Mostrando entradas con la etiqueta CNBlue. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta CNBlue. Mostrar todas las entradas

jueves, 10 de enero de 2013

My Love


My Love


2/2

  
   Había pasado una semana desde que mi hyung y yo nos tocáramos de aquella manera tan excitante. Ahora, cuando estaba en su presencia, me ponía nervioso, o la mayoría de las veces, lo que quería era montármelo con él, dándome igual el lugar, la gente que pudiera haber y todo eso. Sólo quería volver a estar con él, volver a sentir sus manos y algo más sobre mi pene, sus besos sobre cada rincón de mi cuerpo, sólo lo quería a él. Pero volvíamos a no tener tiempo ni para respirar, y eso me desesperaba.

   -JungShin- dijo mi hyung chasqueando sus dedos delante de mí- ¿te pasa algo?- volví en mí y dejé de pensar en el chico que tenía delante de mí, para centrarme en lo que me decía.
   -No me pasa nada- contesté negando con la cabeza.
   -Te veo muy distraído- murmuró.
   -Estaba pensando en ti- le dije y él sonrió.
   -Eres un encanto.

   Mi hyung se acercó a mí y me abrazó fuertemente. Los demás idols que estaban en la sala de espera, para salir al programa a hacer la actuación, nos miraron raro, pero me dio igual, yo ya estaba acostumbrado a esas miradas. Pasé los brazos por su cintura y lo pegué más a mí. Él dejó caer su cabeza sobre mi hombro y aprovechó mi pelo largo para depositar un beso en mi cuello sin que nadie lo notara, haciéndome suspirar.

   -Hyung… no estamos solos…
   -Lo sé… pero no puedo estar apartado de ti…
   -Yo tampoco… pero aquí…
   -Lo sé… lo sé…- me dio otro pequeño beso en el cuello y luego se alejó de mí, con una sonrisa en sus labios, en el momento en el que llegaba nuestro líder, YongHwa, junto con MinHyuk, para comunicarnos que teníamos que salir al escenario.

   Acabamos la actuación, nos cambiamos de ropa y nos montamos luego en el coche para dirigirnos a casa a descasar tras un día de infarto. Nada más llegar me dirigí a mi habitación, que compartía con MinHyuk y me quité la ropa, para en calzoncillos, tumbarme en la cama dispuesto a dormir. Pero mi hyung tenía otros planes. Escuché abrirse la puerta y luego cerrarse, con el pestillo, abrí mis ojos y lo descubrí con una sonrisa picarona y sólo con sus boxers.

   -Hyung… ¿qué haces?- pregunté mientras se subía a mi cama y se metía conmigo bajo las sábanas.
   -Te dije antes que no podía estar sin ti- contestó.
   -Pero… los demás…- murmuré.
   -Van a ver una película… tardarán dos horas como mínimo en irse a dormir…
   -Pero…
   -Sólo no hagas ruido…

  Y nada más decir esto, comenzó a darme besos por mi cuello, haciéndome suspirar levemente. Subió hasta mis labios y me besó con avidez, introduciendo su lengua en mi boca y jugando con la mía, hasta que nos quedamos sin aire y tuvimos que separamos para respirar. Nos quedamos mirándonos fijamente a los ojos, respirando entrecortados, hasta que volvimos a besarnos salvajemente, mientras nuestras manos volaban por el cuerpo contrario, acariciando y haciéndonos así, gemir dentro del beso.

   Mi hyung se apartó levemente de mí y vi cómo se había sonrojado. Dejó caer su frente contra la mía, de una manera suave, y nuestras respiraciones se mezclaron. Su cuerpo se movió sobre el mío, para colocarse más cómodo, pero fatídicamente, (o no, según cómo se mire) nuestros miembros se rozaron haciéndonos gemir a ambos un poco más fuerte, y nos tapamos la boca el uno al otro para acallar los sonidos guturales de placer y que los otros dos miembros del grupo no nos escucharan.

   Nos miramos fijamente unos segundos, mientras agudizábamos el oído por si escuchábamos a alguien acercarse. Nos relajamos y suspiramos cuando no oímos nada. Quité la mano de su boca justo después de que le diera un lametón a la palma, mirándome sensualmente.

   -Eres un pervertido, hyung.
   -Lo sé

   Comenzó en ese momento a moverse sobre mí, frotando nuestros miembro el uno con el otro, con los boxers aun de por medio, y sacándonos suspiros leves a ambos. Después, se encorvó un poco y mientras seguía moviéndose, comenzó a darme besos, lamidas y mordiscos, no por ese orden exactamente, porque yo estaba que no cabía en mí de placer y no tenía cabeza para nasa, y menos, para darme cuenta de lo que él me hacía exactamente, y en el orden en el que lo hacía.

   Noté sus labios sobre mi clavícula y luego bajando por mi torso, a la vez que sus dedos, pellizcaban mis pezones, haciéndome gemir doblemente por su doble atención. Llevé mis manos a su pelo y tironeé de él para llevar su boca de nuevo a mis labios y la saboreé completamente, introduciendo mi lengua en ella y jugando con la ajena. Cuando nos separamos para coger aire, un hilo de baba aún nos unía, hasta que mi hyung se puso a darme lametazos like a perro por mi mentón y mi cuello. Por muy desagradable que esto pudiera parecer, la verdad, es que a mí me estaba excitando de sobremanera. Sí, lo sé, soy raro.

   De repente, noté una de sus manos comenzar a tocar mi entrepierna. Aun por encima del bóxer, se sentía delicioso. Me encantaba. Su ritmo era torturantemente lento, así que, agarré su mano y comencé a guiarla para que fuera más y más rápido. Mis gemidos eran cada vez más audibles, por lo que aprovechó para tomar mis labios y hacer así que gimiera dentro del beso.

   Me sentía genial, pero todavía no era suficiente, por lo que cogí su mano y la metí dentro de mi bóxer en contacto directo con mi sensible pene y el placer me inundó. Unos movimientos más de sus hábiles dedos y acabé corriéndome tras el más delicioso de los orgasmos, entre temblores.

   -Y luego el pervertido soy yo- murmuró mi hyung sacando la manos de mi bóxer, provocándome un gemido por culpa de la sensibilidad que tenía ahora en esa zona.
   -Ahhh… Jong… ahhh…
   -Hum- hizo un puchero y luego en sus labios apareció una sonrisa maliciosa- ¿sin el honorífico?- susurró en mi oreja a la vez que notaba de nuevo a su mano colarse por mi bóxer- tendré que castigarte- y agarró mi miembro arrancándome un gemido que se tuvo que escuchar por todo el apartamento.
   -Ahh… hyung… ahh… hazme… lo que… quieras…- murmuré sin saber qué decía.
   -Así me gusta- sacó su mano de allí, y esta vez, llevó sus dedos, pringosos de semen a su boca y los lamió, a la vez que me miraba con lujuria. Tragué saliva antes esta acción tan jodidamente pervertida y excitante que le estaba devolviendo todo el vigor a mi miembro.

   Quitó mis boxers deslizándolos por mis piernas y también se quitó los suyos luego. Después, se dejó caer sobre mí, para que nuestros miembros, se rozaran ahora sin tela de por medio y nos hiciera gemir fuerte tras el contacto. En ese momento, saqué fuerzas de donde no tenía, debido al reciente orgasmo, y nos giré a ambos, quedando yo ahora encima.

   Me escurrí hacia abajo, entre las sábanas y entre sus piernas y soplé su miembro, notando cómo se estremecía. Acerqué mis labios a la punta y le di un beso, escuchando un gemido salir de su boca. Me atreví entonces a más y con mi lengua, recorrí una de las venas que lo surcaban de abajo a arriba. La reacción que tuvo mi hyung me provocó hacer la última acción, meterme su miembro por completo en la boca y comenzar a succionar y chupar, hasta que, minutos después, él me paró.

   -Para, para- me pidió respirando entrecortado y yo dejé mi tarea mirándolo interrogante- si siques así me correré en tu boca, y créeme, no es nada agradable.
   -Está bien- me retiré y subí por su cuerpo dándole pequeños besos hasta llegar a sus labios, que tomé con desesperación. En ese momento, noté sus manos en mi trasero, jugando con él, tocándolo, hasta que un dedo comenzó a dibujar mi entrada y jadeé.
   -Tranquilo, relájate.

   Y yo hice lo que mi hyung me pidió. Primero noté cómo sus dedos húmedos delineaban aquel lugar prohibido y después, comenzaron a colarse de uno en uno, moviéndose, abriéndolo, haciendo hueco para lo que vendría después. Fui cambiado de nuevo abajo, con las piernas abiertas esta vez y mi hyung colándose entre ellas.

   -Prometo ser cuidadoso- me susurró dándome un beso, mientras, lentamente se introducía en mi interior. Grité de dolor y él paró- muérdeme para que no te oigan- me dijo y atrapé un trozo de piel de su hombro entre mis dientes, que maltraté hasta que su miembro estuvo completamente adentro.

   Comenzaron los vaivenes y cuando dejé de sentir dolor, ya que fue reemplazado poco a poco por el placer más exquisito, lo incité a ir más rápido y más hondo, haciéndome gemir cada vez que tocaba un lugar que me llevaba al paraíso. Sus manos bajaban por mi cuerpo hasta llegar a mi miembro, nuevamente erecto y comenzó a bombearlo mientras toqueteaba mis testículos. Me corrí poco después y él dentro de mí, luego, agotados, caímos en brazos de Morfeo.

   Me desperté cuando un rayo de sol me dio directamente en un ojo sin consideración ninguna. Abrí mis ojos, haciéndome visera con una mano y descubrí a mi hyung acostado a mi lado. Respiré hondo. Se veía hermoso tal y como estaba. Me giré lentamente para poder observarlo dormir de más cerca, y así estuve bastante tiempo, hasta que él abrió sus ojos.

   -Buenos días, JungShin…- dijo dando un bostezo.
   -Buenos días- contesté con una sonrisa.
   -¿Cómo te sientes?- preguntó girándose hacia mí.
   -Por ahora, bien- respondí aceptando el beso que me daba.
   -Me alegra saber eso…- murmuró- no hagas movimientos muy bruscos y seguirá bien…
   -Está bien- me acerqué para rozar sus labios.
   -Eres hermoso…- me dijo y yo negué con la cabeza.
   -No lo soy…
   -Claro que sí…- respondió él acariciando mi rostro- eres la persona más hermosa que he visto en mi vida… te quiero, JungShin…
   -Yo también te quiero…

miércoles, 12 de diciembre de 2012

My Love


My Love


1/2


   Estábamos sólo nosotros dos solos en el apartamento, los demás se habían ido y nos habían dejado tirados. Para un día que teníamos libre y en el que podíamos hacer lo que nos diera la gana, dormir, básicamente, y ellos se largaban, dejándome solo, con el acosador de JongHyun.

   A ver, que no es que no me gustara que me abrazara o se pusiera cariñoso y esas cosas, pero, es que eso a veces me hacía sentir algo confuso, y no me gustaba sentirme así de raro, bueno, ya venía raro de serie, pero no era ese tipo de rareza a la que estaba acostumbrado, sino que era otra cosa.

   La verdad, ni sabía lo que se me pasaba por la cabeza cuando mi hyung se me acercaba, me abrazaba o me daba un beso y luego, tan tranquilamente se iba de mi lado, dejándome con aquella sensación de no saber qué narices era lo que me pasaba.

   Estaba tumbado en el sofá del apartamento, en silencio, pensando, cosa rara en mí, pero bueno, a veces había que hacer esas cosas también, o me iría muy mal en la vida. De repente, mi hyung entró al salón con una sonrisa de oreja a oreja y se me tiró encima casi sin darme tiempo a reaccionar, y provocando que mi corazón comenzara a latir a mil por hora, ya fuera por el susto que me había pegado o por otra cosa más, que no llegaba a entender.

   -JungShin…- dijo él- tu hyung necesita mimitos…- se abrazó fuertemente a mí.
   -Cómprate un perro- contesté y él negó con la cabeza.
   -No quiero comprarme un perro.
   -Bueno, pues ve con tu amigo JongHyun de SHINee, él es lo más parecido a un perro que conozco y así no te lo tienes que comprar- volvió a negar con la cabeza, aunque esta vez lo vi sonreír ante mi ocurrencia.
   -Quiero que me de mimitos mi dongsaeng favorito…- miré de un lado a otro como buscando a la persona de la que hablaba y al percatarse de eso me dio un golpe en el brazo, riendo divertido- no busques, babo, eres tú- sonreí.
   -¿En serio?- pregunté creí que no era yo y te habías equivocado, por eso buscaba a MinHyuk.
   -Nah, eres tú, eso ni lo dudes- escuchar eso de sus labios, despreciando al lovely boy, y diciéndome que yo era mejor, me hizo sentir increíblemente bien e increíblemente raro. Aunque en realidad no lo había despreciado, pero me gustaba pensar que sí para sentirme mejor, más querido, más… ¿cómo me sentía exactamente? No podía ni describirlo, pero ahora tenía una sonrisita boba al saberme mejor que alguien, y más si ese alguien era guapo y agradable, no como yo, que era un puerco espín o algo por el estilo- JungShin…- lo volví a escuchar decir.
   -¿Qué quieres, hyung?
   -Quiero decirte algo.
   -Sólo dilo.
   -Te asustarás cuando te lo diga y no te querrás acercar más a mí- contestó, y eso hizo que mi curiosidad saliera a la luz y que pusiera toda mi atención en lo que él pudiera llegar a decirme, pero un silencio incómodo, de los que nada me gustaban a mí, se instauró entre nosotros y tuve que romperlo antes de que me estallara la cabeza.
   -Soy muy raro, lo mismo y todo reacciono bien.
   -Yo…- lo oí buscar oxígeno desesperadamente para lo que fuera que me iba a decir y luego comenzó a hablar saliendo a la luz su acento de Busán, lo que me indicó que estaba muy nervioso- yo… es que JungShin… la verdad, me creerás un… pervertido o algo así… por estar siempre encima tuya… y de los demás… pero es que soy cariñoso… y no lo puedo evitar… también sé que… no te quejas… ni tú ni ninguno… pero es que a veces…- estaba viendo cómo se estaba enrollando como una persiana y lo corté antes de que pudiera seguir con su retahíla de cosas sin sentido.
   -Hyung, al grano.
   -¡Qué me gustas!- soltó de golpe y sopetón escondiendo su rostro en mi pecho, avergonzado- ale… ya lo he dicho…

   No sabía cómo sentirme con esa declaración, pero todo las cosas raras que me pasaban interiormente, parecían haberse calmado y ahora sonreía cómo un estúpido. No sabía qué podía significar eso, pero… bueno… sí lo sabía, me agradaba que mi hyung hubiera dicho que yo le gustaba, por algún motivo desconocido, me agradaba de sobremanera… bueno… motivo desconocido, no. Mi corazón no paraba de latir cómo si se le fuera la vida en ello, y de mi rostro no se quitaba aquella sonrisa. Tenía todos los síntomas de lo que se definiría como rareza dentro de aquella sociedad anticuada que era la coreana, pero tampoco debería de importarme mucho, yo ya era raro de serie, así que, tampoco me costaba tanto aceptar lo que hacía tiempo que sabía que me pasaba pero que no había tenido el valor o la cabeza para reconocer. Me gustaba mi hyung, y ya.

   -Tú también me gustas…- estas palabras salieron de mis labios, y vi cómo una sonrisa se extendía por su rostro, antes de lanzarse a darme un tímido beso.

-oooOOOooo-

   ¿Cuánto tiempo había pasado desde que confesamos nuestros sentimientos? ¿Seis meses? No podía decirlo con exactitud, pero podría jurar que fue más o menos por ahí. Las promociones, grabaciones y ensayos, me volvían medio loco y ya no sabía prácticamente ni en que día vivía.

   Bueno, mi relación con JongHyun, delante de los demás seguía siendo igual, pero en cuanto nos quedábamos a solas, salía a relucir su lado cariñoso y pegajoso, que en los últimos tiempos se había desarrollado hasta niveles insospechados, y nos besábamos por las esquinas, en lugares apartados, en lugares en los nadie pudiera vernos, también al despiste de los demás cuando veíamos una película, pero no habíamos pasado más de ahí.

   Siempre que lo intentábamos, aparecía un problema u otro. La primera vez que lo intentamos, en el baño, se rompió la ducha y lo inundamos, la segunda, rompimos la cama, la tercera, casi nos pilla YongHwa en el sofá y la cuarta, a MinHyuk se le ocurrió volver antes de cualquier lado al que hubiera ido y nos descubrió en la cocina, comiendo fresas.

   Ya no lo intentamos más veces, aunque ambos queríamos, pero ni queríamos ser objeto de burla de los otros dos miembros, ni queríamos traumatizarlos o algo, así que, nos aguantábamos sólo con besos excitantes y caricias exploradoras que acababan con largas sesiones de desahogo en el baño para poder tranquilizarnos. Aunque a veces, eso no era suficiente, y las ganas nos iban a poder algún día, y ese día llegó.

   Estaba dormido, pero en cuanto sentí que mi cama se hundía por el peso de otra persona, me desperté sobresaltado, viendo cómo en penumbra, JongHyun, mi hyung y mi novio, se subía en mi cama y me acechaba como un felino a punto de atacar a su presa.

   -Hyung…- lo llamé adormilado cuando lo noté sentarse sobre mi cuerpo, tras haber retirado las sábanas que me cubrían.
   -JungShin- susurró- quiero hacerlo.
   -¿Hacer qué, hyung?- pregunté sin entender. Todavía estaba más dormido que despierto y no sabía a lo que JongHyun se refería. Tenía mucho sueño, demasiado.
   -Quiero sexo- mi cerebro tardó un buen rato en procesar estas palabras, pero cuando lo hizo, abrí mis ojos como platos, mientras comencé a sentir sus manos traviesas tocando mi cuerpo por debajo de la ropa con la que anoche me había quedado dormido.
   -Hyung… para…- le sujeté las manos intentando pararlo, y en el intento se quedó, porque no pude detenerlo- los demás nos escucharán.
   -No están aquí- susurró en mi oído, y me mordisqueó y lamió esa parte de mi cuerpo, haciéndome suspirar y poniendo mi piel como la de una gallina.

   Mi ropa fue lentamente retirada por sus manos, hasta que me quedé completamente desnudo y mientras, éstas, iban tocando mi piel. Comencé a palpar su torso desnudo, su espalda, su trasero por debajo de los boxers, la única prenda que llevaba puesta, y se la quité, a la vez me giraba y ahora era yo el que me ponía encima, haciendo rozar así, nuestros miembros ya erectos. Ambos gemimos ante el contacto y nos miramos con los ojos brillantes por el deseo y la lujuria. Empecé a moverme sobre él, de adelante hacia atrás, haciendo que la fricción nos llevara al placer más absoluto.

   -Ah~ ah~ JongHyun~ ah~ más…

   En el momento en el que gemí eso, noté su mano sobre mi pene, tocándolo a la vez que el suyo, moviendo ambos más rápido, más fuerte, hasta que los dos nos corrimos y yo caí sobre su cuerpo, con un sueño impresionante.

   Quería seguir, quería ir más allá de aquello con él, pero mi cuerpo no me respondía, mis párpados comenzaron a pesar y mis ojos se cerraban poco a poco.

   -Quiero más…- logré murmurar.
   -Otro día- lo escuché susurrar mientras acariciaba mi cabeza- ahora descansa- noté sus labios sobre mi frente, depositando un beso cariñoso, y luego comenzó a cantar, My Love, fue entonces cuando me quedé dormido es sus brazos.