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miércoles, 19 de marzo de 2014

Nightmare

Nightmare


            Los chicos de Topp Dogg llegaron a sus respectivos apartamentos después de una presentación en un concierto que los había hecho llegar a casa mucho más tarde que de costumbre. Todos estaban muy cansados puesto que aquel día había sido demasiado largo y habían tenido muy pocas horas de sueño.

            Comenzaron a ducharse rápidamente según el orden establecido desde que se habían mudado y los que todavía no podían hacerlo, se entretuvieron jugando un poco para no quedarse dormidos con el maquillaje, ahora corrido, y sudados por el calor que habían pasado bajo los focos.

            Cuando YoonCheol por fin pudo meterse en la cama después de todo el ajetreo, ni siquiera se fijó en que DolDol, su peluche, no estaba a su lado y cayó en un sueño profundo, al igual que todos sus compañeros de cuarto y apartamento, al menos los que ya se habían duchado.


            YoonCheol estaba en un lugar que no reconocía. Parecía un pasillo demasiado blanco y demasiado largo. Le daba miedo, pero parecía que tenía que avanzar por allí para salir de ese sitio. Comenzó a caminar rápidamente, pero apenas había avanzado algunos metros cuando escuchó un sonido a su espalda.

            El chico se giró, presa del pánico para ver qué era aquello y cuando lo vio gritó. Era DolDol, pero quince veces mayor de lo que era su tamaño real y su rostro estaba desfigurado en una mueca de odio. DolDol lanzó un gruñido furioso y avanzó hacia él. YoonCheol salió corriendo de nuevo, mirando hacia atrás de vez en cuando para ver cuanta ventaja tenía sobre aquella criatura.

            Por más que avanzaba, el pasillo seguía siendo igual de largo y su perseguidor cada vez se acercaba más a él. El chico gritó de nuevo y en ese momento abrió sus ojos.


            Se encontraba en su habitación, podía ver el colchón de arriba, donde dormía HanSol. El chico suspiró. Todo había sido una pesadilla.

            YoonCheol buscó a DolDol en su cama y no lo encontró. Buscó bajo ella y tampoco lo halló. Se mordió el labio inferior. Sin el peluche no podía dormir y seguro que SangDo se lo habría llevado con él aprovechando que el dueño se duchaba.

            El chico se levantó de la cama e, intentando no hacer ruido que despertara a sus demás compañeros de habitación, se dirigió a la que SangDo compartía con TaeYang. Quiso abrir la puerta, pero esta no le hacía ningún caso, seguramente habrían echado el pestillo y por eso no podía entrar.

            YoonCheol volvió a morderse el labio inferior. Sin nada que abrazar no podía dormir bien y la muestra era aquella pesadilla en la que su amado DolDol lo perseguía por un pasillo blanco. Nada más recordarlo, un escalofrío recorrió su columna vertebral.

            El chico hizo un puchero. Tendría que recurrir a una opción a la que llevaba sin recurrir demasiado tiempo.

            Se puso unas pantuflas y salió del apartamento en el que vivía, dirigiéndose al otro que habitaban los demás miembros del grupo, aquel en el que dormía SangGyun.

            Entró en el lugar, tras introducir la clave correspondiente, y luego fue hacia la habitación que el chico compartía y se subió en su cama, metiéndose entre las sábanas y abrazando a aquel pequeño bromista y encantador dongsaeng con el que había compartido muchas cosas.

            El otro se removió al sentir su abrazo y se giró, abriendo lentamente sus ojos, para ver qué era lo que había perturbado su sueño.

            —¿Hyung? —murmuró—. ¿Qué haces aquí?
            —SangDo hyung me ha quitado a DolDol y he tenido una pesadilla, así que no puedo dormir —contó. El chico le sonrió cálidamente y lo abrazó contra su cuerpo, como si él fuera el hyung que tenía que cuidar de su dongsaeng.
            —Tranquilo, puedes dormir aquí —comentó.

            —Gracias —susurró YoonCheol abrazándose fuertemente al otro cuerpo y cerrando sus ojos para abandonarse al sueño, ahora que podía abrazar a alguien, y además, se sentía muy bien y tranquilo al hacerlo.