sábado, 28 de marzo de 2020

[One Shot] 2019 Super Rookies Drabbles: Something to say {YeJin}


Título: Something to say
Autora: Riz Aino
Pareja: YeJin (YeJi + RyuJin) (ITZY)
Clasificación: PG
Géneros: Hogwarts!AU, romance?, fluff
Número de palabras: 1.265 palabras
Resumen: YeJi odia a esa pretenciosa y petulante golpeadora Gryffindor que se cree con derecho a visitarla en la enfermería cuando fue ella quien le rompió el brazo en el partido.
Aclaraciones: el mundo mágico y el colegio Hogwarts de magia y hechicería no me pertenecen, le pertenecen a Jotacá, yo solo los utilizo como fondo de ambientación para mi historia.
Notas: este fanfic fue inspirado porque fotos salvajes de Itzy con túnicas de Hogwarts aparecieron y yo debía de escribir algo sí o sí.
Comentario de autora: primer fanfic que escribo sobre las niñas y me gustaría que fuera el primero de muchos. Espero que os guste.

Something
to say

            —Espero que mañana estés mejor… —murmuró JiSoo—, y trata de calmarte un poco, que no te viene bien estar alterada para recuperarte.
            —¿Cómo quieres que esté calmada? —replicó YeJi, sintiéndose todavía dolida y enfadada por todo lo que había pasado en el partido.

            —Pues dejando de pensar en RyuJin y durmiendo —contestó la chica—. Y me voy a los dormitorios antes de que Madam Pomfrey me eche de aquí o empiece el toque de queda y le quiten puntos a Slytherin por encontrarme con algún prefecto o profesor en el pasillo cuando no debo.
            —Si te rompo el brazo te puedes quedar conmigo aquí —le propuso YeJi.
            —No, gracias —replicó JiSoo, yendo hacia la puerta de la enfermería—, prefiero tener todos mis huesos intactos.

            YeJi suspiró profundamente cuando la chica finalmente salió del lugar, dejándola sola allí, porque no había absolutamente nadie más en la enfermería, ni enfermos ni la enfermera. No le gustaba estar sola y no le hacía especial gracia tener que pasar la noche en aquel lugar, completamente sola… pero la maldita Shin RyuJin, la golpeadora de Gryffindor había provocado que tuviera que estarlo. YeJi la odiaba. La odiaba con todas sus fuerzas. No es que le cayera mal por ser Gryffindor, porque todas las rencillas de la guerra de hacía más de veinte años por fin se habían acabado por fin y la verdad es que últimamente entre las Casas solo había una rivalidad sana por ver quién se llevaba la Copa a final de año y poco más… pero la otra chica se había ganado su odio a fuerza de méritos, sobre todo aquel día.

            No había tenido suficiente con haberle lanzado una bludger que le había roto el brazo en el partido de aquel día cuando YeJi se había lanzado en picado en cuanto había visto la snitch dorada, tratando de atraparla antes de que ChaeRyeong, la buscadora de Gryffindor, la pudiera alcanzar, no, no había tenido suficiente con aquello y también había querido congraciarse con ella yendo a la enfermería en cuanto el partido acabó, quedándose a los pies de su cama y llorando hasta que se había despertado, cuando había llorado más.

            YeJi la odiaba porque había ido a aquel lugar a hacer el numerito de que había estado super preocupada por ella cuando había sido ella misma la que le había hecho daño y eso la había enfermado todavía más que la poción que le habían hecho beberse después de haberle reconstruido los huesos del brazo con un hechizo. Obviamente la había echado de allí gritándole y Madam Pomfrey la había apoyado en aquello porque lo único que necesitaba era calma para recuperarse lo más pronto posible, así que, RyuJin se había tenido que ir con su amiga Yuna por donde había venido y la había dejado a solas toda la tarde con JiSoo —y la breve visita que le había hecho su hermano gemelo HyunJin para ver que estaba bien—.

            YeJi trató de relajarse tal y como le había pedido JiSoo que hiciera y, durante unos momentos pareció conseguirlo, dejando de pensar en todo, sobre todo en RyuJin, pero solo fueron unos momentos, porque antes de calmarse del todo, la puerta de la enfermería se abrió y la cabeza que asomó por el lugar, hizo que YeJi volviera a encenderse y tuviera ganas de coger su varita para matar a la persona que había entrado a la enfermería de nuevo —pero su varita se la había llevado JiSoo con ella porque allí no la iba a usar—.

            —¿Qué haces aquí otra vez? —le siseó a RyuJin—. Te dije antes que no quería ni verte ni escuchar tus disculpas ni nada.
            —Sé lo que me dijiste —replicó la chica, acercándose a la cama—, pero quería volver a hablar contigo, en son de paz —dijo, levantando sus manos.

            YeJi la observó fijamente. Tenía los ojos hinchados y rojos, lo más probable que por la llorera que había tenido antes y parecía un poco cansada y algo angustiada. La odiaba con todas sus fuerzas y no quería verla allí de ninguna de las maneras… pero RyuJin parecía que estaba dispuesta a quedarse allí toda la noche como no la dejara decir lo que tuviera que decirle, así que, YeJi suspiró profundamente y después asintió.

            —Di lo que quieras y luego vete —le dijo, provocando que una pequeña sonrisa apareciera en el rostro de la chica—, pero que sea rápido porque quiero dormir.
            —Sí, sí, por supuesto —replicó RyuJin, salvando la poca distancia que todavía le quedaba para llegar hasta la cama y sentarse en el taburete que había al lado—. Solo voy a tardar unos minutos —aseguró.
            —Vale —le dijo.
            —Primero… —la chica inspiró hondo antes de hablar—. Primero quiero explicarte que realmente no había apuntado a tu brazo con la bludger, quería darle a tu escoba sabiendo que algún profesor sacaría la varita para que no cayeras, pero golpeé rápido y no conseguí darle la dirección que quería —explicó. YeJi no la creyó, pero bueno, que dijera lo que quisiera, cuanto antes terminara, antes se iría—. Yo… lo siento mucho por eso… porque te he hecho daño cuando no pretendía hacerlo… era lo que menos quería… —murmuró, agachando su cabeza y sonando bastante sincera en aquel momento, pero YeJi decidió no pensar en ello.
            —¿Algo más? —cuestionó en cambio.
            —Sí —replicó RyuJin—. Hay algo más…
            —Pues tú dirás.

            Sin embargo, RyuJin no habló inmediatamente. Dejó que el tiempo pasara entre ellas en silencio y provocó que YeJi se sintiera impaciente, pero no dijo nada, esperando a que la chica dijera algo porque parecía que era difícil para ella decirlo y tampoco le iba a meter mucha prisa, ya había roto el toque de queda y estaba rompiendo las reglas del castillo por estar allí con ella tratando de decirle algo importante. Pasaron así más tiempo del que YeJi se permitió contar hasta que, finalmente, RyuJin se decidió a hablar.

            —Estaba muy preocupada por ti… Hwang YeJi —le dijo—. Porque… me gustas… me gustas mucho… y no quería que te pasara nada malo… —una lágrima cayó por su mejilla, pero rápidamente la secó con su mano y se levantó del taburete—. Eso era lo único que quería decirte, no hace falta que digas nada o que respondas… solo, quería decirte eso.

            Y antes de que YeJi pudiera pensar algo o contestarle algo, antes de que pudiera reaccionar para hacerlo, RyuJin ya se había ido de la enfermería dejándola completamente sola y con la cabeza echa un lío horrible.










Notas finales:
—Esta historia tiene una continuación en la historia “Aparecium” que todavía no está subida, pero que formará parte de esta misma colección. Esperadla porque es muy soft, como esta.



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