Título: You’re
not alone
Autora: Riz
Aino
Pareja: MarkHyuck
(Mark + HaeChan) (NCT)
Clasificación: PG
Géneros: fluff,
slight drama
Número de palabras:
1.096 palabras
Resumen: Mark
solo llora cuando sabe que está completamente solo… pero esta vez, DongHyuck
está allí para él.
Notas: no
suelo escribir sobre bebés… pero hay veces que los bebés también tienen cosas
que decir.
Comentario de autora: Lee
DongHyuck (aka HaeChan) es el niño más cuqui y adorable que os podéis echar a
la cara, quizás no todas lo sepáis, pero así es, por mucho que personas sin
corazón traten de hacer ver lo contrario. Espero que os guste.
You’re
not alone
14 de Febrero de 2017
Mientras en el resto del mundo se estaba
celebrando el día del amor y de la amistad, los chicos de NCT DREAM habían
conseguido su primer premio en un programa musical para el grupo, siendo ésta,
una fecha que los seis recordarían por el resto de sus vidas y que siempre
sería muy especial para ellos. Todos estaban realmente agradecidos con las
fans, porque el esfuerzo que habían realizado para tener aquel mini-álbum había
sido titánico y había sido reconocido y recompensado, y también estaban muy agradecidos
con las personas que habían hecho realidad aquel sueño.
Antes o después, todos lloraron ese día, ya
fuera sobre el escenario o en el backstage,
incluso de camino a casa en la furgoneta de la empresa… todos, menos Mark.
Mark prácticamente había tenido que salir
corriendo después del encore para
practicar junto a sus compañeros del programa High School Rapper y no había tenido tiempo siquiera para dejar que
algunas lágrimas se le escaparan. De todas formas, aunque hubiera tenido
tiempo, al chico no le gustaba que los demás lo vieran débil y menos le gustaba
llorar delante de la gente. Quizás todavía era muy joven, pero tenía sobre sus
hombros una gran carga y solo él podía llevarla, por lo que no podía mostrarse
de aquella forma ante nadie. Cuando llegara a casa y se asegurara perfectamente
de que ninguno de sus compañeros podía escucharlo llorar, dejaría que las
lágrimas escapasen de sus ojos finalmente.
Muchas horas más tarde, Mark por fin regresaba
al apartamento que compartía con sus hyungs
de NCT 127 y con DongHyuck. Intentó no hacer nada de ruido porque a aquellas
horas de la madrugada todos estarían durmiendo, cargando las pilas para el
siguiente largo día al que tenían que hacer frente. El lugar estaba
completamente oscuro, así que fue hasta la habitación que compartía con el
menor de todos los que vivían allí, ayudándose de la linterna de su teléfono
móvil hasta que por fin entró en el dormitorio y, con muchísimo cuidado, fue
hacia su cama y se puso su pijama sin hacer ningún ruido que pudiera despertar
al otro antes de dejarse caer sobre el mullido colchón de una vez por todas.
Mark apagó la linterna en ese momento y,
después, escuchó atentamente en el silencio de la noche la respiración profunda
y calmada de DongHyuck, cerciorándose de que éste estuviera totalmente dormido
antes de acurrucarse en las sábanas y por fin estallar en un llanto silencioso
en el que todas sus emociones salieron a la luz.
El chico estaba feliz y muy orgulloso de sí
mismo. Había conseguido lo que se había propuesto después de haber sido
escogido por la empresa, después de todo el trabajo duro que había realizado
tan lejos de su familia y del que había sido su hogar hasta el momento. Todo
aquel esfuerzo, todas las noches sin dormir por ensayar los bailes de las canciones,
todas las comidas que se había saltado porque había estado demasiado
concentrado componiendo… todo había tenido su recompensa en aquel Día de San
Valentín.
Mark estaba tan sumido en sus pensamientos
mientras seguía dejando que sus lágrimas surcaran sus mejillas que no se dio
cuenta del momento en el que la lenta respiración de DongHyuck dejaba de serlo,
indicando que estaba despierto; tampoco escuchó por aquello mismo el leve rumor
de las sábanas siendo retiradas ni los pocos pasos que dio el menor por la
habitación con sus pies descalzos hasta llegar a su cama. Mark solo se dio
cuenta de que el chico se había despertado, cuando sintió cómo su cuerpo se
introducía con él bajo las sábanas y se abrazaba a su espalda.
—¿Por qué estás llorando, hyung? —le preguntó con la voz ronca, visiblemente más dormido que
despierto. Mark se limpió las lágrimas con sus manos discretamente y trató de
negar lo obvio, pero antes de que pudiera hacerlo, el chico continuó hablando
contra su nuca—. ¿Ha pasado algo con los chicos del programa?
—No… sabes que son buenos conmigo… —respondió
el mayor.
—Entonces… ¿por qué lloras? —cuestionó de
nuevo.
—No estoy llorando —mintió, pero su voz decía
todo lo contrario.
—No hace falta que me lo ocultes, lo sabes,
¿verdad?
Mark tragó saliva y volvió a secarse las
lágrimas con el dorso de su mano antes de dejar que DongHyuck hiciera que se
volviera hacia él. La habitación estaba oscura, así que el menor no podía ver
sus lágrimas ni sus ojos rojos y probablemente hinchados, así que estaba a
salvo por el momento. Sin embargo, el menor tocó con su mano su mejilla derecha
y notó la humedad de ésta inmediatamente, no dejándole escapatoria alguna a
Mark.
—¿Por qué lloras? —repitió… y aquella vez, el
mayor le respondió.
—Solo lloro porque estoy feliz de haber ganado
hoy —explicó—. Estoy muy feliz porque todo nuestro esfuerzo ha sido
recompensado.
—¿Y por qué no querías que supiera que
llorabas? —le preguntó DongHyuck.
—Porque no quiero que pienses en mí como
alguien débil…
—Tonto… —murmuró el menor, crispándole un poco
los nervios a Mark—. Jamás pensaría de ti de esa manera… eres una de las
personas más fuertes que conozco —respondió—, por eso, si quieres llorar, no
tienes por qué hacerlo solo. Siempre estaré aquí para ti.
DongHyuck solía ser la mayor parte del tiempo
irritante, desvergonzado y escandaloso… pero había un lado tierno y bondadoso
en él que no muchos conocían y Mark se enorgullecía de ser de las pocas
personas con las que de vez en cuando sacaba aquel lado, porque gracias a
aquellos momentos, el chico podía ser débil durante un breve periodo de tiempo
sin temer las consecuencias.
Aquella noche, Mark lloró abrazado a DongHyuck
mientras éste besaba sus lágrimas y le susurraba palabras de consuelo hasta que
se quedó profundamente dormido, sintiéndose mucho mejor de lo que se había
sentido en los últimos meses gracias al menor.
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