Título: Bad choices
make good stories
Autora:
Riz Aino
Pareja:
JiGyu (Woozi + MinGyu) (SEVENTEEN)
Clasificación:
PG–13
Géneros:
AU, humor
Número de palabras:
798 palabras
Resumen:
MinGyu se dio cuenta de que en su cuenta de Facebook su profesión había sido
cambiada por alguien a sugar baby
solo cuando recibió el mensaje de un tal Woozi preguntándole si buscaba un daddy.
Notas:
drabble escrito para mí, bc yes (?) Tenía muchas ganas auto pedirme un par de
cositas para este pequeño reto.
Comentario de autora:
cuando busqué sobre qué pareja (de las que no había escrito) podía hacer un
fic, me encontré con Woozi correteando a MinGyu por toda la sala de ensayo con
una guitarra para darle de hostias y me enamoré de ellos totalmente. Espero que
os guste.
Bad choices make good stories
Kim MinGyu no se llevaba demasiado
bien con las nuevas tecnologías a pesar de no tener siquiera veinte años, por
ese motivo, a pesar de que tenía un móvil de última generación con todas las
aplicaciones de redes sociales habidas y por haber en él, el chico apenas lo
utilizaba y generalmente dejaba su teléfono en manos de sus amigos para que
éstos hicieran lo que les diera la gana con él cada vez que quedaban un rato.
MinGyu llevaba muchos años conociéndolos y confiaba en ellos, por eso les
dejaba tranquilamente que trastearan con éste mientras él se dedicaba a otras
cosas.
Sin embargo, Kim MinGyu no debió
haber confiado en sus amigos porque, aunque éstos fueran personas de confianza,
a veces, también tenían un punto que solo ellos encontraban gracioso y hacían
bastantes travesuras de en las que el objetivo tendía a ser él. Pero como el
chico apenas le prestaba atención a su teléfono —y menos lo hacía con sus redes
sociales— no se dio cuenta de que los chicos habían estado trasteando en su
Facebook y lo habían transformado por completo.
Quizás sí que debía haberle prestado
un poco de atención a lo que sus amigos hacían con su teléfono y sus redes
sociales.
Fue una semana después de la última
quedada con sus amigos cuando MinGyu se dio cuenta de que algo iba mal, al
recibir una notificación de Facebook en su móvil. El chico estaba acostumbrado
a de vez en cuando tener alguna petición de amistad de antiguos compañeros de
clase o algún comentario en alguna que otra foto que subían los demás y en las
que era etiquetado, también algún que otro mensaje… pero nunca antes había
recibido un mensaje de una persona totalmente desconocida y menos, siendo tan
extraño como lo era.
He visto que estás buscando un Daddy,
mi nombre es Woozi y estaba buscando un Sugar Baby que me acompañara a un par
de eventos. He visto tus fotos y eres bastante guapo, así que me gustaría poder
quedar contigo y conocerte un poco para ver si te desenvuelves bien en los
ámbitos que necesito.
MinGyu se quedó muy extrañado tras
leer el mensaje, sin saber si aquello era una broma de mal gusto o simplemente
un error, pero después comenzó a buscar en su Facebook qué era lo que había
cambiado para que alguien lo hubiera contactado diciéndole aquellas cosas. No
tardó demasiado en darse cuenta de que sus encantadores amigos habían subido un
par de fotos suyas —en las que salía bastante guapo, todo había que decirlo— y
habían cambiado en su biografía su profesión de “Estudiante” a “Sugar Baby”.
Rápidamente, el chico miró en
internet qué era lo que significaban tanto Sugar
Baby como Daddy, encontrándolo al
instante. MinGyu leyó atentamente todo lo que le fue apareciendo, quedándose
cada vez más impresionado por ello. Un Sugar
Baby era una especie de acompañante, de perchero bonito que los Sugar Daddy —o Mommy— llevaban a fiestas, cenas o actos importantes para que
dieran buena conversación y para no ir solos, pero ninguna de las dos partes
estaba atada a una relación sentimental, simplemente era una relación
profesional.
En un primer momento, MinGyu había
querido matar a sus amigos por hacerle algo como aquello, pero poco a poco,
había comenzado a pensar que quizás podía sacarle partido a eso. Era guapo y
conversador, solía encandilar a las personas con solo cruzar con ellas un par
de palabras, así que, quizás ese podía ser un trabajo que podía hacer en sus
ratos libres y que además le sirviera para ganarse un buen dinero para seguir
con sus estudios.
Quizás era una muy mala idea
contestarle a aquel tal Woozi, una muy mala idea… pero MinGyu tenía la esperanza
que aquella mala idea se convirtiera en algo de lo que nunca se arrepentiría.
Notas finales:
—En
este fic uso el nombre artístico de JiHoon, Woozi, como un seudónimo para no
dar su nombre real.
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