustara a su hyung.
-¿Entonces?- ronroneó el mayor en
su oído.
-Lo de que... soy perfecto...-
YongGuk se echó a reír ante la poca modestia del comandante- eres
tú... el que lo has... dicho primero, no... te rías- se enfadó
HimChan.
-Lo sé, lo he dicho- mordió el
lóbulo de su oreja- y lo que tú tendrías que haber dicho sería:
“oh, ¿de verdad? Tú también eres perfecto, YongGuk”.
-Ni en sueños.
-Entonces tendré que castigarte-
contestó el mayor con su voz grave agarrando con fuerza el miembro
ajeno, haciendo que su dueño gritara, a medias de dolor, a medias de
placer.
-Y... ¿cómo... vas a...
castigarme?- preguntó el menor una vez repuesto.
-No querrás saberlo- susurró-
aunque, de todas maneras, te vas a enterar- sonrió perverso, pasó
sus manos del pene a los pezones y comenzó a tocarlos y a
pellizcarlos para que se pusiesen más duros todavía.
-Ahhh...- gimió HimChan. De
repente, una de las manos del líder se dirigió a su propio miembro
y mientras mordía el cuello del menor, lo colocó en su entrada y
comenzó a simular pequeñas penetraciones, ejerciendo un poco de
presión en el lugar. El moreno volvió a gemir muy fuertemente.
-¿Preparado?- preguntó YongGuk y
HimChan se tensó.
-¿Qué?- preguntó asustado- ¿no
me preparas?- entró en pánico y comenzó a respirar más rápido de
lo que ya lo hacía- ¿no traes lubricante?- volteó su cabeza hacia
el mayor- ¿YongGuk?- sus ojos comenzaron a brillar.
-Este es tu castigo- susurró este y
lo besó.
-¿¡Pretendes matarme a dolor!?-
gritó el moreno.
-Tranquilo- susurró y dio un
pequeño mordisquito a los labios- tranquilo...
-¿Cómo quieres que me tranquilice?
-Es la primera vez que lo hago con
un tío- dijo YongGuk escondiendo avergonzado su rostro en el hueco
del cuello del menor- no sé qué hacer.
-Pues en vez de ver tanta película
de guerra, ponte una de porno gay- se quejó HimChan con algo menos
de tensión al saber el motivo por el cual el líder era así de
brusco.
-Con las chicas no hay tanto
problema- comentó el otro.
-Ellas vienen lubricadas de serie-
contestó el comandante- por lo menos déjame chupártela, y así hay
lubricación natural.
-No quiero que tengas que rebajarte
a eso.
-No me rebajo- dijo HimChan- de
hecho lo hago muy bien.
-O sea, que no soy el primer tío-
YongGuk se separó de él y éste se dio la vuelta y se sentó en el
colchón.
-Si me quitas las esposas prometo
darte mucho placer- susurró el menor, lascivo mientras se pasaba la
lengua por los labios sensualmente.
-Está bien- dijo rendido. No sabía
lo que tenía ese chico que lo hacía volverse un blando. Tras entrar
en la habitación, había pensado en tener una tarde de sexo duro
como tenía con las putas que se acercaban a él. Quería penetrarlo
duro hasta partirle el trasero en dos, pero al ver sus ojos, esos
ojos que lo volvían loco, se convertía en un blandengue. Le quitó
las esposas, e inmediatamente, HimChan sqaltó sobre él y comenzó a
lamer y besar su pene- ahhh... si... que te... das... prisa- comentó
el mayor entre gemidos.
-No me molestes- cortó el menor-
estoy trabajando- y dicho esto, se metió el miembro en la boca para
darle placer al mayor inmediato, y para un no dolor de trasero para
él después.
-Para... ahh... para...- pidió el
mayor después de unos minutos- ¿no querrás que me corra
antes de metertela?- HimChan se lo sacó de la boca y sonrió.
-Ten cuidado, ¿vale?- advirtió
poniéndose a cuatro patas. YongGuk colocó su miembro en la entrada
y se agarró a las caderas del menor antes de meterla del todo de una
sola embestida- arghh- gritó el moreno de dolor, y unas lágrimas
comenzaron a escaparse de sus ojos y a correr por su rostro- ¡bruto!-
dijo casi sin aire.
-No podía aguantar más a sentir
esto- las paredes de HimChan apretaban deliciosamente su miembro. Era
caliente, como una mujer, pero YongGuk nunca se había sentido tan
bien al meterla.
-No... te muevas... todavía...- el
mayor asintió y comenzó a besar la espalda del menor mientras se
acostumbraba a la intromisión, después de unos minutos, el moreno
volvió a hablar- ya- susurró- lento, pequeños... vaivenes...
-Está bien- y comenzó tal y como
el comandante le había dicho. Éste se agarraba a las sábanas,
intentando contenerse para no volver a gritar. Al poco rato comenzó
a mover sus caderas buscando más contacto y el mayor empezó a
embestir más rápido, más fuerte, casi sacando su miembro y
metiéndolo luego de golpe hasta el fondo. Jadeos, suspiros, gemidos,
entrechocar de caderas, muelles de la cama, eso era todo lo que se
escuchaba en aquella habitación. YongGuk comenzó a masturbar de
nuevo el miembro del menor al ritmo de las embestidas hasta que los
dos se corrieron y cayeron rendidos sobre la cama, respirando
entrecortados. El mayor salió de HimChan y se tumbó de espaldas, el
otro se abrazó a él, y se quedaron dormidos.
-OOOoooOOO-
-¡Parad la puerta!- se
escuchó gritar en el hall, e instintivamente, al reconocer la voz,
DaeHyun se colocó en medio de las puertas del ascensor para que no
se cerraran- gracias- dijo JongUp llegando corriendo y entrando al
ascensor seguido de Zelo.
-Menos mal que hemos
llegado a tiempo- suspiró el maknae cuando ya estaban subiendo.
-¿Volvéis ahora de
bailar?- preguntó YoungJae.
-Sí- contestó Zelo
rápidamente mientras JongUp se ponía rojo- se nos ha pasado el
tiempo volando- ¿y vosotros? ¿de dónde venís?- cambió de tema.
-Emm...- comenzó
YoungJae.
-Hemos estado dando
vueltas por la ciudad y en el cine- contestó DaeHyun ante el
nerviosismo del otro.
-¿Qué peli habéis
visto?- preguntó JongUp.
-La de Batman- contestó
YoungJae.
-¿Eh? Pero esa íbamos a
verla todos juntos- se quejó Zelo.
-Lo sé- respondió el
mayor del lugar- pero es que no podíamos aguantarnos a verla,
¿verdad?
-Verdad- contestó
automáticamente el otro.
-Yo quería verla- dijo
el maknae haciendo un puchero.
-Si quieres, podemos
verla otra vez- propuso YoungJae- a mi no me importa.
-¿De verdad?
-Sí.
-¿Y está chula?-
preguntó emocionado JongUp.
-Pues...- YoungJae no
sabía qué responder porque realmente no habían ido a ver la
película, sino a otro sitio.
-Ya hemos llegado- cortó
DaeHyun antes de que nadie dijera nada más.
Los cuatro salieron del
ascensor y se dirigieron a casa. Nada más abrir la puerta del
apartamento, se extrañaron al no ver a sus hyungs por el lugar,
cuando de repente.
-Ahhh- se escuchó la voz
de HimChan gritar de palcer.
Los cuatro se quedaron
parados unos momentos en la puerta, en shock, y segundos después se
escuchó otro gemido, esta vez de YongGuk. Los chicos comenzaron a
retroceder y cerraron la puerta. Se miraron todos sin saber que
decir, hasta que DaeHyun habló.
-¿Cenamos fuera?-
propuso.
-Sí- contestaron los
demás y salieron lo más rápido que pudieron del lugar.