Capítulo 2
—¿Que
tu hermano qué? —preguntó BaekHyun
mientras cogía distraídamente una patata sabor beicon y queso de la bolsa que
compartía con su amigo. El chico suspiró antes de volver a hablar.
—Mis
padres le han dicho que cuando acabe este curso se tiene que casar —repitió
KyungSoo.
—¿Tan
poco tiempo tiene para encontrar una chica, enamorarla y convencerla para que
se casen? —cuestionó.
—En
realidad seguro que ya le habrán buscado varias candidatas y solo tendrá que
elegir entre una de ellas —murmuró el chico.
—¿No
jodas? ¿Un matrimonio arreglado? —dijo
el otro sin poder creerse lo que había oído.
Estaban en el siglo XXI y eso ya no
estaba de moda, de hecho, desde la época de sus abuelos no se llevaba. Casarse
porque te obligaran, con alguien que ni siquiera conocías no era algo común en
aquellos tiempos ni siquiera era común que la gente se casase, solo convivían
juntos y listo.
—Baek,
esa boca —dijo el moreno,
molesto, y luego se acercó más a su amigo. Mientras se comía una patata,
comenzó a hablar con discreción para que las personas que estaban alrededor no
escucharan nada de su conversación.
—Algo
así, pero mi hyung no quiere casarse, así que no lo digas muy alto —susurró.
—Joder,
es que tu hermano es muy joven, normal que no quiera.
—Baek,
te voy a lavar la boca con lejía como sigas diciendo “joder” una y otra vez.
—Genial,
mátame, porque si me trago aunque sea un buche moriré y te quedarás sin tu
mejor y único amigo —el rubio se cruzó
de brazos y se puso de morros, girando la cabeza hacia el otro lado.
—Vamos,
ricitos de oro… —KyungSoo comenzó a
zarandearlo levemente y a darle la lata para que su amigo volviera a hacerle
caso—. Yo no quiero matarte… solo quiero que
dejes de decir tacos…
—Cómo
si tú no dijeras ninguno —murmuró el otro.
—Claro
que los digo, pero no tan a menudo —contestó,
pero BaekHyun seguía sin mirarlo, así que, KyungSoo tuvo una idea—.
Si no me haces caso le diré a ChanYeol, ese chico tan alto y guapo de tercero,
que te gusta.
Fue decir las palabras mágicas, o
sea, el nombre de aquel chico por el que su amigo estaba loquito y obtener el
resultado deseado. BaekHyun se giró hacia él rápidamente y luego buscó con la
mirada a aquel chico alto de pelo negro y corto al que asomaban unas orejitas
de soplillo que al rubio le parecían tan tiernas. Lo encontró haciendo un mate
y casi llevándose por delante a uno de los jugadores del equipo contrario. El
chico sonrió cómo un bobo al verlo, pero luego volvió en sí, encarándose a
KyungSoo con el rostro serio.
—¿No
te atreverás?
—¿Qué
te apuestas?
El moreno hizo un amago de
levantarse de las gradas en las que estaban sentados viendo aquel partido de
baloncesto al que BaekHyun lo había obligado a ir, pero no pudo hacerlo del
todo porque su amigo lo detuvo, agarrándolo de la pierna, y luego le puso una
mano en el hombro para que se sentara de nuevo en aquel asiento de plástico,
haciendo un poco de presión.
—Vale,
vale —dijo el chico—.
Dejaré de decir tacos una y otra vez mientras esté contigo —se
rindió.
—Gracias
—KyungSoo sonrió triunfante y volvió a
meter su mano dentro de la bolsa de patatas—.
Por cierto, esta tarde empiezo mis clases de cocina, puedes venir, si quieres —BaekHyun
lo miró alzando una ceja. Ambos sabían que si cualquier miembro de la familia
Wu se acercaba a una cocina, esta saldría en llamas—.
Bueno, no para cocinar tú, sino para acompañarme, dijeron que podíamos llevar a
una persona si queríamos.
—La
verdad es que no me apetece —contestó.
—Oh,
vamos Baek —le puso cara de
cachorrito, pero el otro volvió a negar, esta vez con su cabeza—.
Estoy aquí en mi descanso contigo, cuando podría estar haciendo otras cosas más
provechosas, viendo este maldito partido de baloncesto solo por saciar tus
ansias de ver a ese chico en pantalones cortos. ¡No me vengas ahora con que no
puedes acompañarme siquiera a una maldita clase de cocina!
—Es que…
—Wu BaekHyun*.
KyungSoo entrecerró sus ojos,
mirándolo bastante enfadado, a la vez que comenzaba a ejercitar sus brazos,
dispuesto a hacerle aquella llave de judo que servía para asfixiar a tu
oponente si volvía a decir que no.
—Está bien, está bien —dijo el chico
temeroso—. Iré.
—Muchas gracias, eres un gran amigo
—sonrió el moreno, formando un corazón con sus labios.
En esos momentos, el partido
terminó, a la vez que el descanso, y ambos chicos se levantaron de los asientos
de plástico. BaekHyun miró hacia la cancha por última vez antes de comenzar a
subir por las gradas para ir a clase y sus ojos captaron a ChanYeol mirando en
su dirección. Sus miradas se encontraron unos segundos, pero el mayor la desvió
debido a que varios de sus compañeros de equipo se le tiraron encima para
celebrar la victoria. El corazón de BaekHyun comenzó a latir rápidamente a
partir de ese momento y ya no se detuvo el rápido golpeteo por más que
intentara calmarse de camino a clases.
Muchas horas más tarde, ambos salían
del instituto en el que se pasaban la mayor parte de su tiempo en dirección a
la academia en la que iba a comenzar a recibir clases de cocina KyungSoo. El
chico sabía que a su amigo siempre le había gustado mucho cocinar, pero que en
su casa llevaba sin poder hacerlo demasiado tiempo porque su madre no lo dejaba
pisar la cocina, así que estaba bastante ilusionado con lo de aquellas clases
que sí que le habían dejado tomar, después de muchos ruegos y peleas. BaekHyun
también estaba ilusionado por su amigo, pero a él no le gustaba para nada pisar
la cocina, de hecho, cuando una vez intentó cocinar algo casi quemó toda su
casa, confirmando así, la maldición que pesaba sobre la familia Wu y la cocina.
BaekHyun miró a su amigo y vio cómo
este caminaba a su lado, con aire distraído, así que, le dio un pequeño codazo
para así llamar su atención, sin conseguirlo. El chico hinchó sus mejillas
porque KyungSoo no le hacía caso y le dio otro codazo, esta vez más fuerte y en
mitad de las costillas. Este por fin se giró, mirándolo con mala cara, una
expresión que decía claramente que lo iba a matar lentamente y de una forma
bastante sádica.
—¿Qué quieres, Wu BaekHyun?
—cuestionó.
—¿Cuántas horas va a durar la clase
y qué puedo hacer para no aburrirme tanto? —le preguntó—, porque ya sabes que
ayudarte no voy a poder si no quieres que todo el edificio salga ardiendo.
—No sé, supongo que al menos podrás
mirar y pasarme algún ingrediente o cosas así —dijo KyungSoo—. Sino,
simplemente puedes observar a los demás alumnos, a ver si hay alguno guapo y
que te guste.
—Ahora mismo solo tengo ojos para
ChanYeol —respondió—. Es tan alto, tan guapo, tiene tanto estilo y, en
definitiva, es maravilloso —el chico estaba mirando delante de él como si allí
estuviera aquel chico que tanto le gustaba, emocionado hasta que escuchó a
KyungSoo bufar a su lado—. ¿¡Qué!? —cuestionó, poniéndose de mal humor.
—Pareces idiota diciendo esas cosas
—comentó—, de hecho, pones cara de idiota mientras las dices.
—No soy un idiota —replicó el rubio,
pero KyungSoo siguió caminando, alejándose de él, no dándole ninguna opción a
seguir berreando para defender su integridad.
Minutos más tarde, después de haber
tenido que coger el metro y el bus previamente, los chicos llegaban al lugar en
el que el moreno iba a tener sus clases de cocina. Era un edificio bastante
parecido a los que lo rodeaban, de cristal y hormigón, pero este tenía un
cartel enorme que decía: “Escuela de cocina Peter Pan”.
—¿Peter Pan? —cuestionó BaekHyun,
partiéndose de risa por el nombre del lugar, ya que lo que menos se había
imaginado era que se llamara de aquella forma—. ¿No serán clases de cocina para
niños?
KyungSoo le bufó antes de dirigirse
a las puertas de cristal del edificio. El rubio lo siguió, alcanzándolo justo
cuando le comenzaba a recitar el lema de la escuela.
—“Escuela de cocina Peter Pan, donde
todos los adultos podrán rejuvenecer cocinando y hacer de este noble arte un
juego de niños”.
—Wow, incluso te has aprendido el
lema —aplaudió el chico, aunque aquello era más bien algo irónico.
—Sabes que tenía muchísimas ganas de
venir a este lugar, Baek —dijo el moreno, mirándolo con sus grandes y
expresivos ojos oscuros—. Lo sé todo de este lugar.
BaekHyun esbozó entonces una sonrisa
a modo de disculpa. Sabía lo mucho que le había costado a su mejor amigo
conseguir aquello, lo ilusionado que estaba con ello y las ganas que tenía de
comenzar. Generalmente, se habría estado burlando de él a cada momento libre
que tuvieran, pero no quería que el chico se sintiera mal y, por una vez, iba a
dejar aparcadas sus bromas y hacer que KyungSoo se lo pasase de maravilla en
aquellas clases de cocina.
—Hoy me portaré bien —le aseguró—. Haré
todo lo posible por ayudarte incluso con la cocina.
—Gracias, Baek.
KyungSoo le pasó los brazos por los
hombros para acercarlo a su cuerpo y darle un corto abrazo. Las muestras de
cariño del moreno eran bastante escasas con alguien que no fuera su hermano
mayor JunMyeon, así que BaekHyun se sintió bastante conmovido por aquella
muestra de afecto y disfrutó del abrazo porque sabía que tardaría mucho tiempo
en repetirse algo así.
Después de separarse, los chicos se
montaron en el ascensor que había al fondo del vestíbulo y luego el moreno
apretó el botón con el número uno, planta en la que estaba la academia de
cocina. El trayecto duró apenas unos segundos, pero ninguno de los chicos iba a
subir por las escaleras, el deporte y ellos nunca se habían llevado demasiado
bien. Tras salir del ascensor, se dirigieron hacia la derecha y atravesaron la
puerta que allí había, encontrándose al momento en otro mundo completamente
diferente, ya que aquel lugar no era nada parecido a lo de fuera. Era una gran
habitación repleta de pequeñas cocinas y una tarima al fondo, sobre la que
había una mesa, desde la que se dominaba toda la clase y una pizarra ya
garabateada.
Los chicos avanzaron tímidamente
hacia el fondo de la clase, lo más cerca que pudieron ponerse ya que había ya
algunas personas en el lugar, unos cuantos hombres y mujeres de mediana edad,
algunos veinteañeros y un muchacho de piel dorada que parecía estar todavía en
el instituto porque tenía cara de crío, de hecho, BaekHyun podía jurar que le
sonaba muchísimo y que igual era porque lo había visto en su mismo instituto.
El rubio apenas fue consciente de
que la clase comenzaba algunos minutos más tarde cuando una mujer de piel clara
y cabello muy oscuro recogido en un apretado moño alto con gafas entraba al
lugar, se subía a la tarima y comenzaba a hablar de lo que iban a hacer ese día
en la clase. Tampoco fue muy consciente de cuando su amigo le pedía que le
alcanzara alguna u otra cosa, él simplemente lo cogía y se lo tendía, pero no
estaba muy pendiente de aquello, realmente, estaba mucho más interesado en el
chico de la piel oscura y ojos penetrantes que no paraba de observar a su
querido e inocente amigo KyungSoo como si este fuera un trozo de carne y él un
lobo hambriento.
—KyungSoo… —murmuró en un momento
dado—. Ese chico no te quita la mirada de encima.
Su amigo alzó la cabeza de las
verduras que estaba cortando en aquel momento sobre la tabla y, en ese
instante, el otro agachó su cabeza rápidamente, aunque ya había sido cazado por
el moreno. KyungSoo, no obstante, siguió cocinando sin darle la más mínima
importancia a aquello y eso exasperó un poco al rubio quien veía claramente que
el otro parecía tener bastante interés en su amigo. Por eso, comenzó a darle
codazos en las costillas hasta que el otro le volvió a prestar atención.
—Dijiste que te ibas a portar bien —le
reprochó.
—Y me estoy portando bien —se
defendió BaekHyun—. Es solo que parece que a ese chico le gustas.
—No digas tonterías, BaekHyun —lo
cortó el otro—. Parece el típico chico que tiene detrás de él una legión de
admiradoras y que se aprovecha de su situación.
—¿Cómo mi hermano? —aventuró el
rubio.
—Sí, como tu hermano —coincidió—. Una
persona como él jamás se fijaría en un chico como yo —KyungSoo siguió cortando
con el cuchillo, aunque aquella vez era carne y no verduras—. Además, estos tipos
son hetero el 90% de las veces.
—KyungSoo… —comenzó—. No te
menosprecies porque eres una persona increíble —lo animó—. Que no hayas salido
con ningún chico desde que descubriste que te gustan los hombres no quiere
decir que no seas maravilloso —el chico hizo que alzara la cabeza para mirarlo—.
Mírame a mí, soy perfecto y todavía soy virgen.
—BaekHyun… —advirtió el moreno, pero
tenía una sonrisa en los labios, así que el chico supo que había hecho bien su
trabajo de animarlo.
Después de aquella pequeña
conversación, BaekHyun se esforzó más en ayudar a su amigo a cocinar, aunque no
preparó absolutamente nada y, sobre todo, no se acercó al fuego; aunque tampoco
dejó de mirar de reojo a aquel chico, que seguía estando mucho más enfocado en
KyungSoo que en cocinar lo que se le había pedido hacer.
Un par de horas más tarde, BaekHyun
salía con un tupper con la sopa que KyungSoo había hecho en las clases ya que
este le había asegurado que en su casa no iba a poder entrar con aquello y que
no quería tirar a la basura su primera clase. El chico había aceptado aquel
regalo porque esa noche iban a estar solos su hermano y él y la verdad es que
habían pensado en pedir una pizza, pero con aquella sopa que tan bien olía y
sabía, ya no iban a tener que pedir nada porque había más que de sobra para los
dos.
—Muchas gracias —seguía diciéndole a
KyungSoo, aunque ya se habían alejado un par de manzanas del edificio donde se
encontraba la academia—. Te debo mi vida saludable y la integridad de mi
cocina.
—Como sigas dándome las gracias,
BaekHyun, te pego con la fiambrera en la cabeza —dijo el otro, parecía un poco
avergonzado, pero eso nunca había sido un motivo para que BaekHyun detuviera
sus bromas, de hecho, solo hacía que estas se intensificasen.
—Qué violento te pones —murmuró—. Claro,
como ahora tienes un admirador no secreto que te adora vas a comenzar a dejar
ver tu verdadera personalidad.
—Si no te doy con el tupper te doy
con algún libro —KyungSoo comenzó a rebuscar en su mochila, dándole más valor a
sus palabras, pero de repente, se quedó estático, antes de comenzar a buscar
algo frenéticamente allí dentro.
—¿Qué pasa? —preguntó el rubio.
—No tengo mi libro de cocina —murmuró—.
Me lo he tenido que dejar en la mesa de la academia —el chico cerró su mochila—.
Voy a ir a por él.
—¿Te acompaño?
—No, no importa —el chico esbozó una
sonrisa—. Te agradezco que me hayas acompañado a las clases, pero ya es muy
tarde y YiFan hyung estará preocupado por ti, así que es mejor que te vayas a
casa.
—Sabes que mi hermano estará enrollándose
con alguna chica en casa y que le cortaré el rollo en cuanto llegue, ¿verdad?
—Sí, pero ya es tarde y no hace
falta que te quedes —dijo el moreno—. Cogeré luego el autobús que me deja en la
puerta de casa, ¿vale? Así que no te preocupes por mí.
—Está bien —claudicó BaekHyun—. Nos vemos
mañana entonces.
—Hasta mañana.
KyungSoo se despidió de él con la
mano y luego echó a correr en dirección a la academia como si lo estuviera
persiguiendo algún demonio o algo por el estilo. BaekHyun lo siguió con la
mirada hasta que su amigo se perdió entre la multitud y después de aquello echó
a andar en la dirección contraria. Si caminaba un par de manzanas más llegaría
a una parada del autobús que lo dejaba más cerca de su casa, así que en poco
más de media hora estaría allí. el chico decidió que era bueno avisar a su gege**
de que iba hacia allá para no pillarlo en ninguna situación comprometida, ya
que a este no le hacía falta mucho más que una casa vacía para llevarse a la
primera chica que se encontrara en su camino a su hogar y hacerlo en cualquier
sitio que quisiera. La última vez que BaekHyun lo había pillado en plena
actividad había entrado a la cocina con intención de beberse un vaso de leche
caliente a ver si con este podía conciliar el sueño y acabó dándose media
vuelta, con la convicción de que jamás de los jamases volvería a comer sobre
aquella encimera, por mucho que esta se limpiara.
Gege…
voy para casa
Si
estás ocupado intenta terminar pronto
En
una media hora estaré allí
El chico estaba demasiado
concentrado en escribir en su teléfono móvil, así que no le estaba prestando
mucha atención al camino que recorría, confiando en que las personas con las
que se cruzaba lo evitaran para no chocarse contra ellas, sin embargo, aunque
la mayoría se apartó de su camino, otra persona, que también iba bastante
distraída escuchando música con los ojos medio cerrados, se cruzó con él y
ambos chocaron. BaekHyun tuvo que
agarrarse al cuerpo del desconocido para no caer al suelo de una forma bastante
vergonzosa.
—Lo siento —escuchó que decía una voz
grave que reconocería en cualquier parte y en cualquier lugar. BaekHyun alzó
rápidamente su cabeza para ver ante él a ChanYeol, esbozando una sonrisa a modo
de disculpa—. No miraba por dónde iba —comentó—. ¿Estás bien? —el rubio sentía
que la voz no le salía del cuerpo, a pesar de que él no se estaba callado ni
debajo del agua, pero en ese momento parecía que no podía decir ni una palabra,
la presencia del moreno era demasiado abrumadora ya que nunca había estado tan
cerca de él como en aquellos momentos—. ¿Te he hecho daño? —le cuestionó, al
ver que no decía ni una palabra, así que el chico se apresuró a aclararse la
garganta para responder y que el otro no se preocupara más por él, porque
parecía preocupado y eso hacía que su corazón no parase de latir rápidamente
dentro de su pecho, como si quisiera salir del lugar que le correspondía dentro
de su cuerpo.
—Yo… —murmuró—. Estoy bien —ChanYeol
le sonrió y el chico se sintió cómo si el mundo se le estuviera viniendo encima.
—Me alegra.
El mayor hizo amago de irse de allí,
pero BaekHyun no quería que se fuera, no tan pronto, no cuando había recuperado
su voz y quería hablar durante horas y horas con él. Por eso alargó su mano y
lo retuvo, haciendo como si le hubiera dado un leve mareo. Si KyungSoo lo
hubiera visto hacer aquello lo habría llamado teatrero, pero él no estaba allí
en aquel momento, así que podía hacer lo que le diera la gana para retenerlo
sin que nadie le dijera nada o lo juzgara.
—Perdón —dijo—. Me ha dado un
pequeño mareo —se disculpó.
—¿Quieres que nos sentemos por allí?
—el moreno señaló una parada de autobús y, aunque no era a la que el rubio se
dirigía, dejó que el otro lo guiara hacia allí, sintiendo sus brazos y sus
manos rodeando su cuerpo—. En serio, lo siento, esto ha sido culpa mía —murmuró
una vez que se sentaron.
—No, no, no —negó BaekHyun—. Últimamente
no me siento muy bien —mintió—, pero en un rato se me pasará —ChanYeol asintió—.
Por cierto, vamos al mismo instituto, ¿verdad? —señaló sus uniformes.
—Sí, eso parece —rió el moreno.
La verdad era que ambos sabían que
estudiaban en el mismo lugar, sus miradas se habían encontrado en miles de
ocasiones, pero nunca habían sido lo bastante valientes como para acercarse al
otro y entablar una conversación con él, aunque fuera del tiempo meteorológico o
de que estaban hartos del instituto. BaekHyun iba a ver todos los partidos del
mayor como si fuera una más de las chicas de su club de fans, aunque nunca se
mezclaba con ellas, obviamente.
—Juegas en el equipo de baloncesto,
si no recuerdo mal —comentó—. Recuerdo verte en los partidos, aunque con el
uniforme estás un poco distinto y no me había dado cuenta al principio —aquello
era una mentira como una casa, BaekHyun lo reconocería aunque fuera solo por
una mísera mano—. Eres bueno.
—Oh, gracias —sonrió. El chico
parecía un poco avergonzado por aquello y BaekHyun no quería perder su
oportunidad—. La verdad es que MinHo hyung es mucho más bueno que yo, pero hago
lo que puedo.
—Algún día lo superarás —lo animó—. Por
tu forma de jugar te veo bastante futuro.
—¿Eres alguna especie de
cazatalentos? —preguntó ChanYeol, bastante interesado—. Porque si es así me gustaría
tener contacto contigo.
Por fuera, BaekHyun parecía estar
calmado, pero por dentro estaba temblando como un flan y gritando como una
adolescente hormonada. Si de aquel encuentro salía teniendo el teléfono de
ChanYeol se podía dar por satisfecho para toda la vida.
—Pues no tienes más que darme tu
número para tener mano conmigo —dijo.
Su frase se podía malinterpretar
mucho, como la que había dicho el moreno hacía unos momentos, pero BaekHyun no
estaba seguro de que aquellas sutiles palabras fueran a ser captadas por el
otro, que parecía un poquito perdido. Aun así, esperó pacientemente hasta que
ChanYeol asintió lentamente y le pidió que sacara su teléfono porque iba a
empezar a dictarle su número. Mientras apuntaba los dígitos, BaekHyun no podía
creerse la suerte que estaba teniendo aquel día.
—Ya lo tienes —dijo el moreno cuando
acabó—. Espero que me llames cuando me encuentres un equipo —le guiñó un ojo y
BaekHyun sonrió, mandándole justo al segundo un mensaje para que el otro
guardara su número.
—Eso no lo dudes —contestó. El mayor
sacó su teléfono y puso cara de espanto—. ¿Sucede algo?
—Sí, que es muy tarde —ChanYeol se
levantó rápidamente de la marquesina del autobús—. ¿Te encuentras ya mejor?
—Sí, ya estoy bien, solo necesitaba
unos momentos —respondió, levantándose también—, así que si tienes que irte
puedes hacerlo, solo tengo que caminar cinco minutos antes de llegar a la
parada de mi autobús —el chico sonrió aliviado.
—Bien, entonces me voy.
Los dos chicos se despidieron y
BaekHyun no paró de observar el camino que había tomado hasta que hacía
bastante tiempo que se había esfumado del lugar, después, caminó hacia su
parada y esperó diligentemente a su autobús, una vez se montó en este, dejó que
su mente vagara al encuentro que acababa de tener con aquel chico que tanto le
gustaba. El viaje se le pasó volando y, cuando quiso darse cuenta ya se
encontraba introduciendo los dígitos de la contraseña que le daba acceso a la
vivienda que aquella noche iba a compartir solamente con su hermano.
—¡Gege! —gritó, anunciando su
llegada por si el otro no había visto su mensaje y se lo encontraba de una
forma que no quería—. ¡Ya estoy en casa! ¿Estás presentable?
BaekHyun no recibió respuesta, por
lo que se adentró lentamente en el gran piso, yendo primero al salón. Allí se
encontró a su hermano, viendo una película en la televisión muy concentrado. El
chico pensó que sería cualquier película policiaca americana de las que le
gustaban al mayor, pero cuando miró mejor y vio una teta le entraron ganas de
matar a su hermano y prenderle fuego a la casa.
—Te quedarás ciego si ves tanto
porno —le dijo, sentándose en el sofá y pegándole en el hombro. Su hermano lo
miró durante un segundo antes de buscar el mando de la televisión y pausar la película,
justo cuando aparecía un plano bastante provocador. BaekHyun desvió la mirada
de la televisión—. KyungSoo nos ha hecho la cena en sus clases de cocina —señaló
el tupper que llevaba en la bolsa de plástico.
—Dile a KyungSoo que en esta casa lo
adoramos —murmuró con la voz algo más grave de lo normal, lo que le indicaba a
BaekHyun que su hermano estaba excitado—. Y no me voy a quedar ciego por ver
porno, mi querido BaiXian*** —hizo una mueca mientras se levantaba del sofá—. Calienta
la comida en lo que yo me doy una ducha.
—Sí, gege.
BaekHyun suspiró mientas observaba
cómo su hermano se alejaba del salón, sabiendo que no se iba a dar una ducha
exactamente. El chico no era ciego y le había visto el bulto del pantalón. Cuando
comenzó a escuchar el agua de la ducha, cambió el modo de la televisión y puso
una cadena cualquiera antes de dirigirse a la cocina y meter la fiambrera en el
microondas. Mientras la sopa daba vueltas y vueltas dentro de aquel aparato, el
chico sacó su teléfono móvil y le mandó un mensaje a KyungSoo, diciéndole que
su hermano y él lo adoraban por darles lo que había preparado aquel día y
preguntándole si había llegado a casa, informándolo de paso de su encuentro con
ChanYeol, aunque comentándole que le daría todos los detalles al día siguiente
en clase. Después, miró la sala de chat con el chico que lo hacía sonreír como
un completo estúpido y se debatió durante unos segundos consigo mismo si debía
mandarle algo o no. Cuando estaba decidido a no hacerlo, le llegó un mensaje de
ChanYeol.
MyIdealBoy****: ¿Cómo te encuentras?
MyIdealBoy: ¿Has llegado sin
problemas a tu casa?
Me
encuentro bien
No
me he mareado más
Gracias
por preocuparte
MyIdealBoy: Bueno, ha sido culpa mía
MyIdealBoy: Me tenía que preocupar
MyIdealBoy: No quería parecer mala
persona
Eres
un encanto
MyIdealBoy: Gracias >_<
MyIdealBoy: ¿Nos vemos mañana?
Eso
está hecho
El corazón de BaekHyun casi se le
sale del pecho cuando escuchó el pitidito del microondas, pero dejó pasar aquel
aviso de infarto porque en aquel momento estaba demasiado feliz como para
preocuparse por una cosa como aquella. Tenía el número de ChanYeol y ya podía
morir feliz.
Aclaraciones del capítulo:
—*Wu
BaekHyun y no Byun BaekHyun porque es el hermano menor de Wu YiFan.
—**Gege
es el equivalente chino a hyung, o sea, que significa hermano mayor.
—***En
casa es llamado BaiXian porque es su nombre chino, el que le pusieron cuando
nació, pero el chico lo ha cambiado por BaekHyun para sonar más coreano. A
YiFan no le importa que su nombre sea chino porque durante toda su vida se ha
relacionado más con chinos que con coreanos, al contrario que su hermano menor.
—****MyIdealBoy
es el nombre que le ha puesto BaekHyun como contacto a ChanYeol, para que no se
note que es la persona que le gusta… porque el chico es muy discreto XD
Otras aclaraciones:
—Te
pediré mil veces perdón por tardar tanto en escribir esta historia, pero me
cuesta una barbaridad hacerla, sigo sin entender el por qué. Este capítulo me
ha traído de cabeza mucho tiempo, pero por fin lo he terminado, espero que con
los demás no me demore tanto o tienes permiso para tirarme por un puente.
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