Mostrando entradas con la etiqueta Drabbles EXO. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Drabbles EXO. Mostrar todas las entradas

lunes, 29 de julio de 2013

PC

PC


   Estaba muy harto de tener que hacer aquello solo. No era lo mismo, no se sentía igual. Pero esa era la única manera de estar juntos que teníamos, ya que él estaba con las promociones de EXO-M en China y yo aquí, en Corea.

   Encendí mi PC y cerré la puerta de la habitación que compartía con el líder con pestillo, atrancándola luego con la silla de escritorio, para que así, nadie se atreviera a molestarme en lo que estaba a punto de hacer.

   Cuando el PC cargó encendí el Skype y lo llamé. Unos segundos después, ya lo tenía en la pantalla. Parecía cansado, pero una hermosa sonrisa estaba colocada en su rostro, solo para mí. La imagen titiló y odié la mala conexión que tenían en China, también recé porque no se colgara y nos dejara a medias.

   -¿Cómo estás, Hunnie?- me preguntó.
   -Genial, ahora que por fin te veo- contesté- ¿y tú? ¿Cómo estás?
   -Cansado- dijo y bufó- aunque nada más verte el ánimo me está subiendo- sonreí.
   -Espero que también se te suban otras cosas- murmuré pícaro guiñándole el ojo y sus mejillas comenzaron a colorearse. Seguía siendo un panda adorable aun con su apariencia de matón.
   -¿Otra vez “amor virtual”?- preguntó y yo asentí- entonces echaré el cerrojo antes de traumatizar a Min-ge- se levantó y durante unos momentos desapareció de la pantalla, tiempo que aproveché para sacarme la camiseta y dejar la piel blanca de mi torso expuesta ante él- wow- dijo cuando volvió- tú no pierdes el tiempo.
   -¿Para qué?- pregunté- vamos, quítatelo todo, moreno, que quiero marcha- no sabía ni como me volvía así de pervertido cuando se trataba de estas cosas, yo normalmente no era así, pero Tao me volvía loco.

   Él me hizo caso y se retiró su camiseta, momento en el que yo pulsé la tecla que grababa todo lo que apareciera en la pantalla a partir de ahora. Me pondría ese vídeo, como los otros que ya tenía y que veía, para los momentos de necesidad.

   Comenzamos a retirar toda la ropa que llevábamos puesta hasta que nos quedamos ambos desnudos, mirándonos fijamente, a través de la pantalla. Pase mis manos por mi cuerpo lentamente, hasta llegar a mi miembro y comencé a toquetearlo, lanzando gemidos al aire, mientras él, hacía lo mismo y me ponía a cien. Aunque me hubiera puesto más todavía si fuera él el que estuviera dándole a mi miembro arriba y abajo.

   Su rostro era la encarnación de la sensualidad, del placer prohibido, del pecado, y eso me dejaba seco. Además, sus gemidos me volvían loco.
Seguimos masturbándonos, cada vez más y más rápido. Ya estaba a punto de llegar… y él también. Nuestras respiraciones aceleradas, nuestros brazos agarrotándose por el continuo movimiento, nuestro sudor corriendo por nuestras pieles, nuestros gemidos lanzados a la solitaria habitación, nuestros nervios a flor de piel.

   Momentos después, ambos manchábamos las sábanas.

   Pasó un buen rato hasta que pudimos volver a respirar con normalidad y nuestros ojos volvieron a fijarse completamente en el monitor.

   -En una semana…- comenzó él- en una semana el grupo volverá a Seúl- sonreí por lo que dijo, ya que eso implicaba algo bueno, tanto para mí, que lo tendía para desfogar y para el grupo, porque todos volvían- entonces te follaré como nunca lo he hecho- terminó y mi sonrisa se volvió más amplia.
   -Te estaré esperando- contesté.
   -Te amo, SeHun.

   -Y yo a ti, Tao- y se cortó la conexión.



My First Kiss


My First Kiss


   -Buen trabajo, chicos- dijo el manager en cuanto los seis bajamos del escenario- vuestros compañeros también lo han hecho fantástico.

   Aquello nos hizo inmensamente felices a todos. Aunque nos hubiéramos tenido que separar para hacer las promociones y no los pudiéramos ver tan a menudo, sabíamos que lo daríamos todo por hacerlo lo mejor posible y hacernos un hueco en el mercado tan complicado que era el de la música.

   -Id a ducharos y luego os llevo a casa- dijo y eso fue lo que todos hicimos.

   Yo estaba muy cansado, demasiado cansado y la ducha, al contrario de lo que pensaba, me hizo estar más cansado en vez de despejarme. Por eso, cuando entramos en el coche y me senté entre SuHo hyung y JongInnie, no pude hacer más que quedarme dormido sobre el hombro de mi líder durante todo el camino a casa.

-oooOOOooo-

   Habíamos terminado de ducharnos y salimos del lugar para volver a casa. Me senté atrás, ya que ChanYeol había ocupado mi sitio delante porque estaba intentando ignorar a BaekHyun, que estaba más pesado que de costumbre, y aquello ya era decir.

   Nuestro maknae se sentó a mi lado y JongIn entró después. Me puse a mirar por la ventana para no ver al pequeño, porque con solo verlo, mi corazón comenzaba a latir fuertemente. Todo esto me pasaba desde que hacia unas semanas lo había pillado tocándose, en la cama, ajeno a que yo lo observaba y me ponía a cien con sus gemidos.

   Sacudí mi cabeza rojo como un tomate, desechando aquellos pensamientos para no volver a ponerme igual que aquella noche y acabar en el baño. Pero no pude dejar por mucho ese hilo de mis pensamientos, ya que de repente, su cabeza acabó sobre mi hombro, haciendo que mi cuerpo se tensara.

   -Hunnie...- llamó JongIn e intentó separarlo de mí, pero yo no lo dejé, rodeando al menor con mis brazos.
   -Déjalo dormir- salió de mis labios- está muy cansado.
   -¿No te molesta, hyung?- yo negué con la cabeza y él asintió, volviéndose hacia atrás para hablar con KyungSoo y BaekHyun.

   Me pasé todo el camino observándolo dormir. Era tan dulce, tan tierno, tan hermoso, que hacía que mi corazón se acelerara con cualquier acción o movimiento. Cuando llegamos a casa, JongIn intentó despertarlo de nuevo, pero yo negué con la cabeza.

   -Ya lo llevo yo- le dije y eso fue lo que hice. Lo saqué del coche, dormido y lo cargué en mi espalda, para dejarlo luego, cuando entramos a la habitación que compartíamos, sobre su cama. Debía estar muy dormido, ya que no se había despertado en ningún momento, por lo que me atreví a hacer algo que nunca me hubiera atrevido a hacer en cualquier otra circunstancia. Me incliné sobre él y rocé sus suaves labios con los míos- buenas noches, SeHun- murmuré contra estos- te quiero...- y salí de la habitación.

-oooOOOooo-

   Sentí algo cálido sobre mis labios, algo cálido y suave. Abrí mis ojos solo un poco y pude descubrir a SuHo hyung... Inclinado sobre mí, besándome. Mi corazón comenzó a latir rápidamente y cerré mis ojos en el momento en el que noté que se separaba.

   -Buenas noches, SeHun... te quiero...- lo escuché murmurar y luego salir rápidamente de la habitación.

   Llevé mi mano a mis labios, notando todavía calor y un agradable cosquilleo. Sonreí, aquel había sido mi primer beso... y me lo había dado la persona que me gustaba... aunque él todavía no lo supiera...



martes, 23 de julio de 2013

Amigos, ¿Para Siempre?


Amigos, ¿Para Siempre?


   Estaba sentado en el sofá, mirando fijamente la escena que se extendía ante mí. Llevábamos dos meses sin ver a los miembros de la subunidad china, pero no era para que estuvieran así, ¿verdad?

   LuHan había entrado en casa y se había lanzado sobre SeHun, y ahora, ahora se lo comía a besos sobre el otro sofá de la sala bajo mi atenta mirada y la de nueve personas más.

   Mis celos por aquella pareja no tenían límites. Yo, que era al mejor amigo de SeHun, que había estado siempre a su lado, en las buenas y en las malas, yo, que lo amaba más que a nada no me llevaba nada de él. Ni un mísero gracias cuando LuHan estaba allí, porque cuando él estaba a su lado, lo demás parecía no existir, incluso yo no existía. Pero claro, yo no podía culparlo por eso, ¿acaso no hacia yo lo mismo cuando estaba con él?

   Sin embargo, yo quería algo más, necesitaba algo más... ¿O es que acaso íbamos a ser amigos por el resto de la eternidad?

   Cuando por fin se separaron y vieron nuestras caras, se dieron cuenta de que aquel no era el sitio para comerse, así que, sin decir ni una palabra, se levantaron del sofá y se fueron, agarrados de las manos, hacia el cuarto de SeHun.

   -Será mejor que los dejemos solos- comentó Lay hyung- LuHan gege estaba últimamente que no se aguantaba... necesitaba desfogar un poco...
   -Querrás decir follar, ¿no?- corrigió ChanYeol.

   En ese momento, se oyó un gemido, un gemido de SeHun y yo me levanté rápidamente de mi asiento.

   -Vámonos- dije sin más y todos me siguieron.

   Estuvimos toda la tarde fuera. No hablé mucho ni me mostré accesible como siempre. No estaba de buen humor. Quería ser yo el que hiciera gemir a SeHun así, pero yo no puedo ni tocarlo de esa manera.

   Cuando regresamos a casa, aquellos dos estaban en el salón viendo una película sin sobarse demasiado. Eso me tranquilizó, a mí y a mis celos, que me carcomían por dentro desde que habíamos salido del apartamento, dejando solos a aquellos dos.

   -Jonggie- me llamó SeHun para que me sentara a su lado y eso hice, no podía negarle nada. Me hinchó el orgullo que dejara de abrazarse a LuHan y me abrazara a mí.
   -¿De qué va la peli?- le susurré al oído y él se acomodó mejor sobre mí, sacándome una sonrisa, antes de contestar.
   -De dos amigos que dejan de serlo porque él se enamora de ella y se lo dice, pero ella se asusta y se va con otro tipo a ser feliz mientras que él se hunde en la miseria- contó y aquello me llego al alma. Acababa de resumir lo que llegaría a pasar si le dijera que lo amaba. Era mejor ser amigos y no aspirar a nada más. Así podía tenerlo cerca, tenerlo conmigo cuando LuHan no estaba- nosotros nunca dejaremos de ser amigos, ¿verdad?- preguntó- nunca nos separaremos y estaremos juntos siempre... seremos amigos para siempre- yo asentí y lo abracé fuertemente contra mi pecho.
   -Amigos para siempre...










Twinkle


Twinkle

    Brillante, centelleante. Él era una chispa de luz que iluminaba a todos y todo lo que hacía, y como era normal, también me iluminaba a mí. LuHan, con esa sonrisa blanca, con esos ojos castaños claros, con ese cabello rubio que tan bien le quedaba. Él era brillante, tan brillante, que incluso me opacaba a mí, yo, que era el mejor bailarín de la empresa, el más exótico, el más conocido… cuando no estaba él.

   ¿Celos? No, yo no tenía celos de él. Lo que yo sentía era una admiración enorme por él, aunque también sentía algunas cosas por él que no podían llamarse admiración, sino amor. Sí, lo amaba, ¿y quién no? Era LuHan, todo el mundo lo amaba, ¿por qué no yo?

   Pero claro, lo nuestro era imposible. Por mucho que lo intentara, nunca lo conseguiría. LuHan era el novio de SeHun, mi mejor amigo.

   -JongInnie… ¿te encuentras bien?- escuché preguntar a su dulce voz y salí de mi mundo, para encontrármelo, frente a mí, muy cerca, mirándome preocupado.
   -Sí, estoy bien- contesté.
   -No, no estás bien, estás muy distraído- dijo y le sonreí.
   -No es nada.
   -Sabes que estoy aquí para lo que necesites…- comentó- lo sabes, ¿no?
   -Claro- él me sonrió y su sonrisa me cegó.

   A partir de ese momento no tuve ninguna consciencia de lo que hacía, y cuando la recuperé, me encontré besando a LuHan, besando aquellos dulces labios, mientras sujetaba con mis manos su nuca para que no se alejara y disfrutando enormemente del contacto. Me separé rápidamente de él y agaché mi cabeza, avergonzado por lo que había hecho.

   -¿JongIn?
   -Lo siento, hyung… no era mi intención… yo… lo siento…- noté un movimiento a mi lado y supe que se había sentado en el sofá, conmigo. Sentí su mano en mi rostro y me hizo mirarlo.
   -No pasa nada, es solo un beso- murmuró- nada más que eso.
   -Para mí sí es algo más…- susurré y él sonrió tristemente.
   -Sé que te gusto- dijo- no soy tonto, JongIn… ya lo sabía, pero…- cogió aire y me miró fijamente. Yo ya sabía lo que me iba a decir- no puede ser… yo… yo amo a SeHun… y… lo siento…
   -Ya lo sabía…- murmuré con mi corazón hecho pedazos- ya lo sabía…
   -Lo siento de verdad, JongIn.
   -LuLu, Jonggie- ambos alzamos nuestra cabeza y vimos a SeHun en la puerta, con una radiante sonrisa.
   -Di, pequeño- LuHan se separó de mí y fue hacia él, siempre hacia él.
   -Estamos por salir a escena- dijo- vamos Jonggie- me tendió la mano y yo la cogí- LuHan… ¿te adelantas?- le preguntó a su novio y él asintió, dejándonos a solas- te sigo queriendo aunque haya pasado esto.
   -¿Lo has visto?- SeHun asintió- lo siento… no era mi intención.
   -No te disculpes- murmuró- si yo hubiera sabido que te gustaba… nunca…
   -No pasa nada- le contesté y apreté fuertemente su mano- ambos sois felices, no pienso meterme entre vosotros, sabré arreglármelas y salir adelante- le sonreí.
   -Está bien, pero no salgas adelante solo… nos tienes a todos… apóyate en alguien muy cercano a ti… que te quiere…

   Lo pasé mal, porque la luz de LuHan seguía llamándome, pero con la ayuda de KyungSoo, pude salir adelante, y descubrí que era a él a quien necesitaba y no a LuHan, porque este ya tenía a alguien que lo necesitaba, SeHun.




martes, 16 de julio de 2013

It Hurts


It Hurts

   Duele. Duele bastante estar separado de la persona con la que estás saliendo. Duele el no poder verlo todos los días. Duele solo hablar con él por Kakao cuando ninguno de los dos tenga algo en la agenda y estemos libres. Duele verlo solo un par de días cada dos o tres meses. Duele no poder lanzarme a besar sus labios a no ser que estemos completamente solos. Duele no poder contar a nadie nuestra relación. Duele no poder explicar a ninguno de mis compañeros por qué lloro desconsoladamente cada noche. Duele no estar a su lado. Duele tomar esta decisión, pero es la única que hará que deje de doler…

   -Tao… sabes… lo que voy… a decir… ¿verdad?- pregunté y él asintió- sabes… que es lo… mejor… ¿no?
   -Lo sé…- contestó- pero… aun así… duele… sigue doliendo… duele mucho…- sus lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas y yo me acerqué a él para besárselas y atrapar así aquel líquido salado.
   -Sé que duele… a mí también me duele…- dije- sé que esto nos destrozará… pero lo hará rápido…- me puse de puntillas y le bajé la cabeza para poder darle un beso en la frente- la otra manera… nos destrozará lentamente y al final… terminaremos mucho peor…- comenté- al final, la incertidumbre, los celos, las lágrimas, la opresión en el pecho… harán que el amor que ahora sentimos se transforme en un odio que ninguno de los dos queremos… y por nuestro bien… y el de los demás… esto debe acabar…
   -Lo sé…- susurró- lo entiendo… pero te quiero tanto… BaekHyun… te quiero tanto…
   -Y yo a ti también te quiero…- nos miramos a los ojos unos momentos justo antes de besarnos de una manera desesperada, demandante y casi demente- quiero… sentirte… por última vez…- murmuré contra sus labios.
   -Yo también…

   Esa noche hicimos el amor de una manera que rompió mi corazón en mil pedazos. Nunca había sido tan perfecto, tan dulce y tan amargo a la vez. Nunca lo habíamos hecho tantas veces. Nunca se había sentido tan bien. Nunca había sido igual. Claro que… nunca había sido la última vez.

   Cuando desperté por la mañana, encontré mi cama vacía, pero en la habitación había otra persona, ChanYeol, mi compañero de cuarto y de grupo. Lo vi acercarse y colocar una mano en mi mejilla. En ese momento, comencé a verlo borroso y supe que había comenzado a llorar de nuevo.

   -¿Por qué lloras, Baek?- preguntó y yo negué con la cabeza- por favor, dímelo- pidió- me siento impotente al ver a mi mejor amigo llorar y no saber el motivo por el que se siente tan mal como para derramar tantas lágrimas- comentó- me duele que llores y no pueda hacer nada para hacerte sentir mejor…- sonreí tristemente por sus palabras.
   -Tu presencia hace que me sienta mejor…- murmuré- y además… mañana estaré mejor… a partir de mañana no volveré a derramar otra lágrima por esto…
   -Baek…
   -Sólo déjame desahogarme hoy todo el día- me miró unos momentos y luego suspiró.
   -Está bien… ¿necesitas algo?- preguntó y yo asentí.
   -Abrázame…- y él me abrazó hasta que dejó de doler.



In Our Room


In Our Room

   Digamos que el vivir con una persona hace que surjan sentimientos, ya sean malos o buenos, pero siempre surgen y más cuando compartes habitación, incluso más todavía si compartes cama, y eso era lo que estábamos haciendo ahora mismo en nuestra habitación, Tao y yo. ¿Quién diría que aquel chico con cara del malo de la película era también un niño pequeño al que le daban miedo los truenos?

   -¿Hyung…?- lo escuché murmurar y sonreí mientras acariciaba su cabello negro. Por lo menos ya no me llamaba oppa…
   -Dime…
   -Tengo miedo- noté sus manos grandes apretarme más fuerte contra él y lo dejé, si lo reconfortaba, ¿por qué no hacerlo? Además, a mí no me molestaba, es más, me agradaba. Y también, yo era el mayor de todos, debía cuidar de los pequeños, y él era uno de los pequeños.
   -No te preocupes, estoy aquí- le dije.
   -Eres un buen hyung- comentó.
   -¿Aunque antes me llamaras “oppa”?- dije divertido.
   -Antes no sabía coreano…- un trueno acalló el resto de su respuesta y se apretó más fuerte contra mí. Tembló entre mis brazos y rocé con mi nariz su cabello negro y aspiré su aroma.
   -Yo todavía no sé bien mandarín- dije y lo noté reír.
   -Sabes bastante para comunicarte- lo escuché decir.
   -Jong sabe más que yo…- murmuré.
   -No hables de hyung- comentó escondiendo su rostro en mi pecho y moviendo su mano por mi costado hasta llegar a mi cadera, donde la dejó.
   -¿Por qué no quieres que hable de Jong…?- pregunté y sentí sus uñas clavarse en mi piel.
   -Celos, tengo celos de que siempre estés con él- contestó. Otro trueno se escuchó e hincó sin darse cuenta aún más las uñas en mi cadera.
   -Auch- me quejé.
   -Lo siento…
   -Así que… estás celoso… ¿y eso por qué…?
   -Hyung…- se quejó avergonzado.
   -Tendrás alguna razón- pinché para que me contestara.
   -Sí…- sonreí divertido ante su timidez mientras mi corazón comenzaba a danzar dentro de mi pecho con anticipación ante su respuesta. Mis sentimientos habías surgido otra noche de truenos y lluvia, pero en Seúl, antes del debut, cuando a él no le importó colarse en mi cama al darle miedo- yo… lo siento…- mi corazón dejó de latir unos segundos, decepcionado, pero segundos después, sentí sus dedos rozar con cariño el lugar en el que me había clavado sus uñas- lo siento… creo que te he hecho sangre.
   -No pasa nada…- murmuré.
   -La verdad es que sí pasa…- contestó- me gustas mucho, hyung y yo no quería hacerte daño- el pesar que se había instalado en mi corazón se esfumó de golpe tras sus palabras.
   -Pues… puedes empezar por curarme la herida…- lo noté asentir- con tu lengua…- Tao se incorporó rápidamente y me miró incrédulo.
   -¿Has querido decir eso, hyung?- preguntó y yo asentí.
   -Me gustas- dije y él sonrió.
   -¿Y por eso quieres que te lama la ingle?- preguntó.
   -Y si cierras la puerta de la habitación te dejo que lamas más cosas- murmuré divertido y dos segundos después, ya lo tenía levantado y en la puerta de la habitación, echando el cerrojo.
   -¿Qué era lo que me ibas a dejar lamer si cerraba la puerta?- preguntó pícaro.
   -Todo- dije antes de abandonarme a él.



martes, 9 de julio de 2013

Your Eyes


Your Eyes


   -“¿Qué fue lo que te enamoró de mí?”

   Esa fue la insólita pregunta que me hizo mi novio cuando ambos nos quedamos solos en casa, ya que los demás se habían ido al cine a ver cualquier película de tiros y porrazos que hubiera en la cartelera, aprovechando que los miembros de EXO-M habían vuelto a Corea. Me quedé en silencio durante unos momentos, asombrado por lo repentino de la pregunta y también porque no tenía una respuesta clara para contestarla.

   No había sido ningún chispazo y ala, no, primero habíamos sido conocidos, después amigos, y al final, poco antes de nuestro debut, nos habíamos declarado. Así que, no había sido solo una cosa que la que me hubiera hecho enamorarme de él. La verdad es que me había enamorado de todo el conjunto. Así que, tras inspirar hondo, le di mi respuesta.

   -Todo, me enamoré de todo- él bufó, pero yo seguí- me enamoré de tus ojos grandes y negros, de tos labios gruesos, de tu piel blanca, de tu voz suave y dulce, de tu personalidad a veces cambiante, de cómo me tratas a mí y a los demás- llevé una mano a su rostro y acaricié su mejilla- me enamoré de todo lo que eres tú- él sonrió y se dejó acariciar- te amo- acerqué mi rostro al suyo, agarrándolo levemente de la nuca y rocé mis labios con los suyos de una manera suave al principio, pero luego algo más demandante, introduciendo mi lengua en su boca y saboreándola entera, mientras lo iba recostando sobre el sofá. Cuando nos separamos, faltos de oxígeno, no paramos de mirarnos a los ojos fijamente mientras reponíamos el aire que nos faltaba y sin decir palabra, supimos lo que ambos queríamos.

   La ropa voló entre toques y caricias. Los suspiros y gemidos entrecortaban los besos y el clímax nos llegó a ambos tras embestir su cuerpo una y otra vez. Salí de él y me lamenté de no haber cogido un condón al ver mi semen salir de su cuerpo y manchar el sofá, aunque seguro que él lo lamentaría aún más.

   -Te amo- lo oí murmurar y sonreí, aunque una duda asaltó mi mente.
   -¿Qué fue lo que te enamoró de mí?- le pregunté y ´le me miró fijamente. Pasó un buen rato en silencio, pensando su respuesta, como antes había hecho yo, hasta que unos minutos después, me contestó.
   -Si te soy sincero…- se calló y yo me quedé en tensión.
   -Sí, sé sincero, por favor, KyungSoo- murmuré animándolo a seguir y él cogió aire para continuar.
   -Lo primero en lo que me fijé de ti fue en tus ojos- contestó- tus ojos sinceros, tus ojos marrones, me parecieron hermosos… y creo… que fue a partir de ahí… cuando… me fui enamorando de ti lentamente… JunMyeon…- hice un puchero y él me atrajo hacia sí para abrazarme y al final acabé sonriendo contra su cuello- ¿estás decepcionado?- preguntó y yo negué con mi cabeza.
   -No… solo abochornado…- contesté- nadie me había dicho nunca que le gustaran mis ojos…
   -Siempre hay una primera vez para todo- contestó divertido- pero en serio, te amo mucho y ahora es todo lo que amo de ti y no solo tus ojos…
   -Me alegra saber eso- murmuré y deposité un beso en su cuello blanco- te amo.
   -Y yo a ti.



Mine


Mine

   Mío, él era mío y no había más que hablar. Yo lo había visto antes, yo había sido su amigo antes, yo lo había ayudado antes,  yo lo había apreciado antes, yo me había declarado antes, yo lo había tomado antes, por lo que é era mío y por muy líder que fuera JunMyeon, nunca iba a permitir que me quitara lo que era mío. Porque, Do KyungSoo, era mío.

   -JongIn… ah… mmm… ah… ¿qué haces?- preguntó mientras yo saboreaba su cuello de piel blanca una y otra vez.
   -¿No es obvio?- le dije separándome un poco de su cuello, para después darle un lametón a u clavícula.
   -JongIn… ah… para… los demás…  pueden entrar en… en… cualquier momento…- le mordí la clavícula y él gimió fuerte, con aquella voz que tanto me gustaba y excitaba- para…- me alejé de él y bufé, levantándome de su cuerpo y yendo hacia mi cama, donde me tumbé, dándole la espalda- ¿estás enfadado?- preguntó tras unos momentos de silencio.
   -¿Tú que crees?- pregunté.
   -Lo siento- murmuró- pero es mejor cuando estemos solos- volví a bufar.
   -Claro… es mejor cuando estemos solos, para que así, JunMyeon no te oiga gemir cuando te la meta, y así poder ir luego en busca de sus brazos- ataqué muy cabreado y celoso.
   -Yo no tengo nada con hyung- contestó.
   -¿Ah no? Esa trola se la cuentas a otro.
   -Eres un maldito cabrón sin sentimientos- me dijo y noté su voz ahogada, me giré y lo vi llorando- yo… no tengo nada con hyung… yo… yo te quiero a ti… solo a ti…- algo se removió en mi interior, yo no quería hacerlo llorar, pero…
   -¿Por qué debería creerte?- le pregunté y él cogió aire antes de responderme.
   -Porque te quiero, porque te amo, porque soy tuyo y tú eres mío.
   -¿Y por qué siempre estás pegado a él?- no pude evitar preguntarle aquello.
   -¿Has oído hablar de lo que es el fanservice?- preguntó limpiándose las lágrimas- tú también lo haces… con seHun… y yo no me molesto… ¿por qué no confías en mí?
   -Confío en ti- dije- pero no en él… no soporto como te mira, no soporto que te toque, no soporto que haga nada de eso… tú… tú eres mío… y odio que él me separe de mí- lo vi esbozar una sonrisa y luego se levantó de su cama y se sentó en la mía.
   -A mí tampoco me gusta lo que haces con SeHun- entrelazó su mano con la mía- pero no tengo dudas ni celos porque sé que él sólo tiene ojos para LuHan.
   -Total… que si Hunnie no estuviera con el chino estarías como yo- resumí y él sonrió.
   -Podría decirse…- llevó nuestras manos entrelazadas a sus labios y comenzó a besar la mía.
   -Te amo, KyungSoo…
   -Yo también te amo… a pesar de todo… porque sigues siendo mío…- sonreí maliciosamente y luego, rápidamente, lo agarré y lo tumbé de espaldas en la cama, colocándome yo encima.
   -Y tú eres mío- susurré antes de continuar donde lo habíamos dejado antes.




martes, 2 de julio de 2013

Tear Drops


Tear Drops

   Lágrimas. Lágrimas eran lo que abandonaban sus ojos y recorrían sus mejillas siempre que ellos se iban, siempre que ÉL se iba. SeHun lloraba y lloraba porque echaba de menos al que era su mejor amigo a ojos de todo el mundo, pero que los miembros sabíamos que eran algo más. Por parte de SeHun, LuHan era su todo, su razón de vivir, en cambio, por parte de LuHan, SeHun era un hueco donde meterlas cuando estaba en Corea y no tenía a sus putas favoritas a su alcance.

   Yo lo sabía, y todos lo sabíamos, todos menos él, porque ninguno de nosotros ha querido romperle el corazón, ni siquiera, JongIn, su mejor amigo. Pero la verdad, es que cada vez que lo veo llorar, se me encoge el corazón, porque por quien llora, a quien echa de menos, no se lo merece.

   A veces me entran ganas de contárselo todo en una de sus llantinas, pero sé que le hará mucho daño, por lo que me conformo con estar a su lado en esos momentos. Servirle de paño de lágrimas y callar, callar que LuHan es un hijo de puta, callar que él es tonto por no darse cuenta, callar cada una de las palabras de amor que pugnan a cada momento con salir de mis labios y echarlo todo a perder.

   -Hyung…- lo escuché susurrar entre mis brazos e hice un ruidito de inconformidad.
   -¿Cuántas veces te he dicho que no me llames hyung?- le dije y él asintió levemente contra mi pecho.
   -Perdona… ChanYeol… la costumbre…- sonreí.
   -No importa… ¿qué querías?- él alzó un poco su cabeza para mirarme.
   -Quería decir… que… bueno, gracias… por estar siempre aquí… cada vez que… necesito llorar…- murmuró y yo borré mi sonrisa unos instantes, para luego intentar mantenerla y que él no se diera cuenta de nada- odio tener que separarme de él por tanto tiempo… odio que LuHan se tenga que ir…- algo se removió en mi interior, creo que fue mi corazón, que por primera vez, aceptó lo que ya llevaba tiempo sabiendo, que nunca iba a poder ocupar el lugar que LuHan ocupaba en la vida de SeHun. Nunca.
   -Ya… pequeño…- lo abracé más fuerte contra mí para que no viera la única lágrima que salió de mi ojo y surcó mi rostro hasta acabar enterrada en su pelo- a todos nos duele perder lo que queremos, duele… duele mucho…- noté sus brazos pasar por mi cintura y apretarme más fuerte a él.
   -También… quería que… supieras que… ya lo sé todo…- di un respingo al notar su aliento contra mi cuello- sé que LuHan me utiliza… pero no puedo dejar de quererlo…- se atragantó un poco con sus lágrimas- lo amo demasiado…- noté cómo mi corazón se rompía en pedazos de una manera figurada y también real- sé lo que sientes por mí… pero no puedo corresponderte…- los pedazos cayeron al suelo con un ruido sordo- por ahora… no puedo corresponderte… pero quiero… intentarlo…
   -No quiero forzarte a nada…- él negó entre mis brazos.
   -No me fuerzas… quiero olvidarlo… ayúdame a olvidarlo… ChanYeol…



Butterfly


Butterfly


   Él era como una mariposa. Era estilizado y alto, era dulce, aun con su voz grave. Era jovial, amable, era hermoso y siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás. Era una mariposa porque era bello, porque era delicado y porque a pesar de que muchos pudieran mal pensar de él, él era mi todo, mi mariposa, la persona que amaba. Y yo… yo era una oruga pequeña, arrugada y fea.

   -KyungSoo…- me llamó él con su voz ronca, intentando sonar meloso, pero no le salió, aun así, yo le sonreí.
   -Dime Channie…- contesté.
   -Quiero que vengas conmigo a un sitio- dijo mostrándome una gran sonrisa, pero yo negué con la cabeza, aunque tenía muchísimas ganas de ir con él.
   -No puedo, cariño, sabes que no puedo- fue lo que dije y su brillante sonrisa se apagó un poco- oh, por favor, no me gusta verte triste- puse mis manos en su rostro- estás mucho más guapo cuando sonríes, feliz.
   -¿Por qué?- preguntó haciendo un puchero.
   -Tengo que ensayar con BaekHyun- contesté- la canción del debut no la cantará solo él, somos ambos, así que…- me justifiqué.
   -Baek lo entenderá- dijo- es mi amigo y lo puedo comprar- sonreí- anda, déjalo por unas horas y vente conmigo un ratito- suspiré, pero después de un rato acacé por asentir- no te arrepentirás- comentó extendiendo su gran sonrisa para mí.
   -Eso espero.

   Me sacó de la habitación que compartía con JongIn y aprovechando que todavía no habíamos salido en ningún teaser, salimos a la calle si miedo a que nos reconocieran, como ya les pasaba a ZiTao y a JongIn. Caminamos por la nieve, agarrados de la mano y más tapados que un esquimal por el frío que hacía allí fuera.

   Caminamos un buen rato, sonriéndonos felices, pero yo a la vez estaba un poco triste, porque ya no podríamos estar juntos tan abiertamente, y eso me dolía. Pero estaba con ChanYeol, y en casa, ya podríamos estar todo lo juntos que quisiéramos. Solo tendríamos que echar a JongIn o a BaekHyun de la habitación a patadas, y listo.

   Mientras estaba sumido en mis pensamientos, habíamos llegado a un parque. Muchos niños jugaban con la nieve y también se montaban en los columpios y demás cacharros, haciendo caso omiso a sus preocupados padres. Sonreí.

   -Qué bonita estampa- comenté. ChanYeol me miró y sonrió por encima de su bufanda.
   -Sí, pero no era eso lo que quería enseñarte- dijo y yo lo miré extrañado- ya verás- agarró firmemente mi mano y tiró de mí hasta que llegamos a un árbol, donde se paró.
   -¿Un árbol era lo que me querías enseñar?- pregunté alzando una ceja, incrédulo, pero él negó- ¿entonces?
   -Fíjate bien allí- señaló un lugar y pude ver lo que él quería que viera. Había un pequeño gusano de seda que ese estaba envolviendo lentamente en su capullo. Miré a ChanYeol y sonreí- como me llamas mariposa, pensé que esto te gustaría- comentó.
   -Me gusta mucho- murmuré feliz.
   -Dentro de una semana se convertirá en una bonita mariposa- susurró en mi oído- ¿te gustaría venir conmigo a verlo?- asentí con una gran sonrisa y él me dio un beso en la mejilla- tú piensas que yo soy una hermosa mariposa y que tú eres una oruga- comentó- pero es al revés… tú eres mi hermosa mariposa.



martes, 25 de junio de 2013

Song For You


Song For You


   Abrí la puerta del apartamento y entré en él encendiendo la luz de la entrada para poder ver algo, ya que estaba todo oscuro y silencioso, cosa rara.

   Me dirigí a la cocina a soltar las bolsas de la comida que acababa de comprar en el súper de abajo y me pareció aún más extraño no encontrarme allí a KyungSoo siendo acosado sexualmente por JongIn. Me dirigí al salón, tras guardar la comida para que no se echara a perder y descubrí que allí tampoco había nadie.

   -Qué raro…- murmuré saliendo del lugar- si cuando yo me fui estaban todos…

   Volví a pasar por la cocina a ver si encontraba alguna nota con el paradero de los cinco chicos que estaban a mi cargo aquí en Corea, pero no había nada.

   Suspiré y con la cabeza baja y muy preocupado por ellos, me fui a la habitación que compartía con el maknae para coger mi móvil. Cuando lo tomé de la mesita, vi que me había llegado un mensaje nuevo. Quizás me habían mandado un mensaje diciéndome en el lugar en el que estaban, así que lo abrí.

   “Sube a la azotea”

   Miré el contacto, para ver quién lo había enviado, pero ponía “Anónimo”. Me quedé de piedra, ¿qué era todo aquello? ¿Una broma de los chicos? ¿Una fan loca que me quería violar? No era mi cumpleaños, así que ninguna sorpresa me podía esperar allí arriba. ¿Qué podía hacer?

   Me puse a mandar mensajes a todos los chicos preguntándoles donde estaban, pero ninguno me contestó. Suspiré, cansado de todo y dejé mi móvil sobre la mesita, para luego encaminarme a la puñetera azotea. Si era una broma, bueno, que se rieran… y si era una fan loca, yo seguía teniendo más fuerza que una mujer, así que, no había ningún problema.

   Subí las escaleras lentamente y luego abrí la puerta de la azotea con los ojos cerrados. Silencio, solo eso pude escuchar, por lo que abrí mis ojos y me encontré con que de pie, en mitad de la azotea, se encontraba JongDae, con una sonrisa tímida.

   -JongDae- dije acercándome a él- ¿qué haces aquí?- pregunté- deberías estar en China.
   -Nos dieron unos días libres, como a vosotros, y aproveché para venir- contestó y sonreí, más relajado.
   -¿Los demás también han venido?- él negó con la cabeza.
   -Sólo MinSeok… Duizhang está en Canadá y los demás se quedaron en China- dijo.
   -¿Tú eres el que me mandó este mensaje?- pregunté tras un silencio, incapaz de quedarme con la duda.
   -Sí.
   -¿Por qué?
   -Porque quería que escucharas lo que tengo que decirte- contestó y tomó aire justo antes de comenzar a cantar.

hanchamdonganeul chajagaji anheun
jeo eondeok neomeo georien
oraejeon geu moseup geudaero neon
seoisseul geot gata.
nae gieok bodaneun oraedoebeorin yaegiji
neol bodeon naui geu moseup
ijeneun naega neol piharyeogo hana
eonjengaui neocheoreom~

ije neoege nan apeumirangeol
neoreul saranghamyeon halsurok
meolli tteonagadorok
seuchideut shiganui heureumsoge
ije jinagan gieogirago
tteonamyeo malhadeon neoege
shigani heulleo jinalsurok
neoreul saranghamyeon halsurok
neoege nan apeumieotdaneun geol
neoreul saranghamyeon halsurok

   -Te amo, hyung- susurró tras acabar la canción- ¿qué me dices?
   -Sí, sí…- me acerqué a él y le di un abrazo- claro que sí… yo también te amo…- y nos dimos un pequeño beso en los labios.



Simple Person


Simple Person


   Simple. No había otra palabra que pudiera definirlo mejor. Era simple y ya está. Tan simple que aunque durmiéramos en la misma habitación, estuviéramos todo el día juntos y perteneciéramos al mismo grupo, él no se había dado cuenta todavía de lo que me pasaba por la cabeza, de lo que sentía cada vez que estaba cerca de mí. No, era tan simple, que no se había dado cuenta de todo eso y seguro que no se daría cuenta nunca.

   Siempre le concedía todos los caprichos a Tao, era como su niño mimado, y eso me ponía celoso. Siempre tenía a YiXing pegado a él como una lapa, eso también me ponía celoso. Me ponía celoso el cómo siempre él y LuHan se echaban miradas retadoras, e incluso me ponía celoso el que MinSeok rondara a su vera de vez en cuando.

   Sí, parece que estoy paranoico, pero es que conmigo no hace nada de eso, y eso hace que mis celos salgan por cualquier tontería, pero él es tan simple, que ni siquiera se da cuenta de eso.

   Simple. Wu Fan es un simple y no hay más vuelta de hoja.

   -¿En qué piensas, JongDae?- escuché que me preguntaba mi amigo YiXing a la vez que colocaba su mano sobre mi hombro- pareces apesadumbrado.
   -Ya lo sabes- murmuré levantando la cabeza para mirarlo.
   -Es por duizhang, entonces- contestó y yo asentí.
   -Y... ¿qué es apesadumbrado?- pregunté y él sonrió.
   -Perdona, como hablas tan bien mandarín, a veces se me olvida que eres coreano y no chino- dijo él- significa algo así como triste, más o menos- suspiré.
   -Qué rebuscado eres- contesté mientras él se sentaba a mi lado, en la cama, en la que yo estaba tumbado bocabajo y de la que no me había levantado.
   -Lo siento- susurró- pero ése no es el tema, el tema es Wu Fan.
   -Es un simple- murmuré y lo vi sonreír.
   -Eso ya lo sé, dime algo que no sepa.
   -¿Cómo no puede darse cuenta de lo que  siento?- le pregunté girándome y mirándolo a los ojos- ¿cómo? Sino puedo ser más obvio, hasta MinSeok, que está siempre en su mundo se ha dado cuenta- comenté- incluso hasta nuestro inocente maknae, Tao, se ha dado cuenta- llevé mis manos a mi cabeza y me despeiné, frustrado- es un simple- volví a decir de Wu Fan por millonésima vez en mi vida desde que lo había conocido, unos años atrás.
   -¿Por qué no se lo dices?- propuso YiXing y lo miré mal- ¿qué?- preguntó- si es tan simple que no se da cuenta por si solo con indirectas, a lo mejor, lo que necesita es que se lo digas directamente.
   -¿Cómo voy a hacer eso, YiXing?- dije avergonzado.
   -¿Te da vergüenza?- preguntó alzando una ceja y yo negué con la cabeza aun cuando me había puesto como un tomate- vamos, JongDae, sabes que es lo mejor.
   -Ya… pero…
   -No puedes estar esperando toda tu vida a que se de cuenta, Wu Fan es muy simple…
   -¿De qué no me voy a dar cuenta porque soy muy simple?- dijo una voz grave desde la puerta. Nos giramos y lo encontramos a él, cruzado de brazos y mirándonos mal.
   -Mira, una oportunidad de oro- dijo YiXing y se levantó, saliendo rápidamente de la habitación.
   -¿Y bien?- preguntó él después de que un incómodo silencio se instaurara entre nosotros. Tragué saliva y luego suspiré, antes de comenzar a hablar.
   -Me gustas, pero eres tan simple que ni siquiera te has dado cuenta- sus ojos se abrieron mucho por la sorpresa y yo me tapé la cabeza con las sábanas. Todo se volvió a quedar en silencio un buen rato, hasta que sentí un peso sobre mi cama y los muelles de ésta, crujir.
   -No soy simple- lo oí decir- simplemente creía que cómo tú me gustabas, interpretaba mal las señales y no quería precipitarme- se agachó sobre mí y dejó un beso sobre mi nuca- me gustas. Y yo sonreí, porque al fin sabía que mis sentimientos eran correspondidos.


miércoles, 19 de junio de 2013

Hot Times


Hot Times


   Calor, hacía un calor horrible y no ayudaba en nada a aplacar este calor que JongIn no parara de bailar frente al espejo de la sala de baile, con sus ojos fijos en los mío, mirándome de una manera lasciva.

   Ya todos se habían largado de aquel lugar, y yo me hubiera ido con ellos, de no ser porque él me había pedido, con aegyo encima, que me quedara, y no le pude decir que no. Por eso me encontraba allí, solo con él, aguantando el calor que me producía el verano, sumado al calor que me producía ver esos movimientos tan excitantes de JongIn, sus gestos faciales, sus dientes mordiendo su labio inferior, su sudor resbalando por su piel tostada y mi pensamiento volando hacia lo que querría hacerle y dejarme hacer.

   Abrí los ojos de golpe al tener estos pensamientos y me lo encontré quieto, mirándome ahora fijamente, sin el cristal de por medio que la suavizaba y ahora sentía todo el peso de su mirada sobre mí. Tragué saliva para intentar que alguna palabra saliera de mi boca seca, pero ningún sonido hizo aparición.

   Él caminó hacia mí, sin dejar mis ojos, hasta que se sentó frente a mí, muy cerca, tan cerca que notaba su respiración acelerada mezclarse con la mía, tan cerca que veía claramente las gotas de sudor trazar caminos sobre su piel, perlándola, tan cerca que escuchaba el golpeteo rápido de su corazón, tan cerca que seguramente él notaría el mío.

   -Baek- susurró roncamente mi nombre y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo haciéndome temblar. Vi su sonrisa torcida y supe que algo malicioso se estaba fraguando en su mente pervertida- hyung…- me llamó.
   -Dime, JongIn…- murmuré.
   -¿Quieres salir conmigo…- hizo una pausa, pero luego continuó- y dar una vuelta…?
   -Hace mucho calor, JongIn…- le contesté y aparté mi mirada de la suya, intentando así aclarar mi mente.
   -Vamos, Baek…- pidió e intentó hacer aegyo, pero una mirada mía lo hizo desistir- es solo una vuelta…- se inclinó hacia mí poniendo su mano en mi rodilla desnuda, debido a que llevaba pantalones cortos- por favor… Baek… por favor…- lo sopesé durante unos segundos antes de asentir. No podía negarle nada- me ducho y salimos- se levantó del suelo haciendo presión en mis rodillas para tomar impulso- ¿o quieres ducharte tú también?- preguntó y yo me tensé- estás sudando… y a mí no me importa compartir ducha… ya lo sabes…- negué rápidamente moviendo mi cabeza y mis manos para sujetármeles y que dejara de moverlas- no seas tímido, hyung- se agachó hasta que su boca quedó a la altura de mi oído- no es que nunca me hubieras visto desnudo- me susurró roncamente haciendo que mis partes dieran un tirón dentro de mis boxers al vislumbrarlo desnudo ante mí.
   -JongIn…- conseguí decir, como una advertencia, pero él no me hizo ningún caso y pasó sus brazos por mi cintura para levantarme del suelo y ponerme de pie, quedando en un abrazo tan íntimo que seguro que notó la tirantez que tenía allí abajo.
   -Vamos hyung… tú también me deseas…- claro que lo deseaba, ¿quién en su sano juicio no deseaba a JongIn? Por Dios, si era la encarnación del deseo sexual- deja de reprimirte…- murmuró.
   -¿Y después qué?- pregunté. Él separó un poco su rostro de mí para poder mirarme bien.
   -Después seré todo tuyo… y tú serás todo mío…- y me metió la lengua hasta la campanilla.



Rising Sun


Rising Sun

   Él era brillante, como el sol naciente. Él iluminaba mi vida con su sola presencia, como el astro rey, además, su cálida sonrisa, me hacía feliz. Tan solo estar a su lado me hacía sumamente feliz, por eso, no me despegaba de él ni un momento, aunque pareciera una lapa, todo el día pegado a él, pero era lo único que me hacía ser feliz.

   -Baek- me llamó él y yo salí de mis pensamientos/sueños al escuchar su voz tan cerca de mí. Me encontré con que estaba en nuestra habitación, pero la veía desde un ángulo diferente al de siempre- Baek- me volvió a llamar y entonces me di cuenta de que estaba en su cama. Abrí mucho mis ojos y pegué un salto corriendo para alejarme de él mientras escuchaba su característica risa- de verdad… tío… ¿no puedes ni estar separado de mí una noche?- no sabía dónde meterme, mis mejillas se colorearon y yo agaché mi cabeza, avergonzado- tranquilo, Baek, no estoy enfadado o algo parecido- levanté un poco mi cabeza y vi su brillante sonrisa- ven aquí- me llamó con la mano y yo me acerqué lentamente hasta que me senté en el filo de la cama.
   -Lo siento- murmuré- no sé cómo he acabado aquí- sentí su brazos rodeándome por los hombros y tirando de mí hacia él.
   -Yo sí lo sé- contestó y lo miré- anoche tuviste una pesadilla y me pediste que te abrazara… ¿no lo recuerdas?
   -No… lo siento- volví a murmurar.
   -No pasa nasa, no me importa, después de eso dormiste bien, y eso es lo que importa- dijo y me dio un beso en la mejilla- me alegra que ahora ya estás bien.
   -Muchas gracias…
   -No es nada- me acercó un poco más a él y pude notar como su corazón latía rápidamente contra mi espalda- si quieres… para dormir bien… puedes dormir… en mi cama… siempre…
   -¿Me estás haciendo una proposición indecente, ChanYeol?- dije intentado hacer una broma para relajarme, pero fue peor el remedio que la enfermedad.
   -Si tú quieres que así sea- murmuró contra mi cuello y se me erizó todo el vello de la nuca, a la vez que mi cuerpo se tensaba- eres la persona que más me… importa… y yo… yo quiero… no… no quiero perder… tu amistad por una cosa que… que solo yo… quiera…
   -Channie… ¿qué intentas decir?- pregunté muy confuso por sus palabras y casi con miedo.
   -Intento decir que me gustaría dormir todas las noches contigo… y poder estar así, siempre… pero como algo más… y por favor… no me odies- escondió su rostro entre el hueco de mi hombro y mi cuello.
   -Claro que no te odio…- murmuré con mi corazón latiendo rápidamente en mi pecho tras escuchar su declaración- yo te quiero…
   -No como yo… no de la misma manera…
   -Eso no lo sabes- me giré y le alcé el rostro- tú no sabes de qué manera te quiero yo… tú eres el sol que ilumina mi vida, ChanYeol…
   -¿Hablas en serio?- asentí- oh… Baek…- me abrazó fuertemente- te quiero tanto- susurró en mi oído y me hizo sonreír. Nos separamos unos momentos y luego unimos nuestros labios por unos segundos hasta que nos separamos rápidamente, alertados por unos golpes en la puerta de nuestra habitación- adelante- dijo ChanYeol mientras nos acomodábamos bien y al momento entró JunMyeon hyung.
   -Chicos, vestíos rápido, que tenemos ensayo- y se fue. Ambos suspiramos y luego nos miramos a los ojos unos momentos para comenzar a besarnos de nuevo segundos después, esta vez de una forma más demandante y solo nos separamos cuando nos faltó el aire.
   -Te quiero…- me susurró.
   -Y yo a ti- nos dimos un pequeño beso y comenzamos a prepararnos para el resplandeciente día que nos esperaba.