domingo, 1 de octubre de 2023

[One Shot] Fictober 2023: Blood tears {MiMo}

Título: Blood tears

Autora: Riz Aino

Pareja: MiMo (Momo + Mina) (TWICE)

Clasificación: NC–17

Géneros: AU, vampire, fantasy, final ambiguo

Número de palabras: 1.284 palabras

Resumen: cuando Mina salió aquella noche de fiesta, jamás se imaginó que se toparía con un ser de sobrenatural belleza que cambiaría su vida por completo.

Advertencias: contiene una vampira alimentándose, por lo que hay sangrecita.

Notas: la historia ha sido montada a través de la palabra “throat”, que significa “garganta” y el grupo “TWICE”.

Comentario de autora: cuando vi hace años el programa Hit The Stage en el que sale Momo apunté una idea inspirada en sus actuaciones (1, 2), pero la dejé aparcada sin escribirla y la he reciclado para esto. Espero que os guste.

 

Blood tears

 

Mina sintió un escalofrío que le recorrió su columna vertebral de arriba abajo y le erizó la piel de todo el cuerpo.

 

Llevaba toda la noche notando cómo si alguien la estuviera observando desde la distancia y le había preguntado en varias ocasiones a su amiga Sana, con la que esa noche estaba en aquel club, pasándoselo bien después de un semestre especialmente duro en la facultad, si había alguien en la sala que no le quitase el ojo de encima, pero Sana le había dicho todas las veces que no y Mina había seguido intentando pasarlo bien, bebiendo y bailando... no obstante, la sensación de que alguien la vigilaba no se la podía quitar de encima y al final, mucho antes de lo que tenía previsto volver a casa, decidió despedirse de su amiga y salir de aquel club.

 

El aire fresco de la madrugada la golpeó de lleno en cuando salió a la calle y Mina se frotó sus brazos con sus manos para hacerse entrar un poco en calor porque el cambio de temperatura entre el interior caliente, lleno de cuerpos que emitían aún más calor, y el exterior, la había sorprendido.

 

No era tan tarde, pero los trenes y los buses habían dejado de circular y el piso en el que vivía estaba algo lejos de aquel lugar, por lo que la chica sacó su teléfono móvil de su bolso y tanteó en él hasta dar con la aplicación que le permitía llamar a un taxi. Tras un par de minutos peleándose con ella, acabó por reservar uno, marcando en el mapa una zona un poco más accesible para que el vehículo la recogiese allí. Según la aplicación el taxi tardaría unos diez minutos en llegar y ella estaba a tan solo cinco de aquella calle principal, por lo que la chica devolvió su móvil a su bolso y se encaminó hacia allí sin mirar atrás.

 

Quizás debería haberlo hecho.

 

 

Llevaba toda la noche sintiendo como si alguien la estuviese observando fijamente, los escalofríos y la incomodidad esparciéndose por todo su cuerpo hasta que se le había hecho imposible seguir en el club y había pensado que una vez saliera del lugar y llegase a casa, la sensación desaparecería. Sin embargo, al comenzar a caminar, doblando un par de esquinas, alejándose del club a través de las estrechas, laberínticas y mal iluminadas callejuelas de esa zona de la ciudad, Mina volvió a sentir como si unos ojos estuvieran fijos en su nuca y, por instinto, apretó el paso, queriendo salir lo más pronto posible de esas callejuelas y a la calle principal, donde habría más luz, más tráfico y más gente.

 

Solo le quedaban un par de minutos para llegar a su destino cuando Mina sintió una mano sobre su hombro y dio un respingo, quitándose la mano del hombro rápidamente, su respiración acelerada y sintiendo su corazón latirle en la garganta. No estaba lejos de la calle principal, si echaba a correr, aunque fuera un poco borracha y con tacones, quizás podría llegar y pedir ayuda antes de que le pasara nada. Era complicado, pero podía ser factible, era una chica atlética, era rápida, podía hacerlo... pero cuando Mina se dispuso a ello, a echar a correr por su vida, cogiendo aire e impulsándose con su pierna derecha para dar el primer paso, una voz la detuvo y la dejó completamente anclada en el sitio.

 

Lo siento, Mina, ¿te he asustado?

 

Mina se giró rápidamente hacia la voz, encontrándose al hacerlo con una de las chicas de su clase, Momo. Su pelo rubio contrastaba terriblemente con el vestido negro que llevaba y su piel de porcelana parecía brillar con la escasa luz que había en aquella estrecha calle, sus labios estaban pintados de rojo intenso y sus ojos eran azul zafiro, debía de haberse puesto unas lentillas esa noche. A Mina siempre le había parecido atractiva, pero esa noche estaba aún más espléndida de lo que lo solía estar en el día a día.

 

Perdona volvió a decir, sacándola de sus pensamientos. He visto que parecías irte a casa y quería preguntarte si no te importaba que compartiésemos taxi, pero has comenzado a andar más rápido y he tenido que correr para alcanzarte.

 

Mina le dedicó una sonrisa, sintiendo cómo todo su cuerpo se relajaba. La mirada fija que había sentido al salir del local debía haber sido la de Momo y la sensación de que la seguían había sido la chica, intentando alcanzarla para preguntarle si se podía ir con ella.

 

No pasa nada respondió. Es tarde y me he sobresaltado un poco.

Entonces... ¿no me tienes miedo? preguntó Momo, esbozando una sonrisa encantadora que dejaba ver sus dientes imposiblemente blancos.

Claro que no le dijo, no pudiendo evitar reír ante la pregunta tonta. Momo también debía de esta algo borracha. Anda, vamos, el taxi debe de estar a punto de llegar.

 

Mina le tendió la mano y Momo la tomó... no obstante, cuando Mina tiró de ella para echar a andar hacia la calle principal, la chica se quedó estática en su sitio. Mina se giró hacia ella, queriendo preguntarle qué pasaba, pero no tuvo oportunidad de preguntarle nada porque ante ella se encontraba Momo, pero a la vez no. Sus ojos azules se habían vuelto rojo escarlata de repente y, la sonrisa cálida y encantadora que le había dedicado hacía tan solo unos segundos, se había desfigurado por completo y en ella asomaban dos prominentes colmillos.

 

Quizás deberías tenerme miedo.

 

Mina abrió su boca para gritar, pero no pudo hacerlo. La mano libre de Momo se la tapó con fuerza, empujándola contra la pared del edificio más cercano, lejos de la luz de la farola que titilaba, acercando su rostro a su cuello. Mina tardó tan solo un segundo en entender qué era lo que pasaba, pero ya era demasiado tarde, porque los colmillos afilados se hincaron en su garganta, allí donde le latía el pulso rápidamente, provocando que su sangre manara de la herida, la lengua y los labios de Momo atrapándola de inmediato, succionando. Mina quiso gritar, pero sus gritos fueron ahogados por la mano que la mantenía firmemente sujeta, quiso patalear, pegarle manotazos a la otra, pero aunque lo estuvo haciendo durante unos momentos, sus esfuerzos no sirvieron de absolutamente nada y sus fuerzas comenzaron a abandonarla.

 

Mina se sintió cada vez más y más débil, su cuerpo dejando de responderle y la vista comenzó a nublársele. Cuando dejó de sentir los labios de Momo sobre su cuello, su cuerpo contra el suyo, manteniéndola pegada a la pared, Mina acabó cayendo al suelo, sus ojos cerrándose, desenfocando todo a su alrededor menos a la persona o quizás era mejor decir monstruo que tenía delante, viendo cómo por su hermoso rostro y su piel de porcelana, empezaban a caer lágrimas de sangre, hasta que finalmente todo lo que pudo ver fue de color negro, hundiéndose y perdiéndose en la oscuridad.

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