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miércoles, 2 de abril de 2014

El Retrato de Cho KyuHyun

El Retrato de Cho KyuHyun

            Al fin había vuelto a casa. Había viajado por todo el mundo durante los últimos años de mi vida y había sucumbido a todos y cada uno de los placeres que este me había brindado. Mujeres y hombres caían rendidos ante mi belleza y pasaban la noche en mi cama. Era el mejor amante de maridos y esposas, de prostitutas y vírgenes. No me había vuelto a enamorar desde aquella vez, ni tampoco había pensado en ello más, pero ahora que estaba en casa, los recuerdos acosaban mi mente.

            Intenté despejarme yendo a la fiesta que organizaba mi mejor amigo cuando había vivido en Londres, Park JungSoo. A esta me acompañaba mi fiel servidor, ChangMin, al que había conocido mientras me dedicaba a los placeres de la vida. Al entrar en la gran casa y, tras realizar los pertinentes saludos a las damas y caballeros de la alta sociedad de Londres, me dirigí hacia mi buen amigo, que estaba hablando con una jovencita de muy buen ver.

            Habían pasado veinte años y él había envejecido bastante, pero aún tenía aquel brillo travieso en su mirada que me hizo pensar en los viejos tiempos.

            ―JungSoo ―saludé. Él, al escuchar mi voz, inmediatamente me miró y su rostro reflejó una expresión que no pude identificar, pero que no me gustó nada.
            ―¿KyuHyun? ―preguntó―. ¿Cómo es posible?
            ―He regresado a casa.
            ―Imposible… Es imposible… Estás exactamente igual… ―murmuró.
            ―Y por ti han pasado muchos años ―comenté riéndome a carcajadas. Tras la impresión inicial, mi amigo comenzó a reír conmigo y todo pareció quedar olvidado.
            ―Ven, te presento a mi hija ―tomó a la joven con la que había estado hablando antes por los hombros y la colocó frente a mí―. Ella es Victoria.

            Su pelo castaño y ondulado estaba recogido en un moño como los que se llevaban durante aquella década. Su rostro era tan blanco y fino como la porcelana que venía de Oriente. Sus ojos grandes y de color miel. Su boca pequeña y rosada. Su cuerpo delgado y torneado, debido seguramente al corsé obligatorio para las mujeres de alta sociedad.

            ―Encantado de conocerte ―murmuré―. Mi nombre es Cho KyuHyun.

            Ella esbozó una sonrisa y mi muerto corazón se saltó un latido. No podía ser posible, me había vuelto a enamorar.