Título:
Sabor a mí
Pareja:
ChanYeol x OC (EXO)
Clasificación:
PG
Géneros:
romance, fluff
Número de palabras: 1.264
palabras
Resumen:
ChanYeol tiene que dar clases de español para poder cantar una canción en el
MuBank en México.
Notas:
para quienes todavía no hayáis visto esta preciosidad de Baek, SuHo, Soo y Yeol
cantando en español, os lo dejo aquí
para que muráis de feels conmigo. Escrito para el cumpleaños de ChanYeol.
Comentario de autora:
viendo la preciosísima actuación se me ocurrió esta idea Random y como no tenía
ningún OC con ChanYeol pensé, ¿por qué no?
Sabor a mí
EXO–K tenía que viajar a México para
hacer una aparición en el Music Bank celebrado en aquel país. Ninguno de los
seis había ido a un país latino, así que no teníamos ni idea de qué podíamos
hacer, cómo debíamos comportarnos o incluso qué decir. No sabíamos
absolutamente nada de español y en inglés tampoco estábamos demasiado
avanzados, así que tendríamos que ir pegados a los traductores en todo momento
para poder entender y hacer las cosas.
No obstante, esto no sería demasiado
reto. Ya habíamos estado en Rusia y Alemania, en Tailandia, China y Japón,
países en los que no nos podíamos desenvolver solos y en los que finalmente
habíamos salido del paso. Un par de palabras, aprender a presentarse en el
idioma y en el caso del chino intentar cantar con más o menos acierto. No era
demasiado complicado porque la ayuda de los miembros chinos siempre había
estado ahí, pero cantar una canción en español era otro tema completamente
diferente.
El español no era nada parecido al
coreano, absolutamente nada parecido y eso era un gran problema. Por ese
motivo, estuvimos un par de semanas con una profesora de español que nos estuvo
enseñando a leer y a pronunciar como era debido.
Una profesora demasiado sexy, todo
había que decirlo.
Desde el primer momento en el que
aquella treintañera había pisado la sala de ensayo en la que nos encontrábamos, mi
cuerpo había reaccionado como el de un maldito adolescente, a pesar de que ya
había pasado esa etapa hacía varios años. Lo primero que hice fue maldecir
internamente porque sabía que probablemente no iba a sacar mucho más en claro
de español de aquellas clases aparte de que la profesora estaba buenísima.
Y no me equivocaba mucho.
—ChanYeol, ChanYeol —me llamó
BaekHyun, zarandeándome y sacándome de mi ensoñación.
—¿Qué? —pregunté.
—Llevas un rato perdido en ti mismo,
¿qué te pasa?
—Nada, no me pasa nada —murmuré,
esbozando una sonrisa—. Solo pensaba.
—¿En lo buena que está la profesora
de español?
—Sí… —contesté sin pensar, pero
inmediatamente me giré hacia él, encontrándolo con una sonrisa en los labios
que decía “lo sabía”, así que me apresuré a retractarme—. No, claro que no.
¿Cómo me iba a gustar? Tiene más de treinta, me gustan las jovencitas.
—Sandara Park —dijo, y cada sílaba
de aquel nombre se clavó en mi pecho como una flecha.
—Touché.
—ChanYeol, soy tu amigo, me puedes
contar estas cosas —dijo—. No tenemos mucho tiempo libre, pero para una charla
de unos minutos como ahora sí —sonrió—. Así que cuéntame. ¿Qué te gusta de
ella? —lo miré con recelo unos minutos y luego suspiré, comenzando a hablar.
—Es sexy.
—Obvio. Incluso TaeYeon me ha dicho
lo sexy que es y me ha amenazado con cortarme los huevos si se me ocurre pensar
en acercarme a ella con motivos que no tienen nada que ver con aprender español
—dijo—. Así que algo más aparte de eso.
—¿Cuándo me regaña porque no estoy
aprendiendo correctamente? —me pregunté a mí mismo—. No sé, me pone cuando se
enfada y se acerca y me grita y eso.
—Masoquista.
—No soy masoquista —repliqué—.
Simplemente… eso me parece bastante excitante. ¿A ti no?
—Yo solo me excito cuando veo a
TaeYeon contonearse por ahí con tacones —respondió el otro.
—Genial, yo soy masoquista, pero tú
tienes un problema con ese fetiche tuyo de los tacones —le dije.
—Y yo lo admito, no como tú —suspiré
y me alejé de él, cuando se ponía en aquel plan no se podía hablar con él.
Vagué por los pasillos de la
empresa, saludando a todas las personas con las que me encontraba por estos. Tenía
que centrarme en lo que me ocupaba, aprender a cantar las líneas que me habían
tocado en un español entendible y olvidarme de la sexy profesora porque no me
hacía bien y porque tampoco podíamos tener un revolcón sin que la despidieran.
Llegué al lugar en el que se extendían
diversas salas en las que ensayar el canto y me encerré en una de ellas,
poniendo la canción ‘Sabor a mí’ en el reproductor y después el papelito en el
que tenía la letra apuntada para cantar. Probablemente llevaba un par de horas
allí encerrado, practicando, cuando alguien tocó en la puerta y dejé de hacerlo
de inmediato, al descubrir que era mi sexy profesora de español la que se
encontraba fuera. Rápidamente le abrí.
—¿Profesora? —dije—. ¿Qué hace aquí?
—Bueno, quería ver cómo llevabas la
canción —respondió en un perfecto coreano que me hizo envidiarla.
—Entre.
Ella asintió y se metió en aquel
pequeño cubículo de apenas dos metros cuadrados. Encendí de nuevo el
reproductor y comencé a cantar tal y como había hecho antes, pero esta vez sin
mirar el papel e intentando pronunciar lo mejor posible aquel idioma que se me
resistía. Lo hice todo con los ojos cerrados, porque si los abría y veía a
aquel monumento ante mí, sabía que no iba a poder hacerlo, solo cuando
finalicé, los abrí.
La profesora estaba ante mí con una
sonrisa satisfecha en sus labios y me dieron unas ganas inmensas de besarlos,
pero me contuve.
—Lo has hecho genial, ChanYeol —aplaudió—.
Si durante la actuación también lo haces así todas las chicas mexicanas que
vayan al MuBank acabarán rendidas a tus pies, y probablemente todas aquellas
que hablen español y que vean más tarde la actuación en internet.
—Gracias profesora —murmuré.
—La verdad es que no me esperaba que
pudierais hacerlo tan bien, me habéis sorprendido —sonrió—. Tuve mil problemas
para que Super Junior dijera bien ‘Mamacita’ y aún me siguen cambiando la ‘c’
por una ‘s’ —sonreí—. Estoy muy orgullosa.
—Gracias.
—Tendré un ojo puesto en ti cuando
salga la actuación —abrió la puerta de aquel pequeño cubículo, dispuesta a
irse, pero yo no quería que se fuera, quería que se quedara conmigo, quería que
estuviera a mi lado mucho más tiempo.
—Profesora —la llamé, ella se giró
hacia mí.
—Dime, ChanYeol.
Tragué saliva porque no sabía exactamente
qué era lo que iba a decirle. ¿Qué podía hacer? ¿Decirle que me ponía? ¿Qué era
muy sexy? ¿Qué lo único que pensaba cuando estaba a mi alrededor era en besarla
y en enterrar mi polla en ella? No, claro que no. Así que salí al paso con lo
primero que se me ocurrió.
—He estado pensando que me gustaría
recibir clases de español —murmuré—. Tenemos muchas fans que hablan ese idioma
y me gustaría agradecerles todo lo que hacen por nosotros desde tan lejos —ella
esbozó una gran sonrisa cuando terminé de hablar y asintió.
—Me parece perfecto —respondió—. Cuando
vuelvas de México hablaremos con la gente de aquí para asignarte unas horas a
la semana de clases de español —y con una sonrisa preciosa en sus labios, se
despidió de mí.
—Ojalá pudieras ser algo más que mi
profesora, Laura —susurré para mí—. Mucho más.