Título: Back Scratching
(all night long)
Autora:
Riz Aino
Pareja:
JunHun (SeungJun + JiHun) (KNK)
Clasificación:
PG
Géneros:
fluff, romance
Número de palabras:
1.312 palabras
Resumen:
a pesar de que lo niegue, a SeungJun le gusta ser la única persona que puede
rascarle la espalda a JiHun.
Notas:
one shot escrito para Mr. Kim
Comentario de autora:
esta es mi primera historia de KNK y me ha gustado muchísimo escribirla porque
es que son tan adorables estos señores y hacen cosas tan cuquis entre ellos.
Espero que os guste.
BACK Scratching
(All night long)
SeungJun
siempre había negado que le gustara ayudar a su líder, tratando quitarle un
poco de la tensión que siempre acumulaba, siendo uno de los menores de su grupo
y llevando la responsabilidad de éste sobre sus hombros. Él lo negaba porque no
quería dejar ver que en realidad no era aquel chico frío que aparentaba ser, lo
negaba porque no quería que el menor pudiera ver sus intenciones, lo negaba
porque no quería que JiHun supiera que en realidad estaba enamorado de él hasta
las trancas. Pero a pesar de que negaba todo aquello, a pesar de que siempre se
resistía, SeungJun acababa haciendo siempre lo que su líder le pedía, no porque
le debiera obediencia, sino porque en el fondo lo quería hacer.
Y
lo que JiHun siempre le pedía era que le rascara la espalda.
El
menor, desde el primer momento, les había comentado a todos los miembros del
grupo que cuando era pequeño y había algo que lo estresara, su madre siempre le
rascaba la espalda levemente con las yemas de sus dedos o con sus nudillos para
calmarlo y así hacer que se relajara y dejara de pensar en lo que lo estresaba.
JiHun lo había dicho porque aquello era lo único que lo hacía estar tranquilo y
su madre no iba a estar disponible para hacerlo cada vez que lo necesitara. El
chico solo quería que, de vez en cuando, en el momento en el que las cosas
comenzaran a sobrepasarlo, alguno de los chicos ejerciera aquel papel y lo
ayudara.
Al
inicio ninguno era especialmente receptivo a hacerlo, YouJin de hecho había
delegado en todos los demás alegando aquella especie de alergia que le daba
cada vez que alguno de ellos se le acercaba más de la cuenta, así que, poco a
poco, había ido haciéndose cargo solo SeungJun, especialmente porque JiHun
había comenzado a buscarlo solo a él... y aunque el mayor siempre se negaba al
principio, después de unos momentos no podía seguir haciéndose el duro porque
el chico era completamente adorable, sobre todo cuando comenzaba a hacer como
si fuera un gatito.
SeungJun
se encontraba aquel día en su habitación, no tenían nada programado y les
habían dado un poco de tiempo libre desde la empresa… a todos menos a JiHun,
que había tenido que ir al edificio a hacer algo de sus deberes como líder. Por
eso, haciendo el vago como se encontraba, no se esperaba que de repente, el
menor entrara a su habitación de forma silenciosa, como si pensara que debía de
estar durmiendo y no quisiera despertarlo. Cuando vio que SeungJun estaba
jugando con su móvil, simplemente le dedicó una gran sonrisa que hizo que el
corazón del mayor se saltara un latido.
—He venido a pedirte un favorcillo —dijo,
acercándose hasta su cama—. ¿Te importa rascarme la espalda unos momentos?
SeungJun sabía perfectamente que era aquello
lo que le iba a pedir, porque aunque los demás habían estado descansando, él se
había pasado desde temprano aquella mañana en la empresa. JiHun debía estar
bastante agobiado porque en realidad llevaba bastante tiempo sin acercarse a él
para pedirle aquello. El mayor quiso negarse en un primer momento, como siempre
lo hacía, pero finalmente no lo hizo y asintió lentamente con su cabeza. El
chico esbozó otra de aquellas sonrisas que lo desarmaban tanto y SeungJun le
dejó espacio en su cama para que se tumbara bocabajo inconscientemente.
—Muchas gracias. No sabes cuánto te agradezco
que hagas esto por mí —murmuró JiHun.
El mayor no le contestó, después de todo, su
fachada de chico frío seguía estando levantada aunque cada vez tenía más
grietas y éstas se iban haciendo más grandes, llegando incluso a desmoronarla
en algunos tramos. Simplemente esperó a que su líder se acomodara antes de
ponerse él mismo en una posición cómoda y meter su mano bajo la sudadera negra
ancha que llevaba puesta el menor. SeungJun comenzó a rascar con la yema de sus
dedos la espalda de JiHun, de arriba abajo con sutileza porque no tenía que ser
muy brusco, solo tenía que hacer que el chico se relajara sintiendo aquellas
caricias y dejara de pensar en todo lo que le estaba ocasionado todo el estrés
que llevaba encima.
No pasó demasiado tiempo hasta que JiHun
comenzó a relajarse y SeungJun lo notó en sus músculos, que cada vez estaban
menos crispados. El mayor se sentía bien al hacer que el chico se encontrara
mejor gracias a su ayuda y una gran sonrisa se asomó a su rostro sin que
pudiera evitarlo porque le gustaba demasiado ser él el único que pudiera hacer
aquello, el único al que éste buscaba cuando necesitaba eso.
Pasaron
varias horas de aquella manera, sin decir ni una sola palabra, porque ni
siquiera necesitaban hablar cuando se encontraban así. SeungJun vio a través de
su ventana cómo la larga tarde veraniega dejaba de iluminar el exterior y la
oscuridad de la noche comenzó a cubrirlo todo, pero no se molestó en encender
ni una sola luz. Era mejor que estuvieran a oscuras si al menor se le ocurría
girarse repentinamente y lo pillaba con aquella sonrisa de satisfacción en su
rostro por poder estar junto a él y por ser solo él quien le rascaba la
espalda. Sin embargo, el chico notó cómo JiHun se quedaba dormido en un momento
determinado, en lugar de girarse hacia él para mirarlo.
SeungJun
siguió un poco más de tiempo rascándole la espalda, pero después no pudo evitar
aprovechar aquel momento para observar el perfil del menor y pensar que si no
se hubieran encontrado de aquella forma, que si se hubieran conocido sin ser idols, se habría acercado a él sin
ninguna reserva y le habría dicho lo mucho que lo quería sin sentirse culpable
por hacerlo.
Cuando
ya había pasado bastante tiempo de la medianoche, SeungJun por fin dejó de
rascar la espalda del menor y se tumbó en la cama junto a él, muy cerca de su
cuerpo y no porque la cama fuera pequeña, sino porque le gustaba sentir el
calor que desprendía JiHun y embriagarse con su aroma. SeungJun cerró sus ojos
y se dispuso a dormir un poco antes de que la mañana siguiente llegara y tuviera
que alejarse del menor hasta que éste le volviera a pedir que le rascara la
espalda otra vez, deseando que éste se lo pidiera cada día de su vida porque le
encantaba poder pasar aquel tiempo junto a él.
—Buenas noches, JiHun —murmuró… y no pudo
evitar decir algo más, en un tono más bajito del que había usado anteriormente—.
Siempre estaré aquí si me necesitas.
SeungJun comenzó a quedarse dormido después
de aquello, por lo que no se dio cuenta de que JiHun realmente no había estado
durmiendo en ese momento y que lo había escuchado… tampoco pudo darse cuenta
por eso mismo de que él chico esbozó una de aquellas sonrisas que tanto
adoraba, ni de que se giró en la cama para pegarse mucho más a su cuerpo y dormir
prácticamente subido sobre su cuerpo. Obviamente, tampoco pudo escuchar la
respuesta que le dio JiHun a aquella especie de declaración, pero éste le
contestó que sabía que siempre estaría para él cuando lo necesitara… y que por
eso lo quería tanto.
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