sábado, 4 de junio de 2022

[One Shot] NCT Drabbles 5 (Kun Edition): Entre fogones {YuKun}

Título: Entre fogones

Autora: Riz Aino

Pareja: KunTa (Kun + Yuta) (NCT)

Clasificación: PG–13

Géneros: AU, chefs, romance, humor

Número de palabras: 1.427 palabras

Resumen: Kun se caracterizaba por su infinita paciencia, pero había momentos en los que hasta a él se le acababa la paciencia.

Notas: la historia fue inspirada por aquella vez en la que, cocinando, HaeChan casi echa a arder la cocina y Kun ayuda a apagar el fuego y porque en un momento aleatorio se me ocurrió que sería divertidísimo que Yuta llamara a Kun, Kun-kun.

Comentario de autora: me costó un poco sacar esta historia adelante porque no estoy muy ducha en cómo funciona una cocina en un restaurante, you know, pero vi un par de episodios de Master Chef y al final acabé haciéndolo. Espero que os guste.

 

Entre fogones

 

            Kun se caracterizaba por su infinita paciencia en cada aspecto de su vida. Su personalidad calmada y su sonrisa fácil lo hacían ser una persona amable, de buen corazón y con la que se podía tratar sin ningún problema. No tenía la costumbre de dejarse dominar por el estrés y, por lo general, atacaba cada problema que sucedía fuera y dentro de las cocinas con calma y cabeza fría… o al menos así había sido hasta que había llegado a su cocina un nuevo cocinero llegado desde Japón que le traía de cabeza, porque debido a Nakamoto Yuta, había momentos en los que hasta a él se le acababa la paciencia. Y no era porque Yuta no fuera bueno en lo que hacía, era completamente increíble y Kun lo sabía perfectamente porque había coincidido con él en algunas convenciones de cocina y habían compartido algunas lecciones dadas por los más grandes cocineros de su tiempo… era simplemente que Yuta, su personalidad, la forma cercana en la que lo trataba, la forma en la que bromeaba con él mientras ambos estaban en la cocina, entre los fogones, todo eso lo traía de cabeza.

 

            —Kun-kun —lo llamó Yuta, haciéndolo salir de sus pensamientos—. ¿Cuál era la salsa que usabas para este plato?

 

            Kun simplemente acabó acercándose a él para explicarle cuál era la salsa, aprovechando que lo que él se podía permitir separarse unos momentos de lo que tenía en marcha en sus fogones, a pesar de que odiaba profundamente que Yuta lo llamara “Kun-kun”. El mayor había cogido aquella costumbre de llamarlo así cuando ambos había estado estudiando durante un par de semanas en el Japón natal de Yuta algunos años atrás y, desde entonces, cada vez que habían coincidido, lo llamaba de aquella manera. Al principio, Kun siempre había protestado porque quería que lo llamase como el resto del mundo, chef Kun o simplemente Kun, pero aquello solo había hecho que el mayor lo llamara “Kun-kun” con mucha más frecuencia. Con el paso del tiempo se había dado cuenta de que a Yuta le gustaba chincharlo de aquella forma y finalmente había dejado de reaccionar a pesar de que le entraba un pequeño tic en el ojo cada vez que lo escuchaba.

 

            Cuando terminó de explicarle a Yuta cómo era la salsa que debía de usar y cuáles eran los pasos que él seguía para realizarla, el otro se puso manos a la obra y Kun simplemente volvió a los platos que él mismo tenía en marcha. Iba a comenzar la hora punta en tan solo unos momentos y, a pesar de que tuvieran muchísimos ingredientes y platos ya preparados porque se necesitaban varias horas para hacerlos, la cocina iba a comenzar a ser un caos en breves y debía de dejar hecho aquello antes de que eso sucediera. Por ello, Kun trató de solo enfocarse en lo que tenía que hacer, sin mirar si Yuta hacía de la forma en la que le había explicado la salsa, no porque no se fiara de él, porque sabía que, a pesar de ponerlo de los nervios, cocinaba bien y sus platos siempre eran exquisitos, sino porque estaba muy nervioso porque aquella salsa en concreto era algo un poco más elaborado, algo que necesitaba bastante tiempo y algo que si no se hacía siguiendo los pasos concretos, no sabía cómo debía de saber, y claro, era normal que Kun estuviera preocupado, era su restaurante después de todo, Yuta era el chef que su inversor había contratado para hacerle las cosas más fáciles y sabía que debía de confiar en él porque podía confiar en él, pero no podía evitar desviar su atención hacia el mayor cuando no debía de hacerlo.

 

            Kun acabo suspirando profundamente para tratar de sacar de su cabeza todos aquellos pensamientos y enfocarse de verdad en lo que debía de hacer, pero en ese momento, DongHyuck, uno de los pinches que tenía en cocinas y que se ocupaba de las cosas más sencillas, provocó que hubiera un caos en el lugar al dejar que una servilleta de papel se prendiera fuego al tenerla cerca de los fogones. Kun reaccionó rápidamente y corrió hacia el lugar, agarrando la servilleta que se quemaba con sus manos y apagándola contra la encimera, sintiendo el calor en sus manos y cómo su piel ardía durante unos momentos, pero extinguiendo el fuego con rapidez antes de que hubiera una desgracia. La cocina se quedó en silencio, todo el mundo observándolo con preocupación, pero Kun simplemente esbozó una sonrisa.

 

            —No ha sido nada, solo un pequeño accidente, todos al trabajo —dijo.

 

            Todos suspiraron aliviados en conjunto y después siguieron con lo que estaban haciendo, Kun incluido, porque no podían permitirse parar ni un solo segundo; no obstante, el cocinero no dejó de sentir la mirada de Yuta, frente a él, de vez en cuando, y Kun tenía la necesitad de ocultar sus manos, con su piel un poco más roja de lo que debería, de la vista del mayor. Poco después, la cocina volvió a ser un caos pero porque la hora punta llegó y Kun dejó de enfocarse en Yuta, en que las manos le dolían un poco y en todo aquello que lo rodeaba para simplemente dedicarse a lo que debía de cocinar, las órdenes que entraban, los platos que debía de preparar y decorar y dejarlo todo perfecto como debía de estar hasta que finalmente el ritmo en la cocina dejó de ser tan frenético y pudo respirar porque los últimos comensales ya habían sido servidos y el restaurante estaba a punto de cerrar sus puertas esa noche. Había sido otro día exitoso para el restaurante a pesar del pequeño incidente con la servilleta que había causado DongHyuck, así que, Kun estaba contento.

 

            —Kun —lo llamó entonces Yuta—. Ven conmigo un momento, por favor.

 

            Kun se extrañó bastante porque era la primera vez en muchísimo tiempo que Yuta no lo llamaba “Kun-kun”, pero simplemente lo siguió. El mayor atravesó las cocinas y lo llevó hasta el pequeño vestuario en el que se cambiaban los uniformes por la ropa de calle y abrió la taquilla que le pertenecía, sacando un pequeño neceser en el que tenía un kit médico básico para cualquier accidente que pudiera producirse en la cocina. Kun lo vio sacar una pomada para las quemaduras y no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa al darse cuenta de qué era lo que Yuta pretendía… porque a pesar de chincharlo, de hacer que perdiera los nervios en la cocina y de ser un pequeño grano en el culo, Yuta también era una buena persona.

 

            —A ver esas manos —le pidió y Kun las extendió, con sus palmas hacia arriba. La quemadura no era grave, pero al no haberla tratado inmediatamente y haber seguido cogiendo cosas, tenía peor pinta de la que debería tener—. Deberías haberte puesto algo antes y tener más cuidado con estas cosas —le dijo Yuta, comenzando a untarle con su dedo cuidadosamente la pomada—, si nos quedamos sin nuestro chef, ¿qué vamos a hacer?

            —Estoy seguro de que podrías salir adelante, aunque no estuviera yo en las cocinas unos días —contestó.

            —No —replicó Yuta, alzando su cabeza y mirándolo a los ojos de forma intensa, provocando que el corazón de Kun diera un inesperado vuelco dentro de su pecho—. Sin ti no sabría qué hacer en esta cocina.

 

            Después de aquello, Yuta volvió a centrar su mirada en sus manos para terminar de tratarlas y Kun simplemente se enfocó en tratar de calmar su corazón porque éste se había vuelto demasiado loco de repente y no quería tener otro motivo más por el cual perder la calma en la cocina debido a Nakamoto Yuta.

 

 

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