martes, 15 de noviembre de 2022

[OneShot] Pepero day {JunRie}

Título: Pepero day

Autora: Riz Aino

Pareja: JunRie (Rie + Junji) (OnlyOneOf)

Clasificación: PG–13

Géneros: canon, romance, fluff, drama

Número de palabras: 1.650 palabras

Resumen: jugar con el pepero quizás es jugar con un fuego que lleva meses necesitando tan solo una chispa para terminar de encenderse, pero ni a Sungho ni a Junhyung les importa lo suficiente.

Notas: historia escrita por el pepero day.

Comentario de autora: voy tarde, lo sé, tenía muchas ganas de escribir esto, pero muy poco tiempo material para hacerlo. Espero que os guste.


 

            Unos golpes sonaron en la puerta de la sala en la que estaba Sungho y se giró rápidamente para ver de quién se trataba a través del cristal de la puerta, encontrándose al hacerlo con Junhyung, dedicándole una pequeña sonrisa. Sungho le respondió a la sonrisa con otra y le indicó que podía pasar. El chico entró inmediatamente a la pequeña habitación que Sungho tenía asignada y se colocó a su lado, sonriéndole todavía, pero sin ser capaz de mirarlo a los ojos, llevando una mano a su pelo entre plateado y morado, rascándose la cabeza. Parecía nervioso y quizás un poco avergonzado.

 

            —¿Pasa algo, Junhyungie? —le preguntó, sin poder contenerse.

 

            El menor negó con su cabeza, su pelo rizado ondeando por el movimiento, pero no dijo absolutamente nada más, solo se quedó allí plantado, sin terminar de mirarlo a la cara. No hacía más que un par de horas que ambos habían vuelto de los eventos que habían tenido en aquel día y se habían pasado prácticamente todo el día juntos, pero imaginaba que lo que tenía que decirle no era algo que le pudiera decir rodeado de la gente del staff y del fandom y por eso había esperado hasta aquel momento. Sungho no quiso tampoco presionarlo, el chico había ido allí porque tenía algo que decirle, estaba seguro de ello, pero también sabía a la perfección que, si lo atosigaba a preguntas, al final éste iba a huir y a no decirle lo que quería. Junhyung era como un gato en muchos sentidos y Sungho había aprendido que era mejor dejarlo ser y esperar a que fuera hacia él directamente y le dijera las cosas, antes de querer sacárselas con sacacorchos. Si había ido hasta allí, estaba seguro de que en algún momento le diría lo que le tuviera que decir, porque si no, no se habría dignado siquiera a buscarlo.

 

            —Siéntate, no te quedes ahí parado —le dijo, señalando la otra silla que se encontraba en la pequeña habitación.

 

            Junhyung asintió y le hizo caso, sentándose a su lado, y Sungho se dedicó entonces a seguir con lo que estaba. Llevaba varios días sin tocar su cuaderno de japonés, así que, había querido recuperar un poco el tiempo perdido aquel día, aunque estaba cansado por el día de locos que había llevado. Intentó seguir con aquello, memorizar algunas palabras que se le resistían y revisar algunas frases que era interesante que se aprendiera para el próximo viaje que hicieran a Japón poder desenvolverse mucho mejor en el país; no obstante, teniendo allí a Junhyung y sintiendo su mirada penetrante sobre él, no se podía concentrar lo necesario para poder seguir con su estudio y al final decidió cerrar su libreta y guardarlo todo, encendiendo el ordenador para hacer algo que no requiriese tanta concentración mientras esperaba a que Junhyung terminara de decidirse a hablarle o no.

 

            —Hyung…

 

            La voz de Junhyung unos momentos después casi lo sobresaltó, pero trató de no parecer afectado por ello y se giró hacia el chico, dedicándole una sonrisa amable para ver si de aquella forma se animaba más a hablar, pero éste solo lo miró durante algunos momentos, esta vez mirándolo fijamente a los ojos, casi sin pestañear durante unos momentos, hasta que éstos se desviaron hacia abajo, hacia sus labios. Entonces, Junhyung se lamió sus labios y tragó saliva y aquello provocó una reacción en el cuerpo de Sungho sin que éste pudiera hacer nada por evitarlo. Todo su cuerpo tembló, sus ojos se desviaron también hacia los labios de Junhyung y lo único en lo que su mente podía pensar en aquellos momentos era en besar al menor. Sungho tuvo que recordarse fervientemente que eso era lo único que no podía hacer y que debía dejar de pensar en besar a Junhyung porque aquello sería contraproducente para su amistad y para el futuro de OnlyOneOf, un futuro que no quería echar por la borda ahora que por fin estaban comenzando a despegar.

 

            Fue difícil. Fue increíblemente difícil dejar de mirar la boca de Junhyung y centrarse de nuevo en sus ojos, porque lo único que le mostraba su mente eran imágenes de ellos dos grabando sus mvs aquel verano, de ambos teniendo sus rostros a escasos centímetros, sintiendo el aliento el uno del otro, o cómo sus bocas se posaban en zonas de sus caras cercanas a sus labios buscando el mejor ángulo, buscando la máxima realidad posible. Habían sido muchas las tomas que habían hecho y habían sido demasiadas las veces en las que no había podido dejar de pensar en lo mucho que había deseado que alguno de los dos no calculara bien “por error” para acabar besándose… sin embargo, Sungho había tenido que hacer de tripas corazón y simplemente había tratado de enfocarse en mil cosas más aquellos meses para olvidarse de todo lo que había pasado mientras grababan y de lo muchísimo que quería besar a Junhyung. No había ido del todo mal porque habían tenido tantísimas cosas que hacer en aquel tiempo que apenas había podido pensar en ello, pero imaginaba que después de haber tenido que comerse aquel pepero entre ambos para la foto para las redes del fansign que habían hecho aquel día y la forma en la que Junhyung había mirado sus labios habían reabierto las heridas.

 

            —Hyung… —volvió a murmurar Junhyung, sacándolo repentinamente de sus pensamientos—. Me gustaría acabar algo que no hemos podido hacer antes.

            —¿De qué se trata, Junhyungie? —preguntó, un poco confuso, tratando de encontrar en su mente alguna tarea que hubieran dejado a medias.

            —Antes no hemos podido comernos el pepero entero porque ha sido solo para hacer la foto —comentó el chico—. Me gustaría terminarlo.

 

            Sungho parpadeó rápidamente, todavía más confuso que antes. A veces no entendía cómo funcionaba el cerebro del chico y aquella era una de aquellas ocasiones, no obstante, aunque no entendía del todo qué había motivado su propuesta, simplemente asintió a la petición del menor. Una sonrisa encantadora apareció en el rostro de Junhyung y Sungho sintió cómo su corazón se saltaba un latido por aquella preciosa sonrisa; no obstante, no tuvo tampoco demasiado tiempo para admirarla porque Junhyung sacó un paquete de peperos del bolsillo, cogiendo uno y colocándoselo en la boca a Sungho, antes de inclinarse hacia él inmediatamente, salvando la poca distancia que los separaba en apenas un segundo, comiéndose el pepero hasta que sus labios se encontraron con los suyos. Sungho se quedó completamente paralizado, notando cómo los labios de Junhyung se movían sobre los suyos, inquietos, demandantes, hasta que comenzó a responder al beso, por puro instinto, sus labios amoldándose al ritmo del chico y llevando su mano a la chaqueta del chico para acercarlo más a sí mismo, para sujetarse un poco y saber que aquello era el mundo real.

 

            El beso realmente no duró más que unos pocos segundos porque el menor acabó separándose de él antes de que Sungho terminase de saborear el chocolate y la galleta del pepero en su boca, pero lo había dejado tan perdido y tan sorprendido, que se encontró inspirando hondo, buscando el aire que le había faltado a sus pulmones.

 

            —Junhyung… —jadeó.

 

            Pero antes de que pudiera decir nada más, el chico volvió a colocarle un pepero en su boca y a inclinarse sobre él para besarlo de nuevo y, aquella vez, Sungho sintió cómo su cuerpo se volvía de gelatina por completo, moviendo su boca contra la de Junhyung y por fin obteniendo lo que hacía meses que quería. Y cuando el chico trató de separarse de él aquella vez, no lo dejó, llevando sus manos a su nuca y besándolo de una forma mucho más intensa, mucho más desesperada, su lengua buscando la de Junhyung y queriéndoselo comer por completo hasta que tuvieron que separarse por falta de aire. Solo en ese momento, mientras ambos se miraban el uno al otro con intensidad, jadeantes, fue plenamente consciente de lo que había pasado entre ambos. Junhyung lo había besado usando de excusa el pepero, dos veces, y él había respondido con gusto a aquello, buscando más y más de él.

 

            —Hyung… —murmuró Junhyung, esbozando una pequeña sonrisa en sus labios—. Me gustaría poder seguir besándote… sin la excusa del pepero… solo porque… me gustas mucho… pero… no quería que me… rechazases…

 

            Sungho no pudo evitar la sonrisa amplia que se instaló en sus labios al escuchar aquellas palabras. Habían estado jugando con fuego cuando habían grabado el mv juntos y aquello había hecho que ambos se replanteasen muchas cosas, demasiadas, y Sungho estaba encantado con que Junhyung hubiera dado aquel paso hacia él con el pepero porque él estaba seguro de que no habría sido capaz de hacerlo. Y quizás no debían, quizás no era lo correcto, quizás era algo que tenían que evitar a toda costa y enterrar en el fondo de sus corazones, de sus mentes, pero aquellos besos habían puesto todas las cartas sobre la mesa y estaba claro que ninguno de los dos estaba dispuesto a dejar de besar al otro ahora que habían descubierto lo que era, por ese motivo, Sungho se acercó de nuevo hacia Junhyung, salvando la escasa distancia que los separaba y besar de nuevo sus labios, murmurando entre besos lo muchísimo que le gustaba también, notándolas sonrisas del menor entre beso y beso.

 

 

 

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario