martes, 1 de noviembre de 2016

[One Shot] BTS Ask Drabbles: This is Sparta {YoonMin}



Título: This is Sparta
Autora: Riz Aino
Pareja: YoonMin (Suga + JiMin) (BTS)
Clasificación: R
Géneros: historic!AU, romance, angst, tragedy
Número de palabras: 1.165 palabras
Resumen: la vida de un espartiata varón es una constante superación de pruebas hasta que por fin llega el tan ansiado descanso.
Advertencias: mención a relaciones sexuales, violencia y muerte de personajes.
Notas: drabble escrito para Aris.
Comentario de autora: al final del escrito habrá diferentes explicaciones de palabras raras, situaciones y contexto histórico para que sepáis un poco más de este tema. Espero que os guste.


This is Sparta


A la tierna edad de siete años, JungKook había sido separado de su familia biológica, ganando otra a cambio. En el cuartel, alejado de cualquier núcleo de población, y teniendo que sobrevivir por sí mismo para poder seguir adelante y no quedarse en el camino, se encontró con quienes serían sus compañeros por el resto de su vida, ya que, hasta los sesenta —si no moría antes— debía permanecer en el ejército como buen espartiata y proteger a su patria.

JungKook conoció a JiMin allí, en los primeros años de entrenamiento que fueron brutales y que determinaban quienes se quedaban allí y quienes no merecían la pena. El chico ya llevaba allí un par de años y luchaba bastante bien, así que, el menor no podía evitar quedarse prendado de él, observando todos y cada uno de sus movimientos, poniéndolos en práctica él mismo después.

Entrenando, luchando, haciendo diferentes tareas y misiones que les encomendaban juntos, los chicos se hicieron inseparables.

JiMin pasó la prueba para pertenecer definitivamente al cuerpo de elite de los espartanos después de entregar la cabeza de su primer ilota asesinado. Ésta todavía chorreaba sangre y en la expresión del hombre que había matado se podía ver el terror y el dolor del momento. JiMin, a quien siempre se le había dado bien aquello, fue uno de los mejores de su promoción al regresar mucho antes de que se cumpliera el plazo para hacerlo. A JungKook le tocó hacerlo dos años después y el chico estaba muy asustado de no poder llevar a cabo la misión en los pocos días que le habían dado de margen para ello. Encontrar algún campesino ilota no era lo más difícil, lo difícil era matarlo a sangre fría, aunque éste no hubiera hecho nada malo. JungKook era un buen guerrero, pero matar a un inocente no era cosa suya, él lo sabía y JiMin también. Por eso fue el otro chico quien, a pocas horas de que se acabara el plazo y violando todas las normas, le entregó la cabeza de un hombre y le explicó como lo había matado para que el menor pudiera seguir a su lado el resto de su vida.

JungKook pasó aquella prueba y se convirtió en un espartiata con todas las letras que, a raíz de ese momento, se entrenaría ferozmente para la guerra y para defender el territorio de Esparta junto a JiMin.

Toda su niñez quedó atrás después de aquello y entró de pleno en la adolescencia, donde las hormonas, cada vez más le jugaban malas pasadas. Desde que tenía memoria prácticamente, había estado rodeado de hombres de todas las edades, pero solo hombres, y lo único que JungKook había visto en su vida eran hombres desnudos. Ahora, después de que sus hormonas comenzara a revolucionarse de aquella manera, cada vez que los veía, notaba demasiadas cosas agolparse en su interior.

Como siempre había hecho, JiMin fue quien lo ayudó con su problema. Una noche se le había acercado y le había comentado que lo que le sucedía era normal en sus edades y que le seguiría sucediendo mucho más adelante, por lo que si quería desahogarse, solo tenía que buscarlo y él se encargaría de ayudarlo en todo lo que pudiese y lo dejara. JungKook le agradeció que se preocupara por él y le preguntó qué era lo que podía hacer por él, para hacerlo sentir mejor.

Aquella noche mantuvieron relaciones sexuales.

No era nada nuevo para JungKook porque había visto cómo sin pudor ninguno, jóvenes, —y no tan jóvenes— en el cuartel, habían hecho aquello mismo, tanto en sitios apartados de la vista como en lugares totalmente públicos. Cuando era un niño, se había escandalizado, pero después, a medida que había ido creciendo, aquello le causó curiosidad y más tarde lo había calentado de una forma casi inhumana. Por eso, mientras JiMin lo penetraba una y otra vez con fuerza, acariciando su miembro al ritmo de las embestidas, no pudo evitar sentirse como si estuviera en los mismísimos Campos Elíseos por el placer que experimentaba al fusionar su cuerpo con el del mayor.

Su adolescencia fue un mar de hormonas que solo se tranquilizaban cuando JiMin tomaba el control de su cuerpo y el paso a ser adulto se dio quizás demasiado rápido para su gusto.

Ambos chicos habían pasado todas las pruebas necesarias para poder ingresar en el mejor ejército del mundo conocido y no tardaron en comenzar a hacer diferentes expediciones por toda la península del Peloponeso, solucionando con sus armas cualquier problema que pudiera surgir y luchando en diferentes batallas que siempre acababan ganando. Los dos se sentían en la cima de los cielos realizando el trabajo para el que habían sido entrenados desde pequeños porque eran los mejores de su promoción y apenas sufrían heridas en los combates en los que luchaban.

No obstante, la Diosa Fortuna quiso jugar con el grandioso destino que a ambos les esperaba y una gran guerra contra los Medos se desató. JungKook y JiMin fueron convocados por el monarca para ir a la batalla; pero aunque los dos se marcharon a luchar por la libertad de los griegos… ninguno regresó.




Notas finales:
—Primero y principal, no me gusta tener que escribir historias basadas en diferentes lugares del planeta y cascarles sus nombres coreanos en la Antigua Grecia, como he hecho, pero a veces no tengo más remedio y lo hago. Soy muy quisquillosa con estas cosas, no me hagáis caso.
—Los espartanos comenzaban su entrenamiento para ser los grandes guerreros que todos recordamos a los siete años y éste entrenamiento más o menos hasta pasados los veinte. El servicio militar que debían prestar a la ciudad-estado duraba hasta los sesenta años, después de eso, se dedicaban a entrenar a las nuevas generaciones si no habían muerto antes en batalla.
—Para poder seguir adelante con la disciplina militar, los espartiatas tenían que superar diferentes pruebas y una de ellas era matar a un ilota (una especie de esclavo) adulto y varón y llevar su cabeza como prueba del delito.
—Las relaciones homosexuales eran comunes en la Antigua Grecia y para los espartanos, que no cataban mujer hasta los treinta, cuando ya podían casarse, era de lo más frecuente.
—La batalla contra los Medos es la de las Termópilas, porque era el único referente de batalla en la que lucharon los espartanos que las personas que no saben nada de Historia conocen.

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