Mostrando entradas con la etiqueta EunWook. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta EunWook. Mostrar todas las entradas

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Merry Christmas

Merry Christmas

            En la casa de los sujus ya era Navidad, bueno, en su casa y en todas las demás. Las habitaciones estaban decoradas al estilo americano de las películas, todo gracias a las compras por internet de adornos realizadas por DongHae, que se había vuelto un adicto a esta. Un árbol enorme de plástico presidía el salón y miles de lucecitas y bolas colgaban de él, iluminando aquella habitación. En su copa desnuda, dos chicos intentaban colocar una estrella dorada para que el árbol estuviera completamente decorado.

            Todo era un caos.

            SungMin estaba subido en los hombros de EunHyuk, ya que la única escalera que tenían en la casa y que había sido llevada por HeeChul, la tenía este en propiedad y no la soltaba ni aunque la pidieran con aegyo. El mayor de todos los que había en aquella casa se había subido a la escalera para “ayudar” con alguna de las guirnaldas que colgaban por las paredes, sin embargo, lo único que hacía era aparentar que hacía algo, ya que quien estaba colocando realmente esos adornos era SiWon.

            DongHae seguía con el ordenador encontrando más ofertas de adornos y KyuHyun fingía que lo ayudaba, cuando realmente estaba jugando al starcraft online con KiBum, que desde el plató en el que rodaba su serie, hacía un descanso para conectarse con el Maknae.  RyeoWook estaba en la cocina, preparando la cena de navidad, ayudado por ShinDong, que solo pasaba por allí para saludar, pero que finalmente había acabado pringando, como todos. Por último, KangIn iba de un lado a otro llevando todo lo que les hacía falta a los demás, mientras ponía la mesa y la decoraba con un gusto peculiar.

            Horas después, en la casa de los sujus todo el ajetreo había sido sustituido por los villancicos y los recuerdos para los chicos que no estaban con ellos en aquel momento. Igualmente, las historias del servicio militar por parte de KangIn y HeeChul no se hicieron esperar. Exagerando cualquier cosa, hicieron que aunque medio borrachos, los demás, que no habían tenido aun esa experiencia, comenzaron a temerla, aunque realmente todos sabían que si HeeChul la había pasado con éxito, los demás también podrían.

            El 24 de diciembre dio paso al 25 y los chicos intercambiaron los regalos que se habían comprado los unos a los otros.

            Cosas sin sentido, seguidas de algunos regalos pervertidos y otros, los pocos, con algún significado, fueron apareciendo a medida que las cajas se abrían y el papel de regalo llenaba toda la estancia de colores. Entre risas reproches y fotos para Twitter, pasó el momento y el alcohol fue corriendo como si fuera un río por las gargantas de los chicos.

            Lo que hicieran o dejaran de hacer aquella noche a partir de ese momento ninguno lo supo.


            A la mañana siguiente, RyeoWook despertaba con un dolor de cabeza terrible y desnudo entre los brazos de una persona que no recordaba que lo hubieran rodeado la noche anterior. El chico se giró lentamente y pudo ver que la persona que lo abrazaba era EunHyuk.


            Una sonrisa se extendió por su rostro ya que, aunque hubiera sido por el alcohol, parecía que por fin se habían atrevido a dar el paso para acabar en la cama. El chico se apretó fuertemente al cuerpo de su compañero y siguió durmiendo tranquilamente.


viernes, 21 de junio de 2013

You Are So Beautiful


You Are So Beautiful


   Él siempre decía que era el más feo de todos nosotros, colocándose el último en belleza, incluso por detrás de mí. La verdad, no lo entendía.

   Para mí, él era el más hermoso de todos nosotros. Su rostro fino, sus rasgos delicados, su piel clara, sus ojos castaños, su sonrisa tímida. Todo eso de él encontraba hermoso. Pero también su personalidad, siempre tan complaciente y ayudando a los demás, pero sobre todo su voz. Su voz dulce, suave y aguda, su voz perfecta, más bonita que aquella voz grave y rasposa de YeSung hyung, más bonita que aquella voz potente y única que tenía KyuHyun. Para mí, la voz más hermosa era la suya, tan armónica… y la persona más hermosa… era él, Kim RyeoWook.

   -Ryeo- lo llamé al verlo de espaldas a mí, nada más llegar de la calle, en la cocina, preparando algunos sándwiches para la cena. Él se volvió hacia mí y me mostró su dulce y hermosa sonrisa.
   -Hola, Hyuk- dijo- ¿qué tal te fue el día?- sonreí por su pregunta y avancé hasta donde estaba él, para no tener que hablar muy fuerte y molestar a los demás.
   -Pues… cansado- contesté- me he pasado todo el día ensayando con DongHae, ShinDong y SungMin el baile de la nueva canción- él asintió y terminó de preparar un sándwich bajo mi atenta mirada. De verdad, era muy hermoso.
   -Y… ¿cómo lo lleváis?- me preguntó haciéndome salir de mi ensimismamiento.
   -Bastante bien- dije- ya mismo deberíais venir los vocalistas a aprenderlo.
   -Genial- comentó- ya echo yo de menos ir a la sala de ensayo- cogió un sándwich y me lo tendió- toma, pero no les digas a los demás que te lo he dado- asentí y lo tomé.
   -Mis labios están sellados- y me lo comí en un par de bocados. Él rio y su risa me pareció hermosa- bueno... y... ¿cómo os va a vosotros con las canciones sin YeSung hyung?- pregunté tras tragar y él torció el gesto, dejando el sándwich de atún que estaba preparando sobre la mesa.
   -Fatal… no es lo mismo sin la voz de hyung- contestó- estamos intentando suplir su falta con KangIn y SiWon hyung… y lo mismo os robamos a Hae y a Min algún día.
   -Se le echa bastante de menos, ¿no?
   -Sí, aunque pareciera que hyung no era importante en el grupo, la verdad es que hacía mucho por nosotros y las canciones no son lo mismo sin su voz.
   -Lo imaginaba…- comenté algo celoso porque tuviera en tanta estima a YeSung hyung, aunque yo también lo estimara.
   -Hyung es algo raro, pero su voz es perfecta- dijo- no como la mía.
   -¿Por qué te tienes en tan poca estima?- pregunté sin poderme contener y él me miró sin saber qué contestar.
   -¿De qué hablas, Hyuk?- dijo.
   -Siempre te estás subestimando, siempre- contesté- dices que tu voz no es perfecta, cuando es mentira, dices que eres el más feo de todos nosotros- llevé mi mano a su rostro y rocé su mejilla, haciendo que él cerrara sus ojos por el contacto- eres hermoso- tembló bajo mi caricia y no pude evitar repetirlo- eres hermoso, Kim RyeoWook.
   -Hyuk… yo… no…
   -Shh...- lo hice callar colocando un dedo en sus suaves y rosas labios- eres hermoso…- retiré mi dedo, llevando mi mano a su mejilla y me acerqué lentamente a su rostro, hasta que besé aquellos labios- eres tan hermoso…- susurré contra sus labios y él volvió a tomar los míos.
   -Y tú eres perfecto…




miércoles, 24 de abril de 2013

You Magic


You Magic


   -¿Estás seguro, Hae?- pregunté mirando con recelo aquel líquido azul eléctrico que contenía el vaso que me acababa de tender.
   -Tan seguro como que me llamo Lee DongHae- contestó.
   -Eso no me da ninguna confianza- murmuré y él hizo un puchero- bueno... supongo que si no tiene el efecto que deseo tampoco será muy perjudicial para la salud...- mi amigo sonrió.
   -Podrás declararte a...- antes de que dijera nada más le tape la boca.
   -Sí, sí, sí- me llevé el vaso a la boca y me bebé todo el contenido. La verdad es que me supo a zumo de uva, pero si mi amigo decía que era una poción que te daba el valor para declararte a la persona que querías, yo no era nadie para discutírselo, y además, bienvenida fuera esa poción con sabor a zumo de uva y no a cualquier cosa asquerosa.
   -Edpedo e ea e a cado- escuche murmurar a Hae, pero no entendí nada ya que seguía tapándole la boca, así que se la retiré- digo que espero que ella te haga caso.
   -No te preocupes, pez- le revolví el cabello de forma cariñosa- seguro que saldrá bien.
 -Eso espero.

   Después de eso salí de aquella habitación y me dirigí a la búsqueda de aquella saeng que me volvía loco, pero no llegue muy lejos, ya que por el pasillo, me encontré con un chico de mi clase. El chico más listo de todo el curso y el más hermoso. Aquel pensamiento descoordinó todos las planes que yo tenía y a la vez descoordinó mis piernas, haciéndome caer al suelo frente a él. Maldije en voz baja y me levanté, notando su presencia a mi lado y ruborizándome inmediatamente por ser tan torpe ante él.

   -¿Estás bien?- me preguntó y su voz sonó preocupada.
   -Ohh... mmm sí...- dije, pero cuando me intente levantar, mi pie cedió y volví a caer al suelo.
   -No te muevas- murmuró él y sacó su varita, colocándola en mi tobillo y luego diciendo unas palabras-  sanare talus- al momento, mi tobillo dejo de doler y le sonreí.
   -Muchas gracias- noté como se sonrojaba y mi corazón comenzó a latir rápidamente. Sin pensar, dije las siguientes palabras- me gustas- él sonrió y se ruborizo aún más si cabe.
   -¿Lo dices en serio?- preguntó y yo asentí.
 -Muy en serio.

~.~.~

   -¡Lee DongHae!- grité entrando en nuestro dormitorio y encontrándomelo siendo comido, literalmente, por SiWon, otro de nuestros amigos- ay mi madre, cortaos un poco- dije y ambos separaron sus bocas, avergonzados.
   -Lo siento- murmuro DongHae con los labios rojos e hinchados- ¿qué querías, Hyukkie?
   -¿Que qué quería?- pregunté con furia al recordar el por qué había ido allí- ¡¡¡por culpa de tu poción me he declarado a Kim RyeoWook!!!- grité y luego me tiré sobre mi cama, suspirando.
   -No puede ser por mi poción- lo escuché murmurar.
   -¿Ah, no?- pregunté levantándome como un rayo- ¿cómo puede ser eso posible?
   -Pues... es que...- comenzó a titubear.
   -¡Pero dilo!- le grité.
   -No grites, HyukJae- me dijo SiWon- yo te lo explicaré- me crucé de brazos y lo invité a hablar- la verdad es que esta mañana vi el vaso con la poción y me lo bebí, ya que acababa de regresar de correr, pero después me sentí fatal y lo rellené de zumo de uva para que nadie notara nada.
   -Y claro... lo que tú tomaste fue el zumo y no la poción- siguió DongHae- la poción se la tomo SiWi... y por eso nos encontraste así- se sonrojó mientras decía esto.

   Vale. Si antes estaba confuso y muy cabreado, lo de ahora no tenía color. ¿Lo que me estaban intentando decir era que me había declarado yo solito a RyeoWook, sin la ayuda de ninguna poción mágica, que en realidad quien me gustaba era ese chico?

   -Debió ser por el efecto de placebo- murmuró DongHae- como pensaste que te habías tomado la poción, pues te dio la fuerza para hacer algo que no te habrías atrevido a hacer nunca.
   -Me estoy mareando- murmuré y me volví a echar sobre la cama, notando como mis dos amigos se acercaban hasta ella- yo pensé que me gustaba HyoYeon...- suspiré- todo esto es muy confuso...
   -Tranquilo- dijo DongHae sentándose en mi cama- todo se resolverá... ya que si te has declarado a él pensando que era por el efecto de la poción, es porque realmente te gusta.
 -Sí... y no sé cómo tomarme eso...

~.~.~

   -Hola...- dije nerviosamente al encontrarme de sopetón en el pasillo con él.
   -Hola- contestó él ruborizándose y el silencio se extendió entre nosotros como un manto tupido. Yo no sabía que decir y parecía que él tampoco sabía. Me rasqué la cabeza y me dispuse a decir cualquier chorrada para romper el silencio, pero fui interrumpido.
   -Oh... a vosotros dos quería yo veros- dijo nuestro profesor de Encantamientos, Park JungSoo.
   -Y... ¿para qué quería vernos?- pregunté un poco nervioso. No era muy diestro en aquella asignatura, de hecho, no era muy diestro en ninguna asignatura.
   -Pues quería que tuvieras un tutor para poder aprobar el curso, Lee- contestó- ¿y quién mejor que Kim, el mejor del curso?
   -Ajajaj- me dio la risa nerviosa.
   -Te lo encargo, Kim- le puso una mano en el hombro y luego se fue. Pasamos otro buen rato callados, mirándonos los pies con las mejillas coloradas y soltando risillas, hasta que él lo rompió.
 -Y… bien...- murmuró- ¿cuándo empezamos?

~.~.~

   Un par de días después, me encontraba en la Sala Común de la Casa a la que ambos pertenecíamos, la SM, sentado frente a él, intentando concentrarme en lo que me explicaba, porque era importante, pero yo solo podía fijarme en sus labios.

   -¿Me estas escuchando?- preguntó haciendo un puchero y yo respondí sin pensar.
   -Es que eres tan hermoso que no puedo concentrarme- él se sonrojó violentamente y agachó su cabeza avergonzado- lo siento- murmuré- pero no puedo hacer nada con tanta gente alrededor y con mis amigos mirándome- le señalé disimuladamente a DongHae y a SiWon, sentados en el sillón más cercano a nosotros haciendo como si estuvieran allí por nada en concreto, cuando en realidad estaban allí para cotillear.
   -La verdad es que a mí también me están poniendo de los nervios mis amigos- se giró hacia atrás y saludó con la mano a tres muchachos, que le devolvieron el saludo y que identifiqué como SungMin, KyuHyun y Henry.
   -¿Qué te parece si nos vamos a mi habitación?, allí no nos molestaran- le propuse cuando él se giró hacia mí de nuevo.
   -Sería lo mejor- contestó con una sonrisa tímida.

   Recogimos y nos fuimos a mi habitación, dejando a los cotillas atrás. Nada más entrar, cerré el pestillo de la puerta, para que no nos molestaran y lo guie hasta el escritorio. Le acerqué una silla y nos sentamos para seguir con lo que me estaba enseñando.

   -Bien- dije- tú dirás.
   -Para hacer este encantamiento debes concentrarte mucho y decir las palabras con fuerza y claridad- asentí- anas fio- dijo y el pergamino que tenía delante se enrolló y tras un fogonazo, se convirtió en un pequeño pajarito- ¿ves?, no es tan difícil- comentó con una sonrisa y entonces yo lo intenté, pero me salió rana, y nunca mejor dicho, ya que mi pergamino se convirtió en la mitad inferior de una asquerosa rana verde- a ver, atiende- dijo el poniendo cara de asco mientras reconvertía a la cosa esa en pergamino de nuevo- mira fijamente como muevo mis labios- y yo lo hice.

   Me fijé en sus hermosos y delgados labios rosas moverse. En su lengua danzando entre sus dientes blancos... y no pude contenerme. Me incliné hacia delante y salvé la distancia que nos separaba, rozando sus labios con los míos durante unos momentos y luego me separé rápidamente de él.

   -Lo siento- murmuré y el agachó su cabeza.
 -No importa... sigamos...

~.~.~

   -¿Qué hiciste qué?- dijo DongHae poniendo el grito en el cielo.
   -A ver, un beso- contesté- le di un beso, eso que haces tú a todas horas con SiWon- él se sonrojó y se escondió en el pecho de su novio- y además... no fue intencionado, digo... solo me entraron unas ganas inmensas de besarlo y lo hice.
   -¿Y no pasó nada más?- preguntó SiWon.
   -No… seguimos con lo que me estaba explicando... aunque... bueno…- comencé a ponerme rojo sin poder evitarlo- hemos quedado en salir este Domingo…
 -¿Una cita?- preguntó Hae y asentí- ¡¡¡wiii!!!- gritó todo emocionado- ¡¡¡una cita!!! Tendrás que tenerlo todo a punto para que...- y empezó a parlotear, pero yo ya no lo escuchaba, solo podía pensar en el Domingo.

~.~.~

   El Domingo llegó y cuando salí por la mañana de mi habitación, temblaba como un flan. Al final le había hecho caso a Hae y a todas sus locuras, poniéndome ropa arreglada, engominándome el pelo y echándome colonia.

   Caminé a través del colegio, por los pasillos abarrotados de estudiantes que pasaban su día libre haciendo el gilipollas. Me dirigí a los invernaderos, donde habíamos quedado RyeoWook y yo en vernos. Me sudaban las manos y no podía comprender el por qué hacía una semana ni siquiera sabía que ese chico podía llegar a gustarme, que cojones, hacía una semana creía que era heterosexual. Sin embargo, ahora, parecía como que estaba totalmente ido por él, y eso me preocupaba.

   Cuando giré la esquina del edificio y ante mi vista aparecieron los invernaderos, no pude quedarme más que pillado. Él estaba allí, esperándome, con una ropa normal, como la mía y no con el uniforme, pero que lo hacía verse completamente perfecto. Cerré mi boca antes de empezar a babear e intenté serenarme para luego acercarme a él.

   -Hola, Hyuk-ah- dijo de una manera alegre y me sonrojé.
   -Ho...hola... Ryeo...- contesté titubeando.
   -¿Nos vamos?- preguntó tendiéndome su mano a la vez que agachaba su cabeza, avergonzado y yo asentí, tomándola.

   Su mano era pequeña, suave, cálida y se adaptaba perfectamente a la mía. Sonreí y apreté el agarre haciéndolo ruborizar, después echamos a andar. Atravesamos los invernaderos, viendo los árboles desnudos de hojas y flores, porque todavía no había llegado la primavera. Solo paramos de andar cuando llegamos al límite de los terrenos del colegio, marcados por el comienzo de un denso bosque. Nos acercamos a la primera fila de árboles y nos sentamos en al pie del tronco del más cercano.

   Estuvimos callados, solo mirando al horizonte, agarrados de las manos. Comencé a juguetear con sus dedos y lo escuche reír. Dejé lo que hacía y lo miré, estábamos muy cerca, tan cerca que podía saborear su respiración.

   -Me gustas- murmuré.
   -Tú también me gustas...- susurró y nos acercamos lentamente hasta que nuestros labios se rozaron.

~.~.~

   Me dejé caer en mi cama con una sonrisa boba, sin poder controlar mi expresión. DongHae se me acercó lentamente y se subió a mi cama, mirándome raro.

  -¿Qué es lo que ha pasado?- me preguntó.
  -Ains...
  -Vamos, dime...
  -Ains...
  -¡Hyukkie!
  -Parece como si hubiera tenido una buena ración de sexo- comentó SiWon.
-No...- susurré- pero si es tan genial como los besos creo que no podré soportarlo...- escuché risitas divertidas, pero pasé de ellos. Todavía sentía los labios de RyeoWook sobre los míos, todavía sentía el sabor de su lengua. Sonreí. Era maravilloso.

~.~.~

   -¿Eres tú el que le está metiendo mano a mi hermano?- escuché que me decía una voz grave delante de mí y levante la vista del libro que me había prestado RyeoWook para que pudiera aprender los secretos de los Encantamientos. Ante mí me encontré a un chico alto, con cara de mala leche y con el cuerpo de una persona que tenía mucha fuerza y podía hacerte daño.
   -¿Quién eres?- pregunté.
   -¿Y encima te atreves a decirme eso?- dijo- ¡tú eres un sinvergüenza!- gritó y toda la biblioteca se volvió hacia él, incluido el encargado el señor HanGeng, y el profesor de Pociones HeeChul, que siempre andaba por el lugar, poniendo de los nervios al bibliotecario.
   -¿Qué está pasando aquí?- preguntó el profesor de Pociones acercándose- ah, pero si eres tú, YoungChong.
   -Me llamo YoungWoon, ¿cuántas veces se lo tengo que decir?
   -Para mí serás YoungChong hasta que te vayas de la escuela- contestó- pero ese no es el caso, ¿qué es lo que está pasando?- me miró.
   -No lo sé- contesté- simplemente ha llegado y me ha gritado.
   -¿Hyung?- escuché decir a una voz dulce, la voz dulce de mi RyeoWook y el desconocido se giró hacia él- ¿qué haces aquí?
   -Venía a darle una paliza a este tipo que se ha atrevido a tocarte.
   -Nada de palizas- dijo el profesor HeeChul.
   -Sé cuidarme solito- contestó RyeoWook cruzándose de brazos- y además, es mi novio y puede tocarme lo que le dé la gana- se acercó a mí, me hizo recoger y luego me agarró de la mano para tirar de mí. Solo me atreví a romper el silencio cuando recupere el habla y ya habíamos salido dela biblioteca.
   -¿Quién era ese?
   -Mi hermano mayor- contestó- es muy sobreprotector, pero tranquilo- me miró con una sonrisa- ya me encargo yo de él- sonreí, pero luego me acordé de una cosa.
   -¿Desde cuando somos novios?- pregunté y él hizo su sonrisa más amplia.
   -Desde ahora- y me besó.

~.~.~

   Al final sí que Ryeo habló con su hermano mayor, porque este no me volvió a molestar más, aunque sí que seguía mirándome con muy mala hostia cada vez que nos cruzábamos en cualquier sitio.

  Por otra parte, nuestra relación era perfecta. Cada día que pasaba a su lado me daba cuenta de que no podía quererlo más porque no podía. Ni sabía cómo no me había dado cuenta antes que me gustaba. Tan ciego y obcecado había estado que no me había dado cuenta, pero ahora era feliz con él a mi lado, muy feliz.

   Él me daba clases y desde entonces, me estaba yendo mucho mejor en todas las asignaturas, y yo, ya que descubrí que en los deportes él no era muy diestro, también lo ayudaba, practicando. Nos complementábamos de una manera increíble.

~.~.~

   -Me gustas mucho- dije contra sus labios y él sonrió.
   -Tú también me gustas mucho- murmuró- y nos besamos.

   Estábamos otra vez contra el árbol, ya era nuestro árbol, en los límites de los terrenos de la escuela. Había pasado el tiempo y yo ya no me cuestionaba el que él me pudiera gustar, porque era un hecho, me gustaba y mucho.

   Pasábamos todos los días juntos, todas las horas que podíamos. Incluso sus amigos y los míos habían confraternizado. Pero además de esto, yo no me podía separar de sus labios. Eran simplemente adictivos.

   -Me gustas- volví a murmurar besando sus labios con hambre- me gustas.

   Dejé sus labios unos momentos  y comencé a besar y a mordisquear su mandíbula, para luego pasar a su cuello. Era la primera vez que saboreaba aquel lugar y fue maravilloso. La piel de su cuello era suave y tan apetitosa como sus labios. Lamí toda la extensión desde su oreja hasta su clavícula y lo oí suspirar, así que lo hice otra vez para luego volver a sus labios.

   En esos momentos, gotas de agua comenzaron a caer sobre nuestras cabezas, pero nosotros no podíamos parar lo que habíamos empezado. Hacía demasiado calor y se sentía tan bien como para que nos separásemos. Me moví sobre él y luego lo acabe tumbando sobre el suelo, besándolo con avidez y paseando mis manos por su cintura,  hasta que él se separó, jadeando y mirándome de una manera muy intensa.

   -Está lloviendo- murmuró.
   -Lo sé...
   -Vayamos a otro lugar- propuso.
   -¿Dónde?
   -Al invernadero.

   En cuanto terminó de decir estas palabras me alejé de él y le tendí mi mano para que se levantara. En cuanto lo hizo, salimos corriendo y nada más ingresar en lugar, ataqué sus labios de nuevo, pegándolo a la pared y dejándonos resbalar hasta el suelo sin despegar nuestras bocas, tocando nuestros cuerpos y ardiendo por más, hasta que nos dejamos llevar en una danza frenética de cuerpos desnudos sin fin.

~.~.~

   -¿Lo habéis hecho?- me preguntó DongHae todo emocionado nada más verme entrar a la habitación todo mojado por la lluvia y asqueroso por el sudor y el barro, pero con una sonrisa enorme en el rostro.
   -No es de nuestra incumbencia- le dijo SiWon y yo me tumbé en mi cama- pero por lo que parece él no ha sido el sometido.
   -Sí, porque si no ahora estaría rabiando de dolor- comentó DongHae y yo me levanté rápidamente, mirándolo asustado.
   -¿RyeoWook sentirá mucho dolor?- le pregunté a mi amigo muy preocupado y asustado porque mi novio no me quisiera más porque le había hecho daño.
   -Depende del cuidado que hayas tenido- contestó SiWon y yo agaché mi cabeza, avergonzado- por lo que se ve no has tenido mucho cuidado…
   -Es que él me decía “más fuerte” y entonces…- intenté disculparme, pero no tenía disculpa- debería ir a verlo…- pero DongHae me cogió del brazo.
   -Te aseguro que hoy no querrás verlo.

~.~.~

   Al final no fui a verlo, pero me pasé toda la noche pensando en él y en cómo estaría, también mortificándome por hacerle daño y por no haber tenido más cuidado y poniéndome en lo peor, porque, a lo mejor ya no me quería. No dormí nada y a la mañana siguiente aparecí con unas ojeras peores que las de YeSung, el profesor de Defensa contra las Artes Oscuras cuando no dormía.

   Pero no pude aguantar mucho tiempo el no ver a RyeoWook y cuando pensé que todos se habían largado a la clase del Profesor ShinDong, de Herbología, fui a la habitación que compartía con sus amigos y llamé.

   -¿Quién?- preguntó.
   -Soy Hyuk…- contesté y cuando no escuché nada más desde el interior, seguí- ¿puedo pasar?
   -Sí, claro- contestó él tras unos momentos y entonces entré a la habitación, encontrándomelo en la cama, tumbado bocabajo y con cara de haber dormido poco más que yo- estoy horrible- murmuró enterrando su cara en la almohada y yo me acerqué lentamente.
   -Estás hermoso- le dije y él negó con su cabeza- claro que sí- reiteré- para mí eres hermoso incluso recién levantado- me miró unos segundos de reojo y luego sacó su cara de la almohada.
   -Si tú lo dices…- murmuró.
   -Claro que sí, eres hermoso- sonrió tiernamente y nos quedamos unos momentos en silencio. Yo no me atrevía a preguntar lo que quería y él parecía que no quería hablar, de todas maneras el silencio no fue incómodo, nos gustaba pasar tiempo en silencio, solo disfrutando de la compañía del otro.
   -¿Y… por qué estás aquí?- preguntó él.
   -Bueno…- me retorcí las manos, nervioso- quería… saber cómo… te encontrabas… después de lo de ayer…
   -Oh… pues… no me puedo sentar y si hago movimientos bruscos me duele…- en ese momento me odié y pensé que si me dejaba, sería con toda la razón- pero lo volvería a repetir- abrí mis ojos como platos- fue increíble.
   -No… ¿no me odias?
   -¿Por qué habría de hacerlo?- preguntó extrañado- fue la mejor experiencia de mi vida… y la tuve contigo… la persona… la persona a la que quiero…- lo miré durante unos momentos, evaluándolo y al ver su sonrisa, sonreí yo también.
   -Yo también te quiero.

   Y después de ese te quiero vendrían muchos más, también muchos más besos, muchas más noches juntos y muchos más te amo susurrado dentro de nuestro mundo mágico.