¿JongIn?
Lee TaeMin ve un rostro entre la
multitud que puebla la sala de la discoteca y le resulta muy conocido. Minutos
después lo vuelve a divisar y no puede creer lo que está viendo. Su mejor
amigo, el chico del que siempre había estado perdidamente enamorado, estaba
allí, en aquella discoteca, aunque era completamente imposible porque al chico
no le gustaba la música tan alta rebotando en su cerebro, ni las chicas que
intentaban atraerlo hasta su cama pegándose tanto a su cuerpo que no lo dejaban
bailar.
Por eso estaba demasiado extrañado y
por eso, cuando se acercó para ver si tenía razón, se quedó de piedra.
La persona que estaba ante él no era
su amigo JongIn, pero se parecía considerablemente. El mismo rostro, el mismo
tono de piel, el mismo cabello negro. TaeMin diría que había encontrado a su hermano
gemelo, de no ser porque la persona que estaba ante él no era un chico, sino
una chica.
Ella se acercó hasta TaeMin al notar
su penetrante mirada y le sonrió de lado. Incluso la sonrisa era la misma y el
chico sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Si fuera hetero o bi ahora mismo
estaría metiéndole la polla en cualquier esquina oscura a aquel bellezón, pero
era gay y, aunque la chica era un calco de la persona que realmente le gustaba,
no creía que follársela fuera a ser igual.
―Mi nombre es Kiko ―le dijo ella en
su oído para que pudiera escucharlo por encima de la música―. Y no me
importaría pasar una noche contigo.
Lee TaeMin estuvo muy tentado a
hacerlo, demasiado. Veía a JongIn en ella, pero no era exactamente él. Por eso,
al final, después de estar bailando con ella y conociéndola un poco, rechazó su
oferta, aunque los besos con lengua que se llevó de regalo fueran bastante
prometedores.