miércoles, 22 de febrero de 2023

[One Shot] Sweet Desire {KyuJung}

Título: Sweet Desire

Autora: Riz Aino

Parejas: KyuJung (KB + Yoojung) (OnlyOneOf)

Clasificación: NC–17

Géneros: canon, romance, smut, pwp

Número de palabras: 2.390 palabras

Resumen: el deseo entre Kyubin y Taeyeob se puede desatar en cualquier instante y es tan fuerte que se tienen que dejar llevar por él.

Aclaraciones: relaciones sexuales explícitas.

Notas: historia inspirada en  esta parte de la letra de chrOme hearts.

Comentario de autora: solo voy a decir una cosa: ERA NECESARIO. Espero que os guste.

 


Taeyeob no dejaba de mirarlo. Kyubin podía sentir su mirada desde hacía ya un buen rato y comenzaba a sentir cosas que no debería de sentir en aquellos momentos. Estaban rodeados de personas, no solo con sus compañeros de grupo y el staff usual que los acompañaba a todas partes, no, estaban nada más y nada menos que en Japón, con staff diferente que los observaba a veces con curiosidad y otras con atención por si necesitaban algo, pero parecía que nada de aquello le importaba a Taeyeob, que no dejaba de mirarlo, sus ojos fijos en él, mientras se comía un dulce. Comer quizás era un verbo demasiado inocente para lo que estaba haciendo, porque Taeyeob parecía que estaba teniendo un inimaginable placer con él, desde la forma en la que lo mordía, deliberadamente manchando sus labios con nata a pesar de que la maquilladora los había avisado que tuvieran el máximo cuidado posible cuando comiesen, hasta la manera en la que lo saboreaba en su boca antes de tragarlo, no dejando de mirar fijamente a Kyubin mientras lo hacía. Aquello realmente era una estampa tan erótica que Kyubin no sabía dónde meterse. Desde el momento en el que había visto que Taeyeob iba a comenzar a comerse aquello, había tratado de no prestarle ninguna atención de forma deliberada, centrándose en su móvil y en absolutamente nada más, porque no era la primera vez que lo hacía y tenía claro de que no iba a ser la última, pero Taeyeob debía de haber visto cómo pretendía no mirarlo hasta que no acabase de comer y se había propuesto hacer que lo mirase, no quitándole los ojos de encima, provocando que Kyubin no pudiera dejar de alzar la mirada una y otra vez y mirar en su dirección, sintiendo su boca cada vez más seca y su miembro cada vez más duro y caliente dentro de sus pantalones.

 

Lee Taeyeob era un maldito calienta pollas.

 

Tenían que salir al escenario a presentar su nueva canción, chrOme arts, en apenas una media hora y fuera de la sala en la que se encontraban, esperando antes de salir, ya debían de estar terminando de llegar sus fans, ansiosas por ver la canción y por verlos a ellos. Kyubin sabía perfectamente que no podía salir allí fuera con una erección porque, primero de todo, se le iba a notar perfectamente y el fandom tenía un ojo crítico para todo tipo de cosas pervertidas, estaba seguro al 100% de que lo iban a ver y, segundo, no podía moverse como debía teniendo aquello duro, y tenía nada más y nada menos que bailar. Aquello le ocasionaba otro problema... no tenía ningún lugar fuera de aquella sala de espera abarrotada de gente donde poder irse para bajar aquella erección incipiente y volver como si no hubiese pasado nada antes de que fuera la hora de salir al escenario y, después de ver aquella estampa en la que Taeyeob casi que tenía un orgasmo mientras se comía el dulce relleno de nata, no podía pensar en ninguna cosa lo suficientemente desagradable como para que se le bajase toda la sangre que se había acumulado en su entrepierna. Estaba en una encrucijada y lo peor de todo era que Taeyeob sabía a la perfección lo que hacía, lo que había hecho y estaba seguro de que había visto el bulto en su pantalón aunque Kyubin estuviese tratando por todos los medios de sentarse de una forma en la que no se le notase hasta encontrar una solución válida para el enorme problema que estaba teniendo en ese instante, del que al menos el resto de personas que se encontraban en el lugar parecían estar ajenos. Lo que le faltaba a Kyubin era que el staff y el resto de los miembros de su grupo se dieran cuenta de que se había puesto duro por ver cómo Taeyeob prácticamente tenía un orgasmo con un dulce.

 

Kyubin suspiró profundamente y decidió que la única opción que tenía era tratar de bajar aquello de la forma más silenciosa posible en el pequeño baño que se encontraba en la sala de espera antes de que el problema fuese a más. No las tenía todas consigo y debía de tener muchísimo cuidado para no manchar la ropa con la que iba a actuar, pero era lo único que en aquellos momentos podía hacer, porque esa noche estaba decidido a hacerle pagar a Taeyeob por lo que le había hecho, porque el chico era plenamente consciente de lo que provocaba en él, de lo que le hacía, y lo había hecho adrede. Esa noche se las pagaría con creces, solo tenía que desterrar a Wookjin o a Yongsoo de alguna de las habitaciones y no parar hasta que Taeyeob le suplicase que lo perdonase por lo que le había hecho. Pensar en el castigo que iba a recibir el menor le provocó un pequeño tirón en la entrepierna y Kyubin se acabó levantando del sofá en el que se había sentado y caminó rápidamente hasta el baño, atravesando la habitación como una exhalación para que nadie se percatase de lo que tenía entre las piernas. No se fijó en su entorno, ni en absolutamente ninguna de las personas que se encontraba en su camino, solo se dirigió hacia allí con una única cosa en mente: correrse para bajar la maldita erección que Taeyeob le había provocado.

 

Quizás debería haberse fijado en que Taeyeob se había levantado también, justo en el momento en el que él lo había hecho, y lo había seguido, pero estaba tan obcecado en lo suyo que no se percató de esto hasta que no llegó al baño, abrió la puerta y entró dentro. Solo al girarse para cerrar la puerta con el pestillo y que nadie lo pudiera sorprender, se dio cuenta de que éste lo había seguido al verlo allí, ante él, con los labios todavía llenos de restos de nata y los ojos brillando de puro deseo. A Kyubin se le cortó la respiración durante unos momentos porque Taeyeob siempre era precioso, pero en aquellos momentos estaba en un estado glorioso, y la impresión que le causó verlo allí y tenerlo tan cerca, hizo que no pudiera reaccionar cuando el chico abrió más la puerta para entrar con él a aquel pequeño baño, cerrando tras él y echando el pestillo. Solo pudo reaccionar cuando el cuerpo de Taeyeob se pegó al suyo y su entrepierna se rozó contra la suya, provocando que un escalofrío de puro placer recorriese todo su cuerpo de arriba abajo.

 

Eres un calienta pollas, ¿lo sabías? no pudo evitar decirle, susurrarle, porque Taeyeob tuvo el descaro de encima rozarse contra él.

Lo sé replicó, con una sonrisa pícara en su rostro.

¿Y te enorgulleces de esto?

dijo, aquella sonrisa extendiéndose hasta su mirada. Porque ahora puedo comerte enterito.

 

Kyubin sintió que la boca se le quedó completamente seca al escucharlo y tuvo que tragar saliva, su reacción provocando que Taeyeob se sintiera totalmente satisfecho por todo lo que hacía en él, ya fuera con sus palabras, con su mirada fija, con su forma de comerse un maldito dulce o con su mera existencia. Kyubin lo odiaba. Odiaba con toda su alma ser tan débil a Taeyeob, pero era algo que no podía evitar, nunca había podido evitarlo, y desde que habían comenzado con aquel juego juntos, aquel juego que se les había ido demasiado de las manos, se sentía a su merced y no le gustaba eso de no tener el control, pero le gustaba demasiado que Taeyeob lo controlase y le hiciese todo lo que quisiese, como en aquellos momentos.

 

Taeyeob se dejó caer sobre sus rodillas en el suelo de losa del baño y le desabrochó los pantalones con rapidez, bajándoselos hasta los tobillos y sonriendo al ver el tamaño de su erección, una erección que había conseguido simplemente comiéndose un dulce relleno de nata. El chico alzó su cabeza y lo miró a los ojos, con aquel brillo de deseo en su mirada que se había vuelto juguetón, antes de bajarle también los calzoncillos y comenzar a besar su miembro. Kyubin tuvo que taparse la boca con sus manos para no soltar un jadeo que se había abierto paso por su garganta y quería escaparse a través de sus labios, un jadeo de puro placer porque la sensación de los labios de Taeyeob contra su erección era tan increíble que lo hacía volverse de gelatina por completo, sobre todo sus rodillas, pero el resto de su cuerpo también sufría las consecuencias. Kyubin estaba tan necesitado, tan, tan necesitado. Llevaban ya unos días en Japón, él había estado compartiendo habitación con Wookjin, como siempre hacían, y Taeyeob con Yongsoo, además, habían tenido un montón de horarios a los que atender, por lo que no habían tenido ni un solo hueco para poder hacer absolutamente nada, ni siquiera darse un maldito beso... y Kyubin había echado de menos la boca de Taeyeob y, sobre todo, como ésta obraba milagros en él.

 

Los besos sobre su miembro, el calor de su boca contra su caliente erección provocaban que Kyubin se sintiese ardiendo siempre, pero en aquellos momentos, por la situación en la que estaban, éstos hacían que sintiese como si estuviese hirviendo. Nunca habían hecho nada como aquello prácticamente en público, con personas al otro lado de la puerta que en cualquier momento podían darse cuenta de que ambos habían desaparecido y que empezarían a buscarlos porque en unos minutos tenían que salir al escenario. Quizás ese riesgo alto de peligrosidad lo estaba excitando de más o quizás eran las ganas que tenía de sentirse bien después de tanto tiempo lo que hacían que Kyubin estuviese sintiendo demasiado aquellos besos, mucho más de lo que solía sentirlos. Y cuando Taeyeob decidió comenzó a lamerlo, embadurnando su miembro con su saliva, con su caliente lengua, tuvo que alejar una de sus manos de su boca y apoyarla en la pared para no caerse al suelo redondo por el escalofrío de puro placer que recorrió todo su sistema nervioso de arriba abajo. Estaba tan caliente y se sentía tan a punto de estallar, que no tardaría demasiado en correrse si Taeyeob seguía de aquella forma y estaba claro que éste iba a terminar el trabajo que había comenzado porque era lo que había querido desde el principio.

 

Pronto la lengua de Taeyeob, que había cubierto todo su miembro con una capa de saliva, fue reemplazada por su boca, buscando meterse su erección completa dentro de ella y Kyubin tuvo que parar otro gemido que estuvo a punto de escapárselo porque la increíble sensación que le produjo en esos momentos la boca de Taeyeob fue demasiado para él. Su boca era demasiado caliente, demasiado apretada, demasiado todo. No sabía ni cómo podía explicarlo con palabras porque se estaba prácticamente derritiendo dentro de su boca y con cada embestida del chico, apretando cada vez más y más sus labios alrededor de su erección y rozándola contra su caliente lengua una y otra vez, se sentía más y más cerca del abismo, un abismo al que estaba a punto de llegar, pero que en otras ocasiones sentía totalmente lejano porque Taeyeob lo conocía demasiado bien y sabía qué ritmos eran los que lo enloquecían y los que bajaban un poco la tensión para dejarlo al borde del orgasmo una y otra vez hasta que no pudo soportarlo más.

 

Kyubin acabó corriéndose dentro de la boca de Taeyeob y el temblor que recorrió todo su cuerpo, la corriente eléctrica que viajó por todo su sistema nervioso, fue tan intenso que casi perdió el pie por la debilidad que se había apoderado de todo su ser, jadeando por el aire que había contenido en los últimos momentos, cuando el orgasmo estaba tan cerca que lo alcanzaba con la yema de sus dedos. Taeyeob se sacó su miembro de su boca tosiendo un poco, pero cuando alzó la mirada hacia Kyubin, la expresión de su rostro era una de total satisfacción por haber conseguido todo lo que quería y el mayor no soportó aquella expresión, por lo que acarró con su mano su nuca y lo ayudó a levantarse del suelo, tirando de él con fuerza y rapidez hasta que su rostro estuvo de nuevo a su altura, besándolo y descubriendo que el chico sabía a nata y a su propio semen al enredar su lengua con la suya, pero no pudo evitar besarlo con intensidad, con fiereza, para borrar aquella expresión de su cara hasta que ambos se quedaron sin respiración y tuvieron que separarse... aún así, la sonrisa satisfecha y el brillo juguetón de la mirada de Taeyeob no se habían ido cuando dejaron de besarse.

 

Prepárate para esta noche le dijo Kyubin, sin poder contenerse. Te voy a dar todo lo que te mereces.

Lo estaré esperando con ansias replicó Taeyeob, guiñándole un ojo.

 

Después de aquello y antes de que Kyubin pudiera reaccionar para decirle o hacerle nada más, Taeyeob se alejó de él y quitó el pestillo de la puerta del baño, saliendo rápidamente por la puerta como si allí no hubiera sucedido nada. Kyubin suspiró profundamente y después se subió los calzoncillos y los pantalones, arreglándoselos bien para que nadie pudiera determinar que allí hubiera pasado algo que no debía de pasar, saliendo del baño unos momentos después de lo que lo había hecho Taeyeob y volviendo como si nada a la sala de espera, donde se sentó en el mismo sitio en el que había estado antes de que el caos se desatase en el lugar porque tenían que colocarse los micros y terminar de prepararse en los minutos previos a salir al escenario, sin que nadie se percatase de todo lo que había provocado Taeyeob en él con solo un maldito dulce.

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