내 마음 내 사랑 내 인생
Acababa de hacerlo, casi ni me lo podía
creer. Había denunciado a la empresa por todo lo que estaba haciéndome pasar.
Llevaba mucho tiempo dándole vueltas. HeeChul fue el único que se molestó en
intentar ayudarme, los demás, simplemente hicieron como si nada y siguieron con
sus vidas.
HeeChul. ¿Cómo se tomará el que lo haya
abandonado? Porque realmente lo he abandonado.
No le dije nada acerca de como me sentía con
el mundo, y tomé esta decisión sin consultarle. No quería preocuparlo, y
además, creí que la empresa me daría tiempo para despedirme y para explicarme,
pero no, no lo hizo. Me hicieron entregar mi teléfono móvil sin poder apuntar
el número de HeeChul para contactar con él y también tuve que borrar mis
cuentas de Internet que tenían que ver con el grupo, o sea, todas. Por ahí
tampoco podría comunicarme con HeeChul.
Después, casi como un perro, me echaron de
la agencia y me llevaron a casa para que recogiera todas mis cosas. Me tuvieron
vigilado en todo momento, ya que me habían prohibido despedirme de mis
compañeros. Ni siquiera podría hablar con ellos. Eso era una crueldad. No me
interesaba hablar con los demás, pero HeeChul...
Apenas terminé de guardar mis cosas me
sacaron de la que había sido hasta ese entonces mi habitación. Mi habitación
compartida con HeeChul. Esa habitación en la que compartimos nuestras vidas
durante tantos años. Esa habitación en la que descubrimos nuestro amor y en la que
pasamos nuestros mejores y peores momentos.
HeeChul. Iba a echarlo mucho de menos. Lo
quiero muchísimo, pero, no tenía otra opción. Tenía que dejarlo, dejarlo solo,
y eso me dolía, pero sabía que a él le iba a doler mucho más.
Flash Back.
Un día sin nada que hacer, eso no era nada
raro para mí, de todas maneras, la mayoría de las veces no me podía presentar
en los programas por los problemas del visado. Los chicos iban de un lugar a
otro, atareados, después de todo, aunque ya habíamos debutado, todavía éramos
unos principiantes.
De repente vi a HeeChul, estaba hablando con
unas cuantas de las integrantes de SNSD, no tenía ni idea de quiénes eran, a
esa distancia sólo lo reconocería a él. Lo observé durante toda la charla, y
cuando ellas se fueron se dio cuenta de que lo observaba y vino hacia a mí. Se
sentó a mi lado y se acurrucó conmigo.
Todos los chicos de otros grupos nos miraban
raro, y los miembros de SuJu sólo suspiraban. Nadie sabía de nuestra relación,
más que nada porque llevábamos sólo un par de semanas, pero los chicos estaban
acostumbrados a que HeeChul se me pegara mucho, los demás, posiblemente
pensaran que estábamos liados. Aunque a mí no me importaba mucho lo que la
gente pensara, y a HeeChul menos. Me abrazó y se pegó más a mí todavía.
-¿Por qué no parabas de mirarme mientras
estaba con las chicas?- susurró.
-¿Por qué no mirarte? Eres muy guapo- me
pegó un manotazo en el pecho avergonzado.
-No digas eso.
-¿Por qué? Es la verdad, eres muy guapo-
contesté, y le acaricié un poco el cabello.
-Yo pensé que estabas celoso… porque estaba
con las chicas…
-Eso también- le dije- sólo un poco… al
principio… pero luego pienso que yo te tengo para mí las 24 horas del día y se
me pasa- él sonrió.
-Hyung- llamó SiWon- HeeChul hyung- se acercó
al ver que no le hacía caso- salimos a escena en unos minutos- el aludido
levantó la cabeza.
-¿Y no me puedo quedar aquí hasta que
salgamos?
-Nos tienen que poner los micros- HeeChul
suspiró y se levantó.
-Me tengo que ir- me dijo y me dio un
abrazo- quiero que nos animes desde el público o no te lo perdonaré- amenazó.
-Lo haré.
Fin Flash Back.
El aeropuerto. La espera. Esa maldita espera
que me estaba matando por dentro. A cada segundo que pasaba más hijo de puta me
sentía y más ganas tenía de escaparme de esos hombres de la empresa que me
vigilaban desde la mañana e ir hasta donde estaba HeeChul.
Me tenían bien atado. No podía respirar sin
que alguno me mirara. Era mi destino, no podía escapar de él. El avión llegó y
nada más sentarme en mi asiento, caí rendido y dormí esperando un sueño
reparador que nunca se dio.
Flash Back.
Sólo nuestras respiraciones aceleradas se
escuchaban en nuestra habitación. Tenía bajo mi cuerpo el cuerpo de mi novio.
Novio. Qué bien suena esa palabra. Aunque nuestra relación nunca pueda salir a
la luz. Amo a HeeChul como nunca he amado a nadie, y ahora, esta faceta
desconocida suya, me había enamorado aun más si cabe.
Desnudo ya lo había visto miles de veces.
Tocar su cuerpo lo había hecho en algunas ocasiones. Sentirlo hasta lo más
profundo, eso era algo nuevo para mí.
HeeChul tiene ese no sé qué que me enamoró
desde que lo vi la primera vez. Y ahora, ese rostro hermoso y delicado, que me
miraba extasiado en nuestra primera vez hacía que me derritiera por dentro.
No hice más que caer
a su lado y él se acurrucó contra mí, como si le hubiera dado frío. Lo abracé
de forma protectora y lo acaricié como si fuera un gatito.
-Te quiero- lo oí
susurrar.
-Yo también te
quiero- noté sus labios sobre mi clavícula y sentí un escalofrío recorrer todo
mi cuerpo- no dejes marcas.
-Tú me has dejado
marcas- protestó como un niño pequeño.
-Lo sé- alcancé sus
labios y lo besé- pero las mías no se ven- y deslicé mi mano hacia unas de las
marcas de su trasero.
-Pervertido...-
susurró.
-No más que tú...
Fin Flash Back.
Llegar a China, mi tierra, mi hogar, nunca
había sido tan triste. Jamás lo hubiera reconocido en otras circunstancias,
pero mi tierra, es el suelo que HeeChul pisa, y mi hogar, el lugar en el que él
me espere.
Lo amaba, lo amo y lo seguiré amando por el
resto de lo que me queda de vida, eso lo tengo muy claro. Sé, también, que
algún día, podremos vernos de nuevo, y entonces seré la persona más feliz del
mundo. Porque ahora, sinceramente, me siento como una mierda.
Mi familia me recibe bien e intentan
animarme, pero no lo consiguen. Sólo hay alguien que puede animarme, y ese
alguien, ahora ya no está a mi lado.
Los días pasan, y yo sólo pienso en él, en
aquel que tiene mi corazón, mi alma, mi vida, aquel al que se lo entregué todo,
aquel con el que he compartido los momentos más felices y más tristes de mi
vida. Aquel al que amo.
Flash Back.
Lloraba
encerrado en mi habitación. Extrañaba muchísimo a mi familia, pero nadie podía
saberlo, ni siquiera las dos personas con las que compartía apartamento. Era
muy triste que me pusiera a llorar así porque sí cada vez que pasaba más de un
mes sin verlos, pero había tomado una decisión, y esa era que aunque no pudiera
actuar durante algunos días más, aprovecharía para estar con HeeChul.
Tan metido estaba en mí mismo que ni me di
cuenta de que él entró por la puerta.
-Puedes ir, si quieres- su voz fue un
resorte para mí y me levanté rápidamente de la cama.
-¿De qué hablas?- pregunté secándome las
lágrimas.
-De tu familia, puedes ir a verlos-
contestó.
-Pero…- iba a protestar pero me calló.
-Puedo estar sin verte un par de días
mientras arreglas las cosas- dijo- pero en cuanto vuelvas voy a estar pegado a
ti como una lapa, ¿entendido?- sonreí. Ésa era su manera de animarme y hacerme
sentir mejor.
-Te quiero- dije.
-Eso ya lo sé, y ahora, ve haciendo la
maleta que ya llamo yo al mánager.
Fin Flash Back.
Ver a HeeChul era lo único que quería hacer,
pero no podía pasarme toda la vida sin hacer nada más que llorar. Él siempre me
apoyaba en todo, me intentaba hacer sonreír siempre. Siempre estaba a mi lado.
Comencé un nuevo contrato en una nueva
compañía, y los días, los meses y los años, pasan ajetreados de un lado a otro.
Sin tiempo para pensar, poco a poco, el dolor se desvanece, pero siempre queda
algo, algo de su presencia, algo de mi amor por él, algo de HeeChul.
Lo único que pude hacer para contactar con
él en todos estos años, fue cantar para él, antes de que se fuera al ejército.
En una presentación, inserté una foto suya entre las que pasaban por la
pantalla sin que nadie se diera cuenta, y para cuando lo hicieron, ya fue
tarde.
-Espero que te llegara mi mensaje- susurro-
siempre te amaré…
Todavía no me lo puedo creer!! HanGeng ganó el EMA en la categoría WorldWide Act!! Estoy muy orgullosa de ti, porque nunca te abandoné y he estado a tu lado siempre (desde España apoyándote) Hannie, saranghae... y de verdad, no sé qué más deciros, lloro de felicidad. HANGENG WO AI NI!!!!!!
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