miércoles, 31 de diciembre de 2014

[MEME] Super late end of the year fic writing meme

[MEME] Super late end of the year fic writing meme


Igual que hice el año pasado, había pensado que una cosa de estas me vendría bien porque mientras estoy escribiendo creo que no es suficiente, pero cuando lo miro desde la perspectiva de todo lo que he hecho, creo que me he pasado y esas cosas, por lo que me viene muy bien para reflexionar qué hago con mi vida (durante 10 minutos, luego se me olvida XD)


Desire (Deseo)

Título: Desire (Deseo)
Pareja: TaengSic (TaeYeon x Jessica) (Girls Generation)
Clasificación: G
Géneros: AU, romance, fluff
Número de palabras: 620 palabras
Resumen: la mayoría de las personas creen que si frotas una lámpara de aceite con la suficiente insistencia, un genio saldrá de aquel lugar y cumplirá todos sus deseos, por complicados que sean. Sin embargo, la realidad es muy distinta.
Comentario de autora: juro solemnemente que cuando comencé a escribirlo esto era una cosa completamente diferente, aun así, espero que os guste ^^


sábado, 27 de diciembre de 2014

My Lovely Cat

Título: My Lovely Cat
Pareja: ChanLu (ChanYeol x LuHan) (EXO)
Clasificación: PG–13
Géneros: AU, romance, neko, fluff
Número de palabras: 641 palabras
Resumen: ChanYeol ya tiene consigo tres mascotas y, aunque es millonario, no puede permitirse cuidar de ninguna más, pero no cuando ve a LuHan no puede evitar comprarlo y darle la mejor vida que puede.
Notas: side de Black Cat.
Comentario de autora: quería haber desarrollado esta historia en la original, pero no pude hacerlo, así que pensé que lo mejor era hacerle este pequeño especial. Espero que os guste.



            Park ChanYeol tenía una gran debilidad por los híbridos y eso se podía observar a simple vista porque en su casa ya tenía a tres de estos seres, mitad humanos, mitad animales de compañía. Tener a uno solo ya suponía un incremento de los gastos, así que tres era demasiado para cualquier trabajador normal con un sueldo medio, pero ChanYeol podía permitírselo porque era multimillonario. Así que en casa tenía a dos perros, Baek y Kai, y un gato, Chen.

            Todos eran muy cariñosos con él y con ellos ya tenía suficiente compañía, por eso se había dicho a sí mismo que no necesitaba ningún híbrido más bajo su custodia. No obstante, a ChanYeol nunca le salían las cosas como deseaba y cuando LuHan se cruzó en su camino, no pudo evitar llevárselo a casa con los demás.

            El híbrido de gato estaba en el escaparate de una de las mayores tiendas especializadas en la venta de estos nuevos animales de compañía, se encontraba desnudo y acurrucado sobre sí mismo mientras recibía decenas de miradas lascivas de unos cuantos hombres de mediana edad. ChanYeol no pudo evitar fijarse en que era hermoso y delicado y que si alguno de esos señores lo compraba no iba a tener una buena vida. Así que no se lo pensó mucho en pagar la cantidad que le pidieron por él y montarlo en su coche para llevárselo a casa.

            —No tienes por qué tener miedo —le dijo colocándole su gabardina para que no siguiera desnudo—. Conmigo no te pasará nada.

            ChanYeol lo presentó a sus mascotas y estos le dieron una calurosa bienvenida, también se lo presentó a su vecino YiFan, que era un chico un poco amargado y que no se tomó muy bien que lo molestara nada más llegar a casa del trabajo. No obstante, ChanYeol sabía que lo trataría tan bien como trataba a sus otras tres mascotas, aunque anunciara siempre a los cuatro vientos que no le gustaban. Era un buen tipo en realidad.

            Quizás la primera noche en casa de LuHan fuera la más difícil para el híbrido, ya que Baek y Kai dormían juntos y en la cama de Chen no había hueco para nadie más, por lo que tuvo que meterlo en la suya propia y el gato pasó toda la noche en tensión y sin dormir, como el propio ChanYeol, preocupado por él.

            Sin embargo, a medida que fueron pasando los días, LuHan se fue relajando, seguramente por ver cómo trataba a sus otras tres mascotas y como quería ayudar a aquel híbrido de gato negro que YiFan se había encontrado en su jardín. Poco a poco se fue abriendo y, aunque todavía mantenía una actitud algo recelosa y cautelosa, LuHan se integraba en su extraña familia, hasta que llegó el día en el que dejó de asustarse cada vez que ChanYeol lo abrazaba fuertemente, aprovechando lo delgadito y pequeño que era el híbrido de gato.

            —ChanYeol —lo llamó un día, estando sentado sobre él, acurrucado contra su cuerpo.
            —Dime, LuHan —murmuró.
            —Gracias —se acurrucó contra él—. Muchas gracias por todo lo que has hecho por mí.

            Y con estas palabras, ChanYeol sintió que aunque tuviera muchos problemas por tener cuatro mascotas, había merecido la pena porque tenía a LuHan con él.

miércoles, 24 de diciembre de 2014

EXO 3ª Temporada

Capítulo 12
Día a Día


            Se me había olvidado completamente que había quedado con Tao, por eso no había estado pendiente a más que a bailar y bailar para intentar aclararme. El baile era lo que a veces me hacía poder elegir el camino que tomar. Por eso, me asusté un poco cuando lo vi en la sala de baile ante mí, y me tensé un poco cuando avanzó hacia donde yo me encontraba para besarme, pero después, por primera vez, me dejé llevar y correspondí el beso con ganas.

            —Tao… —suspiré contra sus labios.
            —Hum…
            —¿Cómo has llegado hasta aquí?
            —SeHun me dijo que si no habías venido a nuestra cita era porque te habías puesto a bailar y se te había olvidado —contestó separándose un poco de mí—. Me dijo dónde estaba y vine para estar un rato contigo —me dio otro beso, pero esta vez muy corto—. Bailas muy bien.

            Aquel halago hizo que mi corazón se saltara un latido y luego se pusiera a latir con rapidez, demasiado acelerado. También sentí el calor asomar a mis mejillas y por una vez me alegraba ser tan moreno de piel porque así se notaba menos mi sonrojo.

            —Gracias —dije—. Ya que ha sido mi culpa no recordar que habíamos quedado —comencé, titubeante—. ¿Puedo hacerte un baile en compensación?
            —Puedes —sonrió Tao.

            Asentí y pulsé sobre la siguiente canción del reproductor, comenzando a bailar inmediatamente, intentando que todo aquello que estaba dando vueltas en mi cabeza, mis sentimientos, mis problemas y mis inseguridades salieran a la luz y poder de una vez por todas aclararse. Viendo la sonrisa en los labios de Tao y su mirada quemando mi cuerpo, lo tuve claro.

-oooOOOooo-

            Cuando MinSeok me había mandado aquellos mensajes me había asustado bastante y no me quedé tranquilo hasta que llegué sin aire al lugar en el que me había dicho que me esperaba. Mi chico estaba sentado en el suelo y parecía agotado. Corrí los últimos metros que me separaban de él y me agaché a su lado. MinSeok me dirigió una sonrisa cansada antes de comenzar a hablar.

            —Gracias por venir —murmuró—. No tengo fuerzas para moverme.
            —¿Qué te ha pasado? —pregunté algo preocupado.
            —La universidad es agotadora y… encontrarte con un enemigo al final de la jornada no hace más que empeorar el cansancio —respondió con calma.
            —¿Estás bien? —mi tono fue de alarma, sin embargo—. No te ha pasado nada, ¿verdad?
            —Estoy perfectamente —susurró—. Solo quiero meterme en la cama y dormir hasta que llegue el día del Juicio Final.
            —Exagerado —murmuré.
            —No tanto. Y ahora ayúdame a levantarme y llévame a una cama, por favor —pidió, y yo no pude negarme a su petición.

            Con una sonrisa en los labios lo ayudé a levantarse y luego le cogí la mochila de la universidad y afiancé su posición, agarrándolo firmemente por los hombros para que pudiéramos caminar a la residencia. Parecía demasiado agotado, así que durante el camino me mantuve en silencio y cuando llegamos a casa simplemente lo ayudé a desvestirse y a meterse en la cama para que descansara.

            Estaba bien, no tenía por qué preocuparme, pero aun así, me pasé prácticamente toda la noche en vela con su cuerpo entre mis brazos, protegiéndolo de cualquier cosa porque no podría soportar que le pasara algo parecido a lo que ocurrió en China y no estuviera YiXing con sus poderes o aquella agua milagrosa cerca.

-oooOOOooo-

            Estaba sentado al escritorio, terminando de hacer algunos test para las clases que tenía a la mañana siguiente, cuando la puerta de la habitación se abrió y por ella entró alguien. No le hice el más mínimo caso y terminé aquello que me ocupaba antes de volverme a averiguar quién era la persona que había entrado.

            Unos minutos después, por fin podía dejar de clicar respuestas una tras otra porque había finalizado mi tarea, así que hice girar la silla de mi escritorio, encontrándome a LuHan tumbado en la cama, observándome.

            —Hola —le dije.
            —Hola, YiXing —contestó, esbozando una sonrisa—. ¿Estás muy ocupado?
            —No, acabo de terminar.
            —¿Te gustaría escuchar un cotilleo sobre nuestro pequeño panda? —preguntó y a mí me faltó tiempo para asentir. LuHan sonrió más ampliamente—. Tao y JongIn por fin están saliendo —abrí mis ojos como platos, si poder creerme aquella noticia.
            —¿En serio?
            —Sí, sino por qué crees que Tao se va la mayoría de las tardes por ahí y no vuelve hasta las tantas.
            —No sé, creía que tenía cosas que hacer de sus clases.
            —¿Qué va? —respondió—. Se pasa las tardes pegado a JongIn como una lapa.
            —La verdad es que me alegro —murmuré—. Llevaba un tiempo bastante decaído.
            —Todo culpa de JongIn, tengo que torturarlo un poco más con el tema para que así vea que tiene que pensar más en cómo se siente —contestó—. Hasta hace unos días se negaba a aceptar que era gay.
            —Bueno, es algo complicado de aceptar, además es joven y debe de estar confundido con todo —dije.
            —Es mayor que SeHun y mi chico lo aceptó hace cuatro años.
            —Vaya… —murmuré—. Un momento… ¿Llevas saliendo desde hace tanto con SeHun?
            —Sí.
            —¿No era menor en ese entonces?
            —Bastante menor —contestó con una sonrisa—. Pero como tengo esta cara de adolescente nunca nadie sospechó que yo estuviera en la universidad —amplió su sonrisa—. Además, últimamente ha crecido mucho y ahora parece que ronda mi edad, aunque yo siga pareciendo un adolescente.
            —Eres un caso LuHan.

-oooOOOooo-

            —¿Qué somos? —le pregunté a JongIn mientras tomábamos un café en una cafetería del centro.
            —¿Qué somos de qué? —respondió con otra pregunta, poniendo cara de confusión.
            —¿Amigos, amigos que se besan, novios? —le di varias opciones y él casi se atraganta, llamando la atención de las personas que se encontraban en la mesa de al lado.
            —Tao no…
            —Tendremos que ser algo, pienso yo, ¿no? —JongIn me miró mientras cogía una servilleta y se limpiaba el café que prácticamente había escupido antes.
            —Sí… tenemos que ser algo —murmuró.
            —¿Y bien? ¿Qué somos?
            —Por ahora… amigos que se besan —contestó. Su respuesta me desilusionó un poco, porque yo esperaba que me contestara con la tercera opción que le había dado, pero al parecer aún no estaba preparado para ella.
            —Bien —asentí—. Amigos que se besan.

            JongIn se sonrojó un poco y luego volvió a su café, como si yo no me encontrara allí. Por lo menos por ahora había aceptado algunas cosas y eso me hacía bastante feliz, pero necesitaba que hiciera lo mismo con lo que le faltaba para así poder disfrutar del tiempo que nos quedara juntos. Los enemigos eran cada vez más fuertes y no teníamos asegurada la supervivencia. Probablemente no nos quedaba demasiado tiempo, aunque eso fuera una ironía porque yo tenía el poder de detenerlo y alargar el momento durante horas.

-oooOOOooo-

            Habían pasado varios días del ataque que había sufrido tras las clases. No me había sucedido nada grave, solo me había cansado un poco, pero JongDae se había pasado todo el tiempo preguntándome una y otra vez si estaba bien o si necesitaba algo. Me gustaba que fuera atento, pero a veces se pasaba de atento y me ponía de los nervios.

            —JongDae, si me vuelves a preguntar si estoy bien por enésima vez en el día te juro que acabaré metiéndotela y sin lubricante —amenacé. Él me miró con los ojos como platos, porque generalmente me mostraba como una persona tranquila y dulce, pero ya me estaba cabreando.
            —Bueno, MinSeok, no te enfades —se acercó a mí y me pasó un brazo por los hombros—. No volveré a preguntarte —me dio un beso en el hueco entre la oreja y la mandíbula—. Solo estaba preocupado por ti, pero si no quieres no lo haré más —esta vez me dio un beso en la mejilla—. Pero si quieres probar el sexo de esta forma me dejaré, aunque agradecería el lubricante —susurró con voz ronca en mi oído.
            —¿Seguro?
            —Sí.

            Esbocé una sonrisa maliciosa, como las que él me dedicaba de vez en cuando y lo tomé del brazo para hacer que se sentara sobre la cama. Después, tomé el lubricante y un paquete de preservativos y los dejé al alcance de mi mano para cuando JongDae se extendiera desnudo ante mí, preparado para que lo penetrara.

            —Prometo que te va a encantar —murmuré.
            —No puedo esperar.

            Sonreí, animado por sus palabras, y no tardé en abalanzarme sobre él, comenzando a quitarle la ropa mientras lo besaba en cada parte del cuerpo que quedaba expuesta, mordiendo en ocasiones y lamiendo de vez en cuando. JongDae, debajo de mi cuerpo, gemía y gemía, pidiendo por más, rozándose contra mi entrepierna y haciéndonos suspirar a ambos por más.

            La ropa pronto desapareció y poco después me encontraba echando el gel lubricante en su entrada y preparándolo para cuando me internara en su interior. Quería hacerlo bien, hacerlo para que no tuviera ninguna incomodidad más tarde, pero lo necesitaba, necesitaba sentir sus paredes apretando mi miembro, por lo que en cuanto sentí que varios de mis dedos se movían bien en su interior, guie mi miembro hacia allí y me hundí en él con un gemido ronco. Seguidamente, comencé a moverme y no paré hasta que me corrí.

-oooOOOooo-

            Me encontraba en el salón haciendo un poco de zapping después de la cena. Yo había hecho la comida (sí, fideos instantáneos se consideraban comida en mi idioma cuando no sabías cocinar) y a YiXing le tocaba fregar los pocos platos que habíamos utilizado. LuHan se había ido a cualquier lugar y Tao todavía no había regresado.

            La situación de este último me tenía un poco mosca porque había pasado unas semanas muy callado y metido en su mundo, pero de buenas a primeras había comenzado a salir prácticamente todas las tardes y a llegar bastante tarde. Estaba preocupado por él, por si le podía pasar algo. ZiTao no era muy dado a hablar de sus problemas, y probablemente lo aprendiera de mí, pero a veces estaba bien confiar en la gente, YiXing me lo había enseñado.

            Escuché la puerta principal abrirse y miré hacia allí para ver quién era la persona que entraba. Era Tao, así que lo siguiente que hice fue llamarlo para que se acercara a donde yo me encontraba y se sentara a mi lado.

            —¿Querías algo, gege? —preguntó.
            —Últimamente pasa mucho tiempo fuera —comencé—. ¿Pasa algo?
            —No —dijo, negando también con su cabeza.
            —¿Entonces?
            —Solo estoy saliendo con un amigo a diferentes sitios —respondió con una sonrisa—. No tienes que preocuparte.
            —¿Amigo?
            —Sí, JongIn.

            JongIn. Uno de los otros, el chico que se teletransportaba. Debía haberlo supuesto. Respiré hondo y simplemente lo dejé estar, no me iba a llevar más disgustos, ni me iba a enfadar más por ese tema. Al menos no vagaba solo por las calles y eso era un alivio, además, JongIn era el que más fácil podía sacarlo de una situación de peligro y aunando sus dos poderes podían escapar fácilmente y llegar a un lugar seguro.

            —¿Es un buen chico? —le pregunté y él asintió.
            —Por supuesto.
            —Entonces nada.
            —¿Nada? ¿No te vas a enfadar? —me puso el dorso de su mano en mi frente—. ¿Tienes fiebre? ¿Quién me ha cambiado al siempre malhumorado Kevin?
            —Muy gracioso —le retiré la mano y le indiqué que me dejara tranquilo con la mirada, pero él tuvo que ponerle la guinda al pastel antes de salir huyendo del salón.

            —Le daré las gracias a YiXing por amansar a la fiera.

lunes, 22 de diciembre de 2014

The First Snow

Título: The First Snow
Pareja: KaiTao (Kai x Tao) (EXO)
Clasificación: PG
Géneros: AU, romance, fluff
Número de palabras: 795 palabras
Resumen: ZiTao recuerda cómo fue su primera nevada y quiere que la segunda sea tan especial como la primera.
Notas: this is a random thing~ No me lo tengáis en cuenta, ¿vale? (La Navidad me hace daño (?))
Comentario de autora: ¿recuerdas Nye que te pregunté por tu OTP? No era para hacer recuento sobre las pocas personas que amamos el TaoKai, sino por esto. Espero que te guste.


The First Snow


            ZiTao recuerda su primera nevada cómo si esta hubiera sucedido apenas cinco minutos antes, aunque la verdad es que sucedió algunos años atrás. Recuerda haberse levantado una mañana de las Navidades de hacía tres años en la cama de JongIn, que lo había dejado quedarse en su apartamento para pasar las fiestas ya que el chico no tenía dinero suficiente para volver a casa a pasarlas con su familia, despertado por los gritos y los saltos de este. También recuerda cómo medio adormilado hizo al menor meterse de nuevo en la cama abrazándolo y dándole un beso para que volviera a quedarse dormido y cómo este se zafó gritándole que había nevado en la ciudad.

            Aquel día se levantó del calor que le proporcionaba la cama y por el frío que había dejado el cuerpo de JongIn al irse de su lado y se asomó a la ventana donde se encontraba el chico, viendo cómo la ciudad estaba cubierta por una espesa capa de blanca nieve.

            —¿A qué es precioso? —le preguntó JongIn y él asintió porque era lo más hermoso que había visto en su vida, sino contaba el chico que se encontraba entre sus brazos.

            Hacía tres años que no nevaba en Seúl, pero ZiTao rememora aquella Navidad perfecta en casa de su novio porque cuando se despierta aquella mañana en la que ya está de vacaciones ha vuelto a nevar. Y se acuerda de todo, de todo lo que dijo, de todo lo que hizo y de todo aquello que provocó su ruptura con JongIn un año atrás.

            Esos son recuerdos amargos, pero no puede evitar tenerlos al ver la nieve, porque le recuerda demasiado a JongIn, porque estaba con él cuando vio nevar por primera vez.

            Su teléfono móvil comienza a sonar, la canción Miracles in December, que había puesto varios días antes como tono de llamada, resuena como una melodía triste en su habitación y ZiTao se acerca al aparato para coger la llamada. Ni siquiera mira quién es, solo responde, porque no se siente con ánimos de nada.

            —¿Sí?
            —¿ZiTao? —escuchar su nombre dicho por aquella voz que llevaba tanto tiempo sin oír hace que el chico sienta un escalofrío recorrer su cuerpo.
            —Sí… soy yo —murmura—. ¿JongIn?
            —Menos mal, creía que habías cambiado de número de teléfono y no me fiaba mucho de lo que me había dicho SeHun, así que me alegra saber que he podido encontrarte —dice atropelladamente. ZiTao nota que está muy nervioso, probablemente tenga su corazón latiendo a mil por hora y sus mejillas sonrojadas, como le pasa a él mismo.
            —No cambié de número no…  —sabe que es una idiotez lo que acaba de decir, una gran obviedad, pero su cerebro no le funciona cómo debería y nota la garganta seca.
            —Me gustaría hablar contigo, en persona… sobre nosotros… —JongIn hace una pausa, probablemente espera una respuesta, pero ZiTao no encuentra palabras. Siente cómo la emoción y la alegría recorren sus venas en vez de la sangre—. Probablemente tú tengas ya a alguien en tu vida y no debería haberte llamado, lo siento mucho…
            —¡No! —lo corta antes de que pueda decir nada más porque sus últimas palabras suenan a despedida—. No estoy con nadie, no he estado con nadie desde que rompimos… yo… tenía la esperanza de que alguna vez pudiéramos hablar y aclararlo y… por favor, necesito verte —escucha cómo JongIn respira tranquilo al otro lado de la línea y él suelta también todo el aire que llevaba conteniendo desde hacía unos momentos.
            —¿Sigues viviendo donde el año pasado? —pregunta el chico.
            —No… me mudé a Ilsang… —murmura—. ¿Tú sigues viviendo dónde siempre?
            —Sí.
            —¿Podríamos… hablar hoy? —ZiTao espera que la respuesta a esa pregunta también sea afirmativa.
            —La nieve…
            —La nieve no importa, no importa más que esto —dice y entonces escucha cómo JongIn le da la respuesta que quiere oír.
            —Ten cuidado.


            ZiTao cuelga y rápidamente coge lo primero que ve en el armario y que es abrigado para salir a la calle en medio de la nevada, teniendo la esperanza de que su segunda nevada, fuera tan especial como la primera y pudiera pasarla junto a la persona que más amaba.


domingo, 21 de diciembre de 2014

Christmas Day

Título: Christmas Day
Pareja: TaoHun (Tao x SeHun) (EXO)
Clasificación: PG
Géneros: AU, romance, fluff
Número de palabras: 775 palabras
Resumen: la emoción que siente un niño frente al día de Navidad es la misma que siente SeHun cuando ve a la persona de la que está enamorado.
Notas: this is a random thing~ No me lo tengáis en cuenta, ¿vale? (La Navidad me hace daño (?))
Comentario de autora: Daleth se apostó a Tao y SeHun si acertaba una cosa y como lo hizo y yo cumplo mi palabra, aquí tiene su drabble TaoHun. Espero que te guste.


Christmas Day


           El corazón se le acelera a cada paso que da sobre el acerado de las calles del centro de la ciudad. SeHun está muy emocionado porque después de tantísimo tiempo va a volverlo a ver y eso es todo un acontecimiento. Por eso aquella mañana se había duchado, se había adecentado el pelo con un poco de gomina, poniéndoselo en punta, se había puesto la ropa más chic que tenía en el armario e incluso había usado aquel perfume caro que le había regalado JongIn en una ocasión y que procuraba no utilizar mucho para no gastarlo.

            La ocasión lo merecía.

            Después de casi un año volvería a ver a la persona de la que estaba enamorado, aquel chico que había aparecido en su adolescencia y quien había sido su mejor amigo (JongIn entendería que no hubiera sido él), hasta que el año anterior se había marchado a Qingdao, su tierra natal, tan rápido cómo había llegado. Habían pasado tres años juntos y esos habían sido los mejores de su vida.

            SeHun se siente, a medida que se acerca al punto de encuentro, cómo un niño el día antes de Navidad, expectante por los regalos que le van a traer y rezando porque sean los que ha pedido. Le gusta aquella sensación, pero aún no sabe qué es lo que siente ZiTao por él y no puede demostrar nada más allá de la alegría de volver a reencontrarse con un gran amigo.

            Dándole vueltas a aquello, SeHun llega al lugar de la cita, bajo el gran árbol de Navidad que se encuentra en la plaza. Mira a un lado y a otro, buscando a un chico alto y moreno al que quiere ver más que a nada. Sin embargo, no lo encuentra. Un poco de esa ilusión muere al darse cuenta de que ha llegado diez minutos antes de la cita por las ganas que tenía de verlo y que lo más probable es que el chico llegue a su hora y no antes, así que deja caer sus hombros e intenta que su corazón deje de saltar de alegría.

            No ha pasado mucho tiempo, quizás un par de minutos, cuando siente dos manos congeladas sobre sus ojos y si no se equivoca, porque lleva más de un año sin sentir el roce de aquellas manos, debe de ser él.

            —ZiZi —susurra, y escucha una pequeña risa muy conocida tras él. Su  corazón se acelera al máximo y quiere darse la vuelta para ver a su amigo, pero este lo le deja.
            —No, antes de que me veas necesito decirte una cosa —SeHun traga saliva porque es incapaz de imaginar qué es más importante que verlo y se pone en lo peor—. Tengo que decirte que te he echado muchísimo de menos, Hunnie…
            —Yo también te he echado mucho de menos, ZiZi —responde, interrumpiéndolo, y se gana un rodillazo en su trasero.
            —Calla, déjame terminar —SeHun cierra su boca y escucha a su amigo chino coger aire antes de volver a hablar—. Te he echado de menos… como alguien que echa de menos a la persona que ama…

            Y en esos momentos, SeHun ya no puede aguantarlo más y se da la vuelta con rapidez porque necesita verlo. ZiTao está muy cambiado, tiene el pelo tintado de rubio y le queda bien, además de un sonrojo en sus mejillas que lo hace ver completamente adorable y los ojos brillando de emoción. SeHun se ve reflejado en aquellos ojos castaños, viendo que tiene la misma expresión que el otro y lo único que puede hacer para demostrarle que también lo ha echado de menos de aquella forma es dándole un beso.

            Quizás no fuera el sitio más adecuado porque están rodeados de personas, pero SeHun siente que es la única forma.

            —Yo también —murmura, por si acaso no ha quedado claro—. Yo también te he echado de menos de esa forma —y esta vez, quien cruza la distancia que separa sus labios es ZiTao, para besarlo dulcemente, derritiendo el corazón del chico.




Christmas Drabbles

Título: Christmas Drabbles
Pareja: Varias (EXO)
Clasificación: PG
Géneros: AU, romance, fluff
Número de palabras: 1.683 palabras
Número de drabbles: 2 drabbles
Resumen: conjunto de drabbles navideños sin nada en común.
Avisos: absténganse de leerlo personas con la glucosa alta.
Notas: el primer drabble, dedicado a Daleth, el segundo drabble, a Nyerelia. Ambos llevan por título el título (valga la redundancia) de dos canciones del álbum especial de Navidad que EXO sacó en 2013.
Comentario de autora: estos son un par de drabbles para las dos personas que me han ayudado tanto a salir adelante en este 2014 y que fueron las únicas que se acordaron de mi cumpleaños. Espero que os gusten.





 1. Christmas Day (TaoHun)
 2. The First Snow (KaiTao)


sábado, 20 de diciembre de 2014

Last Kiss

Título: Last Kiss
Pareja: XiuHan (XiuMin x LuHan) (EXO)
Clasificación: PG
Géneros: romance, drama
Número de palabras: 561 palabras
Resumen: es el último concierto de LuHan como miembro de EXO y, por ello, la última oportunidad de MinSeok para besarlo.
Notas: encuadrado en el último concierto de LuHan, The Lost Planet en Beijing.
Comentario de autora: una foto salvaje del “supuesto beso” que XiuMin y LuHan deben darse en todos los conciertos apareció en Tumblr y en ella, podía prácticamente apreciarse que realmente se habían besado esa vez.

Last Kiss


            MinSeok llevaba varios días sin ver a LuHan. Su médico le había recetado que se fuera a casa a descansar para luego poder volver con más fuerza, pero el mayor tenía el presentimiento de que no iba a regresar. LuHan había pasado un verano horrible con los conciertos, acababa agotado tras todos ellos, no podía soportarlos como más o menos hacían todos ellos y se veía bastante hastiado.

            MinSeok lo conocía muy bien y sabía que aquel silencio desembocaría en algo que no le iba a gustar a nadie. Su marcha del grupo.



            El último concierto que tenían era en Beijing, así que LuHan sí iba a asistir a este a pesar de que no estaba todavía en condiciones de hacerlo. Cuando MinSeok lo vio, se abrazó a él con todas sus fuerzas y le dijo que lo había echado mucho de menos. LuHan lo correspondió, pero no de la misma forma en que solía hacerlo anteriormente y eso le dio a MinSeok una pista sobre lo que le estaba rondando por la cabeza.

            El mayor se separó lentamente del cuerpo del otro y le dirigió una pequeña sonrisa.

            —Bienvenido —murmuró—. Si te sientes mal o algo en mitad del concierto, házmelo saber.
            —Claro…



            Llegaba el momento. Se acercaba su tiempo. Tenían que hacer como que se besaban delante de la afortunada fan mientras todos giraban a su alrededor, pegándose con los cojines en forma de corazón. Sin embargo, aquella vez, MinSeok quería “besarlo” y no solo simularlo.

            Tomó a LuHan por el cuello, utilizando la fuerza de su brazo para mantenerlo sujeto y que no pudiera soltarse. Después, se inclinó hacia él. LuHan cerró sus ojos, pensando seguramente que harían lo de siempre, pero MinSeok cruzó los pocos centímetros que separaban sus labios y lo besó durante apenas unos segundos. Era su última oportunidad y no quería desaprovecharla por nada del mundo.

            Cuando se separaron, LuHan lo observó con una sonrisa triste y él le hizo saber que todo estaba bien, que no le pasaría nada, dándole un golpe con el cojín con forma de corazón. Después se acercó un poco a él para susurrarle al oído.

           —Sonríe, pásatelo bien y haz buenos recuerdos de tu último concierto —y tras esto se alejó de él.

            No iba a ponerse triste por aquello. Todavía podrían seguir en contacto, verse incluso de vez en cuando. No era el fin del mundo que su amigo y la persona que amaba se fuera del grupo, así que no iba a llorar, iba a ser feliz y, aunque lo echara muchísimo de menos, no iba a dejar que se lo notara. Tenía que sonreír porque por fin le había dado el beso que llevaba tanto tiempo queriéndole dar, aunque fuera el primero y el último.





Notas finales: las famosas fotos (aquí, aquí y aquí).

miércoles, 17 de diciembre de 2014

EXO 3ª Temporada

Capítulo 11
Frozen


            Recogí todas mis cosas al final de la jornada mientras suspiraba cansado. Ese día había sido completamente horrible y demasiado para mi maltrecha mente. Tenía un dolor de cabeza terrible y lo único que quería era llegar a mi habitación, tumbarme en la cama de JongDae y dejarme abrazar por toda la noche. Si no se me quitaba el dolor de cabeza, me tomaría alguna de las pastillas que YiXing nos había recomendado para aquellos menesteres y listo.

            Con los temas de lingüística dándome vueltas en la cabeza, salí de la clase junto a Narsha, y entablamos una pequeña conversación hasta que tuvimos que separarnos porque ella se montó en el autobús y yo tenía que caminar hacia la residencia.

            Ya era de noche y no me gustaba mucho caminar por allí en completa soledad, ya que no quedaban muchos estudiantes a esas horas de la tarde. Me tenía que haber cogido aquella clase por la mañana, como todas las demás, pero no había ni un hueco libre cuando me matriculé de ella y tuve que hacerlo por la tarde, aunque eso me resultara completamente agotador.

            Escuché pasos detrás de mí y me tensé un poco. Me giré hacia atrás, buscando al dueño de aquellos pasos, pero no vi nada, por ese motivo, me encogí de hombros y seguí mi camino. Solo eran diez minutos hasta la residencia, así que en diez minutos tampoco podía pasar nada demasiado extraño, aun así, aligeré el paso y tomé un atajo para llegar cuanto antes.

            No obstante, aquello no fue una buena idea porque lo único que hizo fue acercarme a un tipo alto y rechoncho que se interpuso en mi camino y me sonrió de una manera que me dio escalofríos, demostrándome que era un enemigo con todas las letras.

-oooOOOooo-

            Aún me faltaban un par de calles para llegar a mi destino. Tenía ganas de tumbarme en la cama después de un día agotador de clases y en el que no había podido ni mantener siquiera una conversación lo suficientemente coherente con JongIn. Le había mandado un par de mensajes preguntándole cosas triviales que habían sido contestadas de una forma bastante seca.

            Que el chico hiciera aquellas cosas me hacía sentir un poco mal. Todavía no podía aceptar sus sentimientos, aceptarme, a pesar de que yo me afanaba en hacérselo más fácil. Estaba tan abstraído pensando en aquello que ni siquiera me di cuenta de que mi amiga Victoria me estaba llamando hasta que no sentí cómo alguien se enganchaba a mi brazo y un “ZiZi” gritado en mi oreja.

            —Victoria —murmuré, sorprendido.
            —¿Por qué no me hacías caso? —me preguntó, con un puchero en sus labios.
            —No te había escuchado, lo siento —contesté. Ella hizo una mueca y yo le acaricié la cabeza—. ¿Cómo estás? Por lo de ZhouMi y tal —no quería sacar el tema, por si ella notaba algo extraño, pero me preocupaba por mi amiga y necesitaba saber cómo se sentía.
            —Creo que mejor —susurró—. No puedo hacer nada más que esperar por las noticias, no se sabe nada.
            —Lo siento.
            —No pasa nada, ZiZi —sonrió—. Por ahora mantengo la esperanza de que esté bien, en el lugar que sea.
            —Hay que mantener la esperanza, sí —murmuré.
            —Gracias —sonrió más ampliamente y luego se giró hacia atrás—. Sulli, ven aquí, no seas tímida, pequeña —la chica que venía tras nosotros y que reconocía como una de las compañeras de piso de mi amiga se acercó un poco y me saludó tímidamente—. Puedes hablarle con confianza, cariño, aunque tenga pinta de asesino en serie es un completo amor.
            —¡Vic! —me quejé y ella rio.
            —Es la verdad.

            Sonreí un poco, uniéndome a ella. Había reído, ya no se encontraba tan deprimida por lo de ZhouMi como antes. No me gustaba verla de aquella forma tan sombría, por lo que, aunque fuera a mi costa, haría que su sonrisa no se perdiera.

-oooOOOooo-

            Estábamos solos en casa aquella tarde, por lo que aprovechamos para espatarrarnos por el salón y ver un poco la televisión. No teníamos mucho que hacer porque en los días anteriores habíamos adelantado trabajos y también habíamos encontrado unos apuntes del año anterior de una de las asignaturas, por lo que podíamos relajarnos un poco.

            Cuando anocheció, nos preparamos la cena y luego nos fuimos a mi habitación. Los padres de ChanYeol no iban a llegar, y si lo hacían, sabían que si ambos estábamos juntos en un lugar cerrado era mejor no entrar. Por este motivo, me dejé arrastrar por la pasión.

-oooOOOooo-

            Salí de la habitación de SeHun y JongIn en la residencia después de obtener la información que necesitaba. Había quedado con este último una hora antes y no se había presentado, lo había llamado y no me había cogido el teléfono, le había mandado varios mensajes y tampoco los había visto. Estaba preocupado, así que por eso había ido a aquel lugar, intentando averiguar si se encontraba bien o no.

            Me esperaba cualquier cosa, menos la respuesta que me había dado SeHun para su desaparición. ¿Bailando? Jamás me lo habría imaginado. Puede que cuando salimos todos juntos hacía unos meses después de los exámenes viera que se movía con bastante soltura en la pista, pero de ahí a imaginarme que de vez en cuando iba a clases de ballet y jazz…

            No podía creérmelo.

            Por ese motivo, me dirigí al lugar que SeHun me había indicado para poder verlo con mis propios ojos. No estaba demasiado lejos de la residencia, por lo que apenas tardé unos minutos en llegar hasta allí. Entré al edificio y, sigiloso como un gato, anduve por los pasillos mirando por el pequeño cristal de las puertas el interior de las clases, buscándolo.

            Una melodía suave y lenta salía de una de estas aulas y me encaminé hacia allí, teniendo la corazonada de que JongIn debía estar allí. No me equivocaba. Lo encontré bailando como si fuera la propia música, sin ser consciente de nada a su alrededor más que de sentir la melodía. Con lentitud y en completo silencio, entré a aquella sala y me cuidé de no reflejarme en el espejo que había en frente para que él no me pudiera ver. Quería darle una sorpresa.

            Unos dos minutos después, la música dejaba de escucharse y JongIn detenía sus movimientos, girándose y encontrándome allí. Casi sin pensar en lo que hacía, me acerqué a él y le di un pequeño beso, mostrando una sonrisa en mis labios mientras los rozaba con los suyos. Y por una vez, JongIn no se alejó o respondió a mi beso obligado, parecía hacerlo porque quería.

            Mi sonrisa se hizo mucho más amplia. Por fin estaba comenzando a aceptarlo, a aceptarme.

-oooOOOooo-

            —Maldita sea —maldije en voz baja.

            ¿Por qué me tenía que encontrar yo a un enemigo estado solo? Cada vez eran más fuertes, cada vez eran más difíciles de matar, cada vez tenían más malas intenciones. Quise sacar el teléfono móvil del bolsillo de mis pantalones, pero el enemigo dio varios pasos hacia mí, de una forma muy rápida. Aquello me dejó completamente paralizado.

            —¿Por qué? —pregunté.
            —No pienso responder ninguna de tus preguntas, vengo a llevarte conmigo —respondió.

            Justo en ese momento, salió corriendo hacia mí. Tardé un par de segundos en reaccionar y eso hizo que aquel enemigo rozara uno de mis brazos, haciéndome sangrar. Me puse en guardia y lo seguí con la mirada, preguntándome cuál podía ser su poder y cómo podía hacer que se acercase a mí lo suficiente como para que yo pudiera congelarlo sin que él pudiera hacerme daño de nuevo.

            No había tenido tiempo para pensar en mucho cuando el enemigo volvió al ataque y tuve que apartarme en el último momento para que no me volviera a tocar.

            —¿Cuál es tu nombre? —pregunté, intentando ganar tiempo.
            —Soy el gran ShinDong —respondió, esbozando una sonrisa de autosuficiencia—. El mejor de todos nosotros.
            —No lo creo —contesté.

            Él me miró con odio y volvió a atacar, pero esta vez, estaba cegado por la rabia, por lo que aproveché uno de los huecos que dejó y coloqué mi mano allí donde latía su corazón antes de comenzar a congelarlo. El enemigo se debatió e intentó soltarse, pero no pudo hacerlo y finalmente congelé su cuerpo.

            Caí agotado el suelo, sentado y saqué el móvil de mi bolsillo con rapidez, mandándole un kakao a JongDae.

Ven a por mí, estoy a mitad de camino de la residencia, pero no puedo seguir más
¿Ha pasado algo?
Solo ven a por mí, cuando llegues te lo cuento.
Voy para allá

            Leí su respuesta con una sonrisa en los labios. Ya si quería podía tirarme a dormir porque JongDae iba a ir a por mí. Estaba demasiado agotado física y mentalmente.

-oooOOOooo-

            —Me he cruzado con Tao en el pasillo y ni siquiera me ha saludado —dijo LuHan nada más entrar a mi habitación—. ¿Se ha vuelto a pelear con JongIn? —negué con la cabeza y él pareció confundido—. ¿Entonces?
            —JongIn ni siquiera está —le respondí, agachándome un poco para poder besar sus labios en condiciones—. Había quedado con Tao hace un rato pero se fue a bailar y no se acordó de la cita —volví a darle un beso a mi novio—. Le dije dónde estaba y seguramente, si ha visto a JongIn hacer uno de sus bailes sexys esté muriéndose por empotrarlo contra el espejo de la sala.
            —¿Eso lo dices por experiencia propia? —me preguntó, sobre mis labios, mordiéndome el inferior.
            —Tú también lo has visto bailar de esa forma y te recuerdo que ambos tuvimos una erección —contesté.
            —Mmmm… mi pequeño me está desafiando —murmuró—. Esto es nuevo.
            —¿Te gusta? —llevé una de mis manos a su entrepierna.
            —Me encanta —jadeó.
            —¿Puedo desafiarte y llegar hasta el final?
            —¿Qué propones? —preguntó, excitándose por el continuo movimiento de mi mano.
            —Déjame hacerte llegar al paraíso —susurré en su oído, con la voz más sexual que pude poner en el momento—. Déjame hacerte el amor.
            —Acepto la propuesta.
            —Feliz cumpleaños atrasado… Hannie… —susurré—. Espero que te guste mi regalo…