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jueves, 8 de febrero de 2018

[Drabble] Ask Drabbles 5: Winter Kiss {TaEun}



Título: Winter Kiss
Autora: Riz Aino
Pareja: TaEun (TaeMin + NaEun) (SHINPINK - SHINee + APINK)
Calificación: PG
Géneros: AU, romance, fluff
Número de palabras: 972 palabras
Resumen: la llegada del invierno implica también más oscuridad y más frío… aunque NaEun no nota realmente el cambio de estación porque TaeMin es para ella como un sol que le da luz y calor.
Advertencias: la autora no se hace responsable si os da una subida de azúcar leyendo la historia, tampoco si lo que hacéis es vomitar unicornios.
Notas: drabble escrito para Emecé, que ganó uno de mis juegos random de twitter y como regalo por ello debía escribirle el fanfic que ella quisiera.
Comentario de autora: tengo mucho mono de WGM… ojalá en algún momento volviera a emitirse el programa porque era maravilloso. Espero que os guste.

Winter Kiss

NaEun se despidió con una sonrisa y agitando su mano de la última niña que salía del estudio de baile junto a su madre y, en cuanto la puerta fue cerrada, respiró profundamente y se sentó en el suelo de madera, cansada. Había sido una tarde agotadora, encajada en una semana de infarto, y la chica prácticamente no se sentía el cuerpo —aunque aquello no era comparación a cómo se debían de sentir sus niñas después de la matraca que les había dado en ese tiempo—. Al día siguiente tenían la presentación y debía estar todo lo mejor posible para que las subvenciones que estaba recibiendo su estudio de ballet siguieran existiendo y, por eso, todo debía ser genial. NaEun lo necesitaba de verdad, pero a partir de ese momento, ya lo único que le quedaba hacer era esperar y rezar porque todo saliera bien al día siguiente.

domingo, 20 de octubre de 2013

Jealousy

Jealousy


–Bien. Hemos terminado –dijo el director y todas las cámaras se apagaron inmediatamente.

Los dos chicos que estaban siendo antes el foco de atención dejaron de serlo entre todo el ajetreo que comenzó a haber en la casa. Ambos se miraron y se sonrieron tímidamente, después de todo que estuvieran “casados” para aquel programa no quería decir que en la realidad se tuvieran tanta confianza. Aunque, de hecho, se llevaban bien y tenían personalidades muy parecidas, de ahí, que por su timidez y por miedo a poder propiciar algún escándalo no se trataran mucho.

–Has… estado… muy bien –murmuró el chico y ella asintió, aun con aquella sonrisa en su rostro.
–Gracias… tú también has estado… muy bien –él le devolvió la sonrisa y ambos agacharon la cabeza, sin saber muy bien qué hacer, dejando que el ruido del lugar llenara su silencio.
–TaeMin-shi, NaEun-shi –los llamó uno de los productores del programa e inmediatamente, ambos le prestaron atención–. Vuestros managers no van a poder venir a por vosotros ahora mismo, así que, si no os importa quedaros aquí solos un par de horas, el equipo se va.
–Oh… bueno… –TaeMin comenzó a tartamudear–. Yo… por mí… –miró a la chica a su lado y esta le sonrió.
–No hay problema –dijo ella–. Veremos la tele o algo mientras esperamos.
–Genial, entonces –el hombre sonrió–. Nos vemos en la próxima grabación –y se fue.

El equipo no tardó mucho en terminar de recoger todos los cables, las cámaras y los micros, dejando a los dos chicos solos en el salón de la que era “su casa”, con la tele encendida y sin saber qué hacer. Ambos estaban sentados en las puntas del sofá, para no rozarse ni siquiera por accidente.

–¿Qué te apetece ver, NaEun-shi? –le preguntó el chico tomando el mando de la tele, ya que las noticias no eran muy interesantes de ver.
–Lo que pongas está bien –contestó ella y TaeMin asintió.

El chico comenzó a pasar de un canal a otro buscando algo que fuera por lo menos divertido. No veía mucho la tele, porque con los ensayos y todo lo demás, apenas podía, pero podía jurar que JongHyun le había comentado que ese día había algo muy interesante que ver. Aunque no recordaba lo que era.

Había varios programas de risa, sin embargo, TaeMin no tenía muchas ganas de reír, por lo que siguió cambiando hasta que encontró el programa al que se refería su hyung.

Se celebraba el concurso de Miss Corea y eso era todo un acontecimiento. JongHyun debía estar en casa, con la cara pegada al plasma y babeando mientras Key le regañaba, Onew sonreía de manera pervertida y MinHo agrandaba sus ojos hasta límites insospechados cada vez que veía a alguna de las chicas en bikini.

Eso era lo que debía estar pasando en casa… o por lo menos eso era lo que se imaginaba TaeMin que estaba pasando.

El chico se acomodó en el sofá para poder ver el programa sin que hubiera algo que lo pudiera molestar, ignorando deliberadamente a la chica sentada a su lado.

NaEun no podía creerlo. Todos los tíos eran iguales, en cuanto les ponías a cualquier chica medio en bolas la miraban con cara de bobos y babeando, tal y como estaba el chico en ese momento.

Ella se sentía herida y celosa. También era guapa y además dulce, ¿por qué a ella nunca la había mirado de esa manera? A la chica le gustaba aquel inútil que tenía enfrente casi desde el primer momento en el que lo vio y no podía permitir que aquellas chicas del otro lado de la tele se llevaran esas miradas de parte de TaeMin.

–Deja de mirarlas así –aquella simple frase era más una orden que un ruego.
–¿Por qué?
–Porque estoy celosa.
–¿Por qué?
–Porque eres mío.

La sorpresa de TaeMin en un primer momento paso a un segundo plano en cuanto NaEun rozó sus labios y comenzó un tímido pero a la vez posesivo beso. Cuando se separaron, el chico aún mantenía los ojos cerrados y una expresión idiota en su rostro.

–Wow…
–Yo… yo…
–No volveré a mirar a ninguna otra chica así –murmuró TaeMin–. A partir de ahora solo te miraré a ti así.
–Tae…
–¿Puedo besarte?
–Sí.

Tímidamente, se acercaron el uno al otro y volvieron a rozar sus labios. En cuanto hicieron contacto, el beso se volvió más desenfrenado, más desesperado. Las manos no pudieron quedarse quietas y comenzaron a tocar el cuerpo ajeno. Era la primera vez que entre ellos pasaban de simples roces ante las cámaras y todo lo que habían guardado por miedo, ahora lo liberaban, dando rienda suelta a los sentimientos que tenían el uno por el otro.

No pasó mucho tiempo para que comenzara a hacer calor en aquel salón y la ropa comenzara a sobrar. Los roces piel con piel los excitaban y nada ni nadie podría parar aquello. Poco importaba el mundo exterior, ahora eran solo ellos, dándose placer el uno al otro y sintiéndose correspondidos.