jueves, 24 de noviembre de 2016

[One Shot] Under the Moonlight {JackBam}



Título: Under the Moonlight
Autora: Riz Aino
Pareja: JackBam (Jackson + BamBam) (GOT7)
Clasificación: R
Géneros: AU, romance, drama
Número de palabras: 2.180 palabras
Resumen: BamBam esperaba que aquella noche fuera inolvidable y lo fue… pero quizás hubiera sido mucho mejor que todo hubiera ocurrido de otra forma.
Advertencias: mención a violencia y a homofobia.
Notas: historia escrita para el cumpleaños de Choa, mi amorcito, mi bebé, mi corazón, mi niña del alma. ¡Feliz Cumpleaños! ¡Te quiero!
Comentario de autora: nunca sé qué regalar que muestre lo importante que es x o y persona para mí, así que, siempre acabo haciendo algo que se me da medianamente bien… escribir. Espero que mi bebé siga creciendo y que siga siendo la cosita más cuqui de este universo.


BamBam tenía muchísimas expectativas de que aquella noche en la que por fin iba a salir por primera vez en Seúl fuera enteramente inolvidable. Sin embargo, cuando el chico salió de la residencia en la que estaba viviendo desde hacía solo un par de semanas, jamás esperó que aquella noche se desarrollara de la manera en la que finalmente sucedió.


El chico había quedado con algunos de los amigos que había hecho en clase los días anteriores para ir al club que estaba de moda aquellos días y se sentía expectante porque todas aquellas personas, a pesar de ser la mayoría de nacionalidades diferentes y de tener también edades distintas, eran el mejor grupo que se podía haber unido. BamBam sabía que se lo iba a pasar de lujo con ellos, simplemente por el hecho de estar todos ellos allí.

Para poder llegar a la discoteca, el chico tenía que tomar el metro que se encontraba en su calle y coger el tren que iba en dirección norte hacia el río Han para después esperar a la tercera parada, lugar en el que debía bajarse y andar unos 50 metros hasta llegar a la puerta del club. BamBam se había aprendido de memoria el camino, pero de lo excitado que se encontraba por su salida, casi acabó sin llegar al lugar indicado. Si no hubiera sido por YuGyeom, uno de los chicos con los que se había juntado antes de subirse al metro, BamBam se habría bajado en la siguiente estación.

Una vez llegó sano y salvo al lugar, el chico buscó con la mirada a los que eran sus compañeros hasta que los halló cerca de la barra, formando un pequeño corro al que se integró rápidamente dando abrazos por doquier hasta que llegó a un joven rubio que no había visto nunca y se detuvo de golpe.

—Es mi hermano mayor —le dijo JiMin, la chica con la que más migas había hecho desde que había llegado a Corea—. Lo he traído obligada porque decía quería vigilar que ningún tío se me acercara con malas intenciones —la chica suspiró—. En fin. BamBam, este es Jackson; Jackson, este es BamBam.

El menor observó fijamente al rubio y, a pesar de que no destacaba por ser guapo, era bastante atractivo y, la figura que se marcaba bajo la ropa que llevaba parecía muy apetecible. BamBam tuvo que tragar saliva porque su garganta se había quedado repentinamente seca y quería hablar.

—Encantado de conocerte, Jackson —le dijo.
—Lo mismo digo.
—Perfecto —sonrió JiMin—. Ya que estáis presentados, podéis hablar un poco, estoy segura de que tenéis bastantes cosas en común —dijo aquello fuerte, para hacerse oír por encima del ruido de la música, pero lo siguiente, lo susurró al oído de BamBam, solo para que él lo escuchara—. El otro día vio la selfie que nos hicimos y me comentó que eres totalmente su tipo, así que, échale el anzuelo si te gusta… al menos, puedes pasar una noche agradable…


Tras aquello, la chica se alejó de los dos, gritando “Jae” y perdiéndose entre la multitud. Jackson hizo el amago de ir tras ella, pero BamBam se colocó frente a él cortándole el paso, decidido a hacer lo que su amiga le había propuesto porque no tenía absolutamente nada que perder y muchas cosas que ganar con él.

La noche pasó rápido para BamBam, quien no se alejó ni un solo segundo de Jackson, que también estaba encantado con su compañía. Estuvieron hablando de mil y una cosas y cuanto más avanzaba la noche, más cuenta se daban de que tenían bastante en común, tal y como había dicho JiMin al inicio de la noche. El menor también comenzó a sentirse atraído hacia el hermano mayor de su amiga, de una forma inexplicable, pero también bastante fuerte, a pesar de que solo hacía unas horas que lo conocía. A BamBam no le había pasado nada parecido nunca… pero parecía que siempre debía haber una primera vez para todo.

            —BamBam… —le dijo Jackson en su oído, sobresaltándolo—. Voy a hacer algo y te doy la libertad de que quieras pegarme luego si quieres.
            —¿Por qué te iba a pegar? —cuestionó el menor.
            —Por esto…
           
            Jackson se negó a dar más explicaciones y simplemente se inclinó sobre sus labios para darle un beso corto que dejó al chico con ganas de mucho más. No le quería pegar, obviamente, lo único que quería era que le volviera a dar otro beso como aquel y mucho más profundo y largo. El mayor lo miró fijamente, esperando un golpe que no iba a llegar y BamBam le sonrió cálidamente para tranquilizarlo antes de darle otro beso corto.

            —Vaya… creía que me pegarías… así que, es una agradable sorpresa —rió Jackson—. ¿Te gustaría ir a un lugar un poco más alejado para no llamar la atención de la gente besándonos?
            —Me encantaría.

            BamBam tomó la mano que le tendía Jackson y caminó detrás de él hasta que salieron del establecimiento. La calle estaba poco iluminada y silenciosa ya a aquellas horas de la madrugada, así que, había muy poca gente que pudiera verlos y juzgarlos. El menor había nacido en Tailandia, un lugar en el que en los últimos tiempos, no había estado tan mal visto el tema de la homosexualidad y BamBam había podido ir de la mano con su anterior novio sin que nadie los juzgara —o al menos, si los juzgaban, lo hacían internamente y él no se había enterado—. Sin embargo, Corea del Sur era bastante distinta en este aspecto a pesar de estar tan avanzada tecnológicamente. Muchas personas seguían viendo a la homosexualidad como un monstruo que debían erradicar.

            Jackson lo guió hasta el pequeño callejón que había en un lateral de la discoteca y lo puso cuidadosamente contra la pared antes de comenzar a besarlo en los labios y en el cuello, haciendo que el menor suspirara y buscara mucho más contacto. En ese momento, eran solo ellos dos, no había nada ni nadie más y solo se dedicaban al otro, a hacerlo sentir bien mediante los besos y las caricias… por eso no se dieron cuenta de que alguien se acercaba a ellos hasta que lo tuvieron prácticamente encima.

            —¡MARICONES! —escucharon que alguien les gritó desde la entrada del callejón. Rápidamente, se separaron el uno del otro y miraron hacia allí, descubriendo a un chico que no debía ser mucho mayor que ellos, claramente borracho—. ¡NO DEBERÍAIS DE EXISTIR! ¡TODOS TENDRÍAIS QUE ESTAR MUERTOS!

            BamBam sintió cómo el cuerpo de Jackson se tensaba ante aquellas palabras y supo que como al otro se le ocurriera decir alguna gilipollez más, iba a ir en su busca a pegarle. El menor no podía permitir aquello, así que, tomó la mano que el otro había apretado en un puño entre las suyas e hizo que lo mirara, para acto seguido negar con su cabeza, diciéndole sin palabras que lo mejor era no meterse en líos y pasar de aquel inútil. Jackson tardó un poco en asentir, pero cuando lo hizo, el menor se sintió mucho más tranquilo.

            —¡MARICONES DE MIERDA! —volvió a gritar el desconocido, pero ellos hicieron oídos sordos esa vez. Si querían sobrevivir a la gente prejuiciosa de Seúl, tenía que ser de esa forma—. ¡TODOS TENÉIS QUE SER EXTERMINADOS!
            —No a la homofobia —dijo de repente una voz femenina muy conocida para ambos. Los dos chicos se giraron rápidamente, viendo a JiMin parada cerca de aquel tipo borracho—. No le están haciendo daño a nadie, así que, déjalos vivir.
            —¡TÚ CALLATE, PUTA!


            Ninguno lo esperaba, pero el desconocido alzó su mano contra la chica y le dio un golpe en el rostro, haciendo que aquello pasara de castaño a oscuro. Una cosa era insultarlos por ser homosexuales, algo que no debería ser así, pero otra completamente distinta era que le pegara a JiMin. Inmediatamente, Jackson corrió hacia la entrada del callejón para estampar al otro contra la pared y alejarlo lo máximo posible de su hermana antes de acercarse a ella para ver si estaba bien. BamBam tampoco tardó en acercarse a la chica para cerciorarse de que nada malo le había ocurrido.

            —¿Estás bien, Minnie? —le preguntaba Jackson cuando él llegó.
            —Sí. Estoy bien… no es nada —dijo ella, esbozando una sonrisa tranquilizadora.

            BamBam y Jackson suspiraron al unísono al ver que no le había quedado ninguna marca en el lugar en el que había recibido el golpe. Tan concentrados estaban en JiMin, que ninguno se dio cuenta de que el borracho se acercaba a ellos lleno de cólera hasta que no cogió de la camiseta a Jackson, lo giró rápidamente y le pegó un puñetazo que lo envió al suelo porque lo había pillado totalmente desprevenido. JiMin y BamBam gritaron y después ella se acercó a su hermano, mientras que él se puso en medio para que el otro no pudiera seguir golpeando al mayor.

            El chico lo hizo por puro instinto, porque no quería que Jackson sufriera más daño del que ya había sufrido, pero sabía que no tenía nada que hacer contra quien los estaba atacando. El chico medía el doble que él y también pesaba mucho más, BamBam parecía un niño de primaria a su lado. Además de todo esto, jamás había sabido cómo defenderse y siempre que había terminado en una pelea, había esperado que alguien llegara para separarlos, soportando los golpes lo mejor que podía. Aquello era lo único que podía hacer, esperar.

            El primer golpe que recibió lo hizo tambalearse, pero el segundo lo tumbó en el suelo y justo después, comenzaron a sucederse las patadas, una tras otra en su abdomen. BamBam se intentó proteger la cabeza con sus brazos lo mejor que pudo para que ningún golpe le hiciera demasiado daño e intentó retener sus lágrimas durante todo el tiempo que pudo, sin conseguirlo realmente. El chico escuchó voces a su alrededor, voces que llamaban su nombre, otras que gritaban pidiendo ayuda, pero no podía identificarlas del todo. BamBam no supo cuánto tiempo pasó encajando los golpes de aquel borracho homófobo, pero cuando por fin terminaron, no pudo evitar coger aire desesperadamente porque sentía sus pulmones totalmente vacíos.

            —BamBam… BamBam… —el rostro de Jackson apareció repentinamente sobre él, llamándolo y BamBam le sonrió, muy cansado y con el sabor metálico de la sangre en su boca—. ¿Estás bien? ¿Puedes levantarte? —el chico intentó moverse pero no pudo, así que, el mayor lo ayudo a ponerse en pie y luego apoyó su peso contra su cuerpo para que no volviera a caer—. Tonto… ¿por qué te has puesto en medio?
            —Porque… te iba a hacer daño y no quería que eso pasara… —susurró.
            —Idiota… —murmuró Jackson, besándolo en la frente.

            BamBam pasó los siguientes minutos un poco ido por los golpes que había recibido y no se enteró muy bien de lo que sucedía a su alrededor, pero sí vio cómo un coche patrulla de la policía llegaba y se llevaban al borracho detenido a la fuerza y cómo JiMin, junto con Jae se iban también en otro coche junto a la policía. También vio llegar a una ambulancia y a los sanitarios que lo observaron y le curaron lo más grave antes de meterlo en el vehículo y trasladarlo al hospital más cercano. Realmente, lo único de lo que BamBam fue consciente de verdad fue de que la mano de Jackson en ningún momento dejó de sostener la suya y que, cuando se despertó en una habitación del hospital, la cabeza rubia del mayor estaba sobre el colchón mientras que su dueño dormía de una forma muy incómoda, todavía sujetando su mano.

            Quizás su primera noche de fiesta en Seúl no hubiera sido la mejor, quizás habría cambiado miles de cosas porque lo había pasado mal desde que aquel extraño lo había golpeado… pero lo que no iba a cambiar por nada del mundo era que Jackson siguiera a su lado al despertar cada mañana.






Notas finales:
—Es un poco cortito, no me lo tengas en cuenta, pero lo terminé haciendo en época de exámenes y lloré sangre para sacarlo a tiempo. Espero que te haya gustado y juro por mi ratilla fea que para el año que viene tendrás algo espectacular.

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