Delicious
Nam WooHyun se despertó solamente
porque a través de sus fosas nasales olfateó un olor completamente delicioso.
Se desperezó y, aun con los ojos cerrados, se levantó de la cama y caminó hacia
la cocina, el lugar desde el que procedía aquel rico olor. Allí se encontró a
su, a ojos de todo el mundo compañero de piso, pero a sus ojos la persona que
más amaba del mundo, haciendo la comida.
WooHyun miró el reloj de la cocina,
dándose cuenta de que casi era la hora del almuerzo y maldiciendo por haberse
quedado dormido y haberse perdido la mañana. Al escucharlo, KiBum se giró hacia
él con una gran sonrisa y le indicó que se acercara a él.
—Buenos días, bello durmiente —le
dijo y WooHyun hizo un puchero, justo antes de besar sus labios a modo de
saludo—. ¿Quieres probar el almuerzo?
—Si sabe tan bien como huele —comenzó
con una sonrisa—, estará riquísimo —KiBum sonrió, dándole a probar con la
cuchara—. Mmm... tan delicioso como tú —murmuró.
KiBum le pegó con la mano abierta en
el brazo gritándole pervertido y mandándolo a la ducha con agua bien fría para
que se le aclararan las ideas.