Título: Night call (more than a suggestion)
Autora: Riz Aino
Parejas: KyuJung (KB + Yoojung) (OnlyOneOf)
Clasificación: NC–17
Géneros: AU, office, romance,
pwp, smut
Número de palabras: 2.391 palabras
Resumen: Taeyeob está caliente esa noche y Kyubin está en la otra
punta del mundo… pero eso no es un problema para él.
Advertencias: relaciones sexuales explícitas a través de una
videollamada y un poquito de degradación y/o humillación verbal.
Notas: historia escrita en celebración por los 1200 días de
OnlyOneOf y su actuación especial en Road to MCD, aunque la he subido demasiado
tarde porque me había quedado atascada con ella y no sabía cómo reenfocarla.
Comentario de autora: diría que es la primera vez
que escribo porno a través de videollamada porque un día estuve pensando en tramas diferentes que no hubiera hecho
antes para no repetirme demasiado y me
ha gustado el resultado bastante. Espero que os guste.
Los dedos
de su mano izquierda se cernieron alrededor de la sensible punta de su miembro,
rozando la zona con ellos y sintiéndose cada vez más y más cerca del orgasmo.
Taeyeob siguió tocándose, una y otra vez, haciendo que escalofríos de placer
recorrieran toda su columna vertebral, uno tras otras otro, hasta que éste fue
demasiado y acabó desatándose por completo, llegando al orgasmo entre jadeos,
su pecho subiendo y bajando rápidamente mientras su mano seguía tocando su
miembro de forma distraída, prologando su placer. En sus párpados cerrados con fuerza
el chico pudo seguir viendo destellos como si de estrellas se tratasen durante
unos momentos, cuando la corriente eléctrica de placer recorría todo su sistema
nervioso. Fue un orgasmo intenso, debido a que no había nadie que conociera
mejor su cuerpo que él mismo, pero demasiado corto… tan corto que Taeyeob no
tardó en volver a sentirse caliente, necesitado, su miembro todavía duro, sin
querer terminar de deshincharse y volver a su posición original. El chico no
pudo evitar suspirar profundamente y sentarse en la cama, mirando su
entrepierna y maldiciendo entre dientes por la situación en la que se
encontraba.
Llevaba
todo el día caliente, se había pasado, de hecho, la mayor parte de la tarde
empalmado en el trabajo y había tenido que esconderlo lo mejor que había podido
bajo la mesa y usando todo tipo de cosas para cubrirse cada vez que tenía que
levantarse de ésta para que nadie se diera cuenta en la oficina de lo que le
ocurría, tratando todo el tiempo de pensar en cosas desagradables para que se le
bajase, sin éxito. Nada más llegar a casa se había comenzado a masturbar, una
vez en la ducha y otras dos veces en la cama, pero si libido no parecía
quedarse del todo satisfecho y Taeyeob no sabía qué más podía hacer. Había
usado sus dedos, se había penetrado con algunos de sus juguetes sexuales y se
había puesto incluso unos vídeos porno para tratar de descargarse el máximo
posible con ellos, pero nada lo había ayudado del todo porque el chico seguía
duro como una piedra. No sabía qué más podía hacer después de haber agotado
todas sus opciones posibles porque la única que le quedaba era la única que no
estaba a su disposición en aquellos momentos.
Maldita la
hora en la que su novio y compañero de trabajo se había ido a la otra punta del
mundo a expandir el negocio porque era uno de los pocos que sabía inglés a la
perfección. Taeyeob había odiado la idea de tener que estar separado de él
durante el mes que estaba pasando fuera porque lo echaba muchísimo más de menos
de lo que jamás le reconocería, pero ahora que estaba de aquella forma y no se
le bajaba el calentón por nada del mundo, Taeyeob lo único que quería era que
Kyubin hiciera todo lo que quisiera con él y lo dejara temblando sobre la cama,
con su erección finalmente bajada y todo el fuego que se encontraba en su
interior, incansable, inapagable, reducido a cenizas. Odiaba la maldita hora en
la que Kyubin se había ido de su lado y odiaba que todavía le quedase una
semana más para volver de Estados Unidos porque sin él allí, no sabía cómo iba
a conseguir volver a un estado normal y no aquel de completa y total excitación
al que no sabía siquiera cómo había llegado. Taeyeob suspiró profundamente
porque su maldito novio no estaba allí cuando más lo necesitaba y no podía
usarlo para nada en aquellos momentos… o sí…
Rápidamente
se incorporó en la cama, quedándose sentado y buscó con la mirada su móvil
sobre el colchón, hallándolo cerca de la almohada donde lo había dejado tirado
tras su primer orgasmo. En la pantalla todavía estaba pausado el vídeo porno
que se había puesto antes, pero Taeyeob salió de la web y miró la hora en el
teléfono, haciendo cálculos mentales de la hora que debía de ser en la zona de
Estados Unidos en la que Kyubin se encontraba. Si sus cálculos no fallaban,
debía de ser por la mañana, temprano, y sabiendo que su novio no estaba
durmiendo todo lo que debía debido a las incesantes reuniones que tenía a
primera hora de la mañana, tenía que estar despierto y todavía en su habitación
de hotel. Taeyeob pulsó la cámara de su móvil, enfocó su miembro todavía duro y
el semen que manchaba las sábanas y su estómago y se hizo una foto que no tardó
más que unos segundos en enviar a su chico con una frase “no dejo de pensar en
ti y en lo que podríamos estar haciendo juntos”. Una sonrisa socarrona apareció
en su rostro en el momento en el que el mensaje estuvo enviado porque sabía
perfectamente que cuando Kyubin viese aquello, no iba a tardar en llamarlo.
Solo tuvo
que esperar un par de minutos, un par de minutos en los que se dedicó a rozar
con su mano derecha distraídamente su miembro mientras que sujetaba su teléfono
con la izquierda, observando la pantalla, para que lo que le había mandado
fuera leído por su novio. Taeyeob casi pudo imaginarse la expresión de asombro
que debía de haber aparecido en el rostro de Kyubin al ver la foto y el mensaje
que era mucho más que sugerente y que le pedía de forma bastante explícita que
hiciera algo para que su miembro volviera a su estado original. Y solo pasó un
minuto más desde que su novio había visto el mensaje cuando su teléfono comenzó
a sonar con una videollamada entrante. Taeyeob rápidamente descolgó la llamada
y puso su mejor cara de inocencia ante la cámara cuando el rostro de Kyubin
apareció en la pantalla.
—Eres
pérfido —fue lo primero que le dijo el mayor al verlo—. No me pongas esa cara de
niño bueno, porque no lo eres —añadió—. Tengo media hora antes de irme
corriendo para una reunión y lo único que quiero es metértela hasta el fondo y
en media hora no me da tiempo a volver a Corea para hacerlo.
—Llevo todo
el día caliente, Shin Kyubin —replicó Taeyeob—. Y no te tengo aquí para
desahogarme, hazte responsable.
—Puta
—dijo Kyubin, provocando que un escalofrío recorriese la espalda de Taeyeob—.
Eres una puta.
—Dime todo
lo que soy… —jadeó el menor—. Desnúdate para mí y deja que vea cómo te tocas tú
también…
Kyubin
puso los ojos en blanco, pero no tardó en colocarse sobre su cama del hotel, intentando
maniobrar con el móvil en una mano mientras que con la otra se desabrochaba
lentamente los botones de la camisa blanca que se había puesto, dejando al
descubierto su torso desnudo lleno de músculos definidos porque parecía que no
había descuidado su entrenamiento, aunque estaba de viaje de negocios y apenas
tenía tiempo para nada. Taeyeob no pudo evitar sonreír por aquello, porque
aquel cuerpo de dios bajado a la tierra era algo que siempre lo encendía y,
sobre todo, cuando podía rozar con sus dedos aquellos músculos definidos sentía
que estaba en el paraíso por las reacciones que tenía el mayor, todo su cuerpo
volviéndose sensible bajo su toque. Taeyeob quería tocarlo, quería besarlo por
todas partes, pero, sobre todo, quería que Kyubin hiciera con él todo lo que
quisiera, aunque estaban a miles de kilómetros.
—Eres una
puta… una zorra… una perra… —le decía Kyubin mientras se desnudaba lentamente
para él, abriéndose los pantalones y sacando su miembro para que Taeyeob lo viese,
comenzando a ponerse duro por la situación y por la foto que había recibido—. Cuando
vuelva a Corea voy a tener que castigarte, voy a hacer que nunca olvides nunca
de lo que has hecho hoy.
—Sí lo soy…
—jadeó Taeyeob, tocándose de una forma más intensa, imaginando que Kyubin
estaba allí con él, susurrándole todas aquellas cosas al oído, mientras no
podía apartar los ojos de la pantalla, del cuerpo de su chico, de su miembro y
de la forma en la que éste se estaba tocando también mientras lo miraba a
través de la cámara con ferviente deseo—. Soy todo eso y necesito que me
castigues, Kyubin.
Una sonrisa
pícara apareció en el rostro del mayor al escucharlo decir aquello, una de esas
sonrisas que provocaban demasiadas cosas en Taeyeob, y después comenzó a pasear
su enorme mano por su torso, tocándose cómo lo estaría haciendo Taeyeob de
estar con él en aquellos momentos, rozando su piel y rasguñándola. Al chico
nada le habría gustado más que tener a Kyubin allí con él para poder hacerle
todo aquello mientras éste lo besaba por todo su cuerpo, dejando marcas allí
donde no eran visibles, en la cara interna de sus muslos, mientras se acercaba
lentamente a su entrepierna, para después engullir por completo su miembro y
hacerlo ver las estrellas con su habilidosa lengua y su calienta, húmeda y
pecaminosa boca. Nada le habría gustado más que su novio le metiera sus largos
y huesudos dedos hasta lo más profundo, abriéndolo para él antes de internarse
por completo en su interior, pero lo único que tenía era al mayor en la
pantalla, tocándose para él, de la misma forma que Taeyeob lo estaba haciendo y
tenía que conformarse con ello, tenía que bajar toda su libido de aquella
forma, al menos hasta que éste volviese de su viaje y cuando éste lo hiciera,
desatar toda su pasión y todas las ganas que le tenía.
—Kyubin…
—jadeó, dejando su miembro y llevando su mano hasta su trasero, tanteándolo con
sus dedos—. Te necesito aquí conmigo… te necesito dentro…
—Joder
Taeyeob… —gimió éste en la otra punta del mundo—. Cuando vuelva lo primero que
voy a hacer es ponerte el culo como la bandera de Japón.
—Hazlo…
por favor… te necesito…
Taeyeob no
pudo evitar deslizar dos de sus dedos en su interior, siseando un poco al
hacerlo porque aunque se hubiera lubricado antes, éste ya no hacía tanto efecto
y su cuerpo no estaba tan receptivo a la intrusión; no obstante, estaba tan
excitado que le dio completamente igual y siguió penetrándose bajo la intensa y
oscura mirada, llena de deseo, que Kyubin le estaba dedicando a través de la
pantalla de su teléfono, buscando su próstata con sus dedos y no cejando en su
empeño hasta que no la encontró, lanzando un gemido intenso y largo al aire de
la habitación, cerrando sus ojos durante unos momentos, queriendo imaginar que
sus dedos eran en realidad los del mayor y que era éste el que lo estaba
haciendo ver las estrellas en sus párpados cerrados. Cuando abrió los ojos de
nuevo y los pudo enfocar en la pantalla de su móvil, se dio cuenta de que había
movido sin darse cuenta la mano con la que lo sujetaba y ya no estaba enseñándole
a Kyubin lo que estaba haciendo con su cuerpo, sino la lámpara de la
habitación, así que lo cambió rápidamente, mientras el mayor parecía tan
perdido en su propio placer que no se había dado ni cuenta de ello. Ver a
Kyubin de aquella forma, incluso aunque fuera en su teléfono, hizo que Taeyeob
se sintiera muchísimo más caliente y no pudiera evitar hundir aún más sus dedos
en su interior, penetrándose con más rapidez y fuerza, rozando su próstata una
y otra vez hasta que no pudo más y acabó corriéndose con un largo e intenso
gemido, su semen manchando las sábanas otra vez, su cuerpo temblando debido a
la corriente eléctrica que viajaba por éste y sus ojos, aun fijos en su móvil,
aunque levemente desenfocados por el placer, viendo cómo Kyubin se acababa
corriendo tan solo unos momentos después, su voz grave reverberando desde el
fondo de su garganta en un intenso gemido.
Ninguno de
los dos habló durante unos momentos, ambos tratando de recomponerse de su
respectivo orgasmo, Taeyeob sintiéndose mucho más calmado y mucho menos
caliente que antes, la erección de su miembro bajando finalmente, quedándose
flácido entre sus piernas. Estaba feliz por haber sido capaz de acabar con su
problema, pero también se sentía un poco avergonzado por lo que había hecho en
el calor del momento, ya que, de haber estado en sus cabales, jamás le habría
mandado a Kyubin aquella foto y habría provocado todo aquello. Se alegraba, no
obstante, de haberlo hecho porque había servido para que ambos compartieran un
momento juntos, un momento íntimo que llevaban demasiado tiempo sin tener.
—Taeyeob…
—murmuró Kyubin, hablando de nuevo y rompiendo el silencio que se había
instalado entre ambos—. Cuando llegue esta noche al hotel voy a hacerte una
videollamada y me va a dar igual el sitio en el que estés, solo querré que te
toques y te corras para mí.
Un escalofrío
recorrió el cuerpo de Taeyeob por las palabras del mayor y no pudo hacer otra
cosa más que asentir, excitándose un poco de nuevo al pensar en hacer de nuevo
aquello y queriendo experimentar todo lo que pudiera con la nueva herramienta
que podían usar para estar juntos, aunque estuvieran a miles de kilómetros el
uno del otro y con una diferencia horaria tan horrible. Al menos, eso era lo
único que podían hacer hasta que Kyubin volviera junto a él y se lo follara
como nunca antes lo había hecho, hasta dejarlos a ambos totalmente secos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario