jueves, 17 de agosto de 2023

[One Shot] Rainy Day {YuSion}

Título: Rainy Day

Autora: Riz Aino

Pareja: Yushion (Sion + Yushi) (NCT)

Clasificación: PG

Géneros: AU, romance fluff

Número de palabras: 2.007 palabras

Resumen: Yushi prepara una cita por primera vez para Sion y no concibe cómo todo puede salirle mal.

Notas: historia escrita para conmemorar el debut de la unit final de NCT (por fin, llevaba años rezando por esto).

Comentario de autora: enamoradísima de estos dos bollitos introvertidos, nada más que agregar, su señoría. Espero que os guste.

 


 

Aquel día iba a ser perfecto.

 

Yushi lo había planeado todo para que fuera totalmente perfecto y no iba a dejar que nada ni nadie le estropeasen los planes para pasar la tarde con Sion teniendo una merecida cita después de haber pasado semanas sin casi poder verse por los exámenes del primer semestre. Yushi había decidido que debían de relajarse y pasar una tarde en compañía del otro, disfrutando de la buena temperatura que hacía aquellos días en Seúl, en un parquecito al lado del río Han, con una manta de picnic tirada sobre la hierba y algunos juegos y tentempiés para piquear. Quizás no era nada muy espectacular, pero era la primera cita que Yushi preparaba desde que habían comenzado a salir y había puesto mucho empeño en ella y en que todo saliese bien.

 

Nada más salió de la estación de metro en la que su novio lo esperaba para dirigirse ambos hacia el parque al que habían quedado en ir, vio que el cielo que había estado despejado unos tres cuartos de hora antes, cuando se había metido en el metro, ya no lo estaba, y una pequeña capa de nubes lo cubrían. Yushi no pudo evitar torcer el gesto porque llevaba los suficientes años viviendo en Seúl para saber que aquel cielo encapotado no iba a hacer más que empeorar y al final acabaría cayendo una tormenta veraniega. No obstante, al ver la sonrisa que le dedicó Sion al verlo, el chico le devolvió el gesto y trató de enfocar toda su energía positiva en que el cielo volviese a despejarse.

 

¿Vamos? le dijo Sion, tendiéndole la mano.

Vamos murmuró él.

 

El camino hasta el parque desde la estación de metro no era muy largo, así que en apenas unos pocos minutos llegaron al lugar en el que Yushi había planeado pasar la tarde con Sion. No había mucha gente, a pesar de que el tiempo aquella tarde era bastante bueno quitando las nubes de color gris oscuro amenazantes en el cielo por lo que solo tuvieron que sacar de la mochila de Yushi la manta para colocarla en el césped y sentarse sobre él sin preocupaciones sobre la masificación del lugar. El chico miró un poco a su alrededor mientras Sion se colgaba su cámara de fotos del cuello y comenzaba a retratar el lugar, el enorme río extendiéndose ante ellos, la otra orilla llena de rasca cielos imposiblemente altos, el parque lleno de árboles que le daban sombra y frescor al lugar y también un poco de intimidad. Parecía de verdad un buen lugar en el que pasar la tarde, tal y como decía la gente en internet y Yushi se relajó, destensando sus hombros y suspirando profundamente. Seguro que todo salía bien.

 

Yushi tardó poco tiempo en darse cuenta de que aquel día no iba a ser perfecto, en contraposición a lo que había deseado.

 

Solo llevaban unos minutos jugando al jenga mientras comían de un par de bolsas de patatas fritas que habían abierto, cuando la primera gota cayó sobre la nariz del chico. Yushi miró hacia el cielo encapotado de nubes todavía más oscuras y más densas de lo que habían sido hasta el momento y varias gotas más cayeron sobre su rostro, una detrás de otra, hasta que la lluvia comenzó a caer con más fuerza, tan solo un instante después. Sion se levantó rápidamente de la manta que habían extendido en el suelo y empezó a recoger todo lo que habían sacado, metiéndolo en la mochila de Yushi para que no se empapase. El menor tardó unos momentos en reaccionar, pero para cuando lo hizo, Sion ya lo había recogido todo y lo instaba a levantarse del suelo para poder guardar la manta también. Yushi se incorporó y su chico dobló la manta también para meterla en la mochila, tomándolo de la mano y tirando de él inmediatamente, corriendo por el parque para poder llegar hasta algún lugar para refugiarse del inoportuno aguacero. Se acabaron refugiando bajo una marquesina que cubría las bicis eléctricas que podían alquilarse para recorrer el parque que encontraron en su camino y ambos suspiraron al unísono una vez la lluvia dejó de caer sobre ellos.

 

Sion lo miró en aquel momento y le dedicó una sonrisa encantadora que Yushi tardó unos momentos en corresponder, no demasiado seguro y, sobre todo, no muy feliz por lo que acababa de pasar. Todas las citas que habían tenido hasta el momento las había planeado el mayor y todas ellas habían sido geniales y perfectas, y Yushi se lo había pasado increíblemente bien... pero la primera que preparaba él, después de pensarlo y prepararlo todo para que saliera bien, se le chafaba por una maldita tormenta de verano que ni siquiera estaba pronosticada porque se había pasado toda la semana mirando el tiempo que iba a hacer ese día y solo daba buen tiempo.

 

Yushi lo llamó Sion, haciendo que saliese de sus pensamientos y enfocase su vista en su novio. No te martirices porque esté lloviendo y no hayamos podido pasar la tarde haciendo picnic, no pasa nada le dijo, llevando una de sus manos a su mejilla y acariciándola delicadamente, aunque esté lloviendo todavía podemos hacer muchas cosas Sion se acercó a él para darle un corto beso en la frente. Espera aquí, ahora vuelvo.

 

Y tras decir aquello, simplemente salió de debajo de la marquesina, corriendo bajo la lluvia, sin que Yushi pudiera reaccionar ni hacer nada más que encenderse de arriba abajo, el color rojo adornando toda su piel por el inesperado beso, solo viendo cómo se alejaba de él hasta que desapareció por completo de su vista. Yushi suspiró profundamente y se dejó caer contra la marquesina mirando al cielo a través del techo transparente. No parecía que la lluvia fuera a remitir, es más, parecía que por momentos se estaba volviendo más intensa, así que, la tarde que había planeado se había ido al garete definitivamente y, aunque Sion le hubiera dicho que no se martirizase, que no pasaba nada, era imposible para él no hacerlo. Para una vez que se decidía a hacer algo para los dos, para Sion, para que su novio no tuviese que planearlo todo siempre y encargarse de sus salidas, la lluvia le aguaba todo el plan. Estaba triste y frustrado y tenía ganas de llorar, pero Yushi se contuvo de hacerlo porque no quería que Sion lo viera llorar por aquello y solo inspiró varias veces, profundamente, para tratar de calmarse y que las lágrimas no le cayesen por las mejillas. Para cuando Yushi terminó de tranquilizarse, Sion volvía, con una sonrisa encantadora en su rostro y tapado por una sombrilla transparente que debía de haber comprado en la convini que habían pasado al salir de la boca del metro apenas una hora antes.

 

Hay una cafetería aquí cerca en la que podemos seguir con la cita le dijo Sion en cuanto llegó a su lado, tendiéndole la mano para que se la cogiese. Solo la he visto desde fuera, pero tiene buena pinta.

 

Yushi tardó unos momentos en tomar la mano de Sion, indeciso, pero en cuanto lo hizo, la sonrisa de su novio se amplío más, aunque pareciese a priori imposible, y después lo acercó a su cuerpo y lo apretó contra él para que los dos cupiesen bajo el paraguas de plástico transparente que había comprado. Caminaron bajo la lluvia lentamente, paseando por el parque ahora que no tenían que preocuparse por mojarse y Yushi trató de dejar de lado sus pensamientos sobre cómo la cita se había estropeado por la lluvia para tratar de disfrutar de la nueva oportunidad que se había abierto para él. Era complicado, lo sabía, pero lo iba a intentar por Sion, porque éste parecía encantado simplemente con la expectativa de pasar la tarde con él, dándole igual el aguacero que estaba cayendo en aquellos momentos sobre ellos. La cafetería no estaba lejos, apenas a la salida del parque, en la acera de enfrente y, tal y como había dicho Sion, parecía un buen lugar donde pasar la tarde.

 

¿Qué quieres de beber? le preguntó Sion mientras sacudía el paraguas en la puerta. Hago yo el pedido mientras buscas un sitio para que nos sentemos.

AA dijo sin pensar por costumbre y en cuanto recapacitó, añadió: pero debería pagar yo, que soy el que ha organizado la cita.

Tú has organizado la cita y has comprado todas las patatas y estás cargando con la mochila llena de cosas respondió el mayor. Deja que te invite para compensarte por eso.

 

Yushi iba a replicarle más sobre aquello, pero en cuanto entraron en la cafetería, Sion le dio un pequeño empujoncito para que se fuera a la zona de las mesas con una de aquellas sonrisas que lo desarmaban mientras se ponía frente al mostrador, haciendo cola para pedir, y al final simplemente suspiró y buscó una mesa vacía en una parte del local que estaba algo retirada del paso para que pudieran estar tranquilos y hablar sin problemas. El chico se sentó y dejó caer la mochila sobre el suelo con un sonido sordo y después echó la cabeza sobre la mesa, suspirando y cerrando sus ojos. No supo cuánto tiempo estuvo de aquella forma y ni se percató siquiera de que Sion había vuelto y se había sentado frente a él hasta que escuchó el clic de su cámara y entonces se levantó de la mesa, poniéndole a su chico cara de enfadado por la foto que le acababa de hacer, pero antes incluso de que le pudiera decir nada, el chico le echó otra más.

 

¡Sion! protestó. Déjate de fotos, anda, que no estoy de humor.

 

Sion dejó la camara sobre la mesa y empujó levemente el vaso con el café que Yushi le había pedido en su dirección. El chico aceptó la bebida y bebió de la pajita, sintiendo cómo el café helado bajaba por su garganta y le calmaba un poco la sed y otro poco el mal humor. Se dio cuenta en ese momento que Sion lo observaba fijamente como si estuviera viendo una obra de arte que adorase con toda su alma y casi se atragantó con el siguiente sorbo que se tomó.

 

Quiero que sepas una cosa, Yushi comenzó. Sé que has estado un tiempo dándole vueltas a la cita de hoy y querías que fuera perfecta, acorde a tu plan, pero realmente me da igual donde vayamos y lo que hagamos, solo con estar contigo estoy feliz Sion le dedicó una sonrisa encantadora. Así de tonto enamorado soy.

 

Yushi sintió cómo el color se le subía a la cara, tiñendo sus mejillas y sus orejas de un color rojo intenso y acabó ocultándose detrás se sus manos, totalmente avergonzado, mientras le daba una patada por debajo de la mesa a Sion. Escuchó un quejido de su novio por el golpe, pero también escuchó su risa y Yushi sonrió detrás de sus manos, tratando de que su corazón dejase de latir como loco en su pecho antes de retirarlas. Realmente Sion tenía razón, objetivamente sabía que tenía la razón, porque daba igual que la lluvia hubiera estropeado todos los planes que había hecho, estaba seguro de que el resto de la tarde en aquella cafetería iba a pasarlo bien junto a Sion porque lo único que tenían que hacer era estar juntos para ser felices... además, después de la lluvia saldría el sol y quizás podrían ver un arcoiris, haciendo que aquel día lluvioso se volviese más especial.


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