Bite Me
LuHan siempre le había dicho que o
iba a morder hasta la muerte, pero realmente nunca lo había hecho. Su relación
había comenzado de una forma extraña y, de hecho, formaban una pareja bastante
extravagante. Pero eso a ChanYeol no le importaba porque después de estar tanto
tiempo enamorado del Presidente del Club de Disciplina, de tantos golpes
recibidos con y sin motivo, y de tanta ansiedad provocada por culpa del
pensamiento del rubio, todo estaba relativamente bien.
Relativamente bien porque de vez en
cuando, a LuHan le daba conatos de tener que acatar las normas y volvían al
principio. Sin embargo, ChanYeol ya sabía lo que tenía que hacer en aquellos
casos de emergencia. Lo dejaba tranquilo durante unos días y luego soportaba
con una sonrisa los golpes recibidos como el masoquista que era, porque después
venían sus dulces besos, sus caricias y sus medias disculpas.
—LuHan… ah… LuHan… —llamaba ChanYeol
una y otra vez, sintiendo el placer que le provocaba la lengua del rubio en su
miembro—. Muérdeme, muérdeme —pedía, suplicaba. Necesitaba sentir los dientes
del otro clavarse en su piel—. Muérdeme hasta la muerte.
—No —apenas fue un susurro, pero la
respuesta de LuHan fue completamente clara contra su pene—. Si te muerdo hasta
la muerte no te volveré a tener de esta forma nunca más.
Su sincera respuesta hizo que un
escalofrío recorriera el cuerpo de ChanYeol de una punta a la otra. LuHan
estaba cambiando, poco a poco, pero lo estaba haciendo y, aquella respuesta,
era como una declaración en oídos del más alto.
—Yo también te quiero —murmuró,
llevándose un pellizco en sus testículos por la confesión.