Título:
Dandelion
Pareja:
KaiNoe (Kai x Noe) (EXO)
Clasificación:
G
Género:
AU, romance, fluff
Número
de palabras: 859 palabras
Resumen:
JongIn era como un diente de león: precioso, delicado e inestable.
Notas:
dedicado a Noe.
Comentario
de autora: hace tiempo que por ask me pediste un
KaiNoe, en mi primer reto, y te dije que te lo haría aunque no formara parte de
este. Sé que no tiene perdón de Zeus porque he tardado demasiado, pero hoy ha
venido mi inspiración y quería darte este regalo. Espero que te guste ^^
Dandelion
JongIn era como un diente de león:
precioso, delicado e inestable. Noe lo sabía, lo sabía muy bien porque lo
conocía desde que eran pequeños y jugaban al pilla–pilla en el parque con los
demás niños o en casa, poniendo de los nervios a sus respectivas madres. Lo sabía
porque había sido ella quien le curaba las heridas cuando se caía y se hacía
daño en la rodilla y porque cuando creció siempre era la que lo animaba tras
una ruptura.
Noe había estado prácticamente toda
su vida con él y sabía hasta sus más oscuros secretos, como el lugar en el que
guardaba las diversas revistas de contenido no apto para menores. Por eso sabía
también, que el JongIn que mostraba al mundo no es el que ella conocía.
Porque él nunca fue sexy, nunca pudo
aguantarle la mirada más de dos segundos a una chica, nunca sonrió como si se
creyera el mejor del mundo y nunca la había dejado de lado.
La banda de rock que había formado
con sus amigos años atrás ganó la atención de una discográfica que los había
visto tocar en el club hacía apenas unos meses y JongIn fue a perseguir su
sueño, de hecho, fue ella la que lo animó a hacerlo. Pero Noe nunca había
pensado que aquello sería el fin de su amistad.
Desde el momento en el que salió al
mercado su primer single y su videoclip, desataron la histeria entre las
adolescentes del país y JongIn no había vuelto a hablar con ella desde aquel
día, cuando la llamó para preguntarle “¿qué te ha parecido? No me gusta mucho
el maquillaje, pero… ¿a qué salgo guapo?” y Noe solo le pudo contestar que sí
le había gustado y que estaba guapísimo.
Después de aquello lo había
intentado llamar, le había mandado un montón de mensajes, pero siempre era su
mánager quien atendía el teléfono o no recibía ninguna respuesta.
Hacía demasiado tiempo que no tenía
noticias de JongIn, así que cuando este la llamó y le preguntó si podían quedar
le pareció tan irreal que dijo inmediatamente que sí.
El parque en el que jugaban cuando
eran pequeños había sido el lugar elegido para el encuentro, porque era un
sitio al que apenas iba ya gente porque el barrio en el que habían crecido se
había convertido en un lugar prácticamente desierto. Noe se dejó caer en el
suelo, importándole poco que su ropa se ensuciara, dispuesta a esperar al que
todavía consideraba su amigo a pesar de no mantener contacto ninguno.
Unos minutos después, el chico
llegaba al lugar. El saludo fue torpe, los silencios al principio incómodos y
la conversación bastante mala porque las palabras no querían salir ni con
sacacorchos, pero a medida que avanzaba la tarde, pudieron soltarse lo
suficiente como para volver a estar cómodos el uno con la otra.
—Lo siento —le dijo JongIn en un
momento dado y Noe lo miró confundida.
—¿Por qué te disculpas?
—Por todo lo que ha pasado desde que
me convertí en el miembro de una banda de éxito —respondió, sin alzar la cabeza
del suelo—. Quería contestar a tus llamadas, hablar contigo y quedar, pero
nuestro mánager nos quitó nuestros móviles y los guardó él para que nos
concentráramos. Así que lo siento si pensabas que me había vuelto un imbécil
que no quería saber nada de ti —Noe le alzó la cabeza para que la mirara,
descubriendo su sonrojo y que seguía sin poder mantenerle la mirada. Aquel era
el JongIn que conocía.
—Sí que lo he pensado algunas veces,
¿para qué te lo voy a negar? —él hizo un puchero—. Pero me alegra que estés de
vuelta y que no hayas olvidado como eras antes de subir a los escenarios.
—Te he echado mucho de menos y, a
veces, sí que era un completo imbécil porque no tenía a nadie que me bajara los
humos —JongIn jugueteaba con sus dedos mientras decía aquellas palabras—, por
eso, a partir de ahora prometo hablar contigo todos los días, para que la fama
no se me suba a la cabeza y porque me gustaría saber de ti.
—¿Eso es una promesa?
—Lo es.
Ambos juntaron sus dedos meñiques
mientras sonreían ampliamente. Noe estaba feliz porque por fin el JongIn que
conocía había vuelto y porque ya se ocuparía ella de que no se fuera de nuevo.
Notas finales:
en realidad te estoy escribiendo otro fic, un poquitín más largo y con más
sentido que esto, pero pensé que te había hecho esperar demasiado y que te lo
debía.
"JongIn era como un diente de león: precioso, delicado e inestable", y se te ha olvidado añadir que también es una cosita cuqui y super mega requete-adorable >.< Me encantó el título, sonaba tan... poético (?) :3
ResponderEliminarXaíto~
Sí, quería ponerlo, pero entonces la comparación con el diente de león se me iba por el garete XD Aw~
EliminarBye~