Stop Girl
A
SooYoung siempre le había gustado el cuerpo de HyoYeon, tanto que en cada
oportunidad que tenía, no la desaprovechaba para poder tener acceso a ver aquel
cuerpo. Cuando estaban en las duchas después de practicar, cuando estaban en
casa y entraba a su habitación cuando se estaba cambiando sin avisar… daba
igual el momento y el lugar, a ella simplemente le gustaba aquello y no iba a
cambiar por nada del mundo. Sin embargo, sí que había algo que le gustaría
cambiar y era que en vez de solo poder ver el cuerpo escultural de su compañera
también pudiera tocarlo y saborearlo.
SooYoung también se preguntaba muchas
veces, mientras observaba fijamente aquel cuerpo hecho para el pecado, a qué
sabría. HyoYeon ya la había pillado varias veces con aquella mirada de deseo
sobre su cuerpo, pero no le había dicho nada más que un “para, chica, que
parece que quieras comerme como si fuera un helado” y lo que no sabía es que
estaba muy cerca de aquella afirmación. Igualmente, SooYoung pensaba cuando
aquellas palabras salían de los labios de su compañera cómo sería que ella le
dijera que se detuviese, con la mirada cargada de deseo, cuando caminara hacia
ella con un helado de hielo en la mano, dispuesta a jugar con su cuerpo y con
el helado hasta satisfacer todos sus deseos.
En su desbordante imaginación,
HyoYeon aceptaba gustosa que lamiera todas las partes de su cuerpo sin
contenerse lo más mínimo, pero estaba casi segura que la HyoYeon real tendría
algún que otro problema con aquello. Aun así, SooYoung no perdía la esperanza
de que algún día pudiera llevar sus fantasías a la realidad y tener a su compañera
a su merced mientras le suplicaba que parase, que se detuviera, mientras ella
hacía todo lo posible para llevarla hasta el placentero calor del orgasmo con
el frío hielo del helado derritiéndose en su interior.