lunes, 31 de marzo de 2014

La Boda de mi Mejor Amigo

La Boda de mi Mejor Amigo

            No podía creerme lo que estaba viendo. Era imposible, completamente imposible.

            Días atrás me había llegado la invitación a la boda de mi mejor amigo y cuando vi el nombre de la chica que se convertiría en su esposa no pensé que pudiera ser ella, pero ahora que estaba ante mí, haciendo ver que era un desconocido. Aquello me dolió, porque el pasado no se puede borrar por más que uno quiera y nosotros habíamos compartido mucho pasado, juntos.

            Son NaEun se acercó a mí desde el principio con la intención de tener acceso a TaeMin. Al principio no me di cuenta, pero cada vez que quería presentársela a mi amigo ella me ponía excusas. No quería que nos viera juntos, no quería que él supiera que éramos novios, todo porque solo quería estar con él y no conmigo.

            ―Estarás contenta, ¿no? ―le pregunté―. Llevas años esperando por esto. Te felicito, Son NaEun.
            ―Gracias, Kim JongIn. Tu ayuda me fue muy útil ―respondió ella antes de marcharse.

            Al día siguiente era la boda de mi mejor amigo con la mujer que me había engañado en mi adolescencia y debía hacer algo para impedirlo, pero TaeMin parecía tan ilusionado que no pude abrir la boca. Quizás ahora que ya tenía lo que quería, ella sería un encanto y yo no debía meterme en ello.

            Quizás podría olvidar el pasado, todo por la felicidad de mi amigo en el día más importante de su vida.



Private Lessons

Capítulo 4


            Durante la siguiente semana las chicas no volvieron a acercarse a él, aunque lo seguían mirando como si quisieran matarlo cada vez que SeHun estaba junto a él, cosa que pasaba cada vez más a menudo. BaekHyun sabía que el menor habría tenido una conversación con ellas y había calmado a las fieras que llevaban dentro. Por este motivo, y porque desde hacía varias semanas los otros tipos no se acercaban a él, estaba bastante feliz.

            Sin embargo, cada vez que pensaba en lo que había pasado el domingo en la cocina, cuando SeHun lo había abrazado por la espalda y le había susurrado al oído, se ponía muy nervioso y se sonrojaba rápidamente. No podía entender por qué le pasaba aquello, era bastante raro y por eso, aunque el menor quería acercarse cada vez más, él se alejaba un poquito, poniendo algo de distancia entre sus cuerpos.

            Por otro lado, parecía que ChanYeol ya no asustaba a JongIn, aunque de vez en cuando lo sobresaltaba con sus acciones tan repentinas. Siempre había que estar alerta con el alto, ya que su personalidad era muy cambiante y de un momento a otro variaban su estado de ánimo y sus pensamientos. Una vez que lo conocías se hacía normal, pero de primeras, ChanYeol podía llegar a ser algo extraño y cargante.

            JongDae por su parte había congeniado con los dos chicos y podía pasarse horas y horas conversando de miles de cosas sin sentido, pero sin asustarlos como hacía el otro.

○○○

            El viernes después de la clase de Deporte, BaekHyun se despidió de ChanYeol tras ducharse y se dirigió a las taquillas para recoger sus cosas y marcharse a casa. Había acabado bastante rápido porque quería llegar lo más rápido posible a su hogar para aprovechar la tarde estudiando el próximo examen de Inglés que tenía.

            Llegó a las taquillas y comenzó a meter en su mochila los libros. Se quitó también los zapatos reglamentarios de la escuela y se puso los que llevaba aquella mañana cuando salió de su casa. Cuando cerró la puerta de su taquilla y se dio la vuelta, abrió los ojos como platos. Allí estaban los chicos que le pegaban y tenían un gesto demasiado amenazante como para que BaekHyun pensara que estaba fuera de peligro.

            —Hemos esperado lo suficiente como para que tus heridas se curaran —dijo el cabecilla—. Ahora nos cobraremos lo que es nuestro.

            BaekHyun cerró los ojos y esperó el primer golpe, segundos después, este era lanzado contra sus costillas, seguido de un montón de golpes más que el chico no pudo contar porque se sucedieron uno detrás de otro sin descanso, hasta que aquellos tipos pensaron que ya había tenido suficiente aquella vez.

            BaekHyun se levantó del suelo en el que había acabado tendido, recogió su mochila y aguantó las lágrimas hasta que llegó a casa y comenzó a lamerse las heridas como un pero apaleado.

            Solo unos meses más.

○○○

            —No lo entiendo —dijo SeHun después de que BaekHyun le explicara los conflictos producidos durante la instauración del hangul en el reino.
            —A ver, lo tienes aquí —el chico se alzó un poco para señalar una párrafo del libro que tenía el otro y sintió una punzada en las costillas, por lo que se detuvo en seco, mordiéndose el labio inferior con un gesto de dolor.
            —BaekHyun…
            —No es nada —contestó antes de que el otro pudiera preguntar nada más—. Me ha dado un tirón —SeHun asintió, aunque no parecía muy convencido del todo—. Verás, durante la época hubo diferentes conflictos que provocaron un clima de inestabilidad… ¡Ahrg! —gritó, mirando con odio al otro chico, que había hecho presión con su mano en su costado, justo donde tenía uno de los moretones más grandes y dolorosos que en las últimas horas había mutado a un color amarillento asqueroso.
            —Otra vez te han hecho daño… —el tono que utilizó SeHun hizo que el mayor se encogiera. Parecía muy enfadado.
            —SeHun…

            El chico lo miró de una forma que BaekHyun no pudo interpretar y, segundos después, se acercaba a él hasta que sus labios se rozaban. El  mayor se quedó estático durante unos momentos, pero luego, sin saber el porqué, correspondía gustosamente aquel beso.

            Los labios de SeHun sabían dulces, como el pastel que se había comido momentos antes y su lengua era traviesa dentro de su boca, explorando aquella cavidad a placer, arrancándole a BaekHyun suspiros y dejándolo sin aire. Cuando se separaron, el menor le dio otro pequeño beso, esta vez más casto y luego apoyó su frente contra la del otro.

            —Pensé que me ibas a apartar… —murmuró SeHun.
            —No sé por qué lo he hecho…
           —Yo sí sé por qué lo he hecho… —el chico abrió los ojos y lo miró fijamente—. Me gustas mucho.
            —Yo…
            —No hace falta que me respondas ahora mismo —lo cortó—. Piénsalo y… Si esos chicos vuelven a acercarse a ti, no dudes en contármelo —BaekHyun asintió, aún un poco perdido y confuso por el beso y la declaración—. Te dejo tranquilo esta tarde —anunció comenzando a recoger sus cosas.

○○○

            “¿Me gusta? ¿No me gusta? ¿Cómo sé que me gusta una persona? ¿Debería preguntarle a JongDae o a ChanYeol? No, probablemente se reirían de mí.”

            Estos eran los pensamientos que BaekHyun tuvo a lo largo de la tarde del domingo desde que SeHun se fue de su casa tras besarlo y decirle que le gustaba, a los que se le sumaban otros sobre su identidad sexual.

            “Que yo sepa no soy gay. Cada vez que veo a TaeYeon noona pienso que me gusta mucho y ella es una mujer… Aunque no sea muy femenina. Claro, que tampoco me he fijado en un chico para poder decir que no me gustan con total certeza y el enamoramiento que tuve de Johnny Depp no cuenta porque solo me gusta cómo actúa.”

            —¡Argh! —gritó tirándose del pelo de la cabeza, frustrado.

            “Me lo paso bien estando con él y me siento bien… Además, he correspondido su beso porque me ha gustado que me lo diera. ¿Eso significa que sí soy gay? O a lo mejor estoy confuso porque SeHun es muy guapo…”

            —Lo mejor será que lo consulte con la almohada —decidió finalmente.

○○○

            BaekHyun atravesó la verja del instituto acompañado por ChanYeol, que hablaba sin parar de que JongIn lo había dejado ver uno de sus ensayos de baile y el chico se movía como si se tratase de la misma música. Parecía que se había encaprichado con el amigo de SeHun y que este, al menos, no le huía, por lo que el chico estaba feliz por ChanYeol.

            Pero él tenía sus propios problemas. Tenía que darle una respuesta a SeHun y dormir no sabía se le había ayudado mucho, ya que lo único que había hecho en toda la noche había sido soñar una y otra vez con el chico y con besar sus labios una y otra vez.

            Por eso, porque no sabía cómo interpretar sus sueños, le preguntó a JongDae qué era lo que querían decir estos, cambiando a SeHun por TaeYeon para que su amigo no comenzara a meterse con él.

            —Yo diría que te gusta mucho esa noona —respondió el chico—. Si sueñas con eso es la única explicación que le veo.
            —Gracias, JongDae —le dijo con una gran sonrisa—. Si necesitas algo de mí no dudes en pedírmelo.
            —Pues la verdad es que tengo algo… —el otro le indicó que se acercara y BaekHyun lo hizo—. ¿Podrías darle una cosa a la profesora Zhang?
            —¿No puedes dársela tú? —preguntó extrañado el chico. El otro negó.
            —Ahora mismo no puedo acercarme mucho a ella —murmuró—. Están circulando rumores sobre que tenemos una relación y para no hacer que se expandan es mejor que no nos veamos mucho fuera de las clases.
            —Oh, bueno, que te relacionen con una profesora no es bueno —comentó BaekHyun—. Es mucho mejor alejarse, así los rumores dejarán de esparcirse porque se verá que es mentira.
            —Claro, eso funciona cuando los rumores son mentira… No cuando están en lo cierto… —BaekHyun abrió los ojos como platos sin poder creerse lo que acababa de escuchar—. No digas nada, por favor, eres la única persona que lo sabe aparte de LiYin y yo.
            —No diré ni una palabra —terminó diciendo el chico cuando asimiló la información.
            —Gracias —le dijo JongDae y ambos sonrieron.
            —¿Así que era por eso que estabas tan aplicado en Chino? —le dio un pequeño codazo a su amigo y este rio.
            —Sí, por eso era.

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            Durante ese lunes no pudo decirle a SeHun su respuesta ya que no tuvieron ningún momento a solas, pero el martes se propuso hacerlo antes de que pasase más tiempo y el chico se pensase que no lo correspondía. Todo el día estuvo buscando un momento en el que poder estar a solas y finalmente lo encontró a la hora de la salida.

            —SeHun —lo llamó. El chico se volvió hacia él con una sonrisa tímida—. Me gustaría hablar contigo unos momentos.
            —Sin problemas —contestó el otro.

            Caminaron durante unos minutos en silencio. BaekHyun no sabía cómo comenzar aquella conversación, así que lo estaba pensando cuidadosamente. Pero el silencio fue roto por SeHun, antes de que el mayor pudiese decir algo.

            —Si me vas a rechazar no hace falta que… —BaekHyun se detuvo en seco y lo miró fijamente antes de hablar.
            —No te iba a rechazar —dijo atropelladamente—, solo estaba pensando en una forma bonita de decirte que tú también me gustas.

            Al oír estas palabras, SeHun sonrió ampliamente, mucho más de lo que solía y miró a un lado y a otro de la calle antes de acercarse a BaekHyun y darle un pequeño beso en los labios que dejó al mayor con una sonrisa boba durante el resto del día.

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            Si a BaekHyun le hubieran preguntado antes de comenzar a salir con SeHun cómo pensaba que sería una relación, hubiera respondido como la vivida entre los protagonistas del último libro que se leyó; pero después de una semana, tenía una idea más clara de lo que era una relación, al menos, una relación entre personas del mismo sexo, algo que no estaba muy bien visto por la sociedad.

            La vida de BaekHyun no había cambiado mucho. Por las mañanas, en el instituto, su relación no pasaba más allá de una que pueden tener dos amigos, por lo que ninguna persona de su entorno había sospechado lo más mínimo de ellos. Sin embargo, por las tardes, en su casa, todo había cambiado drásticamente.

            Ahora ya no se veía con SeHun solo los domingos para explicarle el temario de Historia, sino que todas y cada una de las tardes las pasaban en la casa del mayor, haciendo los deberes primero y luego besándose, aprovechando que la madre de BaekHyun no se encontraba nunca en casa. También aprovechaban las tardes para saber más de la otra persona, para conocer sus gustos y las cosas que odiaba.

            Si a BaekHyun le preguntaran ahora como pensaba que sería una relación él contestaría que descubrir cosas de la persona que te gusta y pasar tiempo a su lado es algo mucho más importante que el que la relación se asemeje a una de un libro.

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domingo, 30 de marzo de 2014

Obsession

Obsession

            Me escondí detrás de una farola cuando la persona a la que seguía se giró, buscando entre la multitud. Llevaba una gorra, unas gafas de sol y una mascarilla para la boca para intentar ocultarse las miradas de los demás. No quería que lo reconocieran, pero yo podía reconocerlo solo viéndole la uña del dedo meñique de la manos izquierda.

            El chico echó a andar de nuevo y yo salí de mi escondite, haciendo fotos de él con las que luego me ganaría bastante dinero y fama dentro del fandom.

            Kris, la persona a la que llevaba siguiendo desde que lo había conocido, hacía ya dos años, cuando lo vi rapeando con esa pasión, era uno de los idols de una conocida empresa y era tan bueno que lo habían hecho debutar solo. Era alto, guapo, sabía hablar varios idiomas, tenía modales y, en definitiva, era completamente perfecto. Me había enamorado de él y lo único que quería hacer en esta vida era saberlo todo de él, saber más que los demás, saber qué hacía en cada momento.

            Aquello se había convertido en mi meta y por el momento lo estaba consiguiendo. Lo siguiente que pensaba hacer era cruzarme con él a propósito, hacer ver que no lo conocía, ganarme su confianza y meterlo en mi cama.

            En cuanto Kris hubiera caído a mis encantos, a los encantos de Byun BaekHyun, estaría completamente perdido, porque sería mío y solo MÍO.



Private Lessons

Capítulo 3


            El lunes por la mañana, lo que menos esperaba encontrarse BaekHyun al entrar al instituto era a SeHun en la entrada de este hablando con los que lo maltrataban. No podía explicárselo. ¿Qué hacía con ellos? ¿De dónde los conocía? ¿Era por eso que sabía que le pegaban? ¿Era acaso uno de ellos?

            La última pregunta comenzó a dar vueltas por su cabeza una y otra vez. No había otra explicación. Debía ser eso.

            Seguramente, mientras pensaba, estaba poniendo caras raras, porque ChanYeol se detuvo de pronto, una vez atravesaron la verja del instituto y comenzó a molestarlo para que le prestara atención y le contara lo que le pasaba.

            —No es nada —acabó diciendo—. Solo estoy pensando en que el examen de Química del otro día no me salió muy bien y hoy seguro que da los resultados.
            —Eres Byun BaekHyun —dijo su amigo agarrándolo por los hombros, como si fuera obvio que el aprobado lo tuviera asegurado.
            —Todos tenemos un mal día y no se puede cantar victoria antes de tiempo —murmuró.
            —Bah. Son tonterías —ChanYeol le quitó importancia y lo arrastró hasta el salón de clases.

            Efectivamente, ChanYeol tenía razón y cuando la profesora Seo dio los resultados, el examen de BaekHyun era el que tenía la nota más alta de la clase. El chico sabía que le había salido bien, pero tenía que inventar una excusa para su mejor amigo y solo se le había ocurrido esa.

            Horas más tarde, cuando era la hora de regresar a casa para los que no tenían actividades extraescolares, BaekHyun pudo divisar de nuevo a SeHun en la entrada, aunque en esta ocasión no estaba con ninguno que aquellos tipos, sino que era un chico un poco más bajito que él, de piel caramelo y ojos oscuros y profundos, que contrastaba enormemente con SeHun.

            BaekHyun los miró unos momentos y luego pasó de largo, porque, de todas formas, no lo estaban esperando a él.

            Sin embargo, se llevó una gran sorpresa cuando escuchó la voz de SeHun gritando su nombre en medio de la multitud que abandonaba los terrenos del instituto. BaekHyun hizo el gesto de voltearse para ver que quería, pero en esos momentos, la imagen que había presenciado aquella mañana, cuando vio a SeHun con esos chicos, le asaltó la mente y durante un par de segundos se quedó completamente estático.

            —BaekHyun —escuchó que lo llamaban de nuevo y aquello fue el detonante para que en vez de girarse, plantara los pies en el asfalto y luego comenzara a dar pasos, alejándose de SeHun y de lo que quisiera decirle.

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            Durante toda esa semana, BaekHyun estuvo ignorando y evitando a SeHun. No eran amigos, solo conocidos y ni siquiera serían eso si el profesor Kim no hubiera cruzado sus caminos, por lo que el mayor decidió que no tenía por qué escuchar lo que el otro quisiera decirle, más después de haberlo visto con los que lo maltrataban.

            Quería ser fuerte en su decisión y al final de la semana, parecía haberlo conseguido, así que, ni siquiera se acordó que el domingo tendría que verlo sí o sí, y en su propia casa, un lugar del que no podría escapar.

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            Las tres y cinco de la tarde del domingo dieron en el reloj de Girls’ Generation que tenía sobre la mesita de noche, sin embargo el chico no vio la hora que era, estaba demasiado enfrascado viendo el Girls' Generation Japan 2nd Tour Concert Limited Edition 2013 que acababa de conseguir por internet gracias a su conocimiento de las chicas en un concurso que celebraba uno de los fanclubs y en el que regalaban aquel tesoro a la persona con mayor número de respuestas acertadas.

            Por eso mismo, cuando llamaron a la puerta de su habitación, el chico pensó que tenía que ser su madre, que quería que la ayudase con alguna cosa, así que dijo “adelante” inmediatamente. Sin embargo, tras escuchar cómo la puerta se abría y se cerraba pero la persona no emitía ningún sonido, se extrañó y desvió la vista de la pantalla de su portátil para encontrarse con SeHun mirando al suelo.

            BaekHyun abrió los ojos como platos e inmediatamente bajó la pantalla de su portátil. Se levantó de la cama, sobre la que había estado sentado viendo el concierto, y caminó hacia el recién llegado.

            —¿Qué haces aquí? —preguntó. Arrugó un poco la nariz y las gafas se le resbalaron, por lo que se las subió inmediatamente con el dedo corazón.
            —Yo… Tú… Yo… —tartamudeó—. Tenemos clases… Además… Hay algo de lo que tenemos que hablar.
            —Pensaba que no ibas a venir más… Y no tenemos nada de qué hablar —contestó.
            —El profesor Kim me hizo prometerle que vendría todos los domingos… —replicó SeHun—. Y tenemos que hablar de motivo por el que no dices nada cuando te maltratan.
            —Fuera de mi casa —dijo inmediatamente BaekHyun.
            —No —el otro chico se plantó y no se dejó sacar de la habitación. Se miraron de forma retadora durante unos momentos, hasta que el menor suspiró—. Está bien, no hablaremos de eso, pero sí explícame el tema de Historia.

            BaekHyun lo estuvo meditando unos momentos y finalmente asintió. Minutos después, ya tenían desplegados todos los materiales y el mayor se afanaba en explicar el tema en el que se habían quedado dos semanas atrás. Esta vez, parecía que SeHun sí lo atendía y procesaba la mayoría de la información, a pesar de que el otro estaba convencido de que su método de enseñanza no era el mejor.

            Estaba ya anocheciendo cuando dieron por finalizada la clase con un mini examen que SeHun aprobó satisfactoriamente. Después de eso, recogieron las cosas y BaekHyun acompañó al menor hasta la puerta.

            —Gracias —dijo SeHun al otro lado de la verja.
            —No es nada —el mayor esbozó una pequeña sonrisa.
            —No sé cómo pueden hacerte daño —murmuró el otro de repente—. Eres una persona encantadora —sus ojos estaban fijos en los de BaekHyun y su mirada era demasiado sincera como para que el chico pudiera soportarla, por lo que debió su vista al suelo—. Muchas gracias —dijo rápidamente, luego hizo una leve inclinación y se fue, dejando a BaekHyun con un sonrojo en sus mejillas que no había podido detener.

○○○

            En la cafetería del instituto todos tenían su lugar. Estaban las mesas de los populares, las de los deportistas, las de las personas normales y las de los raros. BaekHyun, ChanYeol y JongDae se sentaban en estas últimas, rodeados de los que demás consideraban gente de poco interés que hacían cosas raras. Por ese motivo, se extrañó cuando delante de él apareció la figura de SeHun con una bandeja en su mano de las que servían en la cafetería, indicando que pensaba sentarse junto a ellos.

            —¿Podemos? —preguntó. BaekHyun estaba completamente en blanco, por lo que fue JongDae quien contestó por él.
            —Sí, claro. Está libre, así que podéis.
            —Gracias —SeHun esbozó una pequeña sonrisa y se sentó en la mesa, tirando luego del muchacho de piel caramelo que había visto con él en la puerta la semana anterior—. Mi nombre es Oh SeHun —se presentó—. Soy a quién le está dando clases particulares BaekHyun hyung —ChanYeol y JongDae miraron al nombrado, reprochándole que no se lo hubiera presentado—. Y él es Kim JongIn, mi mejor amigo.

            Rápido como un rayo, ChanYeol se levantó de la mesa y fue hacia el nombrado, quedándose muy cerca de él, mirándolo de una forma demasiado penetrante para una persona que acababa de conocer. Tomó su mano entre las suyas y comenzó a moverlas una y otra vez en sentido vertical, saludándolo efusivamente.

            —Mi nombre es Park ChanYeol y soy tu fan desde que te vi bailando el otro día en el Club de Danza —dijo felizmente.
            —ChanYeol, apártate, ¿no ves que lo estás asustando? —comentó JongDae y segundos después, el alto se separaba de JongIn—. Por cierto, yo soy Kim JongDae —se presentó—, y el que no ha dicho ni una palabra, BaekHyun, pero a él ya lo conoces —SeHun asintió, mirando al mayor hasta que este le devolvió la mirada y luego sonrieron tímidamente.

            A pesar de que ChanYeol se pasó toda la hora del almuerzo mirando fijamente a JongIn, tuvieron un rato agradable orquestado por JongDae y sus bromas y anécdotas graciosas. Cuando el timbre que les indicaba que debían volver a clases sonó, todos se fueron con una sonrisa en los labios.

            La misma situación se fue repitiendo todos los días de aquella semana y SeHun y JongIn se fueron integrando en el grupo de los raros poco a poco, trayendo aún más diversión a este.

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            El sábado por la mañana, BaekHyun caminaba por los pasillos del instituto en dirección a clase, después de ir al despacho del profesor Kim, ya que este le había dicho que se pasase por allí cuando tuviera un rato libre para hablar sobre los avances de SeHun en su asignatura. El chico estaba bastante feliz porque gracias a sus clases, el menor había aprobado el examen que el profesor Kim le había puesto.

            Por eso mismo, no pensaba que su mañana de felicidad se vería truncada por un grupo de chicas que se interpuso en su camino con gesto amenazante.

            —Deja de juntarte con nuestro oppa —le dijo una. BaekHyun frunció el ceño porque no sabía a lo que se refería.
            —No sé qué le habrás hecho a SeHun oppa para que se junte contigo en los almuerzos, pero te advertimos que o dejas de hacerlo, o te las verás con nosotras —amenazó otra.

            El chico fue a replicar, pero cuando abrió la boca las chicas lo miraron con asco unos segundos y luego se marcharon tan rápido como habían llegado, dejándolo sumamente confuso.

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            A las doce del mediodía el timbre de la puerta de su casa sonó y BaekHyun fue a abrir, ya que su madre trabajaba aquel domingo. Se llevó una sorpresa enorme al ver que era ChanYeol quién había llamado, pero lo dejó entrar.

            —¿Qué haces aquí? —preguntó.
            —Hacerte compañía —contestó el alto—. Tu madre trabaja hoy todo el día, así que pensé que te sentirías un poco solito —lo apretó entre sus brazos como si fuera un peluche y luego lo dejó ir con una gran sonrisa.
            —Gracias por venir.

            Los chicos almorzaron y luego recogieron todo lo que habían ensuciado. Después se pusieron a hacer tiempo hasta que SeHun llegase para las clases y en cuanto lo hizo, el alto se despidió de ellos y se fue a su casa. BaekHyun comenzó a explicarle el tema que les tocaba ese día, pero no podía concentrarse del todo en ello. Cada vez que miraba al menor se acordaba de lo que le habían dicho aquellas chicas el día anterior y su estómago daba un vuelco.

            —¿Estás bien? —le preguntó el menor cuando se dio cuenta de que el chico no estaba muy concentrado en lo que hacían.
            —Sí, estoy bien —contestó demasiado rápido como para ser verdad—. Estaba pensando en que debería hacer la merienda, hoy no está mi madre y no la puede hacer ella —se levantó—. Vuelvo en unos momentos.

            El chico fue a la cocina para intentar despejarse de todo aquello y concentrarse en lo que tenía que hacer. Pero le daba mucho miedo lo que aquellas chicas pudieran hacerle. Sacudió su cabeza y tomó la botella de zumo para echar el contenido en los vasos que ya había tomado. En cuanto estuvieron llenos, fue en busca de los pasteles que su madre había llevado el día anterior, pero al darse la vuelta, se encontró con SeHun en la puerta de la cocina.

            —Ya mismo voy —dijo.
            —No estoy aquí por eso —contestó acercándose a él—. ¿Qué es lo que te ha pasado?

            BaekHyun se mordió el interior de la mejilla, debatiéndose entre contárselo o no. Finalmente decidió hacerlo, ya tenía bastante con una panda de chicos que le pegaban, no quería que una de chicas le hiciera la vida aún más complicada de lo que ya era. En cuanto terminó su explicación, miró a SeHun un poco avergonzado.

            —No te preocupes por eso —comentó—. Yo me encargaré.
            —Gracias —murmuró BaekHyun y se giró para seguir preparando la merienda; sin embargo, en ese momento, unos brazos largos rodearon su cintura y una barbilla se instaló en su hombro.
            —Gracias por confiar en mí y contármelo —un susurro en su oído que hizo a todo su cuerpo temblar como un flan—. Gracias —susurró de nuevo antes de alejarse, desapareciendo de la cocina.


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sábado, 29 de marzo de 2014

Sí, Amo

Sí, Amo

            Todavía seguía sin entender qué hacía en aquella situación. ¿Cómo me había podido dejar convencer por mi jefe para hacer ese trabajo? Pero claro, el hombre me había prometido una gran suma de dinero por hacer todo por su hijo durante el tiempo que se hospedara en el hotel en el que estaba trabajando en el verano para poder pagarme el próximo año de universidad.

            Sin embargo, TODO era demasiado.

            ―YiFan, masajéame los pies ―dijo el malcriado de SeHun, el hijo de mi jefe, con un tono imperativo que al escucharlo me dieron ganas de estamparle el cojín en la cara para que se callara de una vez y para siempre.
            ―Sí, amo ―murmuré sentándome en el sofá y cogiendo los pies de aquel niñato. Llamarlo de esa forma era algo que me había impuesto y aunque cada vez que tenía que hacerlo me daban ganas de tirarlo por el balcón de la suite en la que ya llevaba más de un mes instalado.

            Comencé a masajear sus pies lo mejor que podían mis grandes manos, más habituadas a jugar al baloncesto que a cuidar de alguien. Sin embargo, tras algunos minutos, el chico comenzó sonreír, como nunca antes lo había visto, y hacer algunos sonidos raros que me hicieron detenerme al momento.

            ―¿Por qué paras? ―preguntó sin abrir siquiera sus ojos―. Sigue con lo que hacías.
            ―Sí…
            ―Sí, ¿qué?
            ―Sí, amo.

            Seguí masajeándole los pies, haciendo algo más de presión en los sitios en los que notaba que estaban más duros, pero sin hacerle daño ―aunque eso fuera lo que más quisiera―, porque me podrían despedir sin pagarme ni un mísero won.

            ―YiFan ―volvió a llamar.
            ―¿Sí, amo?
            ―Vamos a la cama y utiliza esas manos para otras cosas mucho mejores ―murmuró el chico.
            ―¿Cómo?
            ―Vamos.
            ―Pero eso no entra dentro de mis deberes… ―repliqué.
            ―Si no lo haces le diré a mi padre que te despida ―amenazó y aunque me dieron ganas de salir de allí, dejando a ese niñato solo, el dinero me hacía mucha más falta―. ¿Qué me dices? ―me mordí el labio inferior hasta que me hice sangre.
            ―Sí, amo.



Private Lessons

Capítulo 2


            Aunque BaekHyun aún no había decidido qué hacer con aquello de dar clases particulares de Historia a un chico de primero, el profesor Kim parecía que tenía muy claro que iba a aceptar, ya fuera por consentimiento propio o por callar al hombre que, cada vez que se encontraban, le comentaba el asunto diciéndole que era bastante urgente.

            —Mamá —murmuró algunos días después de la conversación en el despacho del profesor Kim.
            —Dime, cariño —dijo ella atareada.
            —Estuve hablando con el profesor Kim el otro día y…
            —Oh, ese chico tan apuesto —cortó la mujer con una sonrisa—. ¿Qué te dijo?
            —Dijo que si me interesaba darle clases a un chico al que se le da fatal la Historia —terminó.
            —No te quitará mucho tiempo, ¿verdad?
            —No lo sé, pero supongo que las clases serían un par de horas o tres —contestó.
            —Entonces no es mucho —dijo ella—. ¿Cuándo empiezas?
            —Primero tengo que decirle al profesor que acepto…
            —¿Y a qué esperas? —su madre comenzó a apremiarlo para que se levantara de la silla de la cocina y fuera al instituto lo más rápido posible para darle al hombre la buena noticia.

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            —Me alegra oír eso —dijo el profesor Kim al escuchar la noticia.

            Era la hora del almuerzo y BaekHyun había aprovechado para hacerle una visita y comentarle cuál era su decisión —aunque no estaba muy convencido—. Sería la primera vez que daría clases, porque las que le daba de vez en cuando a ChanYeol no podían contarse dentro de aquel género.

            —Si esperas aquí unos momentos, voy a buscarlo y os presento —BaekHyun asintió—. No tardaré.

            El hombre salió del despacho y, aburrido, el chico comenzó a jugar con sus dedos mientras miraba a su alrededor. El lugar era pequeño y una copia exacta de los demás despachos de profesores del instituto, pero el profesor Kim había hecho de este un sitio acogedor.

            Apenas habían pasado cinco minutos cuando BaekHyun sintió que la puerta a sus espaldas se abría. El chico rápidamente se levantó de la silla y se giró hacia los recién llegados, esbozando una sonrisa tímida que pronto se borró de su rostro.

            Frente a él, junto al profesor, se encontraba el chico que lo había pillado mirándolo en la ceremonia de inauguración.

            —BaekHyun —dijo el profesor Kim—. Este es SeHun y será tu alumno.
            —Encantado —murmuró, pero el menor simplemente asintió con la cabeza, como si todo aquello le molestara bastante.
            —Intercambiad números y BaekHyun, dale la dirección de tu casa para comenzar lo más pronto posible con las clases.

            El hombre los dejó solos y ellos hicieron lo que les había pedido, quedando en que el próximo domingo SeHun iría a casa de BaekHyun para comenzar con las clases. Después, y sin dirigirse más palabras, ambos salieron del despacho.

○○○

            BaekHyun caminaba con sus amigos el viernes por la tarde después de las clases en dirección al cine más cercano. No había ninguna película que quisieran ver en especial, pero llevaban demasiado tiempo sin salir a algún sitio. Tardaron algunos minutos en llegar al lugar, tiempo que BaekHyun —después de pensar una y otra vez si debía contárselo—, aprovechó para dar las nuevas noticias.

            —¿Vas a darle clases a uno de primero? —preguntó ChanYeol sin poder creérselo. El chico asintió—. ¿Cómo se le ha ocurrido a ese hombre que des clases? Si ni siquiera puedes hablar correctamente con personas con las que no mantienes una gran relación.
            —Es verdad —secundó JongDae—. Cuando nos conocimos apenas me hablabas y a pesar de que ChanYeol siempre llenara los silencios, era algo incómodo.
            —Lo sé, y tampoco entiendo por qué el profesor Kim me lo propuso, pero creo que me vendrá bien —contestó—. Ya sabéis que me gustaría seguir sus pasos ¿y cómo voy a ser un buen profesor de Historia sino soy capaz de comunicarme con mis alumnos?
            —Está bien pensado —murmuró JongDae, pensativo—. Pero sigo diciendo que no podrás enseñarle nada a ese chico.
            —¿Qué te apuestas a que sí? —soltó el más bajito de los tres—. Puedo hacerlo si me empeño en ello.
            —Apuesto que si eres capaz me declararé a la persona que me gusta delante de la gente —dijo muy convencido.

            Aquello fue algo que ninguno de los otros dos se esperaba, por lo que abrieron sus ojos desmesuradamente —los de ChanYeol parecían querer escapar de sus cuencas—. Nunca habían tenido noticias de que al otro le gustara alguien, aunque la verdad, no hablaban de aquellos temas cuando estaban juntos.

            —¿Quién es ella? —preguntó curioso BaekHyun.
            —No diré ni una palabra —contestó JongDae—. Haz tu apuesta.
            —Está bien —murmuró, después hizo un puchero con sus labios mientras pensaba—. Me apuesto el último CD de Girls’ Generation.
           —¡Venga ya! —protestó—. No puedes apostarte esa cosa tan insignificante. ¡Yo voy a declararme!
            —Para BaekHyun son más importantes los CDs de ese grupo que todo lo que lo rodea, así que, siéntete halagado porque se esté jugando uno de sus preciados tesoros —le dijo ChanYeol, abrazándolo por los hombros y pegando su boca a su oreja para que solo JongDae lo escuchara.
            —Pero…
            —Es lo más que vas a conseguir de él.
            —Está bien —accedió JongDae tendiendo su mano—. Confesión y CD —BaekHyun tomó su dedo meñique y ambos hicieron la promesa—. Perfecto.

            Después de esto siguieron caminando, ya que se habían detenido para poder hablar de los detalles de la apuesta.

            —Por cierto —dijo ChanYeol rompiendo el silencio que llevaba instaurado entre ellos diez segundos—. ¿Has visto al chico? —BaekHyun asintió—. ¿Cómo es?
            —Pues… Es alto, aunque no tanto como tú —contestó señalando al gigante—. Mmm… Bastante delgado y sin expresión facial… Me parece que no le gusta mucho la asignatura —terminó después de pensarlo unos momentos.
            —Wow. Todo un reto —comentó el alto.
            —Creo que voy a ganar la apuesta —murmuró JongDae adelantándose—. Ve despidiéndote de tus queridas diosas, Byun BaekHyun.

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            El domingo de esa semana llegó más rápido de lo que BaekHyun se imaginaba y dieron las tres de la tarde cuando el chico todavía no estaba preparado para lo que iba a hacer. Se había repasado el temario de primero, pero sentía que no iba a poder hacerlo, que no iba a poder ayudar a aquel chico.

            El timbre de la puerta de su casa sonó y BaekHyun cayó al suelo desde el sofá en el que estaba tumbado releyendo su libro de Historia desde que se había levantado por la mañana. Su madre, rio y se fue a abrir la puerta. El chico rápidamente se incorporó y se arregló un poco, peinándose el pelo con sus dedos, colocándose las gafas en su sitio y planchando la ropa. Unos segundos después escuchaba la voz de su madre atendiendo al recién llegado, por lo que salió hacia la entrada.

            Al llegar se encontró a SeHun descalzándose y vestido con unos vaqueos desgastados y una camiseta negra de manga corta, que descubrió cuando se quitó la chaqueta que llevaba. Al principio pareció no darse cuenta de la presencia de BaekHyun y cuando lo hizo, solo inclinó la cabeza levemente a modo de saludo.

            —Bienvenido —murmuró el mayor—. Te enseñaré el camino a mi habitación, que es donde estudiaremos.

            El recién llegado asintió y tras despedirse de su madre, lo siguió escaleras arriba. BaekHyun abrió la puerta de su habitación e hizo entrar al menor antes que él, aunque este se quedó justo en la entrada, sin atreverse a dar un paso más ante tanto despliegue de rosa por todas partes.

            BaekHyun era Sone hasta la médula y eso se notaba en que su habitación estaba completamente llena de merchandising de Girls’ Generation, posters, calendarios, stickers, todo lo que aquellas chicas sacaban al mercado y él podía permitirse.

            Rio nerviosamente y entró a la habitación antes que SeHun, apremiándolo a que lo siguiera. Este, tras unos momentos, pudo regresar al mundo y se adentró en aquel mundo rosa.

            —Comenzaremos con el primer tema y me irás diciendo dónde tienes dificultades —dijo BaekHyun, intentando perder el miedo a hablar con las personas desconocidas para él, enfocándose así en lo que tenía que hacer para no perder su amado CD, aquel que tanto le había costado conseguir, ‘I Got a Boy Special Edition’ con TaeYeon en la portada.

            Las siguientes dos horas BaekHyun las pasó intentando atraer la atención del otro, que no atendía a lo que intentaba explicarle: la unificación de los Tres Reinos. Así que, finalmente optó por dar por terminada la clase, obteniendo la aprobación de SeHun que, rápido como un rayo, salió de su casa.

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            La siguiente vez que aquellos chicos lo acorralaron BaekHyun no supo qué era lo que había hecho mal. No habían tenido ningún examen y ninguno de los profesores se había acercado a él más de lo debido aquellos días. No obstante, los golpes se sucedieron uno tras otro hasta que se hartaron y lo dejaron tirado en el suelo, detrás del gimnasio.

            Cuando supuso que el peligro había pasado, fue hasta el baño más cercano a echarse agua en las heridas para que no se le infectaran. En ello estaba cuando de repente la puerta se abrió y por ella entró SeHun. Ambos se quedaron paralizados, BaekHyun por no esperárselo allí y el otro por verlo tan mallugado.

            —¿Qué… Qué te ha pasado? —preguntó el recién llegado, acercándose lentamente a él, con los ojos fijos en sus heridas.
            —Yo… Bueno… Me he caído mientras hacía Deporte —contestó quitándole importancia y bajando rápidamente su ropa para cubrirse.
            —No mientas.
            —No lo hago —BaekHyun esbozó una sonrisa antes de echar a andar hacia la puerta, pero SeHun lo retuvo, tomándolo del brazo.
            —Si no dices nada no podrás obtener ayuda y esto irá a peor —le susurró en el oído. El mayor rápidamente se zafó de su agarré y lo miró fijamente.
            —No necesito ayuda con nada —fue lo único que dijo antes de salir de allí.

○○○

            El domingo siguiente SeHun no apareció en su casa para las clases y BaekHyun lo agradece, ya que no hubiera podido soportar aquella mirada durante toda una tarde. Además, todavía no entendía cómo había descubierto lo que le había pasado y por qué parecía que eso le preocupaba.

            Byun BaekHyun no quería preocupar a nadie más, y menos a alguien medio desconocido. Era su último año de instituto y, tal como había hecho los anteriores, no dejaría que nadie supiera lo que sucedía. Después de ese año no volvería a verles las caras jamás a aquellos tipos, así que debía aguantar unos meses más. Solo unos meses más y todo habría acabado.


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