Día 3: Un ship de Lu Han
Neverland
Lu Han se encontraba encaramado a la rama de un árbol,
mimetizándose con el paisaje para no ser descubierto mientras observaba la
escena que se extendía ante sus ojos. Wendy, aquella chica a la que había
transportado hasta Neverland con sus dos hermanos menores, se encontraba con
los demás Niños Perdidos, jugando con ellos y cuidándolos. Parecía que ella
estaba dejando atrás su niñez, que estaba creciendo.
El chico encontraba eso fascinante, a la vez que
repugnante. Los niños jamás debían dejar de ser niños, nunca debían perder su
ilusión, nunca debían entrar a formar parte del mundo de los mayores, ese mundo
en el que ya no estaba permitido ser feliz.