My Love
2/2
Había pasado una semana desde que mi hyung y
yo nos tocáramos de aquella manera tan excitante. Ahora, cuando estaba en su
presencia, me ponía nervioso, o la mayoría de las veces, lo que quería era
montármelo con él, dándome igual el lugar, la gente que pudiera haber y todo
eso. Sólo quería volver a estar con él, volver a sentir sus manos y algo más
sobre mi pene, sus besos sobre cada rincón de mi cuerpo, sólo lo quería a él.
Pero volvíamos a no tener tiempo ni para respirar, y eso me desesperaba.
-JungShin- dijo mi hyung chasqueando sus
dedos delante de mí- ¿te pasa algo?- volví en mí y dejé de pensar en el chico
que tenía delante de mí, para centrarme en lo que me decía.
-No me pasa nada- contesté negando con la
cabeza.
-Te veo muy distraído- murmuró.
-Estaba pensando en ti- le dije y él sonrió.
-Eres un encanto.
Mi hyung se acercó a mí y me abrazó
fuertemente. Los demás idols que estaban en la sala de espera, para salir al
programa a hacer la actuación, nos miraron raro, pero me dio igual, yo ya
estaba acostumbrado a esas miradas. Pasé los brazos por su cintura y lo pegué
más a mí. Él dejó caer su cabeza sobre mi hombro y aprovechó mi pelo largo para
depositar un beso en mi cuello sin que nadie lo notara, haciéndome suspirar.
-Hyung… no estamos solos…
-Lo sé… pero no puedo estar apartado de ti…
-Yo tampoco… pero aquí…
-Lo sé… lo sé…- me dio otro pequeño beso en
el cuello y luego se alejó de mí, con una sonrisa en sus labios, en el momento
en el que llegaba nuestro líder, YongHwa, junto con MinHyuk, para comunicarnos
que teníamos que salir al escenario.
Acabamos la actuación, nos cambiamos de ropa
y nos montamos luego en el coche para dirigirnos a casa a descasar tras un día
de infarto. Nada más llegar me dirigí a mi habitación, que compartía con
MinHyuk y me quité la ropa, para en calzoncillos, tumbarme en la cama dispuesto
a dormir. Pero mi hyung tenía otros planes. Escuché abrirse la puerta y luego
cerrarse, con el pestillo, abrí mis ojos y lo descubrí con una sonrisa picarona
y sólo con sus boxers.
-Hyung… ¿qué haces?- pregunté mientras se
subía a mi cama y se metía conmigo bajo las sábanas.
-Te dije antes que no podía estar sin ti-
contestó.
-Pero… los demás…- murmuré.
-Van a ver una película… tardarán dos horas
como mínimo en irse a dormir…
-Pero…
-Sólo no hagas ruido…
Y nada más decir esto, comenzó a darme besos
por mi cuello, haciéndome suspirar levemente. Subió hasta mis labios y me besó
con avidez, introduciendo su lengua en mi boca y jugando con la mía, hasta que
nos quedamos sin aire y tuvimos que separamos para respirar. Nos quedamos
mirándonos fijamente a los ojos, respirando entrecortados, hasta que volvimos a
besarnos salvajemente, mientras nuestras manos volaban por el cuerpo contrario,
acariciando y haciéndonos así, gemir dentro del beso.
Mi hyung se apartó levemente de mí y vi cómo
se había sonrojado. Dejó caer su frente contra la mía, de una manera suave, y
nuestras respiraciones se mezclaron. Su cuerpo se movió sobre el mío, para
colocarse más cómodo, pero fatídicamente, (o no, según cómo se mire) nuestros
miembros se rozaron haciéndonos gemir a ambos un poco más fuerte, y nos tapamos
la boca el uno al otro para acallar los sonidos guturales de placer y que los
otros dos miembros del grupo no nos escucharan.
Nos miramos fijamente unos segundos,
mientras agudizábamos el oído por si escuchábamos a alguien acercarse. Nos relajamos
y suspiramos cuando no oímos nada. Quité la mano de su boca justo después de
que le diera un lametón a la palma, mirándome sensualmente.
-Eres
un pervertido, hyung.
-Lo sé
Comenzó en ese momento a moverse sobre mí,
frotando nuestros miembro el uno con el otro, con los boxers aun de por medio,
y sacándonos suspiros leves a ambos. Después, se encorvó un poco y mientras
seguía moviéndose, comenzó a darme besos, lamidas y mordiscos, no por ese orden
exactamente, porque yo estaba que no cabía en mí de placer y no tenía cabeza
para nasa, y menos, para darme cuenta de lo que él me hacía exactamente, y en
el orden en el que lo hacía.
Noté sus labios sobre mi clavícula y luego
bajando por mi torso, a la vez que sus dedos, pellizcaban mis pezones,
haciéndome gemir doblemente por su doble atención. Llevé mis manos a su pelo y
tironeé de él para llevar su boca de nuevo a mis labios y la saboreé
completamente, introduciendo mi lengua en ella y jugando con la ajena. Cuando nos
separamos para coger aire, un hilo de baba aún nos unía, hasta que mi hyung se
puso a darme lametazos like a perro por mi mentón y mi cuello. Por muy
desagradable que esto pudiera parecer, la verdad, es que a mí me estaba
excitando de sobremanera. Sí, lo sé, soy raro.
De repente, noté una de sus manos comenzar a
tocar mi entrepierna. Aun por encima del bóxer, se sentía delicioso. Me encantaba.
Su ritmo era torturantemente lento, así que, agarré su mano y comencé a guiarla
para que fuera más y más rápido. Mis gemidos eran cada vez más audibles, por lo
que aprovechó para tomar mis labios y hacer así que gimiera dentro del beso.
Me sentía genial, pero todavía no era
suficiente, por lo que cogí su mano y la metí dentro de mi bóxer en contacto
directo con mi sensible pene y el placer me inundó. Unos movimientos más de sus
hábiles dedos y acabé corriéndome tras el más delicioso de los orgasmos, entre
temblores.
-Y luego el pervertido soy yo- murmuró mi
hyung sacando la manos de mi bóxer, provocándome un gemido por culpa de la
sensibilidad que tenía ahora en esa zona.
-Ahhh… Jong… ahhh…
-Hum- hizo un puchero y luego en sus labios
apareció una sonrisa maliciosa- ¿sin el honorífico?- susurró en mi oreja a la
vez que notaba de nuevo a su mano colarse por mi bóxer- tendré que castigarte-
y agarró mi miembro arrancándome un gemido que se tuvo que escuchar por todo el
apartamento.
-Ahh… hyung… ahh… hazme… lo que… quieras…-
murmuré sin saber qué decía.
-Así me gusta- sacó su mano de allí, y esta
vez, llevó sus dedos, pringosos de semen a su boca y los lamió, a la vez que me
miraba con lujuria. Tragué saliva antes esta acción tan jodidamente pervertida
y excitante que le estaba devolviendo todo el vigor a mi miembro.
Quitó mis boxers deslizándolos por mis
piernas y también se quitó los suyos luego. Después, se dejó caer sobre mí,
para que nuestros miembros, se rozaran ahora sin tela de por medio y nos
hiciera gemir fuerte tras el contacto. En ese momento, saqué fuerzas de donde
no tenía, debido al reciente orgasmo, y nos giré a ambos, quedando yo ahora
encima.
Me escurrí hacia abajo, entre las sábanas y
entre sus piernas y soplé su miembro, notando cómo se estremecía. Acerqué mis
labios a la punta y le di un beso, escuchando un gemido salir de su boca. Me atreví
entonces a más y con mi lengua, recorrí una de las venas que lo surcaban de
abajo a arriba. La reacción que tuvo mi hyung me provocó hacer la última
acción, meterme su miembro por completo en la boca y comenzar a succionar y
chupar, hasta que, minutos después, él me paró.
-Para, para- me pidió respirando
entrecortado y yo dejé mi tarea mirándolo interrogante- si siques así me
correré en tu boca, y créeme, no es nada agradable.
-Está bien- me retiré y subí por su cuerpo
dándole pequeños besos hasta llegar a sus labios, que tomé con desesperación. En
ese momento, noté sus manos en mi trasero, jugando con él, tocándolo, hasta que
un dedo comenzó a dibujar mi entrada y jadeé.
-Tranquilo, relájate.
Y yo hice lo que mi hyung me pidió. Primero noté
cómo sus dedos húmedos delineaban aquel lugar prohibido y después, comenzaron a
colarse de uno en uno, moviéndose, abriéndolo, haciendo hueco para lo que
vendría después. Fui cambiado de nuevo abajo, con las piernas abiertas esta vez
y mi hyung colándose entre ellas.
-Prometo ser cuidadoso- me susurró dándome
un beso, mientras, lentamente se introducía en mi interior. Grité de dolor y él
paró- muérdeme para que no te oigan- me dijo y atrapé un trozo de piel de su
hombro entre mis dientes, que maltraté hasta que su miembro estuvo
completamente adentro.
Comenzaron los vaivenes y cuando dejé de
sentir dolor, ya que fue reemplazado poco a poco por el placer más exquisito,
lo incité a ir más rápido y más hondo, haciéndome gemir cada vez que tocaba un
lugar que me llevaba al paraíso. Sus manos bajaban por mi cuerpo hasta llegar a
mi miembro, nuevamente erecto y comenzó a bombearlo mientras toqueteaba mis
testículos. Me corrí poco después y él dentro de mí, luego, agotados, caímos en
brazos de Morfeo.
Me desperté cuando un rayo de sol me dio
directamente en un ojo sin consideración ninguna. Abrí mis ojos, haciéndome
visera con una mano y descubrí a mi hyung acostado a mi lado. Respiré hondo. Se
veía hermoso tal y como estaba. Me giré lentamente para poder observarlo dormir
de más cerca, y así estuve bastante tiempo, hasta que él abrió sus ojos.
-Buenos días, JungShin…- dijo dando un
bostezo.
-Buenos días- contesté con una sonrisa.
-¿Cómo te sientes?- preguntó girándose hacia
mí.
-Por ahora, bien- respondí aceptando el beso
que me daba.
-Me alegra saber eso…- murmuró- no hagas
movimientos muy bruscos y seguirá bien…
-Está bien- me acerqué para rozar sus
labios.
-Eres hermoso…- me dijo y yo negué con la
cabeza.
-No lo soy…
-Claro que sí…- respondió él acariciando mi
rostro- eres la persona más hermosa que he visto en mi vida… te quiero,
JungShin…
-Yo también te quiero…