domingo, 6 de septiembre de 2015

어떻게 (Ottoke)

Capítulo 2




            ¿Que tu hermano qué? preguntó BaekHyun mientras cogía distraídamente una patata sabor beicon y queso de la bolsa que compartía con su amigo. El chico suspiró antes de volver a hablar.
            Mis padres le han dicho que cuando acabe este curso se tiene que casar repitió KyungSoo.
            ¿Tan poco tiempo tiene para encontrar una chica, enamorarla y convencerla para que se casen? —cuestionó.
            En realidad seguro que ya le habrán buscado varias candidatas y solo tendrá que elegir entre una de ellas murmuró el chico.
            ¿No jodas? ¿Un matrimonio arreglado? dijo el otro sin poder creerse lo que había oído.

            Estaban en el siglo XXI y eso ya no estaba de moda, de hecho, desde la época de sus abuelos no se llevaba. Casarse porque te obligaran, con alguien que ni siquiera conocías no era algo común en aquellos tiempos ni siquiera era común que la gente se casase, solo convivían juntos y listo.

            Baek, esa boca dijo el moreno, molesto, y luego se acercó más a su amigo. Mientras se comía una patata, comenzó a hablar con discreción para que las personas que estaban alrededor no escucharan nada de su conversación.
            Algo así, pero mi hyung no quiere casarse, así que no lo digas muy alto —susurró.
            Joder, es que tu hermano es muy joven, normal que no quiera.
            Baek, te voy a lavar la boca con lejía como sigas diciendo “joder” una y otra vez.
            Genial, mátame, porque si me trago aunque sea un buche moriré y te quedarás sin tu mejor y único amigo el rubio se cruzó de brazos y se puso de morros, girando la cabeza hacia el otro lado.
            Vamos, ricitos de oro… KyungSoo comenzó a zarandearlo levemente y a darle la lata para que su amigo volviera a hacerle caso—. Yo no quiero matarte… solo quiero que dejes de decir tacos…
            Cómo si tú no dijeras ninguno —murmuró el otro.
            Claro que los digo, pero no tan a menudo contestó, pero BaekHyun seguía sin mirarlo, así que, KyungSoo tuvo una idea—. Si no me haces caso le diré a ChanYeol, ese chico tan alto y guapo de tercero, que te gusta.

            Fue decir las palabras mágicas, o sea, el nombre de aquel chico por el que su amigo estaba loquito y obtener el resultado deseado. BaekHyun se giró hacia él rápidamente y luego buscó con la mirada a aquel chico alto de pelo negro y corto al que asomaban unas orejitas de soplillo que al rubio le parecían tan tiernas. Lo encontró haciendo un mate y casi llevándose por delante a uno de los jugadores del equipo contrario. El chico sonrió cómo un bobo al verlo, pero luego volvió en sí, encarándose a KyungSoo con el rostro serio.

            ¿No te atreverás?
            ¿Qué te apuestas?

            El moreno hizo un amago de levantarse de las gradas en las que estaban sentados viendo aquel partido de baloncesto al que BaekHyun lo había obligado a ir, pero no pudo hacerlo del todo porque su amigo lo detuvo, agarrándolo de la pierna, y luego le puso una mano en el hombro para que se sentara de nuevo en aquel asiento de plástico, haciendo un poco de presión.

            Vale, vale dijo el chico—. Dejaré de decir tacos una y otra vez mientras esté contigo se rindió.
           Gracias KyungSoo sonrió triunfante y volvió a meter su mano dentro de la bolsa de patatas—. Por cierto, esta tarde empiezo mis clases de cocina, puedes venir, si quieres BaekHyun lo miró alzando una ceja. Ambos sabían que si cualquier miembro de la familia Wu se acercaba a una cocina, esta saldría en llamas—. Bueno, no para cocinar tú, sino para acompañarme, dijeron que podíamos llevar a una persona si queríamos.
            La verdad es que no me apetece contestó.
            Oh, vamos Baek le puso cara de cachorrito, pero el otro volvió a negar, esta vez con su cabeza—. Estoy aquí en mi descanso contigo, cuando podría estar haciendo otras cosas más provechosas, viendo este maldito partido de baloncesto solo por saciar tus ansias de ver a ese chico en pantalones cortos. ¡No me vengas ahora con que no puedes acompañarme siquiera a una maldita clase de cocina!
            —Es que…
            —Wu BaekHyun*.

            KyungSoo entrecerró sus ojos, mirándolo bastante enfadado, a la vez que comenzaba a ejercitar sus brazos, dispuesto a hacerle aquella llave de judo que servía para asfixiar a tu oponente si volvía a decir que no.

            —Está bien, está bien —dijo el chico temeroso—. Iré.
            —Muchas gracias, eres un gran amigo —sonrió el moreno, formando un corazón con sus labios.

            En esos momentos, el partido terminó, a la vez que el descanso, y ambos chicos se levantaron de los asientos de plástico. BaekHyun miró hacia la cancha por última vez antes de comenzar a subir por las gradas para ir a clase y sus ojos captaron a ChanYeol mirando en su dirección. Sus miradas se encontraron unos segundos, pero el mayor la desvió debido a que varios de sus compañeros de equipo se le tiraron encima para celebrar la victoria. El corazón de BaekHyun comenzó a latir rápidamente a partir de ese momento y ya no se detuvo el rápido golpeteo por más que intentara calmarse de camino a clases.


            Muchas horas más tarde, ambos salían del instituto en el que se pasaban la mayor parte de su tiempo en dirección a la academia en la que iba a comenzar a recibir clases de cocina KyungSoo. El chico sabía que a su amigo siempre le había gustado mucho cocinar, pero que en su casa llevaba sin poder hacerlo demasiado tiempo porque su madre no lo dejaba pisar la cocina, así que estaba bastante ilusionado con lo de aquellas clases que sí que le habían dejado tomar, después de muchos ruegos y peleas. BaekHyun también estaba ilusionado por su amigo, pero a él no le gustaba para nada pisar la cocina, de hecho, cuando una vez intentó cocinar algo casi quemó toda su casa, confirmando así, la maldición que pesaba sobre la familia Wu y la cocina.

            BaekHyun miró a su amigo y vio cómo este caminaba a su lado, con aire distraído, así que, le dio un pequeño codazo para así llamar su atención, sin conseguirlo. El chico hinchó sus mejillas porque KyungSoo no le hacía caso y le dio otro codazo, esta vez más fuerte y en mitad de las costillas. Este por fin se giró, mirándolo con mala cara, una expresión que decía claramente que lo iba a matar lentamente y de una forma bastante sádica.

            —¿Qué quieres, Wu BaekHyun? —cuestionó.
            —¿Cuántas horas va a durar la clase y qué puedo hacer para no aburrirme tanto? —le preguntó—, porque ya sabes que ayudarte no voy a poder si no quieres que todo el edificio salga ardiendo.
            —No sé, supongo que al menos podrás mirar y pasarme algún ingrediente o cosas así —dijo KyungSoo—. Sino, simplemente puedes observar a los demás alumnos, a ver si hay alguno guapo y que te guste.
            —Ahora mismo solo tengo ojos para ChanYeol —respondió—. Es tan alto, tan guapo, tiene tanto estilo y, en definitiva, es maravilloso —el chico estaba mirando delante de él como si allí estuviera aquel chico que tanto le gustaba, emocionado hasta que escuchó a KyungSoo bufar a su lado—. ¿¡Qué!? —cuestionó, poniéndose de mal humor.
            —Pareces idiota diciendo esas cosas —comentó—, de hecho, pones cara de idiota mientras las dices.
            —No soy un idiota —replicó el rubio, pero KyungSoo siguió caminando, alejándose de él, no dándole ninguna opción a seguir berreando para defender su integridad.

            Minutos más tarde, después de haber tenido que coger el metro y el bus previamente, los chicos llegaban al lugar en el que el moreno iba a tener sus clases de cocina. Era un edificio bastante parecido a los que lo rodeaban, de cristal y hormigón, pero este tenía un cartel enorme que decía: “Escuela de cocina Peter Pan”.

            —¿Peter Pan? —cuestionó BaekHyun, partiéndose de risa por el nombre del lugar, ya que lo que menos se había imaginado era que se llamara de aquella forma—. ¿No serán clases de cocina para niños?

            KyungSoo le bufó antes de dirigirse a las puertas de cristal del edificio. El rubio lo siguió, alcanzándolo justo cuando le comenzaba a recitar el lema de la escuela.

            —“Escuela de cocina Peter Pan, donde todos los adultos podrán rejuvenecer cocinando y hacer de este noble arte un juego de niños”.
            —Wow, incluso te has aprendido el lema —aplaudió el chico, aunque aquello era más bien algo irónico.
            —Sabes que tenía muchísimas ganas de venir a este lugar, Baek —dijo el moreno, mirándolo con sus grandes y expresivos ojos oscuros—. Lo sé todo de este lugar.

            BaekHyun esbozó entonces una sonrisa a modo de disculpa. Sabía lo mucho que le había costado a su mejor amigo conseguir aquello, lo ilusionado que estaba con ello y las ganas que tenía de comenzar. Generalmente, se habría estado burlando de él a cada momento libre que tuvieran, pero no quería que el chico se sintiera mal y, por una vez, iba a dejar aparcadas sus bromas y hacer que KyungSoo se lo pasase de maravilla en aquellas clases de cocina.

            —Hoy me portaré bien —le aseguró—. Haré todo lo posible por ayudarte incluso con la cocina.
            —Gracias, Baek.

            KyungSoo le pasó los brazos por los hombros para acercarlo a su cuerpo y darle un corto abrazo. Las muestras de cariño del moreno eran bastante escasas con alguien que no fuera su hermano mayor JunMyeon, así que BaekHyun se sintió bastante conmovido por aquella muestra de afecto y disfrutó del abrazo porque sabía que tardaría mucho tiempo en repetirse algo así.

            Después de separarse, los chicos se montaron en el ascensor que había al fondo del vestíbulo y luego el moreno apretó el botón con el número uno, planta en la que estaba la academia de cocina. El trayecto duró apenas unos segundos, pero ninguno de los chicos iba a subir por las escaleras, el deporte y ellos nunca se habían llevado demasiado bien. Tras salir del ascensor, se dirigieron hacia la derecha y atravesaron la puerta que allí había, encontrándose al momento en otro mundo completamente diferente, ya que aquel lugar no era nada parecido a lo de fuera. Era una gran habitación repleta de pequeñas cocinas y una tarima al fondo, sobre la que había una mesa, desde la que se dominaba toda la clase y una pizarra ya garabateada.

            Los chicos avanzaron tímidamente hacia el fondo de la clase, lo más cerca que pudieron ponerse ya que había ya algunas personas en el lugar, unos cuantos hombres y mujeres de mediana edad, algunos veinteañeros y un muchacho de piel dorada que parecía estar todavía en el instituto porque tenía cara de crío, de hecho, BaekHyun podía jurar que le sonaba muchísimo y que igual era porque lo había visto en su mismo instituto.

            El rubio apenas fue consciente de que la clase comenzaba algunos minutos más tarde cuando una mujer de piel clara y cabello muy oscuro recogido en un apretado moño alto con gafas entraba al lugar, se subía a la tarima y comenzaba a hablar de lo que iban a hacer ese día en la clase. Tampoco fue muy consciente de cuando su amigo le pedía que le alcanzara alguna u otra cosa, él simplemente lo cogía y se lo tendía, pero no estaba muy pendiente de aquello, realmente, estaba mucho más interesado en el chico de la piel oscura y ojos penetrantes que no paraba de observar a su querido e inocente amigo KyungSoo como si este fuera un trozo de carne y él un lobo hambriento.

            —KyungSoo… —murmuró en un momento dado—. Ese chico no te quita la mirada de encima.

            Su amigo alzó la cabeza de las verduras que estaba cortando en aquel momento sobre la tabla y, en ese instante, el otro agachó su cabeza rápidamente, aunque ya había sido cazado por el moreno. KyungSoo, no obstante, siguió cocinando sin darle la más mínima importancia a aquello y eso exasperó un poco al rubio quien veía claramente que el otro parecía tener bastante interés en su amigo. Por eso, comenzó a darle codazos en las costillas hasta que el otro le volvió a prestar atención.

            —Dijiste que te ibas a portar bien —le reprochó.
            —Y me estoy portando bien —se defendió BaekHyun—. Es solo que parece que a ese chico le gustas.
            —No digas tonterías, BaekHyun —lo cortó el otro—. Parece el típico chico que tiene detrás de él una legión de admiradoras y que se aprovecha de su situación.
            —¿Cómo mi hermano? —aventuró el rubio.
            —Sí, como tu hermano —coincidió—. Una persona como él jamás se fijaría en un chico como yo —KyungSoo siguió cortando con el cuchillo, aunque aquella vez era carne y no verduras—. Además, estos tipos son hetero el 90% de las veces.
            —KyungSoo… —comenzó—. No te menosprecies porque eres una persona increíble —lo animó—. Que no hayas salido con ningún chico desde que descubriste que te gustan los hombres no quiere decir que no seas maravilloso —el chico hizo que alzara la cabeza para mirarlo—. Mírame a mí, soy perfecto y todavía soy virgen.
            —BaekHyun… —advirtió el moreno, pero tenía una sonrisa en los labios, así que el chico supo que había hecho bien su trabajo de animarlo.

            Después de aquella pequeña conversación, BaekHyun se esforzó más en ayudar a su amigo a cocinar, aunque no preparó absolutamente nada y, sobre todo, no se acercó al fuego; aunque tampoco dejó de mirar de reojo a aquel chico, que seguía estando mucho más enfocado en KyungSoo que en cocinar lo que se le había pedido hacer.

            Un par de horas más tarde, BaekHyun salía con un tupper con la sopa que KyungSoo había hecho en las clases ya que este le había asegurado que en su casa no iba a poder entrar con aquello y que no quería tirar a la basura su primera clase. El chico había aceptado aquel regalo porque esa noche iban a estar solos su hermano y él y la verdad es que habían pensado en pedir una pizza, pero con aquella sopa que tan bien olía y sabía, ya no iban a tener que pedir nada porque había más que de sobra para los dos.

            —Muchas gracias —seguía diciéndole a KyungSoo, aunque ya se habían alejado un par de manzanas del edificio donde se encontraba la academia—. Te debo mi vida saludable y la integridad de mi cocina.
            —Como sigas dándome las gracias, BaekHyun, te pego con la fiambrera en la cabeza —dijo el otro, parecía un poco avergonzado, pero eso nunca había sido un motivo para que BaekHyun detuviera sus bromas, de hecho, solo hacía que estas se intensificasen.
            —Qué violento te pones —murmuró—. Claro, como ahora tienes un admirador no secreto que te adora vas a comenzar a dejar ver tu verdadera personalidad.
            —Si no te doy con el tupper te doy con algún libro —KyungSoo comenzó a rebuscar en su mochila, dándole más valor a sus palabras, pero de repente, se quedó estático, antes de comenzar a buscar algo frenéticamente allí dentro.
            —¿Qué pasa? —preguntó el rubio.
            —No tengo mi libro de cocina —murmuró—. Me lo he tenido que dejar en la mesa de la academia —el chico cerró su mochila—. Voy a ir a por él.
            —¿Te acompaño?
            —No, no importa —el chico esbozó una sonrisa—. Te agradezco que me hayas acompañado a las clases, pero ya es muy tarde y YiFan hyung estará preocupado por ti, así que es mejor que te vayas a casa.
            —Sabes que mi hermano estará enrollándose con alguna chica en casa y que le cortaré el rollo en cuanto llegue, ¿verdad?
            —Sí, pero ya es tarde y no hace falta que te quedes —dijo el moreno—. Cogeré luego el autobús que me deja en la puerta de casa, ¿vale? Así que no te preocupes por mí.
            —Está bien —claudicó BaekHyun—. Nos vemos mañana entonces.
            —Hasta mañana.

            KyungSoo se despidió de él con la mano y luego echó a correr en dirección a la academia como si lo estuviera persiguiendo algún demonio o algo por el estilo. BaekHyun lo siguió con la mirada hasta que su amigo se perdió entre la multitud y después de aquello echó a andar en la dirección contraria. Si caminaba un par de manzanas más llegaría a una parada del autobús que lo dejaba más cerca de su casa, así que en poco más de media hora estaría allí. el chico decidió que era bueno avisar a su gege** de que iba hacia allá para no pillarlo en ninguna situación comprometida, ya que a este no le hacía falta mucho más que una casa vacía para llevarse a la primera chica que se encontrara en su camino a su hogar y hacerlo en cualquier sitio que quisiera. La última vez que BaekHyun lo había pillado en plena actividad había entrado a la cocina con intención de beberse un vaso de leche caliente a ver si con este podía conciliar el sueño y acabó dándose media vuelta, con la convicción de que jamás de los jamases volvería a comer sobre aquella encimera, por mucho que esta se limpiara.

Gege… voy para casa       
Si estás ocupado intenta terminar pronto
En una media hora estaré allí     

            El chico estaba demasiado concentrado en escribir en su teléfono móvil, así que no le estaba prestando mucha atención al camino que recorría, confiando en que las personas con las que se cruzaba lo evitaran para no chocarse contra ellas, sin embargo, aunque la mayoría se apartó de su camino, otra persona, que también iba bastante distraída escuchando música con los ojos medio cerrados, se cruzó con él y ambos  chocaron. BaekHyun tuvo que agarrarse al cuerpo del desconocido para no caer al suelo de una forma bastante vergonzosa.

            —Lo siento —escuchó que decía una voz grave que reconocería en cualquier parte y en cualquier lugar. BaekHyun alzó rápidamente su cabeza para ver ante él a ChanYeol, esbozando una sonrisa a modo de disculpa—. No miraba por dónde iba —comentó—. ¿Estás bien? —el rubio sentía que la voz no le salía del cuerpo, a pesar de que él no se estaba callado ni debajo del agua, pero en ese momento parecía que no podía decir ni una palabra, la presencia del moreno era demasiado abrumadora ya que nunca había estado tan cerca de él como en aquellos momentos—. ¿Te he hecho daño? —le cuestionó, al ver que no decía ni una palabra, así que el chico se apresuró a aclararse la garganta para responder y que el otro no se preocupara más por él, porque parecía preocupado y eso hacía que su corazón no parase de latir rápidamente dentro de su pecho, como si quisiera salir del lugar que le correspondía dentro de su cuerpo.
            —Yo… —murmuró—. Estoy bien —ChanYeol le sonrió y el chico se sintió cómo si el mundo se le estuviera viniendo encima.
            —Me alegra.

            El mayor hizo amago de irse de allí, pero BaekHyun no quería que se fuera, no tan pronto, no cuando había recuperado su voz y quería hablar durante horas y horas con él. Por eso alargó su mano y lo retuvo, haciendo como si le hubiera dado un leve mareo. Si KyungSoo lo hubiera visto hacer aquello lo habría llamado teatrero, pero él no estaba allí en aquel momento, así que podía hacer lo que le diera la gana para retenerlo sin que nadie le dijera nada o lo juzgara.

            —Perdón —dijo—. Me ha dado un pequeño mareo —se disculpó.
            —¿Quieres que nos sentemos por allí? —el moreno señaló una parada de autobús y, aunque no era a la que el rubio se dirigía, dejó que el otro lo guiara hacia allí, sintiendo sus brazos y sus manos rodeando su cuerpo—. En serio, lo siento, esto ha sido culpa mía —murmuró una vez que se sentaron.
            —No, no, no —negó BaekHyun—. Últimamente no me siento muy bien —mintió—, pero en un rato se me pasará —ChanYeol asintió—. Por cierto, vamos al mismo instituto, ¿verdad? —señaló sus uniformes.
            —Sí, eso parece —rió el moreno.

            La verdad era que ambos sabían que estudiaban en el mismo lugar, sus miradas se habían encontrado en miles de ocasiones, pero nunca habían sido lo bastante valientes como para acercarse al otro y entablar una conversación con él, aunque fuera del tiempo meteorológico o de que estaban hartos del instituto. BaekHyun iba a ver todos los partidos del mayor como si fuera una más de las chicas de su club de fans, aunque nunca se mezclaba con ellas, obviamente.

            —Juegas en el equipo de baloncesto, si no recuerdo mal —comentó—. Recuerdo verte en los partidos, aunque con el uniforme estás un poco distinto y no me había dado cuenta al principio —aquello era una mentira como una casa, BaekHyun lo reconocería aunque fuera solo por una mísera mano—. Eres bueno.
            —Oh, gracias —sonrió. El chico parecía un poco avergonzado por aquello y BaekHyun no quería perder su oportunidad—. La verdad es que MinHo hyung es mucho más bueno que yo, pero hago lo que puedo.
            —Algún día lo superarás —lo animó—. Por tu forma de jugar te veo bastante futuro.
            —¿Eres alguna especie de cazatalentos? —preguntó ChanYeol, bastante interesado—. Porque si es así me gustaría tener contacto contigo.

            Por fuera, BaekHyun parecía estar calmado, pero por dentro estaba temblando como un flan y gritando como una adolescente hormonada. Si de aquel encuentro salía teniendo el teléfono de ChanYeol se podía dar por satisfecho para toda la vida.

            —Pues no tienes más que darme tu número para tener mano conmigo —dijo.

            Su frase se podía malinterpretar mucho, como la que había dicho el moreno hacía unos momentos, pero BaekHyun no estaba seguro de que aquellas sutiles palabras fueran a ser captadas por el otro, que parecía un poquito perdido. Aun así, esperó pacientemente hasta que ChanYeol asintió lentamente y le pidió que sacara su teléfono porque iba a empezar a dictarle su número. Mientras apuntaba los dígitos, BaekHyun no podía creerse la suerte que estaba teniendo aquel día.

            —Ya lo tienes —dijo el moreno cuando acabó—. Espero que me llames cuando me encuentres un equipo —le guiñó un ojo y BaekHyun sonrió, mandándole justo al segundo un mensaje para que el otro guardara su número.
            —Eso no lo dudes —contestó. El mayor sacó su teléfono y puso cara de espanto—. ¿Sucede algo?
            —Sí, que es muy tarde —ChanYeol se levantó rápidamente de la marquesina del autobús—. ¿Te encuentras ya mejor?
            —Sí, ya estoy bien, solo necesitaba unos momentos —respondió, levantándose también—, así que si tienes que irte puedes hacerlo, solo tengo que caminar cinco minutos antes de llegar a la parada de mi autobús —el chico sonrió aliviado.
            —Bien, entonces me voy.

            Los dos chicos se despidieron y BaekHyun no paró de observar el camino que había tomado hasta que hacía bastante tiempo que se había esfumado del lugar, después, caminó hacia su parada y esperó diligentemente a su autobús, una vez se montó en este, dejó que su mente vagara al encuentro que acababa de tener con aquel chico que tanto le gustaba. El viaje se le pasó volando y, cuando quiso darse cuenta ya se encontraba introduciendo los dígitos de la contraseña que le daba acceso a la vivienda que aquella noche iba a compartir solamente con su hermano.

            —¡Gege! —gritó, anunciando su llegada por si el otro no había visto su mensaje y se lo encontraba de una forma que no quería—. ¡Ya estoy en casa! ¿Estás presentable?

            BaekHyun no recibió respuesta, por lo que se adentró lentamente en el gran piso, yendo primero al salón. Allí se encontró a su hermano, viendo una película en la televisión muy concentrado. El chico pensó que sería cualquier película policiaca americana de las que le gustaban al mayor, pero cuando miró mejor y vio una teta le entraron ganas de matar a su hermano y prenderle fuego a la casa.

            —Te quedarás ciego si ves tanto porno —le dijo, sentándose en el sofá y pegándole en el hombro. Su hermano lo miró durante un segundo antes de buscar el mando de la televisión y pausar la película, justo cuando aparecía un plano bastante provocador. BaekHyun desvió la mirada de la televisión—. KyungSoo nos ha hecho la cena en sus clases de cocina —señaló el tupper que llevaba en la bolsa de plástico.
            —Dile a KyungSoo que en esta casa lo adoramos —murmuró con la voz algo más grave de lo normal, lo que le indicaba a BaekHyun que su hermano estaba excitado—. Y no me voy a quedar ciego por ver porno, mi querido BaiXian*** —hizo una mueca mientras se levantaba del sofá—. Calienta la comida en lo que yo me doy una ducha.
            —Sí, gege.

            BaekHyun suspiró mientas observaba cómo su hermano se alejaba del salón, sabiendo que no se iba a dar una ducha exactamente. El chico no era ciego y le había visto el bulto del pantalón. Cuando comenzó a escuchar el agua de la ducha, cambió el modo de la televisión y puso una cadena cualquiera antes de dirigirse a la cocina y meter la fiambrera en el microondas. Mientras la sopa daba vueltas y vueltas dentro de aquel aparato, el chico sacó su teléfono móvil y le mandó un mensaje a KyungSoo, diciéndole que su hermano y él lo adoraban por darles lo que había preparado aquel día y preguntándole si había llegado a casa, informándolo de paso de su encuentro con ChanYeol, aunque comentándole que le daría todos los detalles al día siguiente en clase. Después, miró la sala de chat con el chico que lo hacía sonreír como un completo estúpido y se debatió durante unos segundos consigo mismo si debía mandarle algo o no. Cuando estaba decidido a no hacerlo, le llegó un mensaje de ChanYeol.

            MyIdealBoy****: ¿Cómo te encuentras?
            MyIdealBoy: ¿Has llegado sin problemas a tu casa?
Me encuentro bien
No me he mareado más
Gracias por preocuparte
            MyIdealBoy: Bueno, ha sido culpa mía
            MyIdealBoy: Me tenía que preocupar
            MyIdealBoy: No quería parecer mala persona
Eres un encanto
            MyIdealBoy: Gracias >_<
            MyIdealBoy: ¿Nos vemos mañana?
Eso está hecho

            El corazón de BaekHyun casi se le sale del pecho cuando escuchó el pitidito del microondas, pero dejó pasar aquel aviso de infarto porque en aquel momento estaba demasiado feliz como para preocuparse por una cosa como aquella. Tenía el número de ChanYeol y ya podía morir feliz.





Aclaraciones del capítulo:
—*Wu BaekHyun y no Byun BaekHyun porque es el hermano menor de Wu YiFan.
—**Gege es el equivalente chino a hyung, o sea, que significa hermano mayor.
—***En casa es llamado BaiXian porque es su nombre chino, el que le pusieron cuando nació, pero el chico lo ha cambiado por BaekHyun para sonar más coreano. A YiFan no le importa que su nombre sea chino porque durante toda su vida se ha relacionado más con chinos que con coreanos, al contrario que su hermano menor.
—****MyIdealBoy es el nombre que le ha puesto BaekHyun como contacto a ChanYeol, para que no se note que es la persona que le gusta… porque el chico es muy discreto XD

Otras aclaraciones:
—Te pediré mil veces perdón por tardar tanto en escribir esta historia, pero me cuesta una barbaridad hacerla, sigo sin entender el por qué. Este capítulo me ha traído de cabeza mucho tiempo, pero por fin lo he terminado, espero que con los demás no me demore tanto o tienes permiso para tirarme por un puente.




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