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viernes, 23 de mayo de 2014

世界 (Sekai)

Título: 世界 (Sekai)
Pareja: SeKai (SeHun x Kai) (EXO)
Clasificación: G
Géneros: romance
Número de palabras: 1.107 palabras
Resumen: Tenían el mundo rendido a sus pies, pero lo único que ambos querían era ser el mundo del otro.
Notas: historia escrita para el cumpleaños de mi pequeña Ara. Perdón si es un poco corto, pero creo que todo lo que tenía que expresar, está escrito. Te quiero, preciosa <3 y ¡fighting! Tú puedes conseguirlo.
Comentario de Autora: esta vez me he decantado por un SeKai porque tenías bastantes ganas y porque te había hecho ya TaoHun y TaoKai, pero no SeKai y el trío de Maknaes idiotas debía estar completo (?). Espero que te guste y ¡Saengil chuka hamnida, saengil chuka hamnida, saranghaneun Ara, saengil chuka hamnida!





世界 (Sekai)


            Los gritos, las palmas, las felicitaciones… Todos los ruidos que se pudieron escuchar en aquel estadio una vez que el concierto terminó todavía reverberaban en la cabeza de SeHun. Había sido maravilloso y todavía no podía creerse que aquello estuviera sucediéndole. Él nunca había soñado con convertirse en artista, simplemente, había sucedido. No obstante, ahora que sentía en su propio cuerpo la gloria de la fama, pensaba que era maravilloso.

            Sin embargo, había algo que nublaba toda la felicidad. Se había enamorado de una persona que solo debía ver como un amigo.

            En la mente de JongIn todavía se aparecían imágenes de la noche anterior. El confeti de colores, el manto de lightsticks rojos, zafiro, rosa, azul verdoso, lila y plateado. El chico aún cerraba los ojos y podía ver de nuevo aquella estampa. Siempre quiso ser un gran bailarín que fuera reconocido y ser un idol había sido la mejor manera de conseguirlo. Ahora, que por fin tenía lo que quería, sentía que flotaba, que podía hacer cualquier cosa.

            Pero no todo era felicidad ya que en su corazón se encontraba una persona a la que no le podría decir que lo amaba, principalmente porque era un chico y eso no estaba bien visto, pero también porque era un compañero de su grupo.

            Tenían el mundo rendido a sus pies, pero lo único que ambos querían era ser el mundo del otro.


            SeHun se despertó primero a la mañana siguiente. El reloj de su móvil marcaba las nueve y cuarto de la mañana, así que el chico se desperezó y salió de la cama. Su compañero de habitación en el hotel en el que se hospedaban hasta que terminaran los conciertos de la empresa seguía durmiendo a pierna suelta en la cama de al lado y SeHun se quedó embelesado observando su rostro.

            JongIn ponía una expresión demasiado tierna cuando dormía y al menor le encantaba poder verla, por eso cuando viajaban en la furgoneta siempre se sentaban juntos, para que el chico recargara la cabeza sobre su hombro y durmiera plácidamente los minutos que tardaban en ir hasta la empresa, estación de televisión, aeropuerto o evento. Aunque, siendo sinceros, a SeHun le encantaban todas las expresiones de JongIn. Se había enamorado de él sin darse cuenta siquiera y, al saber que su amor sería completamente imposible, lo único que podía hacer era observarlo y ser su mejor amigo.

            El chico se acercó a la cama del mayor y lo zarandeó levemente, intentando que despertara, pero JongIn simplemente se giró hacia el otro lado y siguió durmiendo, protestando en sueños porque no quería despertar. SeHun lo volvió a zarandear, esta vez más fuerte y el otro fue abriendo sus ojos lentamente, con pesadez y miró a SeHun, cansado.

            —Arriba, Bello Durmiente —lo apremió a levantarse—. Hoy tenemos muchas cosas que hacer antes del concierto de esta noche.

            A regañadientes, JongIn se levantó de la cama y se frotó los ojos para intentar despejar el sueño más rápidamente. Cuando estos estaban completamente abiertos, pudo ver la sonrisa cálida que su compañero de habitación le dirigía.

            —El que llegue más tarde a desayunar tendrá que aguantar a JunMyeon hyung en el coche y a su terrible parloteo —propuso SeHun yendo corriendo hacia el armario para vestirse. JongIn tardó unos segundos en asimilar las palabras del otro, pero en cuanto lo hizo, no tardó en seguir su ejemplo.


            Después de una carrera por sus vidas, ambos chicos acabaron llegando a la vez a desayunar, por lo que ninguno tuvo que cumplir su castigo. En la furgoneta se sentaron donde siempre, al final, lejos de todos, con JongIn recargando su cabeza sobre el hombro de SeHun, haciéndose el dormido para poder estar más cerca de él durante algunos momentos.

            A JongIn le encantaba cuando le acariciaba el pelo y el rostro distraídamente y, de hecho, esas acciones lo hacían sonrojarse, así que daba las gracias internamente porque su piel fuera tan oscura, así el otro no podía notar su rubor. También adoraba cómo lo arrullaba con su voz para que se quedara dormido, susurrándole suavemente algunas cosas muy poco interesantes.

            JongIn quería que aquellos momentos en la furgoneta duraran para siempre, porque Sehun solo hacía aquellas cosas con él y él solo quería disfrutar de ellas por más tiempo. A veces, esas acciones le daban esperanzas  sobre lo de tener una relación con el chico, pero luego, volvía al mundo real y veía que no era posible, que nada más que la amistad estaba permitido para ellos. Además, SeHun no podía tener ningún sentimiento por él, a pesar de que el chico, para JongIn, era su mundo.



            Durante el ensayo del concierto de aquella tarde, SeHun no pudo quitarle los ojos de encima a JongIn cuando bailaba. El chico era la misma música cuando bailaba y lo abstraía y atraía por partes iguales, si JongIn tuviera la capacidad de poder ver a su alrededor cuando bailaba, se habría dado cuenta hacía ya mucho tiempo qué era lo que sentía SeHun por él.

            La melodía finalizó y el chico se giró hacia él con una sonrisa, haciendo que el corazón de SeHun comenzara a latir desbocado. Si seguía de aquella forma, JongIn se daría cuenta de todo y eso no podía permitirlo porque el otro no sentía nada más que el cariño de un amigo por él, y nada más. Si JongIn llegaba a enterarse de sus sentimientos, su amistad terminaría y lo último que SeHun quería era aquello. Lo primero era su amistad, a pesar de que para él JongIn era su mundo.


            Durante el concierto de aquella noche, todo volvió a repetirse, aunque el público era distinto. Los mismos sentimientos y pensamientos pasaron por la cabeza de ambos chicos, haciéndolos sentir incompletos porque, aunque tenían el mundo rendido a sus pies, ellos solo querían ser el mundo del otro.



sábado, 12 de abril de 2014

You are my Friend

You are my Friend


            Desde que tengo uso de razón, él siempre ha estado a mi lado. Era mi vecino, mi compañero de juegos cuando éramos pequeños y mi mejor amigo cuando fuimos creciendo. Siempre lo pasábamos genial, nos contábamos nuestros secretos y nos ayudábamos mutuamente. Pero cuando entré al instituto, todo cambió.

            Ese día, me había levantado temprano, ya que sería mi primera vez en el lugar en el que él estaba desde hacía un año. Salí corriendo hacia su casa y luego entré a su habitación, sin llamar siquiera, apremiándolo a que saliera. Muchas veces lo había visto sin camiseta, lo había visto de hecho muchas veces completamente desnudo o en calzoncillos, pero aquella vez, mi corazón comenzó  latir de una manera completamente inexplicable.

            Desde aquel momento, SeHun apareció ante mí como un hombre, como alguien con quien me gustaría pasar el resto de mi vida y, aunque para él siguiera siendo aquella niña pequeña a la que quería proteger de los demás pero que se valía por sí misma y al final acababa salvándolo a él, no me rendiría jamás en lo que quería: convertirme para él en una persona con la que le gustara pasar el resto de su vida.


            Salí de casa el primer día después de mi nuevo corte de pelo, de haber cambiado mis gafas de pasta por unas lentillas y de haberme colocado la falda del uniforme un poco más arriba de lo que las normas de la escuela decían; esperando que así se fijara en mí. Sin embargo, cuando me encontré con él en la puerta de su casa, la mirada que me echó de arriba abajo no fue ninguna que mostrara deseo, sino que desde lejos se veía que era una cara interrogación por mi nueva imagen.

            —¿Y esa pinta, Ara? —me dijo, incapaz de quedarse callado.
            —Ya estoy en secundaria y quiero que los chicos del instituto comiencen a fijarse en mí —contesté.
            “Quiero que tú te fijes en mí” pensé.
            —Por mucho que te hagas no tienes arreglo —SeHun me sacó la lengua, divertido y yo bufé—. Anda, sube a la bici, que llegaremos tarde.

           Todavía con aquel mohín en mi rostro, me subí a la bicicleta y me abracé fuertemente a su cintura, dispuesta a que sus palabras no me quitaran la felicidad de poder abrazarlo durante los diez minutos que duraba el trayecto en bici hasta nuestro instituto.


            Quizás matar a una persona estaba mal visto en la sociedad, pero eso era lo único que yo quería hacer con el maldito Oh SeHun. Meses, llevaba meses intentando que me prestara atención como a una chica, como a las demás chicas, como a aquellas que pasaban por nuestro lado y les miraba las piernas, el trasero y los pechos. Cuando esto sucedía siempre le pegaba y le decía salido, conteniéndome para no gritarle que dejara de mirarlas porque me ponía celosa.

            Estaba bastante harta y me tenía los nervios fritos, pero no podía desesperar, tenía que conseguir mis objetivos, tenía que salir de una puñetera vez de la friendzone en la que parecía haberme quedado encerrada, por lo menos en lo que a él respectaba.


            Ponerme guapa para él no le afectaba, acercarme tampoco, ponerme cariñosa hacía que me preguntara si me había bebido algo; así que ya no sabía qué hacer. Había pensado miles de cosas para hacer, pero ninguna de ellas había funcionado, incluso le había preguntado a su mejor amigo, Tao, qué era lo que podía hacer y, aunque había seguido todas sus instrucciones al pie de la letra, SeHun ni siquiera me había mirado.

            Era desesperante, muy desesperante. Tanto, que había llegado a pensar que a lo mejor Oh SeHun tenía algo mal es su cerebro que no le hacía ver lo evidente.


            Mi gran oportunidad llegó el día que salimos todos al karaoke a final de curso para celebrar. Todas la personas que venían con nosotros sabían que me gustaba, tanto sus amigos, como mis amigas, por eso, entre todos ideamos un plan que ni los utilizados por los aliados en la Segunda Guerra Mundial. Cantaríamos y beberíamos, aprovechando que Tao era mayor de edad y compraba las bebidas, lo emborracharíamos y luego, cuando todos se fueran y nos dejaran solos, yo pasaría a la segunda parte del plan.

            La noche pasó como tenía que pasar y, casi sin darnos cuenta, todo había ido sobre ruedas, ni siquiera habíamos tenido que emborracharlo, él solito se había puesto como una cuba.

            Cuando era ya tarde, los demás se fueron a un club y a mí me dejaron encargada de llevarlo a casa. Les di las gracias a todos por ayudarme y luego lo llevé a mi casa, no a la suya, ya que sus padres seguro que le echaban la bronca si aparecía en aquel estado.

            Al entrar en mi casa, tras introducir la clave en el panel, intenté por todos los medios que SeHun no hiciera mucho ruido, ya que podría despertar a mis padres. Lo guie hasta mi habitación y después lo acosté sobre mi cama. Aquella era mi oportunidad de oro, si todo salí como era debido, por fin él dejaría de pensar en mí solo como una amiga, como su mejor amiga y pasaría a ser otra cosa completamente distinta, aquello que esperaba y ansiaba desde hacía tanto tiempo. La palabra “novia” junto a SeHun sonaba mucho mejor que “amiga”.

            Me senté en la cama y lo observé detenidamente durante unos segundos. Si lo hacía, no habría vuelta atrás. Lentamente me incliné sobre él y comencé a besar sus labios, estos eran dulces y suaves y demasiado adictivos. No pude resistirme a ellos, ni tampoco a tocar su cuerpo.

            Sus ojos se abrieron y durante unos segundos me detuve, paralizada por la profundidad de su mirada, paralizada por si él me apartaba. Sin embargo, estos se volvieron a cerrar y una sonrisa se extendió por sus labios. Aquella acción me indicó que no se resistiría, que por ahora lo aceptaba y no tardé en hacer lo que me había propuesto.

            La ropa voló por la habitación y su miembro semi erecto apareció frente a mí. Comencé a masajearlo, a tocarlo, a hacer que se pusiera completamente duro para después colocarle el preservativo y auto-penetrarme con él. miles de sensaciones recorrieron mi cuerpo durante el acto y una vez que este acabó, dejándome completamente agotada tras el orgasmo.

            Cuando a la mañana siguiente me desperté, todavía no me creía que hubiera sido capaz de hacer aquello. Debía haberme vuelto rematadamente loca. El plan solo era decirle lo mucho que me gustaba y besarlo, pero todo se había desmadrado. Mi cara se volvió completamente roja al volver a pensar en la noche anterior y busqué con la mirada el cuerpo a mi lado. SeHun seguía dormido.

            Lo observé unos momentos y luego comencé a acariciarlo y a besarlo, haciendo que se despertara. Cuando él me vio desnuda sobre él, también sin ropa, se quedó completamente en shock, pero después, lo único que se le ocurrió hacer fue tirarme de su cuerpo al suelo y salir corriendo de mi habitación tras vestirse, ignorando mis llantos y protestas.


            Durante los siguientes días, SeHun no quiso hablar conmigo, ni mirarme, ni estar cerca de mí siquiera. Lo había estropeado todo al hacer aquello y había perdido hasta su amistad. Me sentía fatal y quería decirle que lo olvidara todo, que hiciera como si aquello no hubiera ocurrido y que volviéramos a ser amigos. Estaba completamente decidida a ello.

            Ese día, cuando me lo crucé por los pasillos del instituto, quise decirle lo que había pensado, pero al ver que iba a abrir la boca, él me cogió de la muñeca y tiró de mí hasta que llegamos al hueco que había bajo la escalera.

            —SeHun… —murmuré.

            —No digas nada —susurró él justo antes de besarme. Sonreí durante el beso, porque finalmente parecía haber conseguido lo que llevaba deseando desde hacía tanto tiempo—. Siento que… Nada fuera como es debido —dijo contra mis labios—, a partir de ahora… Lo haré todo bien… Me gustas, Ara —y me volvió a besar.


Para Ara, porque me lo pediste y porque te lo mereces. No me ha salido muy perver (al menos no tanto como creo que querías), pero espero que te haya gustado. Te quiero, pequeña <3

lunes, 29 de julio de 2013

PC

PC


   Estaba muy harto de tener que hacer aquello solo. No era lo mismo, no se sentía igual. Pero esa era la única manera de estar juntos que teníamos, ya que él estaba con las promociones de EXO-M en China y yo aquí, en Corea.

   Encendí mi PC y cerré la puerta de la habitación que compartía con el líder con pestillo, atrancándola luego con la silla de escritorio, para que así, nadie se atreviera a molestarme en lo que estaba a punto de hacer.

   Cuando el PC cargó encendí el Skype y lo llamé. Unos segundos después, ya lo tenía en la pantalla. Parecía cansado, pero una hermosa sonrisa estaba colocada en su rostro, solo para mí. La imagen titiló y odié la mala conexión que tenían en China, también recé porque no se colgara y nos dejara a medias.

   -¿Cómo estás, Hunnie?- me preguntó.
   -Genial, ahora que por fin te veo- contesté- ¿y tú? ¿Cómo estás?
   -Cansado- dijo y bufó- aunque nada más verte el ánimo me está subiendo- sonreí.
   -Espero que también se te suban otras cosas- murmuré pícaro guiñándole el ojo y sus mejillas comenzaron a colorearse. Seguía siendo un panda adorable aun con su apariencia de matón.
   -¿Otra vez “amor virtual”?- preguntó y yo asentí- entonces echaré el cerrojo antes de traumatizar a Min-ge- se levantó y durante unos momentos desapareció de la pantalla, tiempo que aproveché para sacarme la camiseta y dejar la piel blanca de mi torso expuesta ante él- wow- dijo cuando volvió- tú no pierdes el tiempo.
   -¿Para qué?- pregunté- vamos, quítatelo todo, moreno, que quiero marcha- no sabía ni como me volvía así de pervertido cuando se trataba de estas cosas, yo normalmente no era así, pero Tao me volvía loco.

   Él me hizo caso y se retiró su camiseta, momento en el que yo pulsé la tecla que grababa todo lo que apareciera en la pantalla a partir de ahora. Me pondría ese vídeo, como los otros que ya tenía y que veía, para los momentos de necesidad.

   Comenzamos a retirar toda la ropa que llevábamos puesta hasta que nos quedamos ambos desnudos, mirándonos fijamente, a través de la pantalla. Pase mis manos por mi cuerpo lentamente, hasta llegar a mi miembro y comencé a toquetearlo, lanzando gemidos al aire, mientras él, hacía lo mismo y me ponía a cien. Aunque me hubiera puesto más todavía si fuera él el que estuviera dándole a mi miembro arriba y abajo.

   Su rostro era la encarnación de la sensualidad, del placer prohibido, del pecado, y eso me dejaba seco. Además, sus gemidos me volvían loco.
Seguimos masturbándonos, cada vez más y más rápido. Ya estaba a punto de llegar… y él también. Nuestras respiraciones aceleradas, nuestros brazos agarrotándose por el continuo movimiento, nuestro sudor corriendo por nuestras pieles, nuestros gemidos lanzados a la solitaria habitación, nuestros nervios a flor de piel.

   Momentos después, ambos manchábamos las sábanas.

   Pasó un buen rato hasta que pudimos volver a respirar con normalidad y nuestros ojos volvieron a fijarse completamente en el monitor.

   -En una semana…- comenzó él- en una semana el grupo volverá a Seúl- sonreí por lo que dijo, ya que eso implicaba algo bueno, tanto para mí, que lo tendía para desfogar y para el grupo, porque todos volvían- entonces te follaré como nunca lo he hecho- terminó y mi sonrisa se volvió más amplia.
   -Te estaré esperando- contesté.
   -Te amo, SeHun.

   -Y yo a ti, Tao- y se cortó la conexión.



My First Kiss


My First Kiss


   -Buen trabajo, chicos- dijo el manager en cuanto los seis bajamos del escenario- vuestros compañeros también lo han hecho fantástico.

   Aquello nos hizo inmensamente felices a todos. Aunque nos hubiéramos tenido que separar para hacer las promociones y no los pudiéramos ver tan a menudo, sabíamos que lo daríamos todo por hacerlo lo mejor posible y hacernos un hueco en el mercado tan complicado que era el de la música.

   -Id a ducharos y luego os llevo a casa- dijo y eso fue lo que todos hicimos.

   Yo estaba muy cansado, demasiado cansado y la ducha, al contrario de lo que pensaba, me hizo estar más cansado en vez de despejarme. Por eso, cuando entramos en el coche y me senté entre SuHo hyung y JongInnie, no pude hacer más que quedarme dormido sobre el hombro de mi líder durante todo el camino a casa.

-oooOOOooo-

   Habíamos terminado de ducharnos y salimos del lugar para volver a casa. Me senté atrás, ya que ChanYeol había ocupado mi sitio delante porque estaba intentando ignorar a BaekHyun, que estaba más pesado que de costumbre, y aquello ya era decir.

   Nuestro maknae se sentó a mi lado y JongIn entró después. Me puse a mirar por la ventana para no ver al pequeño, porque con solo verlo, mi corazón comenzaba a latir fuertemente. Todo esto me pasaba desde que hacia unas semanas lo había pillado tocándose, en la cama, ajeno a que yo lo observaba y me ponía a cien con sus gemidos.

   Sacudí mi cabeza rojo como un tomate, desechando aquellos pensamientos para no volver a ponerme igual que aquella noche y acabar en el baño. Pero no pude dejar por mucho ese hilo de mis pensamientos, ya que de repente, su cabeza acabó sobre mi hombro, haciendo que mi cuerpo se tensara.

   -Hunnie...- llamó JongIn e intentó separarlo de mí, pero yo no lo dejé, rodeando al menor con mis brazos.
   -Déjalo dormir- salió de mis labios- está muy cansado.
   -¿No te molesta, hyung?- yo negué con la cabeza y él asintió, volviéndose hacia atrás para hablar con KyungSoo y BaekHyun.

   Me pasé todo el camino observándolo dormir. Era tan dulce, tan tierno, tan hermoso, que hacía que mi corazón se acelerara con cualquier acción o movimiento. Cuando llegamos a casa, JongIn intentó despertarlo de nuevo, pero yo negué con la cabeza.

   -Ya lo llevo yo- le dije y eso fue lo que hice. Lo saqué del coche, dormido y lo cargué en mi espalda, para dejarlo luego, cuando entramos a la habitación que compartíamos, sobre su cama. Debía estar muy dormido, ya que no se había despertado en ningún momento, por lo que me atreví a hacer algo que nunca me hubiera atrevido a hacer en cualquier otra circunstancia. Me incliné sobre él y rocé sus suaves labios con los míos- buenas noches, SeHun- murmuré contra estos- te quiero...- y salí de la habitación.

-oooOOOooo-

   Sentí algo cálido sobre mis labios, algo cálido y suave. Abrí mis ojos solo un poco y pude descubrir a SuHo hyung... Inclinado sobre mí, besándome. Mi corazón comenzó a latir rápidamente y cerré mis ojos en el momento en el que noté que se separaba.

   -Buenas noches, SeHun... te quiero...- lo escuché murmurar y luego salir rápidamente de la habitación.

   Llevé mi mano a mis labios, notando todavía calor y un agradable cosquilleo. Sonreí, aquel había sido mi primer beso... y me lo había dado la persona que me gustaba... aunque él todavía no lo supiera...



jueves, 4 de abril de 2013

EXO Ficha de Personajes



EXO Ficha de Personajes



Oh SeHun.
Fecha de Nacimiento: 12- Abril-1994.
Lugar de Nacimiento: Seúl, Corea del Sur.
Grupo Sanguíneo: O.
Estatura: 183cm.
Signo Zodiacal: Aries.
Familia: Madre, padre y hermano mayor (tres años mayor).
Símbolo: Tornado.















Poder: Aire.
Le gusta: Bubble Milk Tea.
Personalidad: Es noble y tímido pero muy hablador cuando se le conoce, respetuoso, bromista, sincero y juguetón. Pocas veces sonríe, pero es muy alegre y ama lo que hace. Le encanta ayudar a los demás y siempre que puede muestra su aegyo.



Credits: @EXOPlanetSpain