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viernes, 25 de septiembre de 2015

[Drabble] HZT {TaoKai}

Título: HZT
Autora: Minako Aino (Riz Aino / Annalovesasianboys)
Pareja: TaoKai (Tao x Kai) (EXO)
Clasificación: PG–13
Géneros: romance, fluff y humor
Número de palabras: 856 palabras
Resumen: Tao es el miembro más único. Él dice que es un vampiro y bebe zumo de sandía en vez de sangre. También actúa como “Tao bueno y Tao malo”, “Tao hombre y Tao mujer”. – Kai en una entrevista.
Notas: las anteriores palabras las dijo Kai realmente en la radio, así que, está basado en una "historia real" o algo así. Os dejaría el link del vídeo, pero ha sido eliminado, al igual que la cuenta de la muchacha que subía algunas cosas de EXO subtituladas en inglés.
Comentario de autora: echo de menos a esta parejita, así que no me pude resistir a hacer un pequeñísimo shot de ellos. Espero que os guste.


HZT


domingo, 28 de junio de 2015

Boy, I can't explain what I feel

Boy, I can’t explain what I feel


            No hacía mucho tiempo que había llegado a la ciudad de Seúl en busca de nuevas oportunidades cuando encontró trabajo de camarero en una cafetería llamada Kamong. ZiTao no entendía mucho del idioma, lo poco que había aprendido de ver los doramas, pero más o menos se entendía con la dueña del local y los clientes y eso era lo que más importaba. No obstante, a veces se sentía muy frustrado porque cuando quería hablar con el hermano menor de la dueña, JongIn, no podía comunicarse con él.

            ZiTao había comenzado a sentir cosas muy fuertes por el chico, que parecía una mezcla entre sexy y adorable y cada vez que hablaba con él, se quedaba sin palabras. Llevaba un tiempo queriendo decírselo, queriendo decirle que le gustaba, pero no, no encontraba las palabras adecuadas para hacerlo.

            —ZiTao, ¿pasa algo? —le preguntó un día JongIn cuando acababa su turno y el chino se estaba quitando el uniforme. Aquello era su oportunidad para decirlo, pero como siempre, se quedó sin palabras—. Sabes que me puedes decir lo que sea —murmuró el chico.

            ZiTao volvió a buscar las palabras que quería decirle, pero siguió sin poder encontrarlas. Por este motivo, completamente frustrado por no poder explicarle cómo se sentía, se acercó a JongIn hasta que lo acorraló contra las taquillas y luego lo besó en los labios de una forma demandante, beso que el otro chico correspondió con ganas.

            —Esto quería decirte —murmuró ZiTao cuando se separaron en un titubeante coreano y JongIn sonrió.
            —La próxima vez que no sepas cómo expresarte —hablo lentamente para que el chico pudiera entender sus palabras—. Hazlo de esta forma.

            ZiTao sonrió al escuchar aquello y enredó sus brazos en el cuerpo de JongIn antes de volver a besarlo con ganas, demostrándole todo lo que sentía y que no podía expresar con palabras.



miércoles, 20 de mayo de 2015

Triwizard Tournament

Capítulo 3
La Copa de los Tres Magos



            A la mañana siguiente, JongIn se despertó y por un momento se encontró desubicado al no verse ni en la habitación de su casa ni en la del Colegio de Magia. Se tranquilizó solo cuando vio a TaeMin durmiendo despatarrado en la cama de al lado y recordó que no estaban en Hogwarts, sino en el barco que les había llevado al lugar en el que se encontraba Durmstrang. El chico suspiró algo aliviado. Después, se levantó de la cama y agradeció que el brebaje que le había preparado el chico de Ravenclaw siguiera haciendo efecto porque si no le habría dado un mareo enorme.

miércoles, 6 de mayo de 2015

Triwizard Tournament

Capítulo 2
Durmstrang


            JongIn todavía no podía creerse que fuera a viajar a Durmstrang para echar su nombre en la Copa del Torneo de los Tres Magos, pero ¿quién en su sano juicio se lo creería? Ni siquiera sus padres cuando les había mandado la lechuza se lo habían creído. El chico no tenía nada de especial, ni era ningún cerebrito, ni se le daban especialmente bien los hechizos, era más bien un mago corriente y para nada excepcional. Así que seguía sin entender por qué había sido seleccionado, y así se lo había hecho saber a la directora McGonagall cuando fue a su despacho días atrás.

miércoles, 29 de abril de 2015

Triwizard Tournament

Capitulo 1
El Torneo de los Tres Magos


            El Gran Comedor estaba a rebosar de alumnos de todos los cursos y de todas las Casas. Era la hora de la cena y los platos iban a ser servidos en breves instantes, por lo que la mayoría de los estudiantes estaban ansiosos. Sin embargo, la directora McGonagall, no se sentó presidiendo la mesa del profesorado como hacía siempre, sino que se dirigió al atril que había en la parte frontal de la plataforma elevada, llamando así la atención de todos los estudiantes del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.

miércoles, 22 de abril de 2015

Triwizard Tournament

Título: Triwizard Tournament
Pareja: KaiTao (Kai x Tao) (EXO)
Clasificación: R
Géneros: HarryPotter!AU, romance, acción, drama, humor
Número de palabras: 47.718 palabras
Número de capítulos: Prólogo + 14 Capítulos + Epílogo
Resumen: después del resultado del último Torneo de los Tres Magos las escuelas de Magia están reticentes a celebrar otro evento, pero quizás, después de los convulsos años que ha vivido el Mundo Mágico, es lo que necesitan para volver a la normalidad.
Comentario de autora: dudé mucho sobre si coger esta idea o no porque no sabía si podía o no desarrollarla como se merecía. Espero que te guste y que sea más o menos lo que te esperabas.


lunes, 30 de marzo de 2015

Take care of you

Título: Take care of you
Pareja: TaoKai (Tao x Kai) (EXO)
Clasificación: PG–13
Géneros: romance, fluff
Número de palabras: 1.500 palabras
Resumen:
—Cuida de tu cuerpo, solo tienes uno.
—Tú también.
Notas: fic escrito para celebrar el primer comeback de EXO como OT10… que hubiera estado mejor que siguieran todos, pero como eso es imposible, al menos siguen ellos.
Otras notas: créditos a la chica que hizo los dibujos que utilizo de portada, son demasiado adorables.
Comentario de autora: esta idea se me ocurrió después del primer EXO Lu’Xion, celebrado el 07/03/15, cuando Tao no pudo salir mucho al escenario porque tenía el pie mal y cuando Kai se cayó y se hizo daño en la muñeca a mitad del concierto. Espero que os guste esta pequeña historia.



lunes, 16 de febrero de 2015

Tengo frío (así que mantenme caliente)

Título: Tengo frío (así que mantenme caliente)
Pareja: TaoKai (Tao x Kai) (EXO)
Clasificación: PG
Géneros: romance, fluff
Número de palabras: 1.114 palabras
Resumen: durante el fansign al aire JongIn tiene demasiado frío y Tao se convierte en su estufa humana.
Notas: todo vino a mi mente a raíz de este vídeo del fansign de Nature Republic el 31/01/2015 y después de una noche sin dormir.
Comentario de autora: cuando se trata de TaoKai necesito realmente poco para inspirarme y desde que empezó el 2015 han tenido muchos momentos juntos y yo ya no podía ir dejando pasar más sin escribir nada sobre estos dos cuquis. Espero que os guste ^^


jueves, 29 de enero de 2015

[RANDOMLAND] Spam de fotos TaoKai {2012}

Hola Hermosas Criaturas

Hoy os traigo una nueva sección dentro de Randomland en la que de vez en cuando voy a subir un montón de fotos de parejas que al parecer todavía le chocan a la mayoría y, como no puede ser de otra manera porque son demasiado cucos, tengo que hacerlo TaoKai ^^

Esto en otros blogs que lo he visto lo han llamado algo así como "manual de tal pareja" pero a mí me gusta llamarlo spam de fotos porque es lo que es XD

Total, que aquí os traigo cositas TaoKai desde sus inicios, a finales de 2011, hasta que terminó el 2012. Espero que os guste ^^

lunes, 25 de agosto de 2014

I Love You, I Hate You

Título: I Love You, I Hate You
Pareja: TaoKai (Tao x Kai)
Clasificación: PG–13
Género: UA, romance
Número de palabras: 1.070 palabras
Resumen: Como el perro y el gato. Como el agua y el aceite. Dos personalidades como las suyas podían estar cerca, incluso convivir más o menos en armonía, pero jamás podrían llegar a mezclarse porque, simplemente, aquello era imposible.
Comentario de autora: hace un tiempo me preguntaron por Ask cuándo haría un TaoKai y le estuve dando vueltas hasta que salió esto. Espero que os guste.


I Love You, I Hate You


            Como el perro y el gato. Como el agua y el aceite. Dos personalidades como las suyas podían estar cerca, incluso convivir más o menos en armonía, pero jamás podrían llegar a mezclarse porque, simplemente, aquello era imposible.

            JongIn y ZiTao llevaban viviendo juntos un par de años en aquel piso que habían alquilado cerca de la universidad de Dongguk. No eran grandes amigos, pero tampoco se llevaban del todo mal, tenían alguna que otra pelea en la que acababan el uno encima del otro lanzando puñetazos hasta que desquitaban en el otro todo el estrés acumulado y otras veces se quedaban a ver películas bajo una manta de cuadros sentados muy juntos en el sofá. Se conocieron gracias a SeHun, un amigo de ambos, que los puso en contacto porque los dos necesitaban alguien con quien vivir una vez comenzara su vida en la universidad.

            La primera vez que se pelearon solo discutieron porque alguno no había realizado la limpieza cuando le tocaba, se gritaron un poco y luego estuvieron sin hablarse dos semanas hasta que SeHun los invitó a unas copas y a bailar. La segunda vez, llegaron a las manos. Ninguno recordaría después quién había dado el primer puñetazo, pero la pelea se tornó violenta y JongIn acabó con un ojo morado y ZiTao con el labio partido. El mayor se había acostado con SeHun, sabiendo que JongIn llevaba enamorado de su amigo desde secundaria.

            Después de aquello, quisieron irse a vivir cada uno por su lado, pero cuando SeHun los vio de aquella manera y supo el motivo que había provocado la trifulca, los hizo prometer que no se volverían a pelear por él, porque los quería a ambos por igual.

            Durante el primer año, las peleas se siguieron sucediendo una tras otra, pero después siempre acababan dejándolo todo claro y arreglado, por lo que siguieron viviendo juntos el siguiente curso.

            La primera vez que se besaron fue ZiTao quien tomó la iniciativa. JongIn le estaba gritando porque había puesto a lavar cosas de color junto a sus bóxeres blancos y se los había teñido todos y para no seguir escuchándolo se acercó hasta él y besó sus labios. JongIn se calló inmediatamente, mirándolo con los ojos como platos por aquella acción y después salió corriendo hacia su habitación, tapándose la boca con sus manos.

            La segunda vez fue JongIn quien se acercó al mayor mientras veían una comedia romántica bajo la manta de cuadros y besó sus labios suavemente, siendo correspondido de inmediato por el otro, que profundizó el beso tanto que cuando se separaron lo hicieron para coger aire desesperadamente. Después, se miraron a los ojos y sonrieron antes de volver a besarse, porque sin darse cuenta, habían encontrado su adicción en los labios del otro.

            A pesar de llevar varios meses con aquella extraña relación sin nombre en la que se besaban, se tocaban y practicaban sexo, la mayoría del tiempo lo pasaban peleando porque sus caracteres eran demasiado similares y era algo que no podía evitarse. Sin embargo, las peleas que antes acababan a golpe limpio, ahora lo hacían con una sesión de sexo en cualquier lugar del apartamento, guiado por cualquiera de los dos.

            SeHun se enteró de su relación el día que entró al apartamento (porque se sabía la clave para desbloquear la puerta) y los encontró en la encimera de la cocina, a ZiTao con las piernas abiertas y a JongIn entre estas, penetrándolo una y otra vez. Ninguno de los dos notó su presencia en aquel momento, pero cuando días después volvió al piso y se negó a pisar la cocina les pareció que era algo muy extraño.

“Te quiero” o “te amo” eran palabras que jamás salían de sus labios, ni un simple “me gustas”. Eran torpes con las palabras y sus gestos y las reacciones de sus cuerpos cuando estaban junto al otro eran lo único que necesitaban por el momento.

            Fue SeHun quien sacó el tema sobre su relación un día que habían salido de fiesta y ambos chicos habían rechazado la compañía de diversos hombres y mujeres que quedaban prendados de ellos y los dos contestaron que solo era una forma de liberar tensiones y no acabar con la cara destrozada y moratones por todo el cuerpo (aunque lo que no contaron fue que en vez de moratones, lo que ahora adornaba sus cuerpos eran los chupetones).

            Días después, lo sabía todo su círculo de amigos porque SeHun no sabía mantener la boca cerrada y BaekHyun lo ayudó a difundir la extraña relación. Las burlas no tardaron en llegar y las preguntas de “cómo podían estar juntos si eran como un perro y un gato” se sucedieron una y otra vez, haciendo que los chicos se replantearan diversas cosas.

            La primera vez que hablaron sobre su relación, ambos acordaron que no eran absolutamente nada para el otro y que, a pesar de que se acostaran y se besaran de vez en cuando, podían seguir haciendo sus vidas con tranquilidad y podían estar con otras personas, pero la vez que JongIn salió de su cuarto acompañado de una pelirroja sexy que vestía solo una de las camisetas del chico, ZiTao supo que algo estaba mal y, aunque esa noche se acostó con su profesora de Física, no pudo llenar el vacío que se había instalado en su pecho.

            La segunda vez que hablaron sobre su relación, acabaron enredados bajo las sábanas de alguna de las camas del apartamento, susurrando las palabras que antes no podían ser dichas en voz alta por miedo a perder lo que tuvieran.

            ZiTao y JongIn eran como el agua y el aceite, podían convivir, pero no mezclarse, eso era lo que se decía de ellos, pero a ambos les daba igual que en la naturaleza aquello fuera imposible, ellos estaban juntos a pesar de todo.

viernes, 2 de mayo de 2014

Heart Rate

Heart Rate



            Kim JongIn era de los pocos adolescentes de la ciudad que todavía no había experimentado el amor. No sabía lo que era, no sabía lo que se sentía, ni tampoco por qué todo el mundo quería sentirlo. Él estaba muy bien sin estar enamorado. No tenía que preocuparse por nada más que él y sus estudios, las chicas no le eran mínimamente interesantes, como sí que parecían serlo para su mejor amigo, SeHun, al que le había visto más novias en una semana de lo que creía posible.

            Kim JongIn pensaba que el amor era una patraña y por eso, cuando notó cómo su corazón se aceleraba sin motivo aparente cuando SeHun le presentó a un chico chino que había conocido en un club, creyó que estaba enfermo y se excusó tras entender algo así como que el chico se llamaba ZiTao.


            ―¿Qué te pasó ayer? ―preguntó SeHun a la mañana siguiente cuando llegó al instituto y vio a JongIn ya sentado en su pupitre―. Saliste corriendo después de que te presentara a ZiTao.
            ―No fue nada… ―murmuró.
            ―¿Te cayó mal? ¿Te dio miedo? ―SeHun se fue acercando más y más a él cada vez que preguntaba―. Porque si es por eso no te preocupes, debajo de esa fachada de pandillero matón es un chico adorable.
            ―No fue por eso… ―contestó finalmente. Le estaba crispando los nervios tanta palabrería de su amigo―. Comencé  a sentirme mal y por eso me fui a casa.
            ―Oh… ¿Y estás mejor?
            ―Sí.
            ―¿Entonces no te importará que esta tarde te lleve conmigo de compras? ZiTao también va a venir y me dijo que le gustaría poder charlar un poco contigo ―dijo.
            ―No, supongo que no.
            ―Yehet.

            JongIn fue arrastrado después de terminar las clases hacia el centro comercial más cercano, en el que los esperaba ya a la entrada ZiTao. En cuanto lo pudo divisar entre la multitud, el corazón de JongIn comenzó a latir rápidamente, tal y como lo había hecho el día anterior.

            Seguro que tenía alguna enfermedad del corazón. En cuanto volviera a casa se pondría el aparato que medía la frecuencia cardíaca que tenía su padre cuando salía a correr.

            Durante toda la tarde, el chico no se pudo concentrar del todo en lo que pasaba a su alrededor, solo podía pensar en el por qué había aparecido aquella extraña enfermedad tan repentinamente.


            La mayoría de sus siguientes días, JongIn los pasó en compañía de ZiTao y de su enfermedad. Quedaban junto a SeHun para ir a la biblioteca, al cine, a alguna cafetería, pero el chico siempre llevaba a su nueva novia y acababan ellos dos solos. En aquellos momentos, JongIn estaba seguro de que su enfermedad empeoraba.


            ―¡Papá! ―llamó el chico llegando a casa después de una tarde en la que su frecuencia cardíaca había sido demasiado alta incluso para lo que ya se había acostumbrado en los últimos tiempos. El momento álgido había sido cuando iba a cruzar la calle y ZiTao lo agarró del brazo para que no lo hiciera porque venía un coche―. ¿Dónde tienes tu medidor de frecuencia cardíaca? ―preguntó.
            ―¿Para qué lo quieres? ―cuestionó su padre.
            ―Para un trabajo que tenemos que hacer en clase de Educación Física ―mintió―. Tenemos que medir los latidos de nuestro corazón durante algunos días.
            ―Oh. Está en el segundo cajón de mi mesita de noche ―contestó―, o al menos yo lo guardé allí después de venir de correr el domingo, si tu madre lo cambió de sitio ya no lo sé.
            ―Gracias papá.

            Cuando tuvo el aparato en sus manos lo colocó en su muñeca izquierda. Era algo parecido a un reloj y no iba a levantar sospechas que lo llevara.


            Comenzó a hacer pruebas para ver cuál era la actividad que le hacía acelerarse terriblemente. Medía su frecuencia cuando caminaba, cuando corría, cuando saltaba, cuando estaba en reposo, pero nunca se aceleraba tanto como cuando se encontraba algunas tardes con ZiTao.

            JongIn no sabía lo que aquello significaba, pero estar con el chico chino ―más cuando estaban a solas―, hacía que su corazón se acelerase de una manera que creía imposible.


            ―Últimamente estás un poco raro ―comentó SeHun un día en clase―. Más de lo normal, quiero decir ―JongIn le sacó la lengua―. ¿Te pasa algo raro?
            ―No estoy muy seguro ―murmuró el chico―. Quizás tengo que seguir comprobándolo.
            ―¿Comprobar el qué?
            ―Tócame la cara ―pidió.
            ―¿Qué dices?
            ―Tócame la cara ―repitió con seguridad. SeHun hizo una mueca, pero después acercó su mano a la mejilla de su amigo con curiosidad sobre lo que el otro quería comprobar.

            JongIn miró su reloj una vez sintió el tacto de su amigo viendo que este no marcaba un ritmo diferente al que tenía unos minutos antes. Bufó y retiró la mano de SeHun.

            ―No pasa nada ―murmuró, dejando sumamente confuso a su amigo.


            JongIn se dedicó a pensar durante los siguientes días el por qué le pasaba aquello solo cuando estaba junto a ZiTao y no cuando estaba junto a las demás personas. Sin embargo, no sacó nada en claro hasta que en clase de biología, explicaron el tema de las reacciones químicas que se producían en el cuerpo cuando una persona estaba enamorada.

            En aquel momento lo entendió. Él nunca había estado enamorado y por eso no lo había visto antes, pero todo parecía indicar que se había enamorado de ZiTao.


            Darse cuenta de que se había enamorado no fue tanto shock como cuando cayó en que se había enamorado, sí, pero de un chico, como él.

            Al principio no sabía cómo podía haber pasado aquello, pero después de meditarlo y de pensar en el pasado, sintió que todo cuadraba. Nunca le habían interesado lo más mínimo las chicas de su clase, ni aquellas que se le declaraban diciéndole que su piel oscura les parecía exótica y apetecible. Pero sí que su corazón había latido rápidamente con cada palabra, mirada o roce de ZiTao.

            Había pasado demasiado tiempo meditando qué hacer con aquello hasta que tomó la decisión de decírselo. A pesar de que era más bien un chico tímido, no podía evitar tener siempre en la punta de la lengua las palabras “me gustas” cuando estaba junto a ZiTao.

            Por eso, aquel día en el que habían salido con SeHun y con SooJung, la novia que parecía durarle más hasta ahora ―llevaban saliendo una semana, todo un récord para el chico―, y los dos tortolitos desaparecieron, se armó de valor y, cuando caminaban junto a las orillas del río Han, comenzó a hablar.

            ―ZiTao… Me gustaría decirte algo…
            ―Sí, dime ―el chico se detuvo y lo miró. JongIn empezó a ponerse nervioso por aquella mirada tan penetrante y oscura y su corazón empezó a latir demasiado rápido―. JongIn… ―animó a que hablara.
            ―Mmmm… Yo… La verdad… Yo… Mmmm… Tú… ―comenzó a tartamudear sin saber porque. Las palabras no le salían como querían.
            ―Puedes decirme lo que sea ―ZiTao se acercó un poco más a él―. No tengas miedo de decirme lo que sea.
            ―Me gustas.

            Lo dijo rápido y juntando las palabras, pero a pesar de eso y de que ZiTao no dominaba muy bien el idioma, pareció entenderlo perfectamente y una gran sonrisa iluminó su rostro antes de inclinarse levemente hacia delante y rozar sus labios con los de JongIn, haciendo al chico suspirar.

            ―Tú también me gustas ―susurró contra sus labios―. Desde el primer momento en que te vi.
            ―Creo que para mí fue igual ―murmuró JongIn con una sonrisa, cruzando él esta vez la distancia que los separaba para besar los labios de ZiTao.

            El chico que no sabía lo que era el amor, se había enamorado y por fin entendía por qué todo el mundo hacía tanto escándalo por ello. El amor era maravilloso.



miércoles, 19 de febrero de 2014

Nunca Más

Nunca Más

            No había pasado ni una semana desde lo que había pasado con LuHan. Ya había sido todo solucionado y JongIn estaba en perfecto estado, solo recuperándose de lo vivido, al igual que ZiTao. El chico aun no podía creer todo lo que había pasado, la angustia que había sentido aquellos días en los que creyó tener la certeza de que JongIn había muerto en aquella explosión la llevaría para siempre incrustada en su pecho.

            Pero JongIn ya estaba a su lado y no se iba a alejar nunca más.

            ZiTao se dejó caer en la cama entre jadeos y suspiros, JongIn no paraba de mordisquear y succionar su piel. Durante los días que había estado encerrado pensó que jamás volvería a probarla y en esos momentos estaba dejando claro que era de su propiedad y de nadie más, que ninguna otra persona podría tocar ni morder a ZiTao más que él.

            El moreno cruzó sus brazos por la espalda de JongIn y, aprovechando que tenía más fuerza que él, lo tumbó sobre la cama, quedando ahora arriba.

            Miró a los ojos de su compañero, tanto en el cuerpo de la policía como en la cama. Lo había echado tanto de menos, lo había extrañado tanto y lo necesitaba tanto.

            Se inclinó sobre él y comenzó a besar sus labios con urgencia, siendo correspondido con gran intensidad por el otro. Mordió el labio inferior de JongIn y cuando este lanzó un suspiro aprovechó para introducir su lengua en la boca ajena, mareando al menor.

            Cuando se separaron, jadeando, aun los unía un pequeño hilo de baba que fue cortado cuando la voz de JongIn se alzó clara en el apartamento del otro.

            ―Tengo que cumplir mi promesa, ¿verdad? ―pregunto. ZiTao sonrió antes de darle un pequeño beso en los labios.
            ―Por supuesto.
            ―Ten cuidado conmigo ―murmuró JongIn con una sonrisa torcida―, aún estoy convaleciente.
            ―No te haré ningún daño ―susurró besando el cuello color caramelo del chico―. Ni volveré a dejar que nadie más te lo haga… Nunca más…



domingo, 15 de diciembre de 2013

[NOTICIA] I'll Be OK

Hola, Hermosas Criaturas

Hoy vengo a daros una noticia muy bonita. Hace unos días subí el fic I'll Be OK {Parte 1}{Parte 2} y una de mis más fieles lectoras, Nyerelia me pidió si podía hacer un final alternativo o una continuación de lo que ocurrió en el fic, para que todo terminara bien.

Como me sentí halagada por la propuesta, dije que sí y en apenas unos días, la muchacha ha escrito algo completamente impresionante, a mí no se me hubiera ocurrido nada así.

Por eso, vengo a dejaros el enlace del lugar en el que lo ha subido, para que disfrutéis de una agradable lectura.


Espero que os guste ^^

jueves, 5 de diciembre de 2013

I'll Be OK

2/2

            Después de aquel beso en el aparcamiento la relación de ZiTao y JongIn se hizo un poco complicada. Delante de los demás compañeros aparentaban que se llevaban bien, no como amigos del alma, pero como si se soportaran; pero en cuanto estaban solos, una necesidad salvaje se apoderaba de ellos y no podían mantener sus manos alejadas del cuerpo del otro.

            Por este mismo motivo habían acabado haciéndolo en los sitios más extraños e incómodos, todo por saciar su sed del otro.

            No eran amigos, pero tampoco novios, simplemente eran dos tíos que se buscaban para tener sexo, para estar satisfechos. No había palabras bonitas, ni promesas, ni siquiera despertaban en la misma cama al día siguiente. Pero por algún motivo, cada vez que JongIn sacaba el tema de un amigo suyo en cualquier conversación, hablando con un fervor impresionante, ZiTao tenía ganas de callarle la boca con un beso.

            Y así pasaron los meses, hasta que llegó el día de la cena de Navidad de la comisaría.

            Todos los años, llegado el día 20 de Diciembre, la comisaría realizaba una cena especial, en uno de los restaurantes más prestigiosos de la ciudad, en la que, basándose en los sucesos ocurridos a lo largo de todo el año y en las estadísticas de casos cerrados por cada unidad, daban una serie de galardones.

            Generalmente siempre había problemas durante las cenas, ya que siempre acababan todos borrachos y empezaban a hablar de todo lo que habían callado durante todo el año, sin que les importara lo que los demás sintieran. Por este mismo motivo, ZiTao no iba a las cenas, pero ese año se vio acorralado por el inspector Kim, que le suplicaba una y otra vez que ese año fuera.

            ―He dicho que no voy a ir ―contestó por milésima vez en aquella mañana. La cena era esa noche y JunMyeon se había puesto especialmente pesado.
            ―¿Por qué no?
            ―Porque nunca voy.
            ―Pero…
            ―No.
            ―¿Y por qué no? ―la voz de JongIn tras suya hizo que un escalofrío recorriera su columna―. Seguro que es divertido.
            ―No lo creo ―contestó ZiTao encarándolo, encontrándose así una sonrisa torcida por parte del otro.
            ―Oh, venga, solo por verme en traje merece la pena ir ―dijo el chico en voz baja, solo para que ZiTao lo escuchara―. Los trajes me quedan de muerte.
            ―No iré.
            ―Si vienes te prometo un mes arriba, sin quejas, sin rotaciones.

            Los ojos del agente se abrieron como platos. No podía creer que JongIn estuviera diciendo aquello. Cuando lo hacían, la mayoría de las veces ZiTao acababa debajo porque el otro era un quejica y un terco al que solo le gustaba estar arriba, así que aquello era un buen incentivo para ir a aquella cena y aguantar a los borrachos diciendo tonterías.

            ―¿Lo dices en serio?
            ―Muy en serio.
            ―¿Lo prometes?
            ―Palabra de boyscout.
            ―JongIn…
            ―Te lo prometo ―confirmó al final, giñándole un ojo.
            ―Está bien. Iré ―anunció finalmente ZiTao y el inspector Kim esbozó una sonrisa triunfante.
            ―A las ocho os espero allí ―dijo el hombre antes de marcharse.


            Efectivamente a JongIn le quedaba de muerte el traje. Tenía un cuerpo que la mayoría de los compañeros de oficina envidiaba y aquella ropa se le pegaba como un guante. Los pantalones negros algo ajustados le hacían unas piernas y un trasero impresionantes y la camisa blanca, adornada con una corbata mostraba sus abdominales bien marcados.

            A ZiTao le hubiera gustado poder arrancarle la ropa en el mismo instante en el que lo vio, pero tuvo que tranquilizarse y pasar una velada no muy agradable, en lo que lo único interesante que pasó fue que ambos recibieron uno de los galardones que ese año entregaban. Solo después de la cena, cuando ambos acabaron frente a la puerta del apartamento de JongIn, sintió que la diversión estaba a punto de comenzar.

            Aun no se había cerrado la puerta del todo cuando JongIn empotró al otro contra la pared y comenzó a besarlo con urgencia, introduciendo su lengua en la boca ajena, sin permiso alguno. ZiTao se agarró fuertemente al cuerpo del más bajo y empezó a tocar, metiendo sus manos bajo la ropa.

            Pronto el ambiente se caldeó en la entrada y se fueron despojando mutuamente de la ropa que les impedía atacar con gula el cuerpo del otro, a medida que avanzaban por el apartamento, chocando contra todo objeto que se les pusiera delante, hasta que llegaron a la habitación del chico y ZiTao fue dejado caer contra el colchón.

            ―Déjame estar arriba por última vez ―susurró JongIn mientras mordía el cuello del otro―. Después de esta tendrás tu mes completo.
            ―Está bien ―susurró el chico antes de que todo se volviera un caos de extremidades y ruidos pecaminosos.


            El lunes por la mañana, ZiTao aún sentía adoloridos los músculos de su cuerpo, la noche del virnes había sido la mejor de toda su vida y la más intensa. Por eso tenía una sonrisa en su rostro cuando se eoncotró con el inspector Kim, y por eso respondió tranquilamente las preguntas que el hombre le hacía sobre lo que sucedía entre él y JongIn. Sin embargo, todo el ambiente risueño se tornó de golpe pesado, cuando, al entrar al despacho del inspector, se encontraron a JongIn, con el semblante serio, sentado en una de las sillas que había en el lugar.

            ¿Qué haces aquí, JongIn? ―preguntó el hombre.
            ―Me he enterado ―respondió―. Todos los años recibís algo el día 23 de Diciembre.
            ―Pues sí, desde hace tres años siempre nos mandan un fax con un número escrito en grande ―contestó el inspector―. No es más que una broma.
            ―Hace tres años un 3, hace dos un 2 y hace uno, un 1. No hay ninguna duda. Es la cuenta atrás de una bomba. Seguro que actúa hoy ―aseguró.
            ―¿Qué dices pirado? ―ZiTao no podía creer lo que había escuchado.
            ―Inspector. Nos lo han vuelto a mandar ― JongDae entró al despacho del inspector agitando un folio en la mano. su rostro estaba más pálido de lo normal.
            ―¿Otra vez el fax de los números? ¿Y qué número es esta vez? ―preguntó cansado el inspector Kim.
            ―No es ningún número, señor ―contestó JongDae―. “Soy el caballero de la mesa redonda y me dirijo a vosotros, estúpidos y tramposos policías. Hoy, a medio día y a las 2, lanzaré unos fuegos artificiales en honor de mi difunto compañero de armas. Si queréis detenerme, venid a mí. El asiento nº 72 está reservado para vosotros. Os espero allí”.
            ―¿Qué significa eso? ―murmuró el hombre.
            ―No lo sé ―dijo JongDae.
            ―Espera, ¿Dónde vas? ―preguntó ZiTao al ver cómo JongIn se levantaba de la silla en la que hasta el momento había estado sentado.
            ―¿No te lo imaginas? ―el chico le dedicó una sonrisa torcida―. El caballero de la mesa redonda nos ha reservado el asiento 72. Está claro que habla de algo circular con 72 asientos.
            ―En el centro comercial hay una noria, ¿verdad? ―dijo JongDae.
            ―Exacto.
            ―Tenemos que ir inmediatamente ―ordenó el inspector.

            Rápidamente los cuatro salieron del despacho y dieron el aviso, movilizando a varios agentes antes de ponerse ellos también en marcha. Se subieron al coche del inspector y este condujo a través del tráfico de la ciudad, llegando en apenas uno minutos al lugar.

            Sin embargo, no hicieron más que aparcar cuando oyeron la explosión.

            ―Mierda. Hemos llegado tarde ―maldijo JongDae bajándose del coche.
            ―Pero si falta media hora para mediodía ―comentó el inspector Kim.

            Los cuatro agentes corrieron hacia el lugar en el que se situaba la noria, encontrándose al que debía ser el dueño de la atracción con un extintor en la mano, intentando apagar el fuego que había en la caja de mandos.

            ―Policía ―ZiTao enseñó su placa―. ¿Qué ha pasado?
            ―Han explotado todos los controles y es imposible detener la noria― dijo el hombre―. Estoy haciendo bajar a los pasajeros.
            ―¿Dónde queda la cabina 72? ―preguntó JongIn.
            ―Precisamente esta ahí mismo ―el señor le señaló la cabina que en esos momentos estaba a punto de llegar al suelo.
            ―Perfecto.

           El chico se dirigió a ella y abrió la puerta, encontrándose una escena que no esperaba para nada, dada la situación. Dos chicos; uno muy alto, moreno y otro mucho más bajito y castaño, se besaban apasionadamente ajenos a todo lo que los rodeaba.

            Ejem ―carraspeó para que los chicos notaran su presencia y estos se separaron inmediatamente, mirando asustados a JongIn―. Policía ―anunció―. Deben salir de la noria.
            ―Sí, sí. Ahora mismo ―el más alto ayudó a su compañero a bajar y luego ambos salieron corriendo.

            En ese momento, JongIn entró y se agachó para mirar bajo los asientos, encontrando así lo que sospechaba.

            ―El caballero de la mesa redonda nos ha dejado un curioso regalo ―gritó hacia fuera.
            ―¿Una bomba? ―preguntó el inspector Kim.
            ―Espera, JongIn ―ZiTao salió corriendo hacia él, pero cuando estaba a punto de subirse a la cabina, el otro le cerró la puerta.
            ―Tranquilo. Soy un profesional, déjamelo a mí ―JongIn le dedicó una sonrisa.
            ―¿Un profesional?
            ―Hasta el año pasado trabajaba en el cuerpo de seguridad… en la brigada de artificieros ―el inspector Kim había llegado hasta él para contarle aquello.
            ―Entonces… ese amigo del que siempre habla…
            ―Sería Oh SeHun, un compañero de esa misma brigada que murió en acto de servicio hace tres años, el 23 de Diciembre ―contó el inspector―. Había dos explosivos colocados en diferentes lugares. JongIn desactivó uno, pero SeHun no llegó a tiempo ―el hombre suspiró―. No pudieron encontrar al culpable y JongIn solicitó su traslado en repetidas ocasiones a las fuerzas especiales que llevaban el caso. Imagino que quería vengar a su amigo… ―su rostro se tornó sombrío―, pero el caso es que prefirieron trasladarlo a una de las divisiones de a pie hasta que se le refrescaran las ideas… lo mejor será sacarle por la fuerza cuando la noria vuelva a bajar.

            De repente, sobre el griterío de la gente que se alejaba del lugar, se oyó otra explosión.

            ―¿Se ha quedado parada? ―oyó preguntar a JongDae y el agente miró hacia la noria notando efectivamente que se había detenido completamente, dejando la cabina en la que estaba JongIn en el punto más alto.
            ―¡Un extintor! ¡Deprisa! ―pidió el inspector Kim.
            ―Voy ―el dueño de la atracción corrió hacia el extintor con el que antes había estado apagando el fuego―. Qué raro ―murmuró―. Había apagado casi todo el fuego.

            ZiTao buscó su teléfono móvil en los bolsillos de su chaqueta y tras encontrarlo lo desbloqueó y pulsó la re-llamada.

            ―JongIn, ¿me oyes? ¿JongIn? ¿Estás bien?
            ――contestó finalmente―, pero el movimiento ha puesto en marcha algún tipo de mecanismo. Un nivel de mercurio. El menor movimiento puede mover la bola. Si toca el cable… se acabó. Si no quieres verme reducido a cachitos que no vuelvan a mover la noria.
            ―Pero solo faltan cinco minutos para la explosión.
            ―Bah, solo necesito tres para desconectar un aparato como este, estaré bien… “Valiente policía. Como premio a tu bravura. Voy a entregarte esto”…
            ―De… ¿de qué estás hablando?
            ―“Una pista para encontrar mis otros fuegos artificiales, mucho más grandes que estos y aparecerá tres segundos antes de la explosión.  Te deseo la mejor suerte” ―hizo una pausa y el corazón de ZiTao dejó de latir por unos momentos―. Eso estaba apareciendo en la pantalla de cristal líquido ―aclaró―. Si desactivo la bomba, la pantalla se apagará y no podré ver la pista. Vamos, que desde el principio tenía la intención de encerrar a un policía en la noria para enseñárselo.
            ―Entonces, la explosión de hace un momento… ―murmuró―, eso significa que el terrorista está cerca.
            ―Será muy difícil encontrarle entre tanta gente, aunque creo que sé dónde está la otra bomba.
            ―¿Cómo puedes…?
            ―En el fax ponía: en honor a mi difunto compañero de armas ―recitó―. Los caballeros de la mesa redonda son una leyenda de la Europa medieval. La gran mayoría de los guerreros de la época llevaban el símbolo de la cruz en sus armaduras y marcaban sus tumbas con cruces.
            ―La cruz… ¿la marca de los hospitales en los mapas?
            ―Exacto. Cuando vea la pista y sepa el hospital que es, te lo diré.
            ―¿Cómo? Si la pista aparecerá tres segundos antes de la explosión.
            ―Perdona, pero no podré mantener mi promesa ―murmuró y ZiTao sintió todo el peso de la verdad en su corazón.
            ―JongIn…
            ―Lo siento… sé que este no es el momento para decir esto… que era algo que tenía que haberte dicho hace mucho tiempo…
            ―JongIn…
            ―Te quiero…
            ―JongIn…
            ―La otra bomba está en el Hospital Universitario de Seúl.
            ―JongIn…

            Boom.

            ZiTao pudo escuchar la explosión por duplicado, una vez en el momento en el que lo hizo, y la siguiente a través de su teléfono, que cayó al suelo ya que sus manos habían comenzado a temblar, al igual que su cuerpo. Sus oídos comenzaron a pitar y dejó de escuchar lo que ocurría a su alrededor. Sentía su cuerpo pesado, sus ojos escocían y su mente estaba en blanco.

            En un momento dado, pudo ver cómo el inspector Kim llegaba junto a él y lo zarandeaba, moviendo los labios, pidiéndole algo.  Con un último esfuerzo comprendió que era la única persona que sabía dónde estaba la otra bomba y tras varios intentos, dijo el nombre del hospital, justo antes de caer en la oscuridad.


            JongIn había muerto. Ya no le quedaba nada.