Título:
Soulmates marks
Autora:
Riz Aino
Pareja: KunTen (Ten + Kun) (NCT)
Clasificación:
PG
Géneros:
AU, soulmates, romance, fluff, humor
Número de palabras:
931 palabras
Resumen:
todo el mundo tiene un alma gemela con un par de lunares en el mismo lugar,
actuando como si fueran un reflejo de la otra parte. Ten tiene un lunar en el
párpado y otro bajo su ojo izquierdo… su alma gemela, los tiene en su ojo
derecho.
Comentario de autora:
un bloqueo gigante llevaba acosándome durante unos cuantos meses… y escribí
esto, no es lo más maravilloso, pero es decente, así que, espero que os guste.
Soulmates
Marks
Encontrar a tu alma gemela a veces
era tan fácil y natural como respirar, otras veces, resultaba una tarea
completamente imposible que te drenaba toda la energía. Ten daba gracias porque
encontrar a la suya hubiera sido tan fácil, porque si no lo hubiera sido,
probablemente se encontraría completamente desesperado como en aquellos
momentos lo estaba su amigo SiCheng, suspirando profundamente a su lado
mientras bebía una y otra vez, tratando de ahogar sus penas en alcohol. Ambos sabían
que lo único que iba a sacar era un dolor de cabeza horrible, pero Ten no iba a
decir nada.
—¿Cómo voy a encontrar a mi alma
gemela si mi par de lunares están en mi entrepierna? —volvió a decir el chico
por centésima vez aquella noche—. No es como si pudiera ponerme a bajarle los
pantalones a todo el mundo.
Ten sabía que no tenía que reírse,
pero no pudo evitarlo. Se había imaginado la escena de SiCheng bajándole los
pantalones a todas las personas del bar para ver si alguno de los presentes era
su alma gemela con los lunares equivalentes a los suyos. Su amigo lo miró con
odio al verlo reír, pero su imagen mental había sido demasiado divertida y no
se arrepentía de nada.
—Claro, tú te ríes porque ya
encontraste la tuya —replicó SiCheng—. Y encima no te costó nada hacerlo —le
dio otro trago a su lata de cerveza—. Ojalá yo tuviera los lunares en la cara
como tú y no en la puta entrepierna.
Realmente, Ten había sido
afortunado. No muchas personas tenían la suerte de tener los lunares de alma
gemela en el rostro, donde eran visibles desde el primer momento. Él no había
tenido que molestarse mucho siquiera por buscarla, simplemente había ido
observando los rostros de las personas que se cruzaban con él a lo largo de los
días, hasta que se había cruzado con la persona que tenía su misma pareja de
lunares, justo en el lado contrario, funcionando como una especie de espejo de
sí mismo.
Ten tenía uno de los lunares en el párpado y el
otro bajo su ojo izquierdo, por lo tanto, su alma gemela los tenía en el ojo
derecho. Por ese motivo, casi no le había costado encontrar a Kun, el chico más
maravilloso que podía haber conocido jamás.
El encuentro, no obstante, había sido
gracioso. Ten ese día no había estado prestando especialmente atención a los rostros
de las personas con las que se encontraba porque su mente iba repasando un
examen muy importante que iba a tener esa mañana. Por ese motivo, mientras
caminaba hacia la parada del bus que lo llevaba a la universidad perdido en sus
pensamientos, el chico se cruzó con su alma gemela. Ten ni siquiera lo vio y
siguió su camino como si nada, pero con cada paso que daba, una sensación
extraña comenzó a apoderarse de su cuerpo, algo que no había sentido nunca,
como escalofríos constantes. Extrañado y asustado porque no sabía lo que le
pasaba, decidió darse la vuelta y dirigirse hacia una farmacia que había a la
vuelta de la esquina para preguntar qué podía ser aquello.
Y entonces lo vio. Un chico
corriendo en su dirección que se detuvo ante él, jadeando y con los ojos como
platos, observando fijamente sus ojos. Ten le mantuvo la mirada, percatándose
del par de lunares que tenía en su ojo derecho, idénticos a los suyos. En ese
momento algo hizo clic en su interior y los escalofríos se acabaron tan
repentinamente como habían comenzado. Acababa de encontrar a su alma gemela, la
tenía ante él y el chico no podía estar más feliz con aquello porque había encontrado
a la persona especial con la que pasaría el resto de su vida. En aquellos
momentos no lo conocía, pero le daba completamente igual, si el destino había
decidido que eran la pareja perfecta, era porque realmente lo eran.
De aquello habían pasado ya cuatro
años, pero para Ten era como si acabara de suceder. No podía evitar rememorarlo
de vez en cuando y sonreír al pensar en ello y en la suerte que había tenido de
que Kun fuera su alma gemela, porque Kun era la persona perfecta para él.
—¿Crees que algún día seré capaz de
encontrar a mi alma gemela? —le cuestionó su amigo, sacándolo de sus
pensamientos.
—Claro que sí, SiCheng —le dijo—. Tarde o
temprano, te encontrarás con la persona indicada y tu cuerpo lo sabrá, no hará
falta que le mires siquiera la entrepierna para comprobarlo.
SiCheng sonrió por primera vez en la noche y le
agradeció el apoyo diciéndole que no se iba a rendir tan pronto y que seguiría
buscando a su persona destinada.
Notas
finales:
—Como
os habéis podido imaginar, esta historia tiene una continuación que veréis en
los drabbles de Win Win sobre cómo encuentra a su alma gemela.
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