Título: OHNANA (Imperfect Perfection)
Autora: Riz Aino (Gundana + Cel)
Pareja: BSeph (BM + J.Seph) y SoWoo (SoMin + JiWoo) (KARD)
Calificación: PG–13
Géneros: AU, romance, drama
Número de
palabras: 5.814 palabras
Resumen: las vacaciones de TaeHyung y Mathew y de SoMin y JiWoo
fueron planeadas para ser perfectas… pero la perfección no existe.
Aclaraciones: esta historia ha sido escrita a través de las palabras
“palapa, viento, barco” que están relacionadas con el verano y que fueron
elegidas de forma aleatoria
Notas: historia escrita para el evento de verano de Giraffes in your dreams.
Comentario de
autora: me encantó muchísimo
poder hacer la rotación de fics que hicimos para el evento de Navidades y
volver a hacerlo para el evento de verano es una delicia. Espero que os guste.
“¿Por qué no nos vamos de vacaciones
a una isla paradisiaca? Con playas de arenas blancas, el agua azul turquesa y
palmeras”.
Aquella pequeña e inocente
sugerencia había sido hecha por JiWoo, después de que los cuatro llevaran un
rato proponiendo lugares para las primeras vacaciones en las que podían
gastarse el sueldo sin tener que preocuparse por nada. Todos habían estado de acuerdo
al momento, porque unas vacaciones como aquellas eran un sueño que
prácticamente todo el mundo quería cumplir y se habían puesto a preparar las
vacaciones al instante, dividiéndose las partes de las que iban a ocuparse cada
uno para que los cuatro tuvieran algo que hacer.
Cinco meses después, allí
estaban, bajándose del barco que los había llevado a una pequeña isla de arenas
blancas, aguas turquesas y palmeras por todas partes.
—Me encanta —comentó JiWoo
nada más sus pies tocaron la arena—. Me quedaría aquí a vivir para siempre.
—Me apunto yo también
—dijo SoMin, alzando su mano para que la otra se la chocara, pero JiWoo soltó
su maleta y su bolso en la arena y la abrazó fuertemente.
Matthew y TaeHyung se
miraron mientras las dos chicas se daban un poco de amorcito y negaron con la
cabeza porque no habían hecho más que llegar y ya habían empezado. TaeHyung
esperaba sinceramente que las muestras de afecto más profundas las dejaran para
cuando estuvieran las dos solas en su palapa y que no aprovecharan que estaban
en la otra punta del mundo y que nadie las conocía para hacer muchas manitas en
público. Sin embargo, el chico no tuvo tiempo para decirles nada a sus amigas
porque en ese momento apareció ante ellos un chico del personal del hotel,
probablemente para guiarlos hasta el lugar en el que tenían que registrarse.
—Yo me encargo —dijo
TaeHyung, ya que había sido él el que se había encargado del alojamiento en el
lugar—. Ohnana —saludó en el idioma local—. We…
have… a… a… we… a… —intentó con el inglés, pero no podía recordar cómo se
decía lo que quería decir.
—Anda, déjalo, ya me
encargo yo —dijo en ese momento Matthew, comenzando a hablar inglés
tranquilamente con el muchacho del hotel.
—¿Estabas intentando
hablar inglés cuando solo has hecho un curso de tres meses? —escuchó que le
preguntaba SoMin, justo antes de echarse a reír como una descosida.
TaeHyung se giró hacia
ella y le puso mala cara, pero no pudo hacer nada más porque sintió cómo la mano
de Matthew buscaba la suya y comenzaba a tirar de él, así que, simplemente se
dejó arrastrar por su amigo, agarrando su maleta y su bolsa, e ignorando los
pequeños grititos de las dos chicas que los seguían y sus persistentes
comentarios. Ya llevaban unos pocos de meses con aquella misma cantinela y
TaeHyung había aprendido a ignorarlas la mayor parte del tiempo, aunque había
ocasiones en las que él mismo no podía evitar cuestionarse cosas.
Los
cuatro se habían conocido cuando empezaron la carrera, se habían sentado todos
en la misma banca el primer día y habían trabado amistad como si fuera lo más
natural del mundo. Desde aquel momento y, a pesar de que habían tenido pequeñas
peleas, habían estado todos juntos y habían pasado por un montón de cosas, entre
ellas la crisis de acabar los estudios y encontrar trabajo o las idas y venidas
de distintas parejas con las que habían sido felices y después les habían roto
el corazón. Todo aquello había hecho que su amistad fuera mucho más fuerte, de
la misma forma que había hecho que la confianza entre todos acabara dando un
poco de asco.
SoMin y
JiWoo habían comenzado a salir juntas en el último año de universidad, después
de pasarse cuatro años flirteando la una con la otra y dándose celos buscándose
otras parejas y TaeHyung se había alegrado por ellas porque no eran realmente
una pareja pastelosa y realmente la relación entre los cuatro no había cambiado
nunca. No obstante, desde la última vez que se habían juntado todos para
planear aquellas vacaciones, había pasado algo que había hecho que las chicas
se pusieran un poco pesadas. Porque como si se tratara de un dorama malo de sobremesa, su vida se
había puesto un poco patas arriba después de aquel suceso.
En
aquella reunión, TaeHyung se había levantado del sofá, se había tropezado con
una de las miles de cosas que había por el suelo del apartamento de las chicas
tiradas y se había caído… con tan mala suerte de que su cara había quedado
encajada justo en la entrepierna de Matthew, quien, a pesar de que TaeHyung se
había levantado lo más rápido posible, había tenido una pequeña erección.
Después de aquello, él y Matthew habían estado un poco tirantes y su relación
se había vuelto un poco curiosa, por lo que las chicas no habían parado de
molestarlos, comentando que después de aquello debían comenzar a salir juntos.
Y no es
como si TaeHyung no lo hubiera pensado nunca, Matthew siempre le había parecido
bastante atractivo… pero había un grave problema, Matthew era el tío más hetero
que había conocido en toda su vida. Por eso, desde el principio, TaeHyung había
tratado de evitar pensar en el otro como algo más que como su amigo, por mucho
que SoMin y JiWoo insinuaran que entre ambos podría haber algo más. Así que,
aunque a veces dudara por las palabras de las chicas, TaeHyung solía tener muy
claro que esperar algo con Matthew era hacerse daño por el simple placer de
hacerse daño.
Sin
embargo, lo que TaeHyung no sabía era que en aquel viaje a aquella isla
paradisiaca de arenas blancas, aguas turquesas y palmeras, eso era algo que iba
a cambiar completamente.
El chico
sacudió su cabeza, tratando de despejar su mente de todo aquello. Había ido
hasta aquel lugar para descansar y disfrutar del viaje y de las vacaciones, ya
que unas vacaciones como aquellas no las iban a poder repetir siempre que
quisieran.
Después
de arreglar algunas cosas en la sede principal del hotel, los llevaron hasta
sus habitaciones con la noche cayendo sobre ellos, por lo que simplemente
dejaron sus maletas en el lugar y fueron a cenar, disfrutando del ambiente de
la isla. No obstante, después de todo el viaje y la diferencia horaria, estaban
los cuatro bastante agotados, por lo que pronto se fueron a dormir porque a
partir del día siguiente tenían muchas cosas que hacer. Las chicas dormían juntas
en una palapa y ellos dos también juntos en otra diferente, así se habían
repartido para que ellas pudieran tener sus momentos a solas por las noches sin
molestarlos.
TaeHyung estaba cansado,
pero por alguna razón no podía conciliar el sueño, aunque Matthew dormía como
un tronco ajeno totalmente de la imposibilidad de conciliar el sueño de su
compañero. El chico se forzaba a pensar que tener al otro durmiendo en la cama
de al lado y prácticamente en bolas, no tenía nada que ver con que no
consiguiera dormirse, pero en el fondo, TaeHyung sentía que aquello podía tener
algo que ver. Su mente no lo dejaba en paz, con tantas preguntas de las que no
quería saber la respuesta y algunas esperanzas y deseos que el chico no podía
cumplir, que no se permitía cumplir para no hacerse más daño aún.
El chico solo consiguió
dormir por unas horas después de que un suspiro sonoro y triste escapara de sus
labios.
No
descansó demasiado, porque por la mañana las chicas aparecieron en su palapa,
se tiraron sobre ellos y los obligaron a despertarse, contándoles que habían
alquilado un barco de recreo para aprovechar que Matthew tenía conocimientos de
navegación y salir al mar, donde pasarían la gran parte del día disfrutando del
agua clara y de lo que se encontraba en el fondo marino, ya que apenas era
profundo por los alrededores de la isla y las corrientes no eran fuertes a no
ser que se levantara viento. Aquel plan no le entusiasmaba especialmente a TaeHyung porque nunca le
habían gustado mucho aquel tipo de actividades —de hecho, cuando habían pasado
un verano en Busan un par de años atrás y habían cogido un barco, él ni
siquiera había salido a cubierta, se había quedado leyendo un libro dentro—;
sin embargo, se había prometido disfrutar del viaje y no pensar en nada.
—Me
encantaría poder ver delfines —dijo SoMin cuando subieron al barco, recibiendo
un codazo por parte de JiWoo.
A la mayor siempre le
habían gustado los delfines, pero en aquel lugar no era frecuente verlos y
tampoco se iban a adentrar tanto en el mar. Probablemente solo verían los peces
de colores que eran tan característicos de aquella zona y los corales que
bordeaban la isla, pero no mucho más —y eso era contando con que bucearan—.
—Anda,
deja ya lo de los delfines —murmuró JiWoo—, ¿no habíamos venido a la otra punta
del mundo para hacer otras cositas? —cuestionó, sonriendo de forma pícara,
haciendo que SoMin le devolviera aquella misma sonrisa antes de darse un beso
corto en los labios, aprovechando que solo estaban los cuatro.
Los dos
chicos apartaron la mirada, por si acaso aquel beso llevaba a algo más, porque
cuando estaban ellos cuatro solos, a veces sus carantoñas subían de nivel
rápidamente y a TaeHyung y a Matthew solo les faltaba encender unas velas y
poner música para que se sintieran todavía más cómodas y no tuvieran que
preocuparse por nada. Además de apartar la mirada, los dos chicos se dedicaron
a soltar las amarras del barco y a ponerlo en marcha, para así estar entretenidos
y alejados de ellas.
No los acompañaba nadie
ajeno a su grupo porque el mayor podía hacerse cargo de todo sin problema
debido a su experiencia; sin embargo, mientras TaeHyung observaba cómo Matthew
lo ponía todo en marcha, no pudo evitar cuestionarse si era necesario que él
también lo ayudara con algo o podía él solito con todo, como la última vez no
había salido del interior del barco, no sabía qué era lo que debía hacer. Pero
tras unos minutos observando al mayor, no pudo evitar hablar.
—¿Necesitas ayuda o…?
—No te preocupes que
puedo hacerlo yo —le respondió el otro, pareciendo bastante seguro de sus
capacidades en el mar, por lo que TaeHyung asintió y después se fue del lugar
para dejarlo trabajar tranquilo.
El chico
atravesó el barco de punta a punta, sintiendo la brisa marina y agarrándose a
las barandillas para no caerse al mar, debido a que ya habían comenzado a
avanzar sobre las olas, alejándose de la costa y adentrándose en las
profundidades turquesas. Probablemente no se alejarían demasiado, siempre sin
perder de vista la isla de la que habían partido, y atracarían en algún sitio
en el que pudieran pasar el día tranquilamente todos juntos, disfrutando de
todo.
Cuando
finalmente llegó a la popa del barco, TaeHyung se quedó unos momentos estático
después de encontrarse a SoMin y a JiWoo en una posición un poco íntima, ya que
JiWoo estaba sentada sobre el trasero de la otra, dándole un masaje en la
espalda mientras le ponía la crema para el sol. En cuanto sus piernas
decidieron volver a funcionar de nuevo, el chico comenzó a volver por donde
había ido para no tener que presenciar aquello y, sobre todo, para no sentirse
tan incómodo con ellas. Así, acabó de nuevo en el otro extremo del barco, junto
a Matthew, que no le hizo ninguna pregunta, por la cara que llevaba seguro que
había adivinado que había visto a sus amigas haciendo algo que no quería seguir
viendo.
Por un momento, se
imaginó a ellos dos teniendo un momento como el de las chicas, pero al segundo
dejó de pensar en ello porque era algo imposible. Soltó un suspiro profundo y después
se dedicó a observar el horizonte, para disfrutar de aquella maravillosa vista;
no obstante, sus ojos captaron a los lejos una acumulación de densas y oscuras
nubes. Eso solo era una señal de que allí estaba cayendo un buen tormentón…
aunque estaba bastante lejos, probablemente no les afectaría.
Mientras observaba el
horizonte la voz de Matthew lo sorprendió desde atrás, así que, se giró hacia
él, encontrándose lo con una enorme sonrisa mientras manejaba el timón del
barco.
—¿Qué? —preguntó el más
joven, ya que no se había enterado de lo que el otro le había dicho.
En ese momento, TaeHyung
se dio cuenta de la camisa vaporosa y medio suelta del más alto se pegaba a su
cuerpo debido al viento, que también despeinaba su cabello, desplegando de
aquella forma su atractivo, haciéndolo parecer un modelo de algún tipo de
anuncio de colonia. TaeHyung sintió cómo a sus orejas subía el calor por
aquella imagen, pero trató de calmarse y enfocarse en Matthew, que volvía a
hablarle.
—He preguntado si te encontrabas
bien —le aclaró—. Te noto algo preocupado.
—Ah… —murmuró el chico,
devolviendo su mirada al horizonte—. Estaba pensando en esas nubes negras.
TaeHyung señaló al cúmulo
de oscuras nubes que asomaban en la lejanía, sin más. Unos segundos después escuchó
la suave risa del otro y se giró hacia él de nuevo.
—He revisado el pronóstico
esta mañana antes de coger el barco —le dijo—, esas nubes se alejarán al norte
y no nos afectarán.
Matthew dijo aquello
totalmente tranquilo y seguro de que no pasaría nada, así que, TaeHyung se
relajó por completo, sabiendo que estaban en buenas manos. Matthew había
aprendido a navegar cuando aún vivía en Estados Unidos, antes de volver a Corea
a hacer la carrera, por lo que tenía bastante conocimiento sobre el mar, además
de sobre los barcos.
—¿Quieres que te enseñe
a manejar el barco? —le cuestionó.
Aquella invitación lo
pilló por sorpresa, pero el chico no se lo pensó mucho y acabó aceptando,
asintiendo con su cabeza. Matthew entonces le indicó que fuera junto a él y
TaeHyung se alejó de la barandilla del barco para colocarse al lado del otro. Por
un momento se preguntó si acababa de meter la pata, si aquello no era una buena
idea… pero antes de que pudiera darle muchas vueltas a la cabeza, las manos del
mayor ya estaba sobre las suyas, colocándolas sobre el volante.
—Tienes que colocar las
manos aquí y mantener el timón fijo porque las olas intentarán moverlo, así que
sujétalo con fuerza —le explicó, echándose un poco hacia el lado para dejarle
hueco, pero sin alejarse demasiado.
TaeHyung asintió y dejó
que las manos del alto se encargaran de colocarlo en el lugar indicado. Por un
momento pensó que en cualquier momento, el otro lo soltaría y se iría, como le
hizo su padre en el parque el día que le quitó los ruedines a su bicicleta y lo
dejó ir sobre dos ruedas como un niño mayor. TaeHyung se había asustado tanto
al no notar a su padre detrás repentinamente que se acabó chocando contra un
banco porque había perdido el control de la bici. Sin embargo, al contrario que
su progenitor, el mayor simplemente quitó sus manos de encima de las de
TaeHyung para colocarse tras él y vigilar los mandos en dónde se encargaba de
subir las revoluciones del motor o bajarlas.
TaeHyung trató de
enfocarse en llevar el barco, pero no pudo hacerlo mucho porque sentía constantemente
el calor de Matthew a su espalda, además, con el cambio de marchas, ambos se rozaban
y el mayor a veces colocaba una mano en su cintura para no perder el equilibrio
cuando una ola más grande chocaba contra el barco. Por lo que, cada músculo del
cuerpo de TaeHyung estaba completamente tenso, así que, agradeció infinitamente
cuando llegaron al lugar que les habían indicado era seguro para bucear.
—Ve a preguntar a las
chicas si almorzamos o buceamos —le pidió Matthew, susurrándole aquello al oído.
Un escalofrío recorrió
su columna vertebral de arriba abajo por aquello y el chico se apartó
rápidamente de Matthew para que éste no lo notara, yéndose de allí con la
excusa de preguntarles a las chicas lo que querían hacer, tratando de calmar su
corazón, que latía desbocado dentro de su pecho.
Aquella vez, cuando se
encontró con SoMin y JiWoo, éstas simplemente estaban tumbadas al sol como
lagartos y no haciendo ninguna cosa rara, así que, el chico simplemente
trasladó las palabras de Matthew y ellas decidieron mejor comer un poco y
reposar un rato la comida antes de meterse al agua, para poder pasarse toda la
tarde en el mar sin tener que preocuparse por nada.
—El agua es tan clara
que se pueden ver los corales desde la superficie —comentó JiWoo un par de
horas después, tras asomarse al agua desde el barco, ya totalmente preparada
para sumergirse.
—¿No os unís? —cuestionó
SoMin.
—Yo voy a asegurarme de
que todo está bien en el barco, vosotros empezad sin mí —dijo Matthew.
Los tres asintieron y TaeHyung
comenzó a colocarse las cosas mientras las chicas se lanzaban al agua, para
después entrar junto a ellas para nadar en los alrededores del barco, buceando
superficialmente y maravillándose con el espectáculo que tenía ante sus ojos.
Sin embargo, tan solo después de un rato buceando, la corriente comenzó a ser
un poco más fuerte y cuando salieron a la superficie, se dieron cuenta de que
el cielo se había oscurecido y que las nubes oscuras que TaeHyung había visto
en el horizonte horas antes, estaban sobre ellos. Aquello era algo malo, muy
malo.
SoMin fue la primera en
reaccionar, agarrando a JiWoo y tirando de ella hasta la escalerilla del barco.
TaeHyung las siguió inmediatamente, antes de que la corriente se hiciera más
fuerte y los alejara.
—¿Dónde está Matthew? —preguntó
JiWoo en cuanto estuvieron arriba.
Antes de que fuera
necesario que se dijera nada más, TaeHyung comenzó a buscar a Matthew, viendo
en seguida que no se encontraba en la cubierta, así que, saltó al interior del
barco, encontrándolo al final de las escaleras, con una herida en la cabeza que
sangraba. Rápidamente, alertó a las chicas de dónde se encontraba Matthew,
mientras le buscaba el pulso a su amigo, soltando un suspiro de alivio al darse
cuenta de que latía todavía.
—Está inconsciente —les
comentó a las chicas en cuanto estas llegaron.
—Tenemos que volver a la
isla, antes de que la tormenta nos haga volcar —dijo JiWoo.
—TaeHyung, ¿sabes
manejar el barco? —preguntó SoMin al instante.
—He visto como lo hacía
Matthew, pero no estoy seguro de cómo…
—Ningún pero que valga —replicó
la chica—. Subid a cubierta, no os quitéis los chalecos y poned el barco en
marcha. Yo llevaré a Matthew al camarote mientras tanto. ¡Vamos!
Rápidamente se pusieron
en marcha y subieron a la cubierta, desanclando el barco y encendiendo el motor
para comenzar a moverse. SoMin no tardó
en subir y los tres juntos intentaron mantener el rumbo constante en dirección
sur, mientras el barco se tambaleaba de un lado a otro.
Para los jóvenes,
aquella fue la experiencia más aterradora de sus cortas vidas. No obstante, a
pesar de que los tres estaban muy asustados porque ninguno de ellos sabía cómo
manejar aquel barco y, además, preocupados por el estado en el que Matthew se
encontraba, al menos pudieron mantener el barco a flote durante una
interminable hora en la que sufrieron las inclemencias del tiempo, hasta que la
tormenta finalmente se retiró y por fin pudieron relajarse y poner el rumbo
definitivo a la isla sin mayor dificultad.
TaeHyung aprovechó que
la situación estaba medio controlada y que las chicas parecían llevarlo todo
mucho mejor que él, para bajar hasta el camarote para ver cómo estaba Matthew. Al
abrir la puerta de la habitación lo vio tumbado sobre la única cama que había
en el lugar y se acercó hasta él, poniendo su dedo índice debajo de su nariz
para notar si seguía respirando o no. Cuando notó el aire cálido contra su
dedo, TaeHyung se relajó un poco, pero no mucho, porque el golpe que tenía en
la cabeza tenía muy mala pinta. Probablemente tardarían todavía un rato en
llegar a la costa, así que, quizás lo mejor que podía hacer era darle unos
primeros auxilios, al menos retirarle toda aquella sangre y limpiarle la herida
para que no se le infectara.
En el barco debía de
haber algún botiquín por si ocurría algún accidente, así que el chico lo buscó
en el baño del camarote, encontrándolo a los pocos minutos y volviendo al lugar,
sentándose en la cama para comenzar a limpiarle la herida a Matthew con
muchísimo cuidado porque no quería hacerle más daño del que ya tenía.
¿Cómo se habría hecho
aquello? ¿Qué era lo que le había pasado? ¿Y cuánto tiempo llevaba inconsciente
antes de que lo encontraran? Las preguntas se agolpaban en la cabeza de
TaeHyung y, sobre todo, el arrepentimiento y la culpa. Si tan solo él no se
hubiera ido a bucear con las chicas y hubiera acompañado a Matthew, no habría
pasado nada de aquello. Pero claro, él estaba mucho más enfocado en alejarse lo
más rápido posible del otro porque su corazón había querido explotar dentro de
su pecho después de la cercanía que ambos habían tenido.
En ese momento TaeHyung
no sabía qué era lo que iba a pasar, pero aun así se sentía muy culpable.
Sin embargo, no pudo
continuar con aquel hilo de pensamientos porque un pequeño murmullo procedente
de Matthew hizo que el chico centrara toda su atención en él. TaeHyung pudo ver
cómo una mueca de dolor se formaba en el rostro de Matthew unos momentos antes
de que sus ojos comenzaran a abrirse lentamente, pareciendo desubicado
totalmente hasta que su mirada se encontró con la de TaeHyung.
—¿Qué ha pasado? —murmuró—.
¿Por qué siento como si un tráiler hubiera usado mi cabeza como carretera?
—No lo sé —contestó
TaeHyung sinceramente—. Cuando empezamos a notar que la tormenta se acercaba,
volvimos al barco y te encontramos tirado en el suelo, con el golpe en la
cabeza —el chico llevó su mano hasta el lugar de la herida y rozó con sus dedos
delicadamente la zona circundante—. ¿Estás bien? ¿Te duele mucho? —le preguntó—.
No creo que tardemos demasiado en volver a la isla y te podrán dar atención
médica decente.
Matthew tardó un poco en
responder, cerrando sus ojos mientras tanto y relajando su cuerpo al ritmo de
las caricias de TaeHyung en su sien.
—No recuerdo qué ha
pasado —murmuró—. ¿La tormenta nos ha alcanzado? —cuestionó. TaeHyung asintió
con su cabeza—. ¿Vosotros estáis todos bien? ¿Cómo están las chicas? ¿Dónde
están?
—Sí, la tormenta nos sorprendió
mientras buceábamos y rápidamente tratamos de hacer lo posible para mantener el
barco estable —respondió—. Ahora ya ha pasado todo y las he dejado arriba
manejando el barco mientras yo venía a ver cómo estabas —explicó—. SoMin te ha
traído hasta aquí ella sola antes con su fuerza bruta, mientras el barco daba
bandazos de un lado a otro —comentó, tratando de quitarle un poco de hierro a
todo aquel asunto porque todos estaban bien y eso era lo importante.
—Recuérdame que se lo agradezca
comprándole el cacharro ese que lleva pidiendo meses —comentó Matthew con una
sonrisa.
TaeHyung asintió,
esbozando también una sonrisa. En ese momento se dio cuenta de que todavía
estaba rozando la zona alrededor de la herida de Matthew y rápidamente retiró
la mano y quiso levantarse de la cama un poco avergonzado y correr hacia donde
estaban las chicas; sin embargo, el otro sujetó su mano para que no la
retirara, haciendo que el corazón de TaeHyung se saltara un latido.
—No te vayas —le pidió—.
Deja la mano, por favor, me calma sentirla —murmuró Matthew.
Y el corazón de TaeHyung
comenzó a latir como loco. Seguro que Matthew no lo había dicho con ninguna
intención oculta, pero para el chico era algo. No obstante, trató de calmarse.
Seguramente Matthew lo habría hecho porque no quería quedarse solo en aquel
lugar y eso el chico lo comprendía perfectamente. Se había hecho un daño
tremendo y estaría bastante asustado. Por ese motivo, él se quedó allí,
mientras el barco de recreo se mecía ahora suavemente sobre las olas del mar,
tratando de no pensar en nada —aunque para él no pensar en nada era una gran
tortura—. Aun así, lo intentó hasta que JiWoo entró al camarote.
—TaeHyung —lo llamó—. Te
necesitamos arriba —dijo, y al ver que Matthew estaba despierto añadió—. Oh,
Matthew, ¿estás bien?
—Sí, estoy bien —le
respondió.
TaeHyung aprovechó ese
momento para salir del lugar, casi huyendo del camarote y subiendo a la
cubierta. El aire del mar le dio en el rostro una pequeña bofetada y le despejó
un poco la mente, pero lo que más se la despejó fue tener que ponerse de nuevo
a tratar de llevar el barco hasta la costa de la isla, ayudando a SoMin a ello.
No obstante, no pasó demasiado tiempo allí porque pronto apareció un barco de
los guardacostas para guiarlos hasta el puerto y para asegurarse de que todos
estaban bien y preguntar qué era lo que había sucedido.
SoMin y él le contaron
todo lo que pudieron y avisaron de la herida de Matthew, por lo que, nada más
llegar a la isla, en la playa, había un equipo de emergencias que se llevaron a
Matthew al centro médico del lugar para tratar sus heridas de forma profesional.
TaeHyung quiso ir con él, pero finalmente fue JiWoo la que acabó yendo con el
otro chico y él se quedó junto a SoMin terminando de explicar a las autoridades
cómo habían sido capaz de sobrevivir en plena tormenta en el mar cuando ninguno
de ellos tenía los conocimientos necesarios para ello. No tenían una
explicación válida para ello más allá de que la adrenalina y el instinto de
supervivencia hubieran aparecido en el momento en el que más lo necesitaban,
así que, tras solo unos minutos de preguntas, dejaron que también se los
llevaran al centro médico.
—¿Estás bien? —le
preguntó SoMin—. Llevas una cara…
—Sí, estoy bien —respondió
a la chica—. Solo estoy preocupado por Matthew.
—Tranquilo, estará bien.
SoMin le sonrió de forma
encantadora y después le pasó un brazo por los hombros para darle unas
palmaditas reconfortantes en la espalda y TaeHyung aprovechó para echar su
cabeza en el hombro de la chica y cerrar el resto del trayecto sus ojos. Cuando
finalmente llegaron al centro médico, les curaron a ambos las heridas
superficiales que se habían hecho y les pusieron pomada para los cardenales que
les salieran de los golpes que se habían dado en el barco y, después, ambos
pudieron irse a la habitación en la que habían ingresado a Matthew, donde se
encontraba también JiWoo.
Nada más entrar,
TaeHyung no pudo hacer otra cosa más que mirar a Matthew, que estaba dormido
sobre la cama. SoMin y JiWoo se abrazaron fuertemente la una a la otra y se
dieron un desesperado beso en los labios con el que TaeHyung apartó la vista de
ellas y acabó por acercarse a la cama. Las dos se merecían un poco de espacio
porque todos habían pasado por una situación bastante horrible y habían pasado
muchísimo miedo los unos por los otros. Era totalmente normal para ellas hacer
aquello. Si él pudiera hacerlo con Matthew, también lo habría hecho.
—TaeHyung… —escuchó que
lo llamaba SoMin—. ¿Te importa si nos vamos a la palapa nosotras esta noche y
mañana te hacemos el relevo? —le preguntó una vez el chico se giró hacia ella.
—Claro, descansad, yo me
quedo con él —respondió.
—Gracias, TaeHyung.
Las chicas se acercaron
a él para darle un abrazo reconfortante y de agradecimiento entre las dos y
TaeHyung no pudo evitar sonreír un poco porque aquellos abrazos eran los
mejores. Después, SoMin y JiWoo se fueron de la habitación, dejándolo solo con
Matthew y con sus pensamientos.
TaeHyung se dedicó
entonces a pensar, a pensar en todas las reacciones que su cuerpo había tenido
durante aquel viaje y tratar de hacer que éstas no fueran evidentes, de la
misma forma que había hecho tiempo atrás, cuando había conocido a Matthew.
Hacía años que se había hecho a la idea de que sus posibilidades con el otro
chico, de tener una relación romántica con él, eran totalmente nulas porque
simplemente eran amigos. Y así es como debería seguir siendo. De hecho, ya era
hora de que comenzara a pasar página y a buscar el amor en algún otro lugar.
Seguiría preocupándose por Matthew, porque no cambiaría el hecho de que era una
persona muy importante para él, pero TaeHyung debería dejar de tener aquellos
sentimientos por el otro.
Perdido en sus
pensamientos, TaeHyung no se dio cuenta de que Matthew se había despertado
hasta que no sintió cómo una de sus cálidas manos se posaba sobre su mejilla,
así que, se sobresaltó un poco.
—Deja de pensar tan alto
—murmuró el chico, esbozando una sonrisa—. Tus pensamientos me han despertado.
—¿Cómo estás? —le
preguntó, correspondiendo la sonrisa.
—Estoy bien —respondió
Matthew—. Pero tú estarás cansado… ven aquí y duerme conmigo.
Su corazón otra vez
comenzó a latir como loco por las palabras de Matthew a pesar de que se había
prometido que no lo volvería a hacer… pero bueno, todavía tenía que entrenarse
mucho más y estaba cansado, así que, lo dejó pasar. TaeHyung se metió en la
estrecha cama junto al mayor y se dejó abrazar por el otro para poder estar
mucho más cómodos allí, aunque no había forma de estarlo realmente, ya que
TaeHyung se sentía demasiado incómodo por el escaso espacio que había entre los
dos. No obstante, trató dejar de pensar en ello y cerró sus ojos para dormir,
así al menos ralentizaría los rápidos latidos de su corazón.
—Siento haberos asustado
—murmuró Matthew, en voz tan baja que el chico prácticamente no lo escuchó—. He
podido recordar lo que pasó y simplemente perdí el pie y no me pude agarrar a
nada, así que acabé pegándome un porrazo en la cabeza… siento que mi caída
tonta provocara que os tuvierais que hacer cargo del barco aunque no supierais.
—No pasa nada —respondió
TaeHyung—. Lo importante es que todos estamos bien.
—Sí, eso es lo más
importante.
TaeHyung inspiró hondo y
cerró sus ojos, dispuesto a dormir después de aquella pequeña conversación
porque ambos debían descansar; sin embargo, apenas le había dado tiempo a
cerrar sus ojos, cuando sintió los labios de Matthew contra su frente y,
rápidamente, se levantó del cuerpo del mayor, incorporándose y sentándose en la
cama, mirando al otro chico, con los ojos muy abiertos, totalmente sorprendido.
—Matthew… —murmuró,
queriendo preguntarle por qué había hecho aquello, pero las palabras no
quisieron salir de su garganta, repentinamente seca.
—Perdona —contestó el
otro—. No quería asustarte… pero no he podido evitar hacerlo, ya que se me han
truncado todos los planes…
—¿Planes? —cuestionó,
parpadeando rápidamente, sin entender lo que sucedía.
—Quería que estas
vacaciones fueran perfectas, inolvidables, quería pasar mucho tiempo contigo y
quería pedirte salir —comenzó a contar Matthew, mirándolo fijamente—, incluso SoMin
y JiWoo estaban al tanto de esto y habían estado de acuerdo en dejarnos mucho
tiempo para pasar a solas… pero las vacaciones perfectas se han convertido en
un desastre y todos los planes se han ido al traste, así que, la maravillosa
declaración en la playa mientras observábamos las estrellas se ha quedado en
esto… porque creía que no debía esperar más tiempo… ya he esperado lo
suficiente.
TaeHyung había estado
observándolo fijamente durante todo su discurso, tratando de procesar las
palabras que el otro le decía, tratando de aceptar que durante mucho tiempo,
Matthew había estado planeando declararle sus sentimientos, tratando de creerse
que todo aquel tiempo que él había estado enamorado de Matthew, éste también lo
había estado de él. Siempre lo había visto salir con chicas, siempre lo había
visto centrado en el sexo opuesto, así que, TaeHyung jamás se había esperado
escuchar algo como aquello de los labios del mayor.
—¿Qué me dices? —le
cuestionó el chico, sabiendo que probablemente su cabeza estaba funcionando a
pleno rendimiento, tratando de entender lo que acababa de escuchar—. ¿Quieres
salir conmigo?
La pregunta lo pilló
también desprevenido, pero obviamente tenía una respuesta clara para ella
porque TaeHyung llevaba demasiado tiempo enamorado de él. Por eso, no
respondió, se inclinó hacia delante para poder besar los labios de Matthew de
forma desesperada, bebiendo de ellos, de la misma forma que SoMin y JiWoo lo
habían hecho hacía solo unas horas, porque TaeHyung llevaba demasiado tiempo
deseando aquello y porque TaeHyung había pasado muchísimo miedo aquella tarde y
necesitaba el consuelo de los labios de Matthew devolviéndole aquel desesperado
beso de la misma forma.
Aquellas no habían
comenzado siendo las vacaciones perfectas que habían planeado… pero a partir de
aquel momento, TaeHyung deseaba que fueran las más perfectas de su vida.
Notas finales:
—La isla a la que estos cuatro perlas van de vacaciones es una del conjunto
de las Islas Maldivas, no me he puesto a investigar exactamente los nombres de
cada isla, pero he hecho las descripciones de lugares basándome en las fotos de
esas islas. Y obviamente me he inventado que el saludo en las Maldivas sea “Ohnana”
pero es que el nombre de su canción sonaba tanto a idioma de una isla
paradisiaca (ya sabéis, “Ohana significa familia”) que no pude resistirme.
—No tengo mucha idea de navegación ni de barcos, tormentas en el mar y
todas esas cosas, pero se ha intentado con la Wikipedia por delante mientras se
escribía (?)
—Espero que os haya gustado esta historia escrita a través de las palabras
que os comenté en las notas del principio, que os haya resultado entretenida y
bonita y también espero que estos fanfics especiales de verano hayan hecho éste
un poco más entretenido.
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