martes, 26 de marzo de 2024

[Chapler XII] Kingdom of Rain {Dannthur}

 Chapter XII: way back home

 

La noche en la que Arthur recibió Excalibur levantaron campamento en el mismo borde del lago, al abrigo de los árboles que lo circundaban y con el beneplácito del espíritu que guardaba aquel lugar. Sus caballos con todas sus pertenencias, aquellos que habían dejado en la linde del bosque antes de entrar, aparecieron ante ellos, tras ser guiados por la magia y los poderes espirituales del señor del lago hasta allí y prepararon una cena rápida en silencio. Todos tenían muchas cosas de las que hablar, muchas cosas que explicar, muchas preguntas por hacer y muchas respuestas que recibir, pero esa noche ninguno parecía dispuesto a comenzar aquella tan necesaria conversación. Había sido un viaje demasiado largo y aquel día había sido demasiado extenuante, así que, era normal que quisieran dejar aquello para otro momento en el que se sintieran con más fuerzas para hablar. Antes de la cena, Arthur se quitó las ropas mojadas y se puso sus mudas de repuesto para entrar en calor de nuevo, sentándose junto al fuego, con Excalibur siempre a su lado, al alcance de su mano, y después de ella, simplemente se echó a dormir en los cálidos y fuertes brazos de Dann, sin siquiera intentar dormir por sí mismo, sin importarle lo que los demás pudieran pensar o decir y el guerrero tampoco lo rechazó ni le hizo preguntas, solo abrió sus brazos, lo apretó fuertemente entre ellos y le deseó buenas noches.

 

Lo has hecho muy bien, Arthur murmuró Dann, dejando un beso corto sobre su frente, un beso lleno de un cariño que el chico no sabía si se merecía.

 

No obstante, el día había sido tan largo y su cuerpo estaba tan cansado después de casi haber perecido bajo las aguas del lago, que Arthur no tuvo fuerzas para pensar en ello ni para darle vueltas, quedándose dormido en un santiamén escuchando los latidos del corazón de Dann, seguro entre los brazos del mayor.

 

~

 

Si no os importa comenzó el señor del lago, llamando la atención de todos los presentes, que estaban levantando el campamento después de comer un poco por el desayuno. Me gustaría acompañaros de vuelta al castillo. Quiero ver, aunque sea solo durante un tiempo, cómo se desenvuelve el nuevo rey.

 

Sus palabras sobre el nuevo rey desencadenaron la conversación que la noche anterior habían evitado, comenzando a contar la historia desde el principio, aquella historia que hacía solo unos meses que Arthur sabía sobre sus orígenes y sobre la que había confirmado que era su verdadera identidad. A aquel viaje se habían sumado MuJin y JaHan sin saber qué era lo que de verdad se estaba cociendo, o eso era lo que Arthur siempre había pensado, porque ninguno de los dos pareció especialmente asombrado ni sorprendido por la revelación. Era extraño. Saber en esos momentos que,

Quienes habían estado a su lado todo aquel tiempo hubieran sabido todo lo que se estaba cociendo, pero ninguno hubiera dicho nada, ya fuera por tratar de no cambiar la relación que tenían con él o simplemente por discreción. Arthur se sentía algo dividido, en parte agradecido por ello, porque de esa forma no había tenido sobre sí el peso de que los demás supieran algo tan importante sobre él, algo de lo que ni siquiera habían estado seguros hasta la noche anterior; pero por la otra parte se sentía también un poco herido porque no habían confiado en él lo suficiente como para contarle que lo sabían y que se embarcaban en aquel viaje junto a él para apoyarlo.

 

Mi abuela siempre había comentado cosas sobre el señor el heredero al trono, el verdadero heredero murmuró JaHan, caminando a su lado, pero la mitad de las veces decía cosas tan inverosímiles que realmente no lo había tomado en cuenta hasta que comenzó el viaje.

Yo tenía mis sospechas fue lo que dijo MuJin por su parte. Sospechas que me fueron confirmadas por Dann la noche en la que se emborrachó conmigo en las cocinas ante la mención de aquello, el cuerpo de Dann pareció tensarse durante unos momentos, como si no se hubiera esperado aquella revelación y Arthur se sintió un poco confuso por ello. Unirme al viaje fue una forma de darme cuenta de que era la verdad y que realmente tenía ante mí al heredero, un heredero que se merece más que nadie el trono.

 

Arthur agachó su cabeza, un poco avergonzado. Realmente no creía que pudiera ser el mejor rey, no tenía formación ninguna y ni siquiera era capaz de sostener la espada que le había sido entregada como debía. Sin embargo, haría todo lo posible por ser el merecedor de toda aquella confianza que todo el mundo le estaba mostrando, no se rendiría y trataría de hacer todo lo que estuviera en su mano para que el Reino de la Lluvia floreciera de nuevo, para hacer que todos los habitantes pudieran estar seguros bajo su reinado y tuvieran todo lo que necesitasen.

 

Mientras caminaban por el bosque, en su camino de vuelta, ChiWoo también habló sobre su verdadera identidad como un espíritu de aquel bosque enviado por el señor del lago para guiarlos en su viaje. Solo Arthur había sabido de su participación y de su verdadera identidad, porque éste se la había revelado la noche anterior, pero los demás no habían tenido idea de lo que había pasado ni de quién era el muchacho hasta que éste lo comentó. Al menos, todos los que no tenían ningún tipo de afinidad con la magia, porque ante aquello, Ivan dijo que siempre había sentido una especie de energía natural manar de él, pero nunca le había echado cuentas a ella porque era una energía buena y positiva y no suponía ninguna amenaza para ellos. Arthur vio cómo a Ivan se acercó Dann, para preguntarle por qué no había confiado en él para contarle aquello, pero no escuchó la respuesta que el mago le dio porque estaban demasiado lejos de él. Después de las revelaciones y las conversaciones que estas fueron desencadenando, el camino a través del bosque, fue mucho más silencioso, todos enfocándose en seguir adelante, solo manteniendo pequeñas conversaciones con las personas que estaban a su alrededor, sobre el viaje, sobre la vuelta al castillo, sobre todas las cosas que debían de hacer una vez llegaran allí. Guiados por Louis, el camino inverso hacia la salida del bosque, fue mucho más rápido de lo que lo había sido el día anterior y, antes de que la mañana terminase, llegaron hasta la linde, lugar en el que se detuvieron para despedirse de ChiWoo, que debía de quedarse en el bosque para que éste no sufriera por la ausencia de su guardián.

 

~

 

Los primeros días del viaje de vuelta fueron casi como un sueño para Arthur. Era difícil para él ser consciente del tiempo que pasaba y de lo que hacía porque lo único que era capaz de hacer era seguir adelante. El camino era difícil, escarpado, aunque en aquella ocasión no se encontraron con bandidos a su paso, y dormían todas las noches al raso, no teniendo opción a pasar cerca de ningún pueblo o alguna posada en el camino mientras estuvieran en aquellos senderos. El chico apenas era capaz de procesar que avanzaban, dirigiéndose hacia la capital del reino, hacia el castillo, todavía perdido en sus pensamientos, en los eventos ocurridos en el bosque, en la forma en la que había conseguido la espada, en la promesa que le había hecho al señor del lago, la promesa sobre su gobierno. Arthur no sabía cómo iba a ser capaz de cumplirla, las dudas sobre su habilidad para gobernar aquel reino lo atormentaban por el día y también durante la noche, a pesar de que lo que los demás creyeran y dijeran, él no se veía capaz del todo porque jamás había recibido la formación sobre gobierno y diplomacia, sobre las cuentas reales, no sabía absolutamente de nada de ello. No lo había hablado con nadie, pero suponía que se le debía de notar en la expresión de su rostro la preocupación y las dudas, porque la última noche que pasaron al raso, Dann le preguntó por ello y Arthur acabó confiando en él para confesarle entre susurros, sentado entre sus brazos mientras el guerrero hacía su guardia esa noche, cómo se sentía con todos aquellos cambios y la forma en la que estaba inseguro sobre su habilidad para gobernar.

 

Aun eres muy joven fue lo primero que le dijo, acariciando su cabello con una mano, es normal que te sientas inseguro porque gobernar un reino es algo que ni siquiera la gente experimentada es capaz de hacer correctamente Arthur se sintió todavía más pequeño al escuchar aquello, pero Dann siguió hablando, calmándolo. No obstante, no estarás solo. En cuanto lleguemos al castillo recibirás la formación necesaria, diplomática, militar y económica para poder encargarte del reino y de tus súbditos, pero siempre habrá alguien a tu lado, personas de confianza que sepan sobre los temas en los que tú te sientas inseguro, para ayudarte en la toma de decisiones y así hacer más llevadero todo.

 

Arthur asintió, moviendo su cabeza lentamente, procesando las palabras del otro. No había pensado realmente en ello, en que no estaría completamente solo llevando todos los asuntos del reino, a pesar de que había vivido de primera mano en aquellos pocos meses en los que había estado fuera de la torre cómo Dann organizaba todos los asuntos del reino apoyándose en algunos de los hombres de confianza con los que había viajado. También era cierto que Dann sí que había recibido toda la formación que se suponía que debía de tener alguien con su rango y sabía qué era lo que hacía y cómo debía de hacerlo; sin embargo, Arthur era consciente de que nadie nacía y era un erudito, todo se podía aprender, y él tenía toda la disposición del mundo para hacerlo, para aprender a ser un buen gobernante para su pueblo. Sus hombros se destensaron en cuanto aquel pensamiento cruzó su cabeza y todo su cuerpo se relajó contra el pecho de Dann, sintiéndose muchísimo mejor con solo unas palabras del mayor.

 

¿Más tranquilo? le preguntó Dann, notando probablemente el cambio en su cuerpo.

Un poco respondió, pero aun tengo algo de miedo... por si me rechazan y no me quieren como al rey.

Es imposible que no te quieran, sabiendo la persona tan adorable y encantadora que eres comentó Dann, haciendo que Arthur contuviera su respiración debido a sus palabras. Es posible que te enfrentes a alguna oposición, tiendo en cuenta que la mayor parte de la nobleza está todavía encerrada en el castillo; no obstante, tienes a Excalibur como prueba de que tú eres el verdadero heredero del Reino de la Lluvia porque solo tú puedes empuñarla el chico miró hacia el lugar en el que se encontraba la espada, junto a todas sus pertenencias, aquella espada que había salido de las aguas y que le había sido entregada a él y solo a él, porque era el único digno de ella. Además, estaré siempre a tu lado, así que, no tienes porqué preocuparte de nada añadió Dann, dejando un beso cariñoso sobre su cabeza.

 

El corazón de Arthur se detuvo por un segundo ante aquello, antes de empezar a latir como loco dentro de su pecho. No era la primera muestra cariñosa de Dann que recibía, pero cada vez que éste hacía algo como aquello, todo su ser se volvía loco y lo único en lo que podía pensar Arthur era en estrecharlo entre sus brazos y besarlo una y otra vez. No habían hablado sobre ello, no obstante, pero Arthur sentía que quizás era el momento de hacerlo, de poner en palabras lo que él sentía y de escuchar qué era lo que Dann sentía por él, el momento de dejar las insinuaciones, las miradas robadas y las noches en brazos del otro para poder conciliar el sueño. Arthur no quería que se produjese ningún malentendido entre ellos, quería que todo estuviera claro, que Dann no volviera a alejarse de él como lo había hecho después de besarlo en su dormitorio, quería saber de primera mano qué era lo que pensaba... a pesar de que, en el fondo, le diera un miedo terrible conocer la verdad. El chico inspiró hondo, pensando cómo decir sus siguientes palabras y, cuando tuvo listo qué era lo que quería decir, se giró entre los brazos de Dann para quedarse de rodillas frente a él, en el hueco entre sus piernas.

 

Hay algo que quiero que sepas, Dann murmuró, sintiéndose más nervioso de lo que jamás había estado nunca antes. Me siento atraído por ti de una forma que soy incapaz de expresar... mi corazón siempre parece a punto de estallar cuando estoy a tu lado y cuando eres cariñoso conmigo siento que puedo derretirme entre tus brazos, junto a ti me siento seguro y vulnerable a la vez y... lo único que quiero hacer es pasar el resto de mi vida junto a ti.

 

A pesar de que la noche era una sin luna y que la luz de la fogata estaba algo mermada, falta de algo de leña para seguir calentando aquella fría noche de verano en el norte del reino, el chico pudo ver el cambio de expresión en el rostro de Dann a medida que hablaba, que expresaba sus sentimientos por él. La expresión de confusión que apareció en este, mostrando el paso por la incredulidad y algo que Arthur sintió que se parecía a la culpa. El guerrero se mordió el labio inferior con fuerza y en sus ojos apareció un brillo, un brillo que al principio fue triste, pero que en unos segundos mutó y el cambio mostró un infinito cariño en su mirada.

 

No creo que sea lo más correcto para ambos sentirnos de esta forma dijo, haciendo que Arthur contuviera la respiración, pero aunque no sea correcto... yo tampoco puedo dejar de pensar en ti, en que te quiero siempre a mi lado.

 

Una sonrisa de infinita felicidad apareció en el rostro de Arthur, una que no pudo ni quiso contener porque se sentía infinitamente feliz al conocer cómo se sentía el otro, de la misma forma que no pudo contener, en aquel estado de éxtasis provocado por las palabras de Dann, acercarse a él para tomar sus labios en un beso en el que le quiso demostrar lo muchísimo que había anhelado aquel contacto, moviendo su boca contra la suya, demandante, y recibiendo la misma respuesta por parte del mayor. Arthur tuvo que agarrarse a los hombros de Dann cuando sintió cómo su cuerpo era recorrido por un escalofrío desde el inicio de su columna vertebral hasta el final de ella, un escalofrío que lo hizo temblar contra el cuerpo del mayor y que provocó que jadease dentro del beso. La lengua de Dann aprovechó su boca abierta para lamer con su lengua sus labios y la lengua de Arthur, provocando que el chico se quedase sin respiración, sintiéndose mareado, y que tuviese que alejarse de éste a pesar de que lo único que quisiera fuera seguir probando más y más aquellos labios. No obstante, falto de aire, lo único que podía hacer era separarse de él y, cuando abrió sus ojos, intentando recuperar su respiración, para observar a Dann, se lo encontró mirándolo intensamente, sus ojos brillando de una en la que el chico sentía que se podría quemar bajo aquella mirada y todo su cuerpo volvió a temblar, queriendo mucho más. Sin embargo, cuando volvió a inclinarse para tomar los labios de Dann, éste lo alejó de él, poniendo las palmas de sus manos en su pecho y negando con su cabeza.

 

En breves acabará mi guardia y debemos descansar le dijo. Mañana por la mañana vamos a tener un camino duro por delante si queremos llegar antes de que empiece a anochecer al pueblo más cercano.

 

Arthur se sintió tentado a forcejear contra aquellos brazos fuertes que lo mantenían alejado de él a pesar de que sabía perfectamente que no podía luchar contra ellos y ganar... pero la pequeña razón que quedaba en su mente no tuvo más remedio que aceptar que lo que decía Dann era verdad y no podían continuar con ello. Además, estaban rodeados por el resto de sus compañeros de viaje y JaHan no tardaría en despertarse para el siguiente turno de la guardia, así que, simplemente asintió a lo que éste le había dicho y, con un poco de resignación, volvió a la posición en la que había estado antes, sentado ente las piernas del mayor, su espalda contra el pecho de Dann, envolviéndose entre sus brazos como si estos formasen una barrera a su alrededor que lo aislaba del resto del mundo.

 

������

 

Hay una feria en el pueblo comentó JaHan, excitado. Hace muchos años que no voy a una.

Yo nunca he estado en una dijo Arthur, por el contrario. ¿Qué se celebra?

 

JaHan comenzó entonces a explicarle a Arthur cómo eran las ferias de finales de verano en el reino y lo que hacían, hablando sobre las cosechas, el intercambio de los productos y animales entre diferentes pueblos de las comarcas en las que el Reino de la Lluvia estaba dividido mientras el jolgorio y el ambiente festivo se iba haciendo más y más evidente conforme se adentraban en el pueblo al que acababan de llegar, pasado el mediodía. Habían madrugado aquel día para hacer el camino hasta la población lo más rápido posible y así descansar en el lugar un par de días antes de proseguir con su camino. Ellos estaban cansados y sus monturas mucho más, por lo que, el camino de vuelta, ahora que encontrarían pueblos y posadas de forma más frecuente, lo harían descansando un poco más, comiendo caliente y durmiendo bajo techo de más a menudo de lo que lo habían hecho a la ida. Lo que Dann no había esperado era que se encontrasen en su camino con una feria, pero estaba seguro que el ambiente festivo y distendido del lugar les haría bien el par de días que se quedasen allí, sobre todo a Arthur, para el que iba a ser su primera experiencia con una feria como aquella, y quien necesitaba divertirse un poco y dejar de pensar en qué era lo que le esperaba una vez que llegasen al castillo.

 

Las posadas deben de estar llenas a estas alturas comentó MuJin a su lado. Habían desmontado al llegar al lugar y caminaban junto a sus caballos. Es probable que tengamos problemas para encontrar habitaciones para todos nosotros.

Espero que aún queden al menos un par de habitaciones en alguna dijo. Sino tendremos que apretujarnos o pasar la noche fuera, lo cual no me hace especial gracia, teniendo en cuenta que la noche estará llena de borrachos.

Deberíamos buscar entonces dónde poder dormir dijo Ivan. Dejad que los niños se diviertan un poco y almuercen mientras nos encargamos de esto y dejamos a los caballos también.

 

Dann asintió y le dio un poco de dinero a MuJin para que éste se fuera junto a Arthur y JaHan hasta donde la fiesta parecía estar en su punto álgido, con actuaciones de juglares y malabaristas en la plaza del pueblo, mientras él se iba junto a Ivan y Louis a encontrar un lugar en el que pasar la noche, tomando las riendas del caballo de MuJin junto al suyo y guiando la comitiva. Dann se sentía un poco ansioso no teniendo a Arthur en su campo de visión, pero en el fondo sabía que no iba a estar mejores manos en esos momentos, teniendo a MuJin, un espadachín experimentado, y a JaHan, quien había aprendido a manejar la espada en apenas unos pocos meses como si hubiera estado hecho para ello, a su lado, mientras vivía de primera mano la feria, a pesar de que en el lugar hubiera demasiadas personas. Dann se convenció a sí mismo de ello mientras se alejaba del gentío, en busca de una posada que pudiera aceptarlos, a ellos y a sus caballos, bajo su techo. En sus primeros intentos no tuvieron demasiada suerte, todos los lugares en los que se paraban a preguntar estaban llenos, sin siquiera una habitación libre en la que poder albergarlos a todos, haciendo que se desesperase un poquito porque Dann no quería que pasaran la noche al raso por los peligros que ésta pudiera acarrear en el pueblo, pero después de un par de horas preguntando en todos los lugares, finalmente pudieron encontrar una posada en la que tenían una habitación libre para ellos, aunque estuvieran un poco apretados, tendrían un techo bajo el que dormir, y algo de espacio en los establos para sus caballos.

 

Has tenido suerte comentó la mujer que lo atendía detrás la barra del bar, secando una jarra con un trapo. Estamos hasta arriba por la feria, pero a un chico tan guapo como tú, es imposible no abrirle la puerta del establecimiento y agregó en un tono más quedo: y la puerta de mi habitación, mi marido me abandonará esta noche para pasárselo bien bebiendo con sus amigos.

¡GINEBRA! gritó la voz de un hombre desde una de las mesas. ¡MÁS CERVEZAS!

 

La mujer puso los ojos en blanco ante aquello y suspiró profundamente, comenzando a preparar las cervezas mientras les decía el precio de las habitaciones, que incluían un par de comidas en el lugar y los establos para los caballos. Dann accedió a aquello, sabiendo que, aunque era un poco más caro de lo que debería, no iban a poder encontrar otro lugar y, después de pagarle a la mujer, ignoró la forma en la que ésta le guiñó el ojo sugerentemente antes de ir a buscarles las llaves de sus habitaciones y dárselas, de la misma forma que ignoró la forma en la que ésta rozó su mano al dejar las llaves sobre ella y simplemente se dirigió afuera, donde lo esperaban Ivan y Louis con los caballos y todas sus pertenencias para darles las buenas noticias. Sin embargo, el guerrero se detuvo tras cruzar el umbral de la puerta y salir a la calle, escuchando las voces de sus dos acompañantes, hablando sobre algo que lo dejó paralizado.

 

¿Has decidido cuándo vas a contarles a los demás quién eres? preguntó la voz de Louis. Han confiado en ti todo este tiempo, se lo debes.

Lo sé... lo sé respondió Ivan. Es algo que debo hacer antes de que pase mucho más tiempo, pero ahora mismo no quiero hacer el viaje más complicado para todos.

Y cuando lleguemos al castillo estarán todos demasiado ocupados con todo lo que deben preparar para mostrar a Arthur como el heredero al trono y tampoco querrás perturbarlos con ello replicó Louis, pero créeme que es mejor que lo sepan cuanto antes.

Lo haré, no te preocupes, lo haré prometió Ivan.

 

Después de aquello, sus voces dejaron de escucharse, pero Dann no pudo salir de su parálisis durante un buen rato, su cerebro trabajando a toda velocidad. Cuando el mago había llegado hasta el castillo, en aquella noche de tormenta, destrozando la pesada puerta de madera como si ésta no fuese más que un palillo para los dientes, le había parecido una de las mayores amenazas a las que se había enfrentado en toda su vida, pero Arthur había llegado hasta él y lo había convencido de que debía de confiar en él porque había soñado con su llegada y éste no significaba ninguna amenaza para ellos. Dann había dejado de lado sus reservas y había confiado plenamente en aquel mago... pero había demostrado en los últimos tiempos que no era de fiar, ocultando lo que sabía de ChiWoo cuando éste llegó hasta ellos y, además, ocultándoles algo que parecía ser importante sobre su identidad. Ivan les debía demasiadas explicaciones y no se iba a librar de darlas, Dann no lo iba a dejar correr, no cuando aquello podía llegar a ser un peligro para Arthur.

 

Solo tras unos pocos minutos, pudo calmarse lo suficiente como para no mostrar en su expresión que había oído la conversación que los otros dos habían mantenido, apareciendo ante ellos con una sonrisa para contarles cómo había conseguido por fin un lugar dónde pasar aquella noche y estar también un par de días más en el pueblo para descansar un poco antes de emprender de nuevo su viaje. Ninguno de los dos pareció percatarse de que hubiera algo raro en él y simplemente comenzaron a recoger todas sus pertenencias para des-ensillar a los caballos y dejar que éstos descansaran en los establos de la posada antes de subir hasta las habitaciones para dejar todas las cosas en ellas. Solo tras dejarlo todo listo en la posada, volvieron a salir a la calle, en busca de los otros tres que habían dejado en la plaza del pueblo, disfrutando de el ambiente festivo que se respiraba en el lugar.

 

Encontrar a sus acompañantes entre toda la gente que se acumulaba en el lugar fue complicado, por lo que tardaron un buen rato en finalmente vislumbrarlos, cerca de un vallado que habían improvisado en una esquina de la plaza, donde se encontraban apoyados, observando todo lo que se desarrollaba en el lugar. Parecían mantener una conversación animada y Arthur no paraba de reír, feliz, la expresión de preocupación de su rostro había desaparecido por completo por primera vez en varios días y Dann sintió que su corazón daba un vuelco por aquella preciosa sonrisa. Ahora que había aceptado cómo se sentía junto a él y no solo lo había aceptado, sino que lo había puesto también en palabras, Dann parecía sentirse más ligero, pero a la vez, cada cosa que el chico hacía provocaba demasiado en él y de vez en cuando se encontraba observándolo como un idiota, sin poder remediarlo, porque aquel muchacho se había convertido en alguien demasiado importante para él.

 

~

 

Cuando la noche cayó, la comitiva volvió a la posada para asearse y quitarse el polvo del camino, cenar y dormir. A pesar del ambiente festivo que se respiraba en la ciudad y en la taberna, a pesar de que las cervezas eran un tercio más baratas esos días para así incrementar el consumo, ninguno de ellos tuvo las suficientes energías como para seguir en pie por más tiempo. Apenas habían pasado unos diez u once días desde que habían dormido en una cama de verdad, en colchones blandos hechos de lana y de paja, pero habían tenido demasiadas aventuras y habían sufrido demasiadas desventuras, así que, estaban cansados, muy cansados, incluso aunque prácticamente estuvieran los unos encima de los otros en aquella pequeña habitación, los ronquidos y las respiraciones pesadas no se hicieron esperar. Dann también estaba cansado y la respiración regular de Arthur entre sus brazos era algo que lo ayudaba a conciliar el sueño y dormir mejor, saber que el chico estaba junto a él y que lo podría proteger de cualquier mal que pudiera acecharlos mientras dormían; sin embargo, no podía dormir. Tenía demasiadas cosas en la cabeza, muchas concernientes a cómo podrían hacer el anuncio de Arthur como el legítimo heredero al trono sin que se encontrasen con tanta oposición como esperaba de los diferentes nobles... pero a todas las preocupaciones que albergaba su mente, se le había sumado también aquella que había adquirido ese mismo día sobre la verdadera identidad del mago que los acompañaba.

 

¿Quién demonios era Ivan y qué era lo que quería de ellos? ¿Por qué había ido hasta ellos y se había ganado su confianza? ¿Cuáles eran sus motivos para hacer todo eso? ¿Quería hacerles algún tipo de daño? Dann no sabía la respuesta a ninguna de esas preguntas y eso lo tenía bastante nervioso y preocupado, sin poder conciliar el sueño a pesar del cansancio... aunque no era el único que todavía estaba despierto esa noche. Mientras Dann seguían dando vueltas y vueltas a mil y una posibilidades en su mente, escuchó cómo en la habitación había un poco de ajetreo y, giró su cabeza, viendo cómo el objeto de sus pensamientos esa noche se había levantado de su cama, cogiendo su báculo. Sus miradas se encontraron en la oscuridad de la noche, iluminada por la escasa luz que entraba por la ventana de los faroles que alumbraban la calle y el mago le dedicó un pequeño asentimiento con la cabeza antes de caminar con cuidado por la habitación y salir de ella, dejando la puerta levemente abierta. Dann entendió con aquello que Ivan quería que lo siguiera, así que, con infinito cuidado, se desembarazó del cuerpo de Arthur, intentando por todos los medios que éste no se despertase, y después salió tras el mago, cerrando, ahora sí, la puerta al salir.

 

Dann recorrió los pasillos de la posada hasta llegar a la escalera y luego bajar por ella, asomándose a la zona de la taberna por si veía la figura blanca del mago en el lugar y, al no hacerlo, salió a la calle, encontrándolo allí, caminando calle abajo, alejándose del barullo que había cerca de la puerta de la posada, donde algunos borrachos salían a tomar el aire o a pelearse. Lo siguió calle abajo, a algunos metros de distancia, caminando lentamente, como él, hasta que el mago finalmente se detuvo, cerca de la salida del pueblo, donde las casas comenzaban a ser mucho más escasas. El mago alzó so cabeza para mirar al cielo, a la luna que había comenzado a crecer y que no era más que una fina línea en el firmamento lleno de estrellas. Cuando Dann llegó hasta él, no se colocó a su lado, sino que se quedó unos a un par de metros de distancia, observando detenidamente al mago, los rasgos aniñados de su rostro, pero su mirada oscura, llena de sabiduría infinita, sabiendo que ante él se encontraba alguien que escondía su verdadera identidad.

 

Sé que escuchaste una conversación privada entre Louis y yo comentó Ivan, girándose hacia él. Y creo que te debo una pequeña explicación, a ti y al resto, pero como guerrero sé que tú me lo pondrías más difícil que el resto si quisieras enfrentarte a mí.

 

Dann no se explicaba cómo había podido saber que los había escuchado, pero se alegraba de que éste quisiera hablar con él de aquello y explicarse. Lo que realmente no entendía era el resto de lo que había dicho porque había visto a Ivan luchar y usar sus poderes, por lo que sabía que aquello era soberana tontería. Era imposible para él luchar contra el mago y salir vencedor, a pesar de que pudiera aguantar un poco y plantarle cara, no suponía ninguna amenaza para él... cosa que sí sucedería al contrario, porque Ivan era más que capaz de salir indemne de un enfrentamiento contra él.

 

¿Tengo algún motivo por el cual debería enfrentarme a ti? dijo en cambio.

Espero que no respondió el otro. Sé que nuestro primer encuentro no fue demasiado encantador porque llegué sin anunciarme y provocando el caos, de la misma forma que no he contado todo lo que sabía sobre el viaje, sobre los seres que nos hemos encontrado en el camino o sobre mí enumeró. Debía haber sido un poco más sincero desde el principio, pero no es la primera vez que alguien trata de rechazarme y atacarme en cuanto revelo mi verdadera naturaleza.

Arthur confía en ti y, aunque yo siempre he tenido mis reservas, también te estoy dando ahora mismo un voto de confianza, dejando que te expliques antes de formar una opinión replicó Dann.

Bien murmuró, volviendo de nuevo su cabeza hacia la luna. Es probable que tengas algunas dudas sobre mis intenciones, pero te aseguro que nunca fueron viles y que jamás he deseado el mal para Arthur principalmente, pero para ninguno de vosotros también comenzó, vine aquí para lo contrario, de hecho.

 

El mago dejó escapar un pequeño suspiro y cerró sus ojos, comenzando a brillar bajo la escasa luz que llegaba desde la luna. Sus ropas, su pelo, su piel, su vara, todo ello empezó a refulgir hasta que la luz fue tan fuerte que Dann tuvo que hacerse sobra sobre sus ojos para soportar aquel brillo. El fenómeno no duró más que unos segundos, pero cuando Ivan dejó de brillar, el chico de apariencia joven, casi adolescente, que había estado ante él hasta hacía tan solo unos momentos, ya no estaba allí, ya que, en su lugar, había un hombre anciano y corpulento, de cabello blanco y barba larguísima, que había vuelto la mirada hacia él.

 

Mi nombre es Ivan el Sabio dijo. Soy uno de los pocos magos ancestrales que siguen con vida después de varios milenios y vine al Reino de la Lluvia a ayudar a Arthur a ser rey, de la misma forma que lo hice cientos de años atrás cuando entregué la espada Excalibur al primer rey de su linaje.

 

Dann ni siquiera pudo abrir la boca por la sorpresa. Se quedó completamente paralizado porque no se había esperado aquella respuesta, de hecho, de todo lo que se hubiera podido imaginar que el mago le dijera, estaba seguro que eso era algo que jamás habría pensado que obtendría como respuesta. El cambio de imagen de Ivan había sido radical y sus palabras le habían provocado una gran impresión, por lo que no sabía ni siquiera cómo reaccionar a ello. No obstante, trató de asimilarlo para poder pensar con claridad, buscando en su mente algún conocimiento sobre los magos ancestrales que Ivan había mencionado. Sabía que debía de haber leído algo sobre ellos cuando todavía estaba en su reino, algo sobre siete magos increíblemente poderosos que vivían escondidos del mundo, haciendo pequeñas o grandes obras para cambiar el destino de aquellos que tenían un futuro increíble por delante, ya fuera para bien o para mal. Eran leyendas, cuentos de hadas... de la misma forma que lo había sido Excalibur, pero allí se encontraba, en posesión de Arthur, por lo que, las leyendas eran a veces también podían ser verdad. Dann se llevó las manos a la cabeza, sintiendo una punzada repentina de dolor, darle vueltas a lo que Ivan le había dicho hacía que le hubiera empezado a doler porque tenía que tener demasiadas cosas en cuenta y necesitaba mucha más información para ello. Sin embargo, aquella noche solo le debía de interesar que el mago le respondiese a las preguntas importantes.

 

¿Por qué decidiste ayudar a Arthur? preguntó, tratando de serenarse y volviendo a adoptar una postura firme. Hay mucha gente en el mundo a la que te podrías haber acercado para ayudarlas.

Ayudé a sus antepasados dándoles Excalibur replicó éste. Y el Reino de la Lluvia floreció bajo sus reinados... cuando éstos se volvieron demasiado arrogantes, la espada les fue retirada para que tratasen de volver a sus raíces y ahora era el momento de que su linaje volviese a hacer algo grande por este reino bajo el mandato de Arthur.

¿Y por qué ahora y no antes?

Porque antes tú, Dann, no habías entrado en su vida le dijo, esbozando una pequeña sonrisa. Tú traías los vientos del cambio a este reino y eso era lo que Arthur necesitaba para poder brillar como rey.

 

 

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