Boy, I can’t explain what I
feel
No
hacía mucho tiempo que había llegado a la ciudad de Seúl en busca de nuevas
oportunidades cuando encontró trabajo de camarero en una cafetería llamada Kamong.
ZiTao no entendía mucho del idioma, lo poco que había aprendido de ver los
doramas, pero más o menos se entendía con la dueña del local y los clientes y
eso era lo que más importaba. No obstante, a veces se sentía muy frustrado
porque cuando quería hablar con el hermano menor de la dueña, JongIn, no podía
comunicarse con él.
ZiTao había comenzado a sentir cosas
muy fuertes por el chico, que parecía una mezcla entre sexy y adorable y cada
vez que hablaba con él, se quedaba sin palabras. Llevaba un tiempo queriendo
decírselo, queriendo decirle que le gustaba, pero no, no encontraba las
palabras adecuadas para hacerlo.
—ZiTao, ¿pasa algo? —le preguntó un
día JongIn cuando acababa su turno y el chino se estaba quitando el uniforme.
Aquello era su oportunidad para decirlo, pero como siempre, se quedó sin
palabras—. Sabes que me puedes decir lo que sea —murmuró el chico.
ZiTao volvió a buscar las palabras
que quería decirle, pero siguió sin poder encontrarlas. Por este motivo,
completamente frustrado por no poder explicarle cómo se sentía, se acercó a
JongIn hasta que lo acorraló contra las taquillas y luego lo besó en los labios
de una forma demandante, beso que el otro chico correspondió con ganas.
—Esto quería decirte —murmuró ZiTao
cuando se separaron en un titubeante coreano y JongIn sonrió.
—La próxima vez que no sepas cómo
expresarte —hablo lentamente para que el chico pudiera entender sus palabras—.
Hazlo de esta forma.
ZiTao sonrió al escuchar aquello y
enredó sus brazos en el cuerpo de JongIn antes de volver a besarlo con ganas,
demostrándole todo lo que sentía y que no podía expresar con palabras.