lunes, 28 de febrero de 2022

[One Shot] Flame of Love {XiaoJin}

Título: Flame of Love

Autora: Riz Aino

Pareja: XiaoJin (Yujin + Xiaoting) (KEP1ER)

Clasificación: NC–17

Géneros: canon, idols, romance, smut, pwp

Número de palabras: 2.755 palabras

Resumen: Yujin y Xiaoting descubren y acarician sus cuerpos en una intensa noche de placer en la que dan rienda suelta a la llama de su amor.

Advertencias: relaciones sexuales muy explícitas.

Notas: la historia estaba pensada para otro fic, otro ship y otro grupo, pero al final decidí hacerlo de esta forma porque me he obsesionado con KEP1ER.

Comentario de autora: una noche en la que no podía dormir estuve haciendo el desarrollo exacto del plot y cuando lo terminé, decidí que era necesario que escribiera esto lo más rápido posible. Espero que os guste.

 


            La bañera de aquel hotel era tan amplia que Xiaoting tenía espacio para estirar las piernas y relajarse totalmente en el agua, que le llegaba hasta el pecho. No sabía cuánto tiempo hacía que no se daba un buen baño como aquel, las duchas rápidas siendo su día a día para no perder siquiera un minuto de sueño; pero en aquel lugar, en aquel hotel junto a la playa, en la última noche que pasaría allí, sin prisas, sin presiones, sin un horario al día siguiente más que su viaje de vuelta a casa hacia media tarde, Xiaoting podía permitirse relajarse en la bañera durante un buen rato. Por ese motivo cerró sus ojos y se dejó caer sobre el filo, suspirando profundamente, sus músculos destensándose gracias al calor del agua. Xiaoting no supo cuánto tiempo pasó de aquella forma, pero el agua se había templado un poco cuando se produjo un pequeño cambio en el nivel del agua de la bañera y ésta subió. Abrió sus ojos en el momento en el que sintió piel rozando contra la suya, con su corazón latiendo rápidamente dentro de su pecho, relajándose de nuevo al ver que se trataba de Yujin, quien estaba siendo su compañera de habitación durante su estancia en aquel hotel.

 

domingo, 27 de febrero de 2022

[One Shot] 2021 Super Rookes Drabbles: I wanna kiss you (till I stop thinking) {LouJin}

Título: I wanna kiss you (till I stop thinking)

Autora: Riz Aino

Pareja: LouJin (MuJin + Louis) (KINGDOM)

Clasificación: PG–13

Géneros: AU, college, romance, drama, fluff

Número de palabras: 1.337 palabras

Resumen: SungHo nunca se había planteado su sexualidad… al menos no hasta que DongSik se cruzó en su vida.

Notas: historia inspirada porque Louis tiene la maravillosa manía de querer besar a MuJin en el cuello. A las pruebas me remito.

Comentario de autora: simplemente un día estaba un poco asqueada de la vida y quise escribir algo cuqui con estos dos, para contrarrestar un poco lo hot que empezó la colección y terminarla de forma mona. Espero que os guste.

 

I wanna kiss you

(till I stop thinking)

 

            —Pues… esta es mi habitación —anunció SungHo. DongSik le dedicó una sonrisa y el mayor le dio la espalda porque sintió cómo su corazón se saltó un latido de repente, poniéndose nervioso, como últimamente le pasaba cuando estaba junto a él—. Probablemente es igual que la tuya, las habitaciones de las residencias no suelen ser muy diferentes… —dijo, tratando de calmarse.

 

sábado, 26 de febrero de 2022

[One Shot] 2021 Super Rookies Drabbles: Monday to Sunday {ChanHoon}

Título: Monday to Sunday

Autora: Riz Aino

Pareja: ChanHoon (ChiHoon + Chan) (TO1)

Clasificación: PG–13

Géneros: AU, romance, domestic, fluff

Número de palabras: 1.036 palabras

Resumen: ChiHoon y Chan viven en una rutina de constante amor de lunes a domingo.

Advertencias: probablemente os pueda dar una pequeña sobredosis de azúcar.

Notas: el título de la historia es el mismo de el de la canción Monday to Sunday que se cantó en una canción del Produce X 101, ¿tiene algo que ver TO1 con el programa o el fic con la canción? Nup, pero me salió en el aleatorio mientras buscaba título para la historia y lo cogí.

Comentario de autora: quería hacer algo muy domestic fluff y tenía muchísimas ganas de volver a escribir de estos dos cuquitos, así que, decidí ponerme a ello y ser feliz. Espero que os guste.

 

Monday to Sunday

 

            A ChanHyuk le gustaban todos los días de la semana. Sabía que el resto de personas tenían predilección por algún día en concreto, ya fuera porque era su día de descanso o porque les habían sucedido cosas geniales esos días. Para él no era así porque cada día de la semana era igual y a la vez diferente y no podía elegir cuál era el día que más le gustaba. Desde que había comenzado a vivir junto a ChiHoon, su novio, a ChanHyuk le encantaban absolutamente todos los días de la semana, del lunes al domingo, sin excepción. A todo el que se lo decía le resultaba extraño, le preguntaban si no había tenido un mal día que hiciera que le tuviera tirria a algún día concreto de la semana o si no odiaba los lunes, como todo el mundo… pero realmente ChanHyuk estaba encantado con cada día de la semana.

 

jueves, 24 de febrero de 2022

[One Shot] The Favorite {JohnDo}

Título: The Favorite

Autora: Riz Aino

Pareja: JohnDo (Johnny + DoYoung) (NCT)

Clasificación: NC–17

Géneros: AU, mafia, romance, smut, pwp

Número de palabras: 2.602 palabras

Resumen: DongYoung es el favorito de Johnny.

Advertencias: juegos de azar en un casino y relaciones sexuales explícitas.

Notas: la idea nació de mi incapacidad de estarme quieta a hacer portadas cuando una foto mínimamente sensual o bonita se aparece ante mí.

Comentario de autora: quería hacer algo de NCT porque llevaba tiempo sin escribir de ellos y se me antojó muchísimo hacer este fic. Espero que os guste.

 


           —Sopla los dados, guapo y dame suerte —dijo Johnny, acercándole su mano derecha cerrada, en la que tenía los dados rojos con los que estaban jugando aquella partida—. Necesito un diez.

 

martes, 22 de febrero de 2022

[One Shot] Another day (drowning into you) {MinChan}

Título: Another day (drowning into you)

Autora: Riz Aino

Pareja: MinChan (Bang Chan + Lee Know) (Stray Kids)

Clasificación: NC–17

Géneros: AU, models, “romance”, smut, pwp

Número de palabras: 2.726 palabras

Resumen: cuando los dedos de Chan rozaron la piel desnuda de su cintura, MinHo supo perfectamente que ya no había vuelta atrás.

Advertencias: relaciones sexuales explícitas.

Notas: historia escrita para el Stayter Fest, en el que elegí este prompt sobre Chan y Lee Know en un photoshoot juntos y luego acostándose porque durante la sesión empiezan a sentir “cosas”.

Comentario de autora: originalmente iba a ser pseudo canon, pero después decidí que me venía mucho mejor hacer un au porque me daba muchísima más libertad. Espero que os guste.

 


            MinHo tragó saliva de forma bastante notable cuando vio entrar al estudio a aquel con el que iba a trabajar aquel día, pero esperó que nadie se hubiera percatado de ello porque tenía una reputación que mantener. MinHo no solía acercarse a nadie, no solía ser amistoso con nadie, simplemente se dedicaba a posar con cada set diferente de ropa que le pusieran delante de la cámara y a seguir las instrucciones del fotógrafo del día. No obstante, ese día iba a ser duro. Primero porque iba a tener como compañero de trabajo a Bang Chan, otro de los modelos de su agencia con el que últimamente no hacía más que sesiones de fotos. Y no es que Chan le cayera mal, al contrario, le caía genial y pensaba que era el tío más increíble que había conocido en su vida, pero MinHo no quería que se enterara de aquello porque obviamente no era lo mejor del mundo confesárselo a alguien que no estaba interesado en él en lo más mínimo, a pesar de que siempre se mostraba encantador, atento y accesible, había una especie de barrera entre ambos que era mejor no sortear. Segundo porque aquel día ambos iban a estar medio desnudos durante la sesión de fotos y muy cerca del cuerpo el uno del otro para inmortalizar el deseo y la lujuria con la que la marca de ropa quería vender su colección en aquella revista. Y Chan era alguien que pasaba mucho tiempo en el gimnasio, así que su cuerpo estaba trabajado y a MinHo le provocaba demasiadas cosas aquel cuerpo con los músculos definidos, pero obviamente liarse con una persona a la que tenía que ver prácticamente en cada sesión o en la empresa cuando tenían reuniones y discusiones sobre contratos con marcas… por mucho que lo único que quisiera fuera acostarse con él y disfrutar, aunque fuera solo durante una noche, del increíble sexo con Chan porque había escuchado rumores, tanto de chicas como de chicos, sobre lo bueno que era en la cama. Sin embargo, por mucho que Bang Chan acabara de entrar en el set con unos pantalones de cuero super ajustados en los que se marcaban absolutamente todos los músculos de sus piernas y su entrepierna y simplemente con una americana de terciopelo, sin camisa debajo, enseñando sus abdominales y pectorales, MinHo no iba a mostrar ninguna señal de que el otro lo ponía a cien.

 

domingo, 20 de febrero de 2022

[One Shot] Under my skin {JunJung}

Título: Under my skin

Autora: Riz Aino

Pareja: JunJung (YooJung + JunJi) (OnlyOneOf)

Clasificación: NC–17

Géneros: AU, smut, pwp

Número de palabras: 2.344 palabras

Resumen: JunHyung sabía perfectamente que, cuando quisiera, podía ejercer todo su poder sobre TaeYeob y éste no podría escapar de él.

Advertencias: relaciones sexuales explícitas un poco bruscas, con elementos tóxicos y de dominación y lenguaje vulgar.

Notas: historia finalmente puesta en marcha debido a este movimiento en la coreografía de skinz porque simple y llanamente estoy obsesionada con él y porque quería escribir algo por los 1000 días que cumplen mis niños.

Comentario de autora: tenía una historia inspirada en la letra de Mirotic de DBSK desde hacía años, pero nunca la había puesto en marcha y con el cb de OOO decidí que ya era hora de sacar adelante la idea, aunque ésta sufriera unos pocos cambios. Espero que os guste.

 


            —¿Quieres acostarte conmigo?

 

            La pregunta pareció pillar desprevenido a TaeYeob porque tosió después de atragantarse con su propia saliva y lo miró con los ojos muy abiertos, pero con un brillo intenso en su mirada. JunHyung había estado un tiempo pensando sobre si hacer aquella pregunta o no porque sabía perfectamente que, cuando quisiera, podía ejercer todo su poder sobre TaeYeob y éste no podría escapar de él. No había querido hacerlo porque, en el fondo, no quería hacerle daño a TaeYeob de ninguna manera, pero, después de varios meses en los que el mayor no había hecho más que decirle lo mucho que quería acostarse con él, JunHyung no había podido evitar acabar cediendo, a pesar de que sabía que, quizás, la obsesión que TaeYeob había desarrollado con él, podría volverse peor y JunHyung podría tenerlo comiendo de su mano para siempre. No había querido hacerlo… pero en el fondo siempre había querido. Siempre había querido poner a TaeYeob de rodillas, siempre había querido usarlo a su antojo y siempre había querido aprovecharse de él, de la veneración que le profesaba.

 

[Drabble] 2021 Super Rookies Drabbles: Unbreakable {EunYeon}

Título: Unbreakable

Autora: Riz Aino

Pareja: EunYeon (EunChae + ChoYeon) (bugAboo)

Clasificación: PG–13

Géneros: AU, dystopia, romance, drama

Número de palabras: 606 palabras

Resumen: en un mundo en el que las diferencias sociales cada vez son más acentuadas y la mayoría pobre de la población no tiene siquiera derecho a lo más mínimo, mientras los ricos lo acaparan todo, EunChae y ChoYeon viven su amor.

Notas: tenía esta idea desde hacía bastante tiempo apuntada, pero no terminaba de buscarle una salida, como estaba falta de ideas para completar la colección decidí que podía usarla aquí.

Comentario de autora: estoy poco a poco adentrándome en el mundo de estas bebas encantadoras y las adoro un montón. Espero que os guste.

 

Unbreakable

 

            —¿Crees que aquí nos encontrarán, unnie? —preguntó ChoYeon, al entrar en una habitación al fondo del pasillo, una de las tantas habitaciones vacías que había en la casa y en las que nunca entraba nadie.

            —No lo creo —murmuró EunChae, abrazándose a ella, instalando su cabeza entre sus pechos—. Nunca viene nadie aquí.

 

sábado, 19 de febrero de 2022

[One Shot] 2021 Super Rookies Drabbles: Irresistible lips (blame it on the alcohol)

Título: Irresistible lips (blame it on the alcohol)

Autora: Riz Aino

Pareja: 2Jimin (Lim JiMin + JM) (JUST B)

Clasificación: PG–13

Géneros: AU, college, “romance”, drama, fluff

Número de palabras: 1.193 palabras

Resumen: Lim JiMin nunca se ha sentido atraído por otros chicos… pero esa noche no puede dejar de pensar en los labios de Chu JiMin.

Notas: la historia nació de las fotos teaser de 2JiMin para Just Beat. Le hice una portada y todo porque me encanta la foto.

Comentario de autora: estoy muy poco a poco metiéndome en el grupo y me gustaría escribir más de ellos. Espero que os guste.

 

Irresistible lips (blame it on the alcohol)

 

            Lim JiMin tenía sus ojos cerrados y su cabeza apoyada contra el colchón, sentado en el suelo, descansando, tratando de que la habitación dejara de darle vueltas y que el constante zumbido que notaba en su cabeza se fuera diluyendo a pesar de que el ruido a su alrededor era demasiado intenso como para que pudiera aislarse. Era la primera vez que bebía. Bueno. Era la primera vez que todos ellos bebían y quizás se habían pasado un poco. Lim JiMin todavía tenía la suficiente capacidad para pensar aquello, aunque no tenía la capacidad para moverse mucho o siquiera hablar con los otros tres que se encontraban en su habitación de la residencia. GunWoo, ByeongHee y Chu JiMin seguían hablando y cantando y bebiendo… o eso era lo que él creía, pero un cuerpo sentándose a su lado lo hizo darse cuenta de que alguno había tenido que cansarse de aquello también y abrió levemente sus ojos, encontrándose el rostro de Chu JiMin muy cerca del suyo, mirándolo fijamente.

 

jueves, 17 de febrero de 2022

[Chapter IV] Kingdom of Rain {Dannthur}

Chapter IV: new days

 

            —¡Abuela! —dijo JaHan, moviendo su mano, llamando la atención de alguien en la lejanía—. Mi señor Arthur —se volvió hacia él—. Mi abuela parece que ha salido a recibirnos, vamos a verla.

 

            Arthur miró en la dirección en la que había visto a JaHan saludar con su mano y se dio cuenta que, en una de las puertas, se encontraba la vieja Jill. Hacía años que no la veía, muchos años, pero la mujer que lo había criado junto a su madre y que había cuidado de él cuando ésta murió apenas había cambiado desde la última vez que la había visto. El pelo se le había vuelto aún más plateado de lo que ya lo tenía y las arrugas se habían hecho un poco más profundas, pero parecía como si se hubiera encontrado con la mujer de sus recuerdos en su niñez y pre adolescencia. Arthur caminó detrás de JaHan, sin poder esconder la felicidad que sentía ni la ilusión que le hacía volver a verla, con una sonrisa enorme en su rostro y, cuando llegaron hasta ella, lo único que pudo hacer cuando la vieja Jill le abrió los brazos, fue lanzarse a abrazarla, estrechándola con fuerza entre sus brazos. La mujer también lo abrazó con fuerza y se quedaron de esa forma un buen rato.

 

            —Abuela, no llores —murmuró JaHan y eso fue lo que hizo que la vieja Jill se separara de Arthur para contestarle a su nieto.

            —¿Y qué quieres qué haga? ¿Saltar de alegría? ¿Con esta pierna? —le señaló con su bastón su pierna mala, JaHan simplemente se encogió de hombros y la mujer tomó a Arthur del rosto y lo acercó a ella para mirarlo bien—. Has crecido mucho, mi niño —murmuró—. Todavía puedo ver un poco del niño que crie en ti… pero estás mucho más alto, mucho más guapo y ahora eres todo un hombre. Has soportado mucho estos años, ojalá hubiera podido seguir subiendo a la torre para poder verte crecer y ayudarte.

            —JaHan ha cuidado bien de mí, no se preocupe —murmuró Arthur—. ¿Cómo se encuentra?

            —Vieja y chocha —replicó ella—. Pero estoy encantada con el nuevo señor de este castillo, he hablado antes con él y es un joven encantador y guapísimo que sabe lo que debe y lo que no debe hacer.

 

            Arthur no pudo evitar sonreír porque la mujer siempre había despotricado del rey cuando se encontraba con él en la torre, ya fuera junto a su madre o contándole a él lo que éste hacía en el castillo. Nunca le había caído bien y Arthur lo podía entender a la perfección porque no había sido bueno con nadie, ni con sus súbditos ni con aquellos que trabajaban en el castillo, solo con algunos de los nobles y lores de los que se podía beneficiar. Le alegraba que Dann le hubiera caído bien, porque eso significaba que el otro era alguien en quien quizás podía confiar un poco, porque la vieja Jill siempre sabía cómo eran las personas. Cuando le hablaba del mundo exterior, de aquellos que vivían en el castillo, siempre acertaba en cómo éstos se comportaban y comportarían en el futuro y a Arthur siempre le había impresionado aquella capacidad y muchas veces le había dicho a la mujer que parecía adivina, pero ella siempre le contestaba que solo era vieja, había vivido demasiado y sabía cómo eran las personas.

 

            —Pero vamos adentro —le dijo, sacándolo de sus pensamientos—. Va a empezar a llover en breve y hace frío aquí fuera, en la cocina junto a los fogones siempre se está muy bien.

 

            Arthur asintió y la mujer comenzó a andar, apoyándose en su bastón y entrando al castillo. JaHan y él la siguieron inmediatamente y, a paso lento, caminaron hacia las cocinas. Arthur nunca había estado en el castillo. Nunca antes del día anterior había puesto un pie fuera de la torre, así que, a pesar de llevar viviendo en ese lugar toda su vida, todo era nuevo para él. Las paredes de piedra y suelos de piedra, los tapices y alfombras que los cubrían, las antorchas encendidas, los pasillos amplios y las mil y una puertas cerradas en las que habría mil y una habitaciones dedicadas a diferentes menesteres. Los pasillos comenzaron a volverse angostos cuando bajaron unas cuantas escaleras y se adentraron en la zona destinada a los sirvientes y las cocinas, techos bajos, la piedra desnuda, frío y mala iluminación. Arthur no pudo evitar tiritar un poco ante el cambio de temperatura, pero el frío se le pasó en el momento en el que llegaron a las cocinas, donde había varios fuegos encendidos y algunos sirvientes preparando la cena. La vieja Jill se sentó en la enorme mesa de madera en la que debían de comer los sirvientes y los invitó a sentarse allí con ella. Ambos lo hicieron, cada uno a un lado de la mujer.

 

            —Cuéntame cómo han sido estos años en la torre —le pidió, hablando bajito—. Mi nieto nunca ha sido muy hablador y sé que seguro que no me ha contado ni la mitad.

 

            Arthur sonrió y comenzó a hablar, prácticamente en susurros, contándole cómo había sido su vida durante los últimos años. Cómo su colección de libros había crecido un poco porque le había rogado al rey que le comprara algunos nuevos para poder entender mucho mejor sus sueños, cómo JaHan le llevaba dibujos del exterior, cómo había aprendido a sobrellevar la soledad y las infinitas ganas que siempre había tenido de cruzar la puerta de madera y hierro que siempre lo había retenido en el lugar. Le habló también de lo extraño que era para él estar fuera de la torre, que echaría de menos las pocas posesiones que tenía, sobre todo los libros que, seguro que se habían quemado en la torre hasta no quedar más que cenizas y también le habló de Dann, de cómo lo había rescatado y de cómo se había comportado con él la noche anterior. Hablaron bajito durante toda la tarde, el resto de sirvientes pululando a su alrededor para tratar de escuchar su conversación, pero probablemente sin entenderla del todo, con el ruido de la lluvia cayendo fuertemente en el exterior y el calor de los fuegos calentándolos. Arthur habló y habló y la vieja Jill y JaHan escucharon todo, pero el chico se guardó mencionar muchas cosas en referencia a sus visiones y sueños, solo mencionando aquello en voz aún más baja, prácticamente al oído de la mujer, para que nadie más pudiera escucharlo. JaHan no sabía lo de sus visiones y los demás sirvientes no podían enterarse tampoco, aquel no era un lugar del todo seguro para poder hablar de todo ello, pero el chico se alegró de poder estar allí y de poder contarle a la vieja Jill lo que podía decir sin poner a ninguno de los tres en peligro, porque su don como profeta era importante y mucha gente le haría daño para obtenerlo, a él y a aquellos que eran importantes para él.

 

            Cenaron en las cocinas también, junto con el resto de sirvientes, que no dejaron de preguntarle quién era hasta que la vieja Jill se enfadó y dejaron de hacerlo, pero eso no evitó los cuchicheos, que continuaron durante toda la cena y mientras los platos de la cena de los señores arriba y de los sirvientes se lavaban, hasta que uno de los hombres de Dann, aquel que lo había vigilado el día anterior, llegó buscándolo.

 

            —Mi señor ha pedido que se reúna con él arriba —le dijo—. Lo guiaré hasta el lugar.

 

            Arthur tuvo que despedirse de la vieja Jill en ese momento y de JaHan también, porque el otro insistió en que solo había requerido su presencia. Por ese motivo, salió solo de las cocinas, siguiendo a aquel hombre por los angostos pasillos, recorriendo el mismo camino que había recorrido para bajar a las cocinas, saliendo a la planta principal del castillo y después subiendo hasta la tercera planta. Las escaleras de aquel lugar no eran tan empinadas como lo habían sido las de la torre en la que se encontraba la habitación en la que había vivido siempre. Recorrieron pasillos ricamente decorados, sus pasos resonando en el silencio de la noche que ya había caído, mezclándose con el eco de la lluvia al otro lado de los muros, y solo se detuvieron ante una enorme puerta de madera de dos hojas. Aquel que lo había guiado llamó con sus nudillos a ésta y la voz de Dann surgió del interior, indicando que podía pasar. El otro se retiró de su lado entonces y recorrió el camino inverso por el pasillo, dejándolo allí, solo, ante la puerta que lo separaba de aquel que le había salvado la vida el día anterior. Arthur suspiró profundamente, tratando de calmar unos nervios que no sabía siquiera por qué los tenía, antes de tirar de la argolla de bronce que abría la puerta hacia el exterior, entrando al lugar y cerrando la puerta a sus espaldas.

 

            Al entrar descubrió que se encontraba en los que debían ser los aposentos que Dann había elegido para pasar su estancia allí. Era una habitación grande, con una chimenea que hacía que el lugar estuviera caliente y seco, contrastando con el frío y la humedad que había abajo, en donde se encontraban los sirvientes, había una cama enorme con dosel y unos cuantos muebles más, un baúl, una mesa, algunas sillas y el suelo estaba plagado de alfombras para mantenerlo caliente. Arthur no pudo evitar mirar a su alrededor con asombro antes de fijar su mirada en Dann, que estaba sentado en una de las sillas junto al fuego, calentándose las manos, a sus pies había una pila de libros que parecía haber estado leyendo, o al menos, ojeando. Sus ojos se encontraron y Dann le indicó que podía acercarse hasta donde estaba él, así que, Arthur lo hizo, caminando lentamente hacia él, percatándose al acercarse de que la pila de libros que se encontraban junto a la chimenea eran los libros que había dejado en la torre, los libros que había creído perdidos para siempre en el fuego, hechos cenizas. Sin poder evitarlo, una sonrisa enorme se instaló en su rostro y acabó casi tirándose de rodillas al suelo para coger el primer libro que estaba encima de la pila, aquel sobre la historia del Reino de la Lluvia que Arthur había releído una y otra vez y cuando lo tuvo entre sus manos lo llevó hasta su pecho de forma protectora, sintiendo una inmensa felicidad por no haber perdido algunas de sus pocas posesiones y, sobre todo, aquel libro que lo había acompañado durante tantísimos años.

 

            —Imaginaba que querrías tener las cosas que se salvaron del incendio —comentó Dann, devolviéndolo a la realidad, haciendo que alzara la cabeza y lo mirara—. No es mucho, pero al menos no se ha perdido todo.

 

            Arthur no supo que decir en ese momento, las palabras no le salían, así que, simplemente asintió. Sentía gratitud hacia él, porque sabía que lo que había hecho no era algo que estuviera obligado a hacer, sino que debía de haberlo hecho para que él se sintiera mejor, para que tuviera consigo un poco de todo lo que había dejado atrás porque ante él lo que se encontraba era un mundo extraño, un mundo que solo había visto desde lejos y en el que no sabía cómo iba a moverse o a encajar. Teniendo sus libros con él, al menos tenía un lugar al que volver, un lugar en el que poder sentirse a gusto, donde podía respirar, algo conocido, algo que adoraba, algo que había hecho que la habitación en lo alto de la torre pareciera menos una prisión y más un hogar.

 

            —Gracias… —consiguió decir al final, aunque no pudo decir nada más.

 

            Arthur sintió que, si decía algo más, el nudo que se acababa de instalar en su garganta probablemente provocaría que comenzara a llorar y no quería llorar, no en esos momentos, aunque fuera de agradecimiento o porque sus sentimientos se estaban desbordando por todas partes como un recipiente demasiado lleno en el que cualquier gota provocaría que todo el líquido se derramase. La expresión en el rostro de Dann era amable, pero seria. Había esbozado una pequeña sonrisa al escuchar su agradecimiento que no le llegó del todo a los ojos y Arthur se extrañó por aquello, pero no supo si era correcto o no entrometerse y preguntarle si había sucedido algo. No eran amigos, no creía que lo fueran a ser nunca, de todas formas, él seguía siendo un prisionero en ese lugar hasta que averiguasen quién era y Arthur no creía que fuera correcto tampoco compartir la poca información sobre él mismo que todavía no le había contado, poca, pero la más importante en realidad. La vieja Jill le había dicho esa tarde que había hablado con Dann y que le había parecido una buena persona, mucho mejor que el rey, pero eso no quería decir tampoco que fuera alguien a quien le pudiera confiar el secreto sobre sus sueños y lo que éstos significaban.

 

            Arthur salió de sus pensamientos de nuevo cuando se dio cuenta de que Dann no había dejado de observarlo en todo aquel tiempo, con una expresión inescrutable en su rostro, como si estuviera tratando de ver algo a través de él, algo que ni siquiera Arthur sabía lo que era.

 

            —¿Ha sucedido algo? —acabó preguntándole sin poder contenerse. Dann negó con su cabeza en un primer momento, pero Arthur no apartó la mirada de la suya, tratando de hacerle saber que le iba a seguir preguntando hasta que se lo contara y, al final, el otro asintió lentamente—. ¿Es algo grave? —no pudo evitar sentirse preocupado, aunque no fuera exactamente por Dann, sino porque las decisiones que éste tomara o la forma en la que se comportara influían directamente al Reino de la Lluvia y que el reino estuviera en paz y fuera próspero era su cometido. Si algo había pasado que lo tuviera preocupado, tendría que saberlo para poder adelantarse a los acontecimientos y para que, si tenía algún sueño crítico como el que había tenido esa noche, poder descifrarlo.

            —No es grave —respondió Dann—. Ha sido un día bastante intenso y estoy seguro que los siguientes también lo serán porque hay que organizar demasiadas cosas y tomar demasiadas decisiones —suspiró profundamente y Arthur pudo ver una sombra de cansancio en su rostro—. Conquistar este reino no ha sido difícil, pero gobernarlo es otra cosa —le dedicó una sonrisa pequeña—. He estado preguntando sobre la familia real del Reino de la Lluvia, quizás encontrar a alguien emparentado con ella sea más fácil que gobernar el reino, no sé si tengo madera para poder encargarme de todo esto o me viene demasiado grande —comentó—. Probablemente apoyar a un miembro de la familia real en su ascenso al trono sea mucho mejor para este reino.

 

            Arthur no supo que decir porque no se había imaginado que el otro pensara de aquella forma. Realmente no lo conocía, no sabía nada de él, solo sabía lo que había visto, la forma en la que lo había tratado a él la noche anterior, la forma en la que debía de haberlo metido bajo sus mantas cuando había dejado la tienda y la forma en la que había llevado hasta él las pocas posesiones que se habían salvado del fuego. JaHan le había contado lo que había escuchado en el campamento sobre él también, pero no era mucho, no era lo suficiente par hacer un juicio sobre él. Arthur tampoco sabía cómo él, que apenas había tratado con unas pocas personas a lo largo de su vida, podía hacer un juicio sobre Dann o sobre lo que éste sería capaz de hacer o no. Sabía interpretar las expresiones, sabía que estaba preocupado por aquello que le había comentado, quizás fuera difícil para él y pensara que le viniera grande, pero en sus palabras había algo más, como una especie de prueba que le estaba haciendo, como si esperaba que aquello provocara en él algo. Arthur podía ver perfectamente que quería algo de él, no sabía el qué, pero a pesar de que la preocupación real estaba ahí, el deseo de provocar una reacción en él. Arthur simplemente asintió, no queriendo decir nada para no darle a Dann nada de lo que éste buscara en él. Quizás la llegada del joven de pelo blanco tenía algo que ver con lo que Dann le había comentado, quizás éste era el heredero al trono o quizás alguien que supiera dónde se encontraba el heredero, por eso Arthur había tenido un sueño sobre su llegada, pero decidió no decirle nada a Dann.

 

            —Es tarde —acabó diciendo Dann al final, probablemente porque no había conseguido la reacción que esperaba de él—. Es mejor que nos vayamos a dormir —se levantó de la silla en la que había estado sentado y caminó por la habitación, poco a poco desprendiéndose de su ropa, dejándola sobre el baúl a los pies de la cama. Arthur no pudo dejar de mirar su espalda musculosa como si hubiera algo que hubiera atrapado sus ojos en su cuerpo—. Puedes usar el otro lado de la cama —le dijo, girándose hacia él, haciendo que Arthur tragara saliva al ver su torso desnudo—, es más seguro para ambos que te quedes a dormir conmigo, así puedo vigilarte mientras trato de saber algo más sobre ti y por qué estabas encerrado en la torre.

 

            Dann se metió en la cama y Arthur, aunque tardó unos momentos en volver a respirar correctamente, acabó haciendo lo que éste le había dicho, echándose en el otro lado de la cama porque estar en la misma habitación era lo más seguro para ambos y lo más sensato también.

 

🗡 👑

 

            Dann se despertó sintiendo un cuerpo pegado a su espalda. No era la primera vez que ocurría y estaba casi seguro de que no sería la última. No hacía siquiera una semana desde que había conquistado aquel castillo y había matado al rey que había tratado de forzar al chico que se encontraba en la cama con él, con su cuerpo pegado a su espalda, su nariz rozando su nuca, sus manos rozando levemente la zona baja de su espalda, como si quisiera abrazarlo, aferrarse a él, pero ni aun en sueños lo pudiera hacer. Dann estaba completamente seguro de que Arthur había pasado por un infierno estando encerrado en la torre, que todo lo que estaba viviendo aquellos días era nuevo y quizás aterrador y que la última experiencia que había tenido antes de salir de la torre había sido traumática, por lo que entendía perfectamente que se pegara a su cuerpo por la noche, buscando calor, buscando seguridad, buscando algo a lo que aferrarse. Lo había estado observando todos esos días, desde la lejanía, cómo iba conociendo el mundo poco a poco de la mano de su sirviente, cómo éste le mostraba cosas y cómo Arthur se ilusionaba como un niño. Quizás porque realmente era un niño en muchos aspectos todavía, un niño que no sabía quién era en realidad y que se sentía perdido en el nuevo mundo que lo rodeaba. Dann no podía dejar de pensar en lo que la vieja sirvienta le había contado y, de alguna forma le encontraba sentido a aquello, aunque no supiera si pudiera confiar del todo en ella.

 

            Había leído aquel libro sobre la historia del Reino de la Lluvia que se había salvado del incendio y que estaba entre las posesiones de Arthur tal y como le había dicho la mujer que hiciera y había buscado también en la pequeña biblioteca de aquel castillo más libros que hicieran referencia a la historia del reino. Dann se había pasado los últimos días leyendo en sus ratos libres cómo el Reino del Agua se había configurado, cómo eran los reinos vecinos y cómo el poder de éste residía en una realeza que descendía directamente de un linaje de gentes mágicas y cuando el reino se encontraba en peligro, alguien nacía en la familia con poderes para enfrentar al futuro. La sirvienta le había hablado de las visiones, de los sueños que Arthur tenía, que éstos habían sido el motivo por el cual el chico había sido encerrado en la torre desde antes incluso de su nacimiento y Dann podía entender perfectamente que era porque el rey no había querido que nadie supiera de su existencia porque, de hacerlo, todos habrían sabido que quien era el heredero legítimo, se encontraba retenido contra su voluntad. Sabiendo aquello, también podía entender cómo un reino con tan precaria fuerza de ataque y defensa había resistido el envite de los reinos de su entorno, las guerras y los intentos de anexión. Si Arthur había estado teniendo sueños sobre toda amenaza sobre el reino habría evitado cualquiera de esas amenazas. Lo que no acababa de entender, no obstante, era por qué a él lo había dejado entrar hasta el mismísimo corazón del reino sin avisar al rey, como si hubiera confiado que dejarlo entrar e invadir el castillo era mejor que luchar contra la amenaza que suponía porque debía de haber respetado los intereses del monarca y no los suyos, ya que ni siquiera lo conocía. Y no solo era eso lo que no entendía. Porque por el estado en el que se encontraba el libro sobre la historia del Reino de la Lluvia, con las cubiertas de cuero negras desgastadas del uso, las páginas amarillentas y la tinta perdiendo su fuerza, el libro había sido leído muchísimas veces. Si Arthur había leído aquel libro tanto, cómo no había podido pensar en que él se trataba de alguien con el mismo don que los miembros de la familia real.

 

            Arthur no era tonto. Era bastante listo, de hecho. No le había contado lo de sus sueños porque no sabía si podía fiarse del todo de él o no y no sabía qué más no le podía estar contando, aunque podía dar por hecho que no sabía nada sobre su condición como heredero al trono porque cuando había hablado con él sobre el tema de buscar a un miembro de la familia real, éste no había reaccionado. Sin embargo, Dann seguía teniendo demasiadas preguntas a las que debía de encontrarle una respuesta y no podía perder el tiempo.

 

            Se levantó de la cama con cuidado para no despertar a Arthur con el movimiento y lo arropó lo mejor que pudo antes de vestirse y salir para comenzar su día. El castillo no se gobernaba solo, lo mismo que el reino que acababa de conseguir, por lo que Dann tenía que estar en todas partes a la vez, encargándose de un millón de cosas y además supervisarlas para que todo estuviera correctamente hecho porque no podía dejar nada al azar. No obstante, aunque quizás tenía muchas cosas a las que prestar atención y demasiado importantes, Dann no podía dejar de pensar en el chico al que dejaba durmiendo todas las mañanas en su cama, porque quería comprobar si era de verdad el heredero o si aquella sirvienta lo había engañado. Su mente no dejaba de llevarlo a aquel punto y al final no podía concentrarse en el resto de las cosas que debía de hacer, perdiéndose demasiado en sus pensamientos. Dann intentaba que no le sucediera, pero había ocasiones en las que era casi inevitable.

 

            En aquellos momentos estaba recibiendo con gratitud a algunos campesinos de las aldeas cercanas que ya sabían la noticia de su llegada al reino y lo que había pasado allí. Todo el mundo parecía completamente encantado, desde aquellos que se habían unido a su campaña en lugar de dar la voz de alarma, hasta aquellos que llegaban con sus familias hasta el castillo con comida, las verduras de temporada, productos lácteos, pan, vino y cerveza que iban llenando poco a poco las despensas del castillo. Dann estaba agradecido por aquello y la primera decisión que había tomado para beneficiar a aquellas buenas gentes que estaban llevando parte de su sustento hasta él, fue declarar que los privilegios de la caza en el Reino de la Lluvia habían sido abolidos del todo y que, en cada aldea, se pudiera cazar para la comunidad. Durante los anteriores días le habían estado explicando cómo había estado funcionando el reino y la forma en la que el rey se había reservado para él y la nobleza prácticamente todos los lugares de caza, haciéndolo casi por deporte o para dar banquetes, no dejando que sus súbditos pudieran disfrutar de comer carne en algunos momentos también, cuando fuera época de caza y hubiera presas abundantes para todo el mundo. Las gentes del reino eran agradecidas con él y con su gesto y Dann había mandado ya mensajeros a todas las pequeñas ciudades y aldeas para anunciar la noticia —además de para anunciar el cambio en el gobierno del reino—, lo que había provocado que gentes de lugares algo más lejanos se hubieran embarcado en un viaje de varios días para agradecer aquel gesto con comida.

 

            —Gracias —le dijo Dann a una chica joven que había llegado hasta él, junto con una mujer bastante más mayor, guiándola, provocando que la chica se sonrojase—. Estamos de verdad muy agradecidos por el gesto que han tenido con nosotros.

 

            Realmente, Dann no debería estar haciendo aquel trabajo tan mundano, pero le gustaba agradecer a las personas que llegaban y, además, así podía hacer sus propias investigaciones y averiguaciones sobre la familia real. Quienes más podían saber del tema sería la nobleza, pero encerrados en los calabozos del castillo, no estaban demasiado dispuestos a hablar y, bueno, tampoco los podía soltar porque su pequeño ejército no estaba realmente organizado para hacer frente a la amenaza de aquellos nobles si éstos salían de allí y decidían unirse para atacar el castillo. Habían tenido un golpe de suerte cuando habían luchado contra ellos, llegando en el momento en el que menos lo esperaban, teniendo el factor sorpresa a su favor, pero no sería lo mismo en una batalla en campo abierto y Dann no quería lidiar con aquello hasta que no estuvieran bien preparados para poder hacerles frente. Por eso, buscaba respuestas en las gentes del Reino de la Lluvia. No sabían mucho, no eran de especial ayuda, pero algunas con algunas cosas lo habían guiado bastante bien.

 

            Parecía que todo el mundo en aquel lugar sabía que había alguien encerrado en el catillo, alguien importante, a pesar de que nadie sabía de quien se trataba exactamente y habían corrido muchos rumores sobre quién era esa personalidad tan importante. Desde alguien que había agraviado de una forma inimaginable al rey, hasta un mago. Preguntando por ahí, por las gentes que llegaban al castillo y por las gentes que trabajaban en el lugar, Dann había averiguado que las noticias habían viajado incluso al Reino de la Nieve y que uno de los últimos conflictos que habían tenido los dos reinos había sido porque sus vecinos habían querido secuestrar a aquel que se encontraba en la torre para obtener el control del Reino de la Lluvia. Su plan había sido frustrado y probablemente había sido porque Arthur lo habría visto en sus visiones y habría avisado para que todo el mundo estuviera preparado.

 

            —Dann, mi señor —lo llamó Jack, llegando hasta él—. Ha llegado alguien al castillo que dice ser uno de los hijos de uno de los nobles encerrados en el calabozo.

 

            Inmediatamente Dann dejó la cesta con comida que había recibido momentos antes en el carro en el que se estaban depositando todos los víveres que se les dejaban antes de llevarlos hasta las despensas del castillo, su cuerpo tensándose ante la mención del hijo de un noble en el castillo. No era un buen presagio. Si el chico había llegado hasta allí buscando pelea no podía ser bueno.

 

            —Llévame hasta él —le pidió.

 

            Jack asintió y no tardó en echar a andar, guiándolo hasta el lugar en el que se encontraba el joven que acababa de llegar al castillo. No habían dejado siquiera que entrara por las puertas de las murallas, siendo retenido en la mismísima puerta principal. Era un chico joven, probablemente tendría una edad similar a la de Arthur y de su cinto colgaba una espada con una empuñadura y una funda de cuero grabadas de una forma completamente exquisita. Estaba claro que era parte de la nobleza y, además, lo era de la nobleza acaudalada, pero tenía un porte de guerrero, no de noble, sus facciones eran bellas, pero de una forma salvaje. Ese chico bien podía ser un valioso aliado o un enemigo muy peligroso, no había un término medio.

 

            —Soy el nuevo señor de este castillo —le dijo, al llegar hasta él, su mano en la empuñadura de su espada, receloso—. ¿Qué se te ofrece?

            —Oh, ¿así que eres tú el que ha quitado de en medio al asqueroso rey que había en el trono? —le preguntó el chico, dejándolo un poco estupefacto, porque no esperaba aquello—. En el pueblo estaba todo el mundo encantado porque por fin nos habíamos librado del rey, en cuanto llegó el mensajero la gente organizó una fiesta —Dann parpadeó, bastante confuso—. También están encerrados los nobles en las mazmorras, ¿verdad? Es la mejor decisión que se podía tomar, esa gente son simplemente una lacra que solo se dedica a vaguear y a emborracharse, pero cuando sus intereses y sus ansias de poder están en juego, se organizan de una forma increíble, no me extrañaría que estuvieran ploteando un intento de golpe para tener ellos el poder en el momento en el que salgan de ahí —el chico frunció sus labios, provocando que éstos parecieran incluso más gruesos de lo que ya eran—. Por mí se podrían pudrir allí dentro, de hecho, venía a comprobar si el borracho de mi padre ha muerto o no, para ver si podemos comenzar con el reparto de la herencia.

 

            Dann no pudo evitar quedarse completamente confuso ante toda la perorata que el otro había soltado porque no se la esperaba para nada y no sabía ni cómo reaccionar a ella. No había pensado ni en sus teorías más locas de camino al encuentro de aquel joven noble que lo que hubiera venido a hacer al castillo fuera querer comprobar la muerte de su padre en lugar de esperar sacarlo de allí. Tardó unos momentos en volver en sí tras procesar aquello y, cuando lo hizo, le preguntó:

 

            —¿Cuál es tu nombre? Para comprobar el estado de tu padre.

            —MuJin —le dijo el chico—. Ko MuJin.

 

            Dann asintió y se giró hacia Jack. No tuvo que decirle absolutamente nada porque su hombre ya sabía qué era lo que quería de él y, con una leve reverencia, se alejó de ellos. Dann no pudo evitar fijarse en MuJin de nuevo, tratando de evaluar si era una amenaza o no, pero éste parecía haber sido completamente sincero cuando le había contado aquello… aun así, decidió tratar de cerciorarse haciéndole algunas preguntas.

 

            —¿Qué harías si tu padre hubiera muerto en el asedio? —le preguntó.

            —¿Reír? —contestó el chico—. Mi padre no es el ser mas agradable de este mundo y mi madre y mis hermanas han sufrido mucho por su culpa, así que me alegraría bastante saber que ya no está en el mundo de los vivos —le dedicó una sonrisa para acompañar aquel discurso y después añadió—. Si ha muerto habrá que hacer un poco de papeleo para nuestros derechos como parte de la nobleza, me tocaría encargarme de nuestro condado y buscar una forma de ingresos para mi familia porque sería yo ahora el cabeza de familia hasta que mis hermanas se puedan casar, habría que prepararles una buena dote también, en la casa no queda mucho porque mi padre es un borracho despilfarrador del poco oro que tenemos.

            —¿Y qué harías si estuviera vivo? —preguntó.

            —Supongo que esperar a que se muriera en los calabozos y buscar también una forma de sustentar a mi familia porque las cosechas en el condado este año no parece que vayan a ser demasiado buenas —respondió.

 

            Dann asintió. El chico no le parecía tener demasiado aprecio a su progenitor, pero sí al resto de su familia, su madre y sus hermanas. Parecía ser un buen chico, alguien que quizás podía tener de su lado porque nunca venían mal un par de manos más ni una espada. Quizás era un poco arriesgado, pero siempre podía tenerlo vigilado para ver cómo se comportaba y saber si tenía algún motivo oculto para estar allí. Todavía se estaba pensando qué podía hacer con él cuando Jack regresó, acercándose a él para susurrarle que había confirmado que el conde Ko se encontraba en los calabozos, vivo todavía, y que tenía un hijo, su hijo mayor, que coincidía con la descripción del chico que se encontraba todavía fuera de las murallas, llamado MuJin, un hijo con el que no se llevaba especialmente bien a juzgar por la forma en la que el hombre había reaccionado cuando se le había comentado la llegada de su hijo.

 

            —¿Eres bueno con la espada? —le preguntó al chico en cuanto obtuvo toda la información de Jack.

            —El mejor —respondió éste.

            —¿Puedes demostrármelo?

            —Por supuesto.

 

            MuJin desenvainó su espada rápido como el rayo y casi no le dio tiempo a Dann para reaccionar. Años de entrenamientos y las batallas en las que había luchado lo salvaron de llevarse un buen tajo en aquel primer movimiento, bloqueando la espada del chico justo a tiempo, pero aquello no quedó solo ahí, siguieron tanteándose el uno al otro en aquella pequeña pelea improvisada hasta que finalmente Dann se impuso. Con mucho trabajo, con mucho esfuerzo, jadeando incluso porque no había entrenado sus músculos en los últimos días por todo lo que había tenido que atender en el castillo. MuJin era fuerte, era rápido y sabía cómo atacar y cómo protegerse, además, incluía en sus movimientos algunas florituras propias de alguien de la nobleza, aprendiendo a luchar primero como un arte, todavía no había entrado en batalla, pero Dann estaba seguro de que, si lo hiciera, se volvería todavía mejor con la espada. Quizás fuera peligroso tenerlo en el castillo, pero quizás fuera todavía mucho más peligroso tenerlo fuera de éste.

 

            —¿Te interesaría quedarte en el castillo? —le preguntó después de que ambos guardasen sus espadas—. Nunca viene mal tener a alguien como tú en nuestras filas y podrás así llevar dinero a casa para tu madre y tus hermanas.

 

            MuJin lo miró fijamente durante tan solo unos momentos y después una amplia sonrisa apareció en su rostro.

 

            —Sería un placer.