Capitulo quinto
El
anochecer había llegado finalmente tras pasar el día organizando todo lo que
necesitaban para poder hacer aquella invocación que su Diosa tanto necesitaba
realizar para poder ganar la contienda que llevaba esperando desde hacía
siglos. Las tres sacerdotisas lo tenían todo preparado en la playa junto al
acantilado en cuyo interior se encontraba el templo tallado que se había
convertido en su hogar y lo único que debían hacer en ese momento era esperar a
la señal para realizar su papel en aquella historia. A lo largo y ancho de
Cosmic Earth, en los diferentes templos dedicados a la Diosa de la Paz, debían
de estar como ellas, aguardando el momento oportuno. Quizás no fueran
demasiadas las sacerdotisas que la veneraban, quizás el poder que pudiera
concentrar no fuera mucho, pero cualquier cosa que pudieran hacer por ayudar a
su Diosa, la harían.