miércoles, 30 de octubre de 2013

EXO

Capítulo 19
¿Qué Es Un Beso?
  


   Estaba un poco preocupado. YiXing llevaba ya demasiado tiempo dentro del baño. Estaba así por su tendencia a quedarse dormido cuando se duchaba. Comencé a dar vueltas por todo el salón como un león enjaulado, haciendo que Tao me mirara mal, ya que le tapaba la pantalla de la televisión y él estaba viendo su dorama muy entretenido.

   -¿Quieres estarte quieto?- me dijo.
   -No.

   Suspiró y se movió más cerca de la tele, cortándome el paso para que no cruzara por delante de él. Miré mi reloj de nuevo y me mordí el labio inferior. A lo mejor me estaba volviendo paranoico y él estaba solamente dándose un baño más largo. O a lo mejor le había pasado algo grave.

   No pude aguantar más y me dirigí rápidamente al baño para averiguarlo. Llamé a la puerta y esperé su respuesta, pero no la hubo. Volví a llamar y tampoco hubo repuesta a mi llamada.

   -YiXing- grité mientras golpeaba la puerta- YiXing.

   En ese momento me asusté. Seguro que le había pasado algo. No lo pensé más y abrí la puerta que no tenía el pestillo echado, entrando como una exhalación al baño, encontrándome a YiXing dormido en la bañera. Rápidamente me acerqué a él y empecé a zarandearlo para que despertara hasta que abrió levemente sus ojos.

   -Kris…- susurró y sentí como mi corazón, que hasta hacía unos momentos no había parado de latir, se quedaba estático.
   -¿Estás bien, Lay?- pregunté y él negó con la cabeza- ¿qué te ha pasado?
   -He tenido otro sueño- murmuró- me encerraste en algún lugar…- las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos y lo abracé, no importándome que estuviera mojado- sentí cómo morías…- se apretó fuertemente a mí- No me dejes nunca, Kris- pidió.
   -No lo haré.

-oooOOOooo-

   Después de que todo se calmara y los chicos se fueran, me acerqué a KyungSoo con una taza de té caliente en las manos. Estaba sentado sobre mi cama con la mirada perdida, igual que los días anteriores. Debía hacerlo salir de aquel lugar oscuro en el que se había encerrado y debía hacerlo antes de que perdiera el camino de vuelta.

   -KyungSoo…- susurré sentándome a su lado- tú fuiste quien me apoyó cuando caí en la desesperación, quien me dijo que debía ser fuerte y afrontar todos los problemas- él ni siquiera se inmutó- déjame ayudarte, déjame decirte que no estás solo- pasé mis brazos por sus hombros- estoy contigo y no te voy a dejar solo jamás porque eres una persona muy importante para mí.

   Los siguientes minutos pasaron en silencio, un silencio nada cómodo, ya que temía que los estridentes latidos de mi corazón fueran también escuchados por él. no podía permitirme que él supiera que hacía tiempo que había dejado de verlo como un dongsaeng al que cuidar.

   -Hyung- lo escuché susurrar y lo miré.
   -¿Sí?
   -Gracias- murmuró abrazándose a mí hasta que quedamos ambos tumbados en la cama tan juntos, que no se sabía dónde acababa uno y empezaba otro.

-oooOOOooo-

   Una semana. Llevaba una semana sin verlo. Una semana desde que me había besado y luego había desaparecido. No sabía dónde se metía ni lo que estaba haciendo, así que me tenía muy preocupado. Ni siquiera me contestaba mis llamadas o a mis mensajes en el Kakao.

   Me giré en la cama y me quedé mirando la suya que ahora estaba vacía. Me dolía el corazón. Ojalá no le pasara nada estando solo, o jamás podría perdonármelo. Debía haberle dicho antes de que escapara que no quería que se fuera, que me gustaba.

   Estos pensamientos no me dejaban dormir. Era demasiada la angustia por no saber dónde podría estar.

   Había preguntado a los chicos, pero ninguno de ellos me supieron decir dónde podría haber ido, incluso le pregunté a Kevin llevándome conmigo una ración de mala hostia, pero necesitaba saber dónde estaba, porque si cerraba los ojos, todavía podía sentir el leve cosquilleo de sus labios sobre los míos.

   -¿Dónde estás, Minnie?

-oooOOOooo-

   Nos habíamos enredado y enroscado a más no poder en el sofá mientras veíamos una película de miedo llamada El Resplandor. A mí el niño del triciclo me cansaba ya, pero a BaekHyun le daba demasiado miedo, por eso estábamos tan pegados que apenas podía apreciar dónde acababa su cuerpo y comenzaba el mío.

   En esa situación estábamos cuando mi padre llegó, se colocó delante de la tele, tapándonos el mejor momento de la película y nos miró con una cara demasiado extraña.

   -¿Qué significa esto?- preguntó.
   -BaekHyun tiene miedo- contesté en voz baja y mi chico alzó un poco la cabeza, con disculpa, intentando levantarse de mi cuerpo, pero no lo dejé.
   -Si vais a hacer esto que no os vea tu madre- dijo.
   -¿Por qué?
   -Porque no podría soportar quedarse sin nietos, así que sed discretos- y tras esto, se fue.

   BaekHyun y yo nos miramos a los ojos. Nos habíamos quedado sin palabras. Mi padre había insinuado que sabía que estábamos juntos. ¿Cómo era posible eso?

-oooOOOooo-

   Escuché sonar mi móvil desde el salón y salí corriendo hacia mi habitación. Esperaba seriamente que Kevin y YiXing no estuvieran haciendo nada asqueroso allí, no sería muy agradable de ver. Sin embargo, lo que yo temía era lo que pasaba.

   Kevin estaba entre las piernas de YiXing, desnudo, chupándosela y YiXing parecía estar a punto de llegar al orgasmo. Ahora entendía a JongIn cuando se asqueaba por habernos visto en el tema. No era nada agradable de ver desde fuera con gente a la que conocías.

   En ese momento, YiXing gimió débilmente y su expresión fue de placer infinito. Había llegado, así que, antes de que alguno se diera cuenta de mi presencia, caminé rápidamente hacia el escritorio, cogí mi móvil y salí corriendo de la habitación, deseando que no me hubieran pillado y haciéndome una nota mental para disculparme ante JongIn por los espectáculos que le habíamos dado a lo largo de los cuatro años que SeHun y yo llevábamos juntos.

   En cuanto llegué al salón, desbloqueé el móvil y entré al Kakao para encontrarme con un mensaje de SeHun.

Hunnie: ¿Quedamos esta tarde en la cafetería de siempre? He convencido a JongIn para que me acompañe y para que luego nos deje la habitación de la Residencia libre.
¿A qué hora?
Hunnie: ¿A las 5? ¿Te viene bien a esa hora, LuLu?
No puedo esperar para que llegue.
Hunnie: Yo tampoco.
No sabes cuánto te necesito.

   Y tras esperar unos momentos y no recibir respuesta, cerré la aplicación. Probablemente SeHun se habría quedado sin palabras, todo sonrojado y JongIn estaría haciéndole bromas. No me importaba que no me contestara ahora mi niño tímido, ya lo haría en la cama.

   No cabía en mí de excitación. Por fin podríamos hacerlo después de tanto tiempo separados.

   -Tao- le dije al chico que estaba viendo entretenidísimo un dorama chino desde la tele por cable.
   -¿Qué?- preguntó sin mirarme.
   -Esta tarde voy a quedar con SeHun, ¿me acompañas?- en ese momento él me miró y me sonrió.
   -Te acompaño.

-oooOOOooo-

   -Todavía no sé por qué he aceptado hacer esto- murmuré y él alzó su cabeza del Bubble Tea que estaba tomando.
   -Porque me quieres y porque Tao ha aceptado que no podemos estar separados y no le va a decir nada a Kevin de nuestros encuentros- me contestó con una sonrisa amplia.
   -Sí, eso lo sé, y se lo agradezco- dije- pero lo que no entiendo es por qué debo estar yo aquí.
   -Para que no sospechen de las salidas de LuHan, Tao viene con él, por eso y para que el pobre no se aburra, te necesitamos aquí.
   -¿Y no se puede ir a cualquier lugar a hacer el gilipollas?- él negó y yo puse un puchero.
   -Por muchas caritas que me pongas no te vas a librar- contestó- además, Tao es un buen chico, te caerá bien.
   -Lo dudo mucho.

-oooOOOooo-

   Por fin llegamos a aquel lugar en el que habíamos quedado con SeHun y con JongIn. Estaba muy nervioso debido a que en el último encuentro que había tenido con el chico moreno, él me había besado. Desde ese momento, no había podido dejar de darle vueltas al asunto y aunque LuHan me había aclarado las intenciones que había tenido el otro para hacerlo, no podía dejar mi mente quieta.

   Verlo fue todavía peor y apenas me centré en la conversación mantenida durante todo el rato que estuvimos en la cafetería. Solo me di cuenta de que algo raro había pasado cuando me encontré en la calle, junto al chico moreno, despidiendo a los otros dos.

   -Bueno, ya que se han ido, nosotros podemos irnos también- lo escuché decir.
   -LuHan me dijo que tenía que quedarme contigo- contesté.
   -Eso mismo me dijo SeHun- contestó él- pero yo no pienso hacerle caso- lo miré sin entender- no me malinterpretes, no es que no me caigas bien- explicó- pero tengo cosas más importantes que hacer que pasar el tiempo con un tío al que apenas conozco.
   -Un tío que apenas conoces pero que besaste el otro día- apunté y él iba a replicar, pero calló durante unos momentos.
   -Eso no fue un beso- dijo.
   -¿Entonces qué es un beso?- pregunté.
   -Otra cosa.
   -Enséñamelo- pedí con el corazón latiéndome a mil por hora.
   -Yo no…

   Pero no lo dejé acabar. Me acerqué rápidamente a él y besé sus labios durante algunos segundos. Pudo haberme apartado, pudo haberme rechazado, pero no lo hizo, así que me atreví a lamerle el labio. Sin embargo, en este momento, él se separó rápidamente de mí.

   -¿Eso era un beso?- pregunté y él solo se tapó la boca con las manos y salió corriendo. En cuanto vi su figura desaparecer entre la multitud que se nos había quedado mirando, me arrepentí de lo que había hecho.





martes, 29 de octubre de 2013

ONE SHOT

One Shot


1 Año Después

POV JongUp

            Salí de la base acompañado por DaeHyun, el líder quería evitar a toda costa la utilización de violencia contra aquella nueva banda. Por eso tenía su compañía, aunque a mí me pudiera parecer una chorrada aquella idea. Mano dura era lo que hacía falta con aquellos que querían quitarnos el negocio.

            Me monté en el coche y él arrancó. El vehículo comenzó a moverse por las calles de la ciudad, mientras a la ve, comenzaba la tortura de escuchar parlotear a ese hyung insufrible. Podría haberle dicho que se callara y me dejara tranquilo y en silencio, pero DaeHyun era el ángel caído, mejor no meterse con él, o incluso yo, podría acabar muy mal parado.

            Tardamos un buen rato en atravesar la ciudad en hora punta y mi cabeza casi explotaba por culpa de su parloteo incesante. Yo solo me las arreglaría mejor, pero las órdenes de líder no se desobedecen.

            Al final llegamos a aquella nave industrial de las afueras y nos bajamos del coche. Yo iba delante cuando llamé a la puerta metálica y un chico con la cara redonda, que rondaría más o menos nuestra edad, nos abrió y nos dejó pasar, quedándose un poco estático al ver a DaeHyun. Bueno, ya no debería ni asombrarme, que fuera un demonio no quitaba que tuviera un rostro agraciado.

            Me colé por el lugar, seguido de los otros dos chicos hasta llegar al final de la nave, donde se encontraban los componentes de aquella banda, que según las informaciones de JunHong, pugnaban por quitarnos el negocio. Cuando iba a comenzar a hablar, noté cómo DaeHyun pasaba por mi lado.

            Bang me ha mandado a mí me susurró y luego habló hacia los que había allí—. Bien, aquí estamos para arreglar nuestros asuntos.

            Todos lo miraron y el que parecía el jefe, un hombre calvo y con gafas de sol, se levantó de la silla en la que estaba sentado y mostró una sonrisa torcida. Movió su mano indicando que nos acercáramos a él, y eso hicimos, después, se dio la vuelta y echó a andar, junto con sus seguidores y con nosotros detrás, flanqueados por estos, hasta llegar a un lugar más privado y más acomodado. Una sala con varios sofás dispuestos alrededor de una mesa baja. Él se sentó en uno de los sofás y nos indicó que lo imitáramos.

            ¿Os puedo ofrecer algo para hacer esta visita más amena? preguntó intentando ser cordial, pero ambos negamos.
            Estamos aquí para tratar un tema serio y no para una charla de mujeres contestó DaeHyun—. Ya tengo bastante de eso en casa el hombre asintió con la cabeza.
            Si estás aquí para hablar, entonces habla se recostó sobre el respaldo del sofá mientras nos observaba tras las gafas oscuras que llevaba.
            Nos ha llegado información de que estáis intentando acaparar todo nuestro negocio comenzó—, y eso, nosotros no podemos permitirlo junté mis manos mientras lo oía hablar y me crují los dedos uno a uno—. Ya sabéis lo que eso significa, ¿no? me miró y yo sonreí de una manera siniestra, el líder giró su cabeza hacia mí y los demás se tensaron—. Pero… Estamos aquí para hablar en un principio y si no llegamos a un acuerdo… no lo dejé acabar la frase, sino que me levanté rápidamente y, antes de que nadie más que DaeHyun se diera cuenta de nada, ya estaba llevando mi puño al más cercano de los secuaces que aquel tipo tenía allí y se lo hinqué en el estómago fuertemente. El chico se dobló por la mitad y escupió sangre antes de caer al suelo, retorciéndose de dolor—. Moon… dijo mi compañero reprochándome mi comportamiento, pero su mirada cómplice, le quitaba toda la credibilidad a sus palabras.

            Todos los demás se había quedado estáticos, todos, menos el chico que nos había abierto la puerta, que fue hacia el que estaba en el suelo y comenzó a palpar su cuerpo suavemente, buscando alguna herida interna. DaeHyun también se dio cuenta de eso y supe lo que estaba pensando. Alguien con conocimientos médicos nos vendría muy bien en el grupo.

            No quería que esto pasara dijo DaeHyun señalando al chico del suelo—, no ahora matizó—, pero mi compañero es muy impulsivo.
            Sí, ya se ve comentó el jefe. Se notaba nervioso, bastante nervioso, como alguien poco experimentado en el negocio, y eso era beneficioso para nosotros. Seguro que el cerebro de mi hyung estaba trabajando rápidamente para sacar lo máximo posible de aquel encuentro—. ¿Qué es lo que queréis? preguntó y una sonrisa que yo conocía muy bien se extendió por el rostro de DaeHyun.
            Queríamos advertiros que con nosotros no se juega y que el negocio es nuestro monopolio, buscaos otra cosa que explotar su voz normalmente dulce se tornó fuerte y algo más grave de lo habitual haciendo que todos los que había allí se tensaran—. Oh, y también otra cosa dijo con su voz normal, como quien no quiere la cosa—. Para que recordéis que con nosotros no se juega, nos llevamos a este chico señaló al que tenía los conocimientos de medicina y todos lo miraron sin saber qué decir, todos menos yo, que ya sabía qué era lo que iba a pedir.
            Eso sería una especie de secuestro murmuró el chico implicado. DaeHyun rio y se levantó del sofá, caminando hasta él.
            ¿Y qué vas a hacer? preguntó agachándose a su lado—. ¿Vas a ir a la policía?le cogió la barbilla y le alzó el rostro para mirarlo fijamente a los ojo—. Cariño… Esto es la mafia se levantó subiéndose los puños de su camisa y yo hice lo mismo—. ¿Lo tomáis o lo dejáis? hubo un gran silencio en la sala, solo roto por las respiraciones aceleradas provocadas por la adrenalina del momento, un silencio que el jefe de aquel grupo rompió.
            Está bien hubo un eco de murmullos por toda la sala—. Coged al chico y largaos DaeHyun asintió y cogió al chico.

            La cara que puso este mientras era levantado del suelo fue todo un poema. Reflejaba confusión, decepción y miedo, todo en uno, y casi como un autómata, fue guiado por mi hyung hacia la salida, y después, metido en el coche. Solo cuando las puertas se cerraron y, ahora yo, puse el motor en marcha, pareció reaccionar.

            ¿Dónde me lleváis? preguntó. Lo mire mal a través del espejo retrovisor y él mudó, pero DaeHyun comenzó a hablarle.
            A un buen lugar el chico se tensó ante estas palabras—. Tranquilo, no te haremos daño giré mi cabeza hacia mi compañero y alcé una ceja. No podía estar diciéndole eso—. Bueno, por ahora no… el otro palideció- depende de lo que hagan tus amigos ya se verá…
            No son mis amigos contestó—. Apenas llevo unos días con ellos… cogió aire—. Mi padre les debía dinero y ellos necesitaban a alguien con conocimientos médicos contó—. Estaba allí igual que aquí con vosotros, retenido contra mi voluntad lo vi cruzarse de brazos y hacer un puchero mientras mi compañero puso su sonrisa más deslumbrante.
            Entonces puedes estar tranquilo, no te haremos ningún daño.


POV DaeHyun

            Después de bastante rato en el coche, por fin regresamos a nuestra casa, en la otra punta de la ciudad. Era todo lo que te pudieras imaginar como una casa de alto standing. Tenía dos plantas, un sótano y una cochera, cuatro habitaciones bastante grandes, dos baños, uno en la planta superior y otro en la inferior, una amplia cocina americana y un salón comedor que ocupaba casi toda la planta baja.

            Bajamos del coche y yo saqué de este al chico que nos habíamos llevado de aquella nave como cobro por las molestias que nos habían causado aquellos insensatos. Se mantenía tenso y con sus ojos asustados miraba a un lado y a otro mientras yo lo guiaba por el lugar. Pasamos al salón, donde nos encontramos con el pequeño Zelo, que nos miró con curiosidad, sobre todo al desconocido que yo llevaba conmigo. Vi cómo se levantaba del sofá haciéndole caso a JongUp, que venía detrás de mí y le había hecho una pequeña seña para que nos siguiera. Entramos a la cocina, de la que provenía un rico olor, encontrándonos allí a HimChan haciendo algo para cenar, puesto que era el único de los cinco que era un manitas en la cocina, además de en su especialidad, la mecánica. Él se giró y se sobresaltó al vernos allí a los cuatro, pero luego fijó su vista en quien no conocía.

            ¿Quién es ese? preguntó con evidente curiosidad señalándolo con la paleta de madera.
            Sería mejor que estuviera aquí Bang también contesté—. No quiero gastar mi preciosa saliva contándolo todo mil veces él me miró mal unos segundos, nunca habíamos hecho buenas migas.
            Llevadlo al comedor y sentaos a la mesa, os sirvo la cena y aviso a Yong de esto respondió—. Menos mal que siempre cocino para que sobre por lo que pueda pasar… lo oí murmurar mientras todos salíamos de la cocina.

            Llegamos al comedor y senté al chico en la silla de mi izquierda, la única que todavía no tenía dueño, y que sólo era ocupada cuando hacíamos negocios con la líder de un grupo amigo, HyoSung, o Jeon, como era conocida en el mundillo.

            Iré a avisar a Yong dijo HimChan cuando dejó una bandeja con seis platos de una comida occidental que no llegué a identificar sobre la mesa poco después de habernos sentado. Después se retiró y subió las escaleras en busca de nuestro líder. Me giré en ese momento hacia el chico y lo vi jugueteando con sus manos nerviosamente. Seguramente en el otro lugar no lo habían tratado demasiado bien.
            ¿Cómo te llamas? le pregunté intentando hacer que se destensara un poco. Él me miró y esbozó una pequeña y tierna sonrisa… Un momento… ¿Tierna?
            Yu YoungJae contestó mientras yo me quitaba ese último pensamiento de la cabeza.

            En ese momento, se escucharon ruidos de dos pares de pies bajando por la escalera y todos miramos en esa dirección, para, segundos después encontrarnos con HimChan y Bang apareciendo y llegando al comedor con cara de pocos amigos. Ambos se sentaron a la cabecera de la mesa, cada uno en una, y a mi derecha, el líder, fue el que habló primero y rompió el silencio que se había instaurado en el lugar desde que los notamos bajar.

            Y bien… ¿Quién es él? fue lo que preguntó, mirándome.
            Yu YoungJae repetí el nombre que el chico me acababa de decir- estaba con el grupo al que esta tarde hemos ido a “visitar”.
            ¿Y por qué está aquí?
            Nos lo hemos traído en forma de compensación por todos los problemas que nos han causado desde hace unos meses respondió otra vez JongUp—. Hyung creyó que era lo mejor, aunque yo prefería haberme liado a hostias con esos palurdos.
            Nada de violencia, JongUp si se puede evitar dijo el líder y se volvió hacia mí—. ¿Por qué? volvió a preguntar.
            Tiene conocimientos de medicina y nos hacía falta alguien así, además, allí lo tenían como pago de una deuda expliqué—. fue lo mejor que se me ocurrió para no acabar a leche limpia y sacar tajada del encuentro contesté y Bang se quedó pensativo durante unos momentos, mirando al chico fijamente, que no pudo aguantar su mirada penetrante y desvió sus ojos hacia sus manos, moviéndolas nerviosamente por sus pantorrillas.
            Estarás aquí durante una semana dijo el líder—. Si vienen a por ti, nos encargaremos de arreglar las cosas y si no, nos servirá para ver si podemos confiar en ti, de momento, no te haremos ningún daño el chico asintió levemente y tras suspirar, todos comenzamos a degustar la deliciosa cena de HimChan.


POV JongUp

            HimChan llamó el líder justo después de terminar de cenar llamando la atención del comandante- ¿te importaría recoger esto?
            No, claro que no y se levantó para recoger los platos, yendo con ellos hacia la cocina para fregarlos.
            Zelo el chico que estaba a mi lado levantó la cabeza hacia él.
            ¿Sí, hyung?
            Llévalo a la habitación de DaeHyun dijo—. Se quedará allí durante esta semana y si pasa la prueba… Vivirá allí noté como el ángel caído abría sus ojos al máximo.
            ¿Por qué conmigo? preguntó este después de salir de su asombro unos instantes después, mirando al líder fijamente.
            Porque tú lo has traído a nuestra casa y tú tendrás que convivir con él contestó.
            Entonces, ¿por qué no lo llevo yo allí?
            Porque prefiero que lo haga Zelo y no hay más vueltas de hoja nada más decir esto, JunHong se levantó del asiento a mi lado y caminó hasta el chico, que lo miraba desconfiado.
            ¿Vamos? y echó a andar. El otro lo siguió tras hacer una reverencia y cuando sus pasos dejaron de escucharse, fue el momento en el que el líder volvió a hablar, dirigiéndose a nosotros.
            Tengo una misión para los dos.
            ¿Qué quieres que hagamos? pregunté interesado. Me gustaban las misiones de campo, eso de estar en casa sin hacer nada me agobiaba.
            Necesito que pongáis a prueba todas sus habilidades contestó—. Necesito que me digáis cuáles son sus debilidades, qué es lo que le gusta, lo que no, a qué debemos atenernos con él, qué podemos esperar de él ambos asentimos—. DaeHyun, quiero que te acerques a él de una manera más personal.
            Sí, líder contestó él.
            Está bien… nuestro líder suspiró y se le relajó la vena del cuello que hasta hacía unos momentos tenía casi a punto de estallar. No le hacían muy bien las sorpresas, y esta había sido una gran sorpresa, debíamos haberlo avisado de que traíamos a un invitado—. Espero que no os hayáis equivocado con él murmuró—. Nos vendría muy bien alguien como él cuando acabamos heridos por los enfrentamientos.
            No hemos podido equivocarnos dijo DaeHyun levantándose de la silla—. Yo nunca me equivoco.
            Dile a Zelo que baje y empieza con tu misión le dijo antes de que desapareciera por las escaleras.
            ¿Cuándo empiezo yo? le pregunté ganándome su atención.
            Dentro de tres días.

Vampire Stories

Capítulo 13
El Parque Parte II


   -¿Vamos?- me preguntó MinHyuk una vez todos se habían ido de la entrada del parque.

   Yo asentí y lo seguí puertas adentro hasta llegar a la parte central del inmenso parque. Nos sentamos en un banco e inmediatamente nos pusimos los patines. Nos colgamos la mochila con los zapatos a las espaldas y empezamos a patinar.

   -Advierto que no se patinar demasiado bien- me dijo MinHyuk con cara de asustado.
   -No te preocupes- le dije con total confianza- Yo te enseñaré y mejorarás. Ya verás cómo aprendes rápido- le extendí la mano para que pudiera sujetarse un poco.

   Me dio su mano. Estaba tan fría que agradecía que tuviera esa temperatura para no notar como subía la mía. Pero me extrañó que estuviese tan frío con el calor que hacía aquel día.

   Durante el trayecto que estuvimos practicando noté como mejoraba poco a poco. Con un poco de esfuerzo conseguiría que aquel chico pudiera patinar como un profesional y quizás se apuntase a los campeonatos de patinaje artístico y ganase y todo. No, demasiados pajaritos tenía yo en la cabeza.

   -Paremos un rato, quiero ir a comprarme un refresco- le dije a MinHyuk.
   -De acuerdo- asintió- te espero en aquel banco, ¿vale?
   -Vale- dije con una media sonrisa y poniéndome en la cola para conseguir una botella de agua bien fría.

   Aquella mañana hacia demasiado calor y mi sistema no iba a aguantar mucho. Me desmayaría dentro de poco como siguiera haciendo aquel bochorno y permaneciendo al lado del chico que se había ofrecido a patinar a pesar de no saber mucho del tema.

   La cola se me estaba haciendo eterna y resoplaba cada dos por tres debido a mi impaciencia. Y todo era porque había un chico que no se decidía qué helado escoger. Después de 10 minutos acabó de decidirse y la cola avanzó un poco más rápido.

   Por fin me tocó a mí tras esperar un cuarto de hora y conseguí mi esperada botella de agua.

   Mientras me dirigía al banco donde estaba MinHyuk intenté abrir la botella. Sin darme cuenta escuché como una muchacha gritaba un nombre y seguidamente miré a mis pies. Todo fue a cámara lenta.

   Una cuerda empezó a entrelazarse entre la estructura de mis patines y las ruedas y cuando iba a desengancharla algo tiró bruscamente de la cuerda e hizo que perdiese el equilibrio.

   Inmediatamente MinHyuk se levantó del banco más rápido que un rayo y en pocos segundos estuve en sus brazos. Me impresionó mucho la velocidad con la que había llegado a mí, y además, teniendo todavía los patines puestos, cuando hace un rato me dijo que no sabía patinar.

   Lo miré aturdida mientras él sujetaba con la otra mano que tenía libre, la cuerda de mis patines. La muchacha llegó a nosotros disculpándose porque su perro se había escapado.

   MinHyuk la disculpó por mí, ya que no tenía palabras. Estaba asimilando todavía todo lo que había pasado en apenas dos segundos.

   -¿Estás bien?- preguntó todavía en cuclillas y preocupado al ver mi cara de petrificada. Mi mirada seguía fija en la suya, pero sin decir nada.
   -Inma, por favor, no me asustes- dijo con tono alarmante- contesta- me pidió.
   -Sí- dije con un hilo de voz.
   -Sentémonos- y me llevó al mismo banco donde hace un rato él estaba esperándome. Me dio la botella ya abierta y bebí un largo trago de agua- van a matarme- murmuró mientras miraba a mis espaldas.
   -¿Qué has dicho?- dije frunciendo el ceño.
   -Nada. Que será mejor que descanses.
           
   Después de descansar, decidimos seguir patinando unos momentos más, para más tarde dirigirnos al punto de encuentro en el que habíamos quedado con los demás para almorzar.

-oooOOOooo-

   Poco a poco las distintas parejas fueron llegando al lugar en el que habían quedado. Este se encontraba cerca de donde estaban. Un pequeño parque con zonas con mesas para poder comer al aire libre. Los chicos se habían encargado de llevar todo lo necesario en sus mochilas. Desde los cubiertos de plástico hasta manteles.

   Los primeros fueron Ana y DaeHyun que se cruzaron poco antes de llegar con Lorena y Joe.

   -Bueno... ¿dónde queréis poneros?- preguntó Joe.
   -No sé...- respondió Lorena- ¿tú que dices Ana?

   Antes de que esta pudiese decir nada DaeHyun fue a una de las mesas de piedra que estaban más apartadas, justo bajo un enorme árbol.

   -Parece que ya tenemos sitio- comentó Joe mientras iba hacia donde estaba su amigo.

   En cuanto llegaron, los cuatro se pusieron a sacar cosas de las mochilas y a colocarlas en la mesa. Ellos permanecían callados concentrados en sus tareas mientras ellas hablaban animadamente.

   En ese momento vieron como otra de las parejas se dirigía hacía donde ellos estaban. Eran ChunJi y Lou que venían hablando y sonriendo, como dos buenos amigos que se conocen de hace tiempo o una pareja de enamorados.

   -¿Desde cuándo os lleváis tan bien vosotros dos?- preguntó Ana a la pareja de recién llegados.
   -¿Qué pasa? ¿No puedo llevarme bien con él?- inquirió la chica- ¿tan raro es?
   -Sí- respondieron los cuatro, aunque DaeHyun solo asintiera con la cabeza.
   -¿Que pasa chicos?- preguntó Inma que acababa de llegar con MinHyuk.
   -Nada- dijo Lorena- que ahora Lou y ChunJi se llevan bien.
   -Wow- dijeron los dos visiblemente sorprendidos al igual que el resto.
   -¿Y ese milagro cuando ha pasado?- preguntó MinHyuk.
   -No te pases- le dijo ChunJi al chico, visiblemente molesto.
   -Perdón, perdón...
   -Bueno, ¿comemos?- preguntó Inma muy contenta.
   -¿Tu siempre tienes hambre o es cosa mía?- preguntó Ana.
   -Yo de verdad que no entiendo donde mete tanta comida. Y más sin engordar...- dijo esta vez Lorena.
   -Já. Es un secreto- rio Inma y se sentó junto a sus amigas al igual que MinHyuk se sentaba con sus compañeros.

   Seguidamente todos comenzaron a degustar la rica comida que los chicos se habían encargado de preparar para ellas.

   Después de la comida todas se despidieron de los chicos y aunque Inma tardó más de la cuenta con MinHyuk, los demás no sospecharon nada. Cogieron de nuevo el bus que las dejaría a pocos metros de casa y comentando su día se les pasó el camino.

   Al llegar, todas se encerraron en sus cuartos cansadas por todo el ejercicio que habían hecho, ya que eran más de estar en casa leyendo libros que de salir a dar pingos por ahí y estaban medio muertas.

   Ya era más de noche que de día en aquel día de principios de Marzo cuando Ana salió de su habitación buscando a Inma para que le prestara algún libro, puesto que a ella no le habían mandado ninguno desde Antequera como habían hecho con Lorena.

   Sin embargo, cuando llamó y no obtuvo contestación se extrañó un poco.

   -*“A lo mejor está dormida”- pensó.

   Cuidadosamente entró a la habitación y se dio cuenta de que allí dentro no había nadie. Un poco mosqueada salió y comenzó a buscarla por todo el piso sin que esta diera señales de vida alguna.
   -*Chicas…- les dijo a Lou y a Lore cuando las vio en el salón- ¿habéis visto a Inma?
   -*¿No está en su dormitorio?- preguntó Lourdes y Ana negó con la cabeza.
   -*La he buscado por todas partes…- contestó.
   -*Se habrá ido con MinHyuk- supuso Lorena- parecía que querían estar a solas y juntos un rato y les robamos su mañana.
   -*Eso será.

-oooOOOooo-

   Llegaba tarde a la cita. Había tardado más de lo previsto en poder salir de casa sin que ninguna de las chicas me viera.

   Después de andar unos metros y coger el bus por fin llegué a la entrada del parque. Justo en la entrada, me lo encontré mirando el móvil apoyado en una de las columnas del arco, como hacía siempre cuando esperaba a alguien.

   -Perdón por el retraso- me disculpé.
   -No pasa nada, hace cinco minutos que he llegado- dijo retirándose de la columna y acercándose a mí todo sonriente.

   Tras sonreírnos mutuamente, decidimos ir a pasear por el lugar. Era un sitio bastante bonito por el cual hacerlo, así que era agradable. Además, la compañía hacía que el lugar fuera todavía más impresionante. Sin embargo, tras un rato, decidimos sentarnos bajo un árbol para refrescarnos en su sombra. Seguía haciendo demasiado calor para la época del año en la que estábamos.

   Nos quedamos en silencio unos momentos, observando a nuestro alrededor, hasta que MinHyuk decidió hablar.

   -Vamos, te invito a algo en una cafetería del centro- dijo para romper el hielo- me han dicho que tienen unas pastas muy ricas- sonrió.

   Al oír “pastas” se me iluminó la mirada y me sentí mucho mejor. Y más si me invitaba él. Se me estaba haciendo la boca agua solo de pensar en los ricos dulces que me comería en unos momentos.

   -¿Qué me dices?- me preguntó al ver que no contestaba.
   -¡Me apunto!- le dije- ¡Vamos!- le insté para que se levantara del dichoso banco. Le cogí de la mano y tiré de él para levantarlo- ¡vamos! ¡Vamos! ¡Por fa!- fue inútil intentar que se levantase, no podía con él- ¡Levanta!- le supliqué al final.
   -Vale, vale. Voy- dijo entre carcajadas.

   Finalmente se levantó y nos pusimos en marcha hacia la cafetería que él decía en el centro. Al llegar al lugar que había mencionado, me sostuvo la puerta para que entrase como todo un caballero y yo le sonreí.

   Entré y miré a mi alrededor. Aquella cafetería era enorme y bastante elegante. Podía ver muebles muy bonitos y escaparates de pastas llenos hasta los topes. Y parecían muy deliciosos.

   -¿Qué te parece?- preguntó MinHyuk. Aunque un poco tarde- ¿Inma?
   -¡¡¡Waaaa!!!- exclamé. Yo tenía mi cara pegada al cristal viendo las pastas que me pediría- estoy aquí- le dije, ya que él se había quedado un poco atrás- ¿puedo pedir esta?- pregunté señalando con un dedo a una pasta cuadrada rellena de crema por dentro y espolvoreada con canela y chocolate por encima.
   -Claro- dijo MinHyuk.
   -¡Ah!- exclamé- ¡esta también porfa!
   -Vale, pero no pongas esa cara de corderito degollado- dijo riendo. Asentí y me separé del escaparate.
   -¿Quieres algo de beber?
   -Sí. Un zumo de naranja, por favor- le dije mientras la dependienta comenzaba a dejar las pastas en un plato.
   -Vale.

   MinHyuk pidió mi zumo de naranja y lo suyo y después nos sentamos en una mesa pegada a la ventana para degustar los deliciosos dulces de aquella cafetería.

   -Te habrá costado un ojo de la cara todo esto, ¿no?- dije algo preocupada mientas engullía mi pastelito.
   -No, que va.
   -Te devolveré el dinero en cuanto pueda- le dije al no estar muy convencida de sus palabras.
   -No tienes por qué pagarme nada. Por un día puedo permitírmelo- lo miré con los ojos entrecerrados y le pregunté:
   -¿Eres millonario?
   -No- rio a carcajadas- ¿acaso ves que tenga ropa cara o que vaya a la universidad con un Ferrari?
   -No- dije llevándome una pasta a la boca- pero a lo mejor escondes tu fortuna para aparentar ser un tipo normal. Muchos lo hacen.
   -Te aseguro que no tengo millones escondidos. Si no, no estaría aquí en Seúl estudiando. Estaría quizás...- se quedó pensando unos segundos- en Estados Unidos en alguna universidad de prestigio.
   -Me alegro de que no lo seas- susurré.
   -¿Ah, sí? ¿Y eso por qué?
   -Bu... bueno... porque si no estarías estudiando en otro sitio y no nos habríamos conocido- contesté sonrojándome.
   -Visto de ese modo… yo también me alegro- dijo con una gran sonrisa.

   Al cabo de una hora más o menos habíamos acabado y salimos fuera.
Me lo pasé genial hablando con él y me sentí muy cómoda a su lado.

   -Inma, ¿te apetece salir mañana también?- me dijo a la entrada de la cafetería.
   -Claro. No creo que esté ocupada mañana.
   -Quiero decir...- vaciló tímidamente- ¿quieres salir conmigo?- me quedé con cara de póker- como novios, digo- dijo con un hilo de voz esperando mi respuesta definitiva.
   -Em...- vacilé por no saber qué responder- ¿puedo llamarte cuando llegue a casa y cuando me lo haya pensado un momento?- le pregunté.
   -Por supuesto- dijo con media sonrisa- te acompaño a casa- yo asentí y caminamos en silencio hacia el apartamento.

   Cuando llegamos a la entrada, MinHyuk me extendió un trozo de papel pequeño con unos números.

   -Toma, llámame a este número. Solo es provisional. Mañana tendré otro.
   -Entonces, ¿cómo contactan tus amigos contigo?- pregunté extrañada.
   -Tenemos nuestros propios medios de comunicación.
   -Ah vale. Te llamo entonces luego, ¿de acuerdo?
   -Vale- dijo dándome un beso en la frente- Buenas noches.

   Y desapareció.

   Metí la clave e intenté entrar en casa, sin embargo, algo atascaba la puerta, así que empuje con más fuerza. Lorena y Ana chillaron y cayeron al suelo.

   -¿Qué estáis haciendo?- pregunté al verlas en el suelo.
   -Te estaban escuchando detrás de la puerta y mirando por la mirilla- gritó Lourdes desde la cocina.
   -¿Me estabais espiando?- pregunté con un tono más agudo de lo normal. Las dos chicas rieron nerviosamente y asintieron- bah, no importa- dije finalmente.
   -¿No te vas a enfadar?- preguntó Ana.
   -Estoy muy cansada para eso, además nunca me enfadaría con vosotras por espiarme. Yo también lo hago.

   Me acerqué a la cocina para ver que estaba haciendo Lourdes de comer y sonreí. La pasta tenía muy buena pinta.

   Fue un día agotador, y todavía estaba asimilando lo que había pasado. Tenía que contarles a las chicas lo que me había pasado con MinHyuk, pero mejor lo haría mañana, en esos momentos estaba reventada. Además, al día siguiente había clases y tenía que madrugar.

   Saqué el número que me dio MinHyuk del bolsillo trasero y lo miré. Entré a mi habitación, cerré la puerta. Cogí mi móvil  y empecé a marcar los números escritos en el papel. Tras un par de tonos escuché una voz grave al otro lado. Era él.

   -¿MinHyuk?- pregunté- soy Inma.
   -Dime.
   -Sí- murmuré- esa es mi respuesta.
   -Gracias- lo oí suspirar- ¿quedamos mañana?
   -Vale. ¿A qué hora?
   -¿A las ocho de la tarde te viene bien?
   -Perfecto.
   -De acuerdo, pasaré a recogerte, si no tienes ningún inconveniente.
   -No, no. Ningún problema.
   -Buenas noches- dijo.
   -Buenas noches- dije finalizando la conversación.

Colgamos el móvil y me dirigí hacia la cocina para comer.