Capítulo 3
El
lunes por la mañana, lo que menos esperaba encontrarse BaekHyun al entrar al
instituto era a SeHun en la entrada de este hablando con los que lo maltrataban.
No podía explicárselo. ¿Qué hacía con ellos? ¿De dónde los conocía? ¿Era por
eso que sabía que le pegaban? ¿Era acaso uno de ellos?
La
última pregunta comenzó a dar vueltas por su cabeza una y otra vez. No había
otra explicación. Debía ser eso.
Seguramente,
mientras pensaba, estaba poniendo caras raras, porque ChanYeol se detuvo de
pronto, una vez atravesaron la verja del instituto y comenzó a molestarlo para
que le prestara atención y le contara lo que le pasaba.
—No
es nada —acabó diciendo—. Solo estoy pensando en que el examen de Química del
otro día no me salió muy bien y hoy seguro que da los resultados.
—Eres Byun BaekHyun —dijo su amigo
agarrándolo por los hombros, como si fuera obvio que el aprobado lo tuviera
asegurado.
—Todos tenemos un mal día y no se
puede cantar victoria antes de tiempo —murmuró.
—Bah. Son tonterías —ChanYeol le
quitó importancia y lo arrastró hasta el salón de clases.
Efectivamente, ChanYeol tenía razón
y cuando la profesora Seo dio los resultados, el examen de BaekHyun era el que
tenía la nota más alta de la clase. El chico sabía que le había salido bien,
pero tenía que inventar una excusa para su mejor amigo y solo se le había
ocurrido esa.
Horas más tarde, cuando era la hora
de regresar a casa para los que no tenían actividades extraescolares, BaekHyun
pudo divisar de nuevo a SeHun en la entrada, aunque en esta ocasión no estaba
con ninguno que aquellos tipos, sino que era un chico un poco más bajito que
él, de piel caramelo y ojos oscuros y profundos, que contrastaba enormemente
con SeHun.
BaekHyun los miró unos momentos y
luego pasó de largo, porque, de todas formas, no lo estaban esperando a él.
Sin embargo, se llevó una gran
sorpresa cuando escuchó la voz de SeHun gritando su nombre en medio de la
multitud que abandonaba los terrenos del instituto. BaekHyun hizo el gesto de
voltearse para ver que quería, pero en esos momentos, la imagen que había
presenciado aquella mañana, cuando vio a SeHun con esos chicos, le asaltó la
mente y durante un par de segundos se quedó completamente estático.
—BaekHyun —escuchó que lo llamaban
de nuevo y aquello fue el detonante para que en vez de girarse, plantara los
pies en el asfalto y luego comenzara a dar pasos, alejándose de SeHun y de lo
que quisiera decirle.
○○○
Durante toda esa semana, BaekHyun
estuvo ignorando y evitando a SeHun. No eran amigos, solo conocidos y ni
siquiera serían eso si el profesor Kim no hubiera cruzado sus caminos, por lo
que el mayor decidió que no tenía por qué escuchar lo que el otro quisiera
decirle, más después de haberlo visto con los que lo maltrataban.
Quería ser fuerte en su decisión y
al final de la semana, parecía haberlo conseguido, así que, ni siquiera se
acordó que el domingo tendría que verlo sí o sí, y en su propia casa, un lugar
del que no podría escapar.
○○○
Las tres y cinco de la tarde del
domingo dieron en el reloj de Girls’ Generation que tenía sobre la mesita de
noche, sin embargo el chico no vio la hora que era, estaba demasiado enfrascado
viendo el Girls' Generation Japan 2nd Tour Concert Limited Edition 2013 que
acababa de conseguir por internet gracias a su conocimiento de las chicas en un
concurso que celebraba uno de los fanclubs y en el que regalaban aquel tesoro a
la persona con mayor número de respuestas acertadas.
Por eso mismo, cuando llamaron a la
puerta de su habitación, el chico pensó que tenía que ser su madre, que quería
que la ayudase con alguna cosa, así que dijo “adelante” inmediatamente. Sin
embargo, tras escuchar cómo la puerta se abría y se cerraba pero la persona no
emitía ningún sonido, se extrañó y desvió la vista de la pantalla de su
portátil para encontrarse con SeHun mirando al suelo.
BaekHyun abrió los ojos como platos
e inmediatamente bajó la pantalla de su portátil. Se levantó de la cama, sobre
la que había estado sentado viendo el concierto, y caminó hacia el recién
llegado.
—¿Qué haces aquí? —preguntó. Arrugó
un poco la nariz y las gafas se le resbalaron, por lo que se las subió
inmediatamente con el dedo corazón.
—Yo… Tú… Yo… —tartamudeó—. Tenemos
clases… Además… Hay algo de lo que tenemos que hablar.
—Pensaba que no ibas a venir más… Y
no tenemos nada de qué hablar —contestó.
—El profesor Kim me hizo prometerle
que vendría todos los domingos… —replicó SeHun—. Y tenemos que hablar de motivo
por el que no dices nada cuando te maltratan.
—Fuera de mi casa —dijo
inmediatamente BaekHyun.
—No —el otro chico se plantó y no se
dejó sacar de la habitación. Se miraron de forma retadora durante unos
momentos, hasta que el menor suspiró—. Está bien, no hablaremos de eso, pero sí
explícame el tema de Historia.
BaekHyun lo estuvo meditando unos
momentos y finalmente asintió. Minutos después, ya tenían desplegados todos los
materiales y el mayor se afanaba en explicar el tema en el que se habían
quedado dos semanas atrás. Esta vez, parecía que SeHun sí lo atendía y
procesaba la mayoría de la información, a pesar de que el otro estaba
convencido de que su método de enseñanza no era el mejor.
Estaba ya anocheciendo cuando dieron
por finalizada la clase con un mini examen que SeHun aprobó satisfactoriamente.
Después de eso, recogieron las cosas y BaekHyun acompañó al menor hasta la
puerta.
—Gracias —dijo SeHun al otro lado de
la verja.
—No es nada —el mayor esbozó una
pequeña sonrisa.
—No sé cómo pueden hacerte daño —murmuró
el otro de repente—. Eres una persona encantadora —sus ojos estaban fijos en
los de BaekHyun y su mirada era demasiado sincera como para que el chico
pudiera soportarla, por lo que debió su vista al suelo—. Muchas gracias —dijo
rápidamente, luego hizo una leve inclinación y se fue, dejando a BaekHyun con
un sonrojo en sus mejillas que no había podido detener.
○○○
En la cafetería del instituto todos
tenían su lugar. Estaban las mesas de los populares, las de los deportistas,
las de las personas normales y las de los raros. BaekHyun, ChanYeol y JongDae
se sentaban en estas últimas, rodeados de los que demás consideraban gente de
poco interés que hacían cosas raras. Por ese motivo, se extrañó cuando delante
de él apareció la figura de SeHun con una bandeja en su mano de las que servían
en la cafetería, indicando que pensaba sentarse junto a ellos.
—¿Podemos? —preguntó. BaekHyun
estaba completamente en blanco, por lo que fue JongDae quien contestó por él.
—Sí, claro. Está libre, así que
podéis.
—Gracias —SeHun esbozó una pequeña
sonrisa y se sentó en la mesa, tirando luego del muchacho de piel caramelo que
había visto con él en la puerta la semana anterior—. Mi nombre es Oh SeHun —se
presentó—. Soy a quién le está dando clases particulares BaekHyun hyung —ChanYeol
y JongDae miraron al nombrado, reprochándole que no se lo hubiera presentado—.
Y él es Kim JongIn, mi mejor amigo.
Rápido como un rayo, ChanYeol se
levantó de la mesa y fue hacia el nombrado, quedándose muy cerca de él,
mirándolo de una forma demasiado penetrante para una persona que acababa de
conocer. Tomó su mano entre las suyas y comenzó a moverlas una y otra vez en
sentido vertical, saludándolo efusivamente.
—Mi nombre es Park ChanYeol y soy tu
fan desde que te vi bailando el otro día en el Club de Danza —dijo felizmente.
—ChanYeol, apártate, ¿no ves que lo
estás asustando? —comentó JongDae y segundos después, el alto se separaba de
JongIn—. Por cierto, yo soy Kim JongDae —se presentó—, y el que no ha dicho ni
una palabra, BaekHyun, pero a él ya lo conoces —SeHun asintió, mirando al mayor
hasta que este le devolvió la mirada y luego sonrieron tímidamente.
A pesar de que ChanYeol se pasó toda
la hora del almuerzo mirando fijamente a JongIn, tuvieron un rato agradable
orquestado por JongDae y sus bromas y anécdotas graciosas. Cuando el timbre que
les indicaba que debían volver a clases sonó, todos se fueron con una sonrisa
en los labios.
La misma situación se fue repitiendo
todos los días de aquella semana y SeHun y JongIn se fueron integrando en el
grupo de los raros poco a poco, trayendo aún más diversión a este.
○○○
El sábado por la mañana, BaekHyun
caminaba por los pasillos del instituto en dirección a clase, después de ir al
despacho del profesor Kim, ya que este le había dicho que se pasase por allí
cuando tuviera un rato libre para hablar sobre los avances de SeHun en su
asignatura. El chico estaba bastante feliz porque gracias a sus clases, el
menor había aprobado el examen que el profesor Kim le había puesto.
Por eso mismo, no pensaba que su
mañana de felicidad se vería truncada por un grupo de chicas que se interpuso
en su camino con gesto amenazante.
—Deja de juntarte con nuestro oppa —le
dijo una. BaekHyun frunció el ceño porque no sabía a lo que se refería.
—No sé qué le habrás hecho a SeHun
oppa para que se junte contigo en los almuerzos, pero te advertimos que o dejas
de hacerlo, o te las verás con nosotras —amenazó otra.
El chico fue a replicar, pero cuando
abrió la boca las chicas lo miraron con asco unos segundos y luego se marcharon
tan rápido como habían llegado, dejándolo sumamente confuso.
○○○
A las doce del mediodía el timbre de
la puerta de su casa sonó y BaekHyun fue a abrir, ya que su madre trabajaba
aquel domingo. Se llevó una sorpresa enorme al ver que era ChanYeol quién había
llamado, pero lo dejó entrar.
—¿Qué haces aquí? —preguntó.
—Hacerte compañía —contestó el alto—.
Tu madre trabaja hoy todo el día, así que pensé que te sentirías un poco solito
—lo apretó entre sus brazos como si fuera un peluche y luego lo dejó ir con una
gran sonrisa.
—Gracias por venir.
Los chicos almorzaron y luego
recogieron todo lo que habían ensuciado. Después se pusieron a hacer tiempo
hasta que SeHun llegase para las clases y en cuanto lo hizo, el alto se
despidió de ellos y se fue a su casa. BaekHyun comenzó a explicarle el tema que
les tocaba ese día, pero no podía concentrarse del todo en ello. Cada vez que
miraba al menor se acordaba de lo que le habían dicho aquellas chicas el día
anterior y su estómago daba un vuelco.
—¿Estás bien? —le preguntó el menor
cuando se dio cuenta de que el chico no estaba muy concentrado en lo que
hacían.
—Sí, estoy bien —contestó demasiado
rápido como para ser verdad—. Estaba pensando en que debería hacer la merienda,
hoy no está mi madre y no la puede hacer ella —se levantó—. Vuelvo en unos
momentos.
El chico fue a la cocina para
intentar despejarse de todo aquello y concentrarse en lo que tenía que hacer.
Pero le daba mucho miedo lo que aquellas chicas pudieran hacerle. Sacudió su cabeza
y tomó la botella de zumo para echar el contenido en los vasos que ya había
tomado. En cuanto estuvieron llenos, fue en busca de los pasteles que su madre
había llevado el día anterior, pero al darse la vuelta, se encontró con SeHun
en la puerta de la cocina.
—Ya mismo voy —dijo.
—No estoy aquí por eso —contestó
acercándose a él—. ¿Qué es lo que te ha pasado?
BaekHyun se mordió el interior de la
mejilla, debatiéndose entre contárselo o no. Finalmente decidió hacerlo, ya
tenía bastante con una panda de chicos que le pegaban, no quería que una de
chicas le hiciera la vida aún más complicada de lo que ya era. En cuanto
terminó su explicación, miró a SeHun un poco avergonzado.
—No te preocupes por eso —comentó—.
Yo me encargaré.
—Gracias —murmuró BaekHyun y se giró
para seguir preparando la merienda; sin embargo, en ese momento, unos brazos
largos rodearon su cintura y una barbilla se instaló en su hombro.
—Gracias por confiar en mí y
contármelo —un susurro en su oído que hizo a todo su cuerpo temblar como un
flan—. Gracias —susurró de nuevo antes de alejarse, desapareciendo de la
cocina.