90’ Line
Cuando nuestros hobbaes de EXO
debutaron me sentí muy orgulloso de todos ellos. Habían trabajado muy duro para
poder llegar a debutar, como todos lo
que lo habíamos hecho y por fin todo su esfuerzo y trabajo se veía
recompensado.
Era el primer grupo que la empresa
debutaba desde hacía varios años, porque después de F(x) no había debutado
gente nueva, así que todo estaba patas arriba. Todo el mundo estaba preocupado,
había sido una gran campaña de marketing y los chicos ya tenían bastantes fans,
pero no por eso quería decir que el grupo fuera un éxito.
Sin embargo, lo que más me
preocupaba no era nada de eso, sino que uno de aquellos chicos, uno que
compartía conmigo el mismo mes y año de nacimiento, se iba.
―Sé que la empresa hace esto para
daros más alcance y más promoción ―comenté enredando al chico que yacía conmigo
en la cama en las sábanas―. Pero… ¿Por qué eres tú quién se tiene que ir a
China?
―No sé si lo recordarás, Jjong… Pero
soy chino ―suspiró.
―Claro que lo recuerdo, a veces
titubeas al hablar coreano ―contesté―. Pero no quiero que te vayas, LuHan…
El chico se giró y se deslió de las
sábanas en las que yo llevaba rato intentado atraparlo para que no pudiera
salir de mi cama hasta el día del juicio final. Me miró a los ojos fijamente y
yo no pude evitar caer en su mirada brillante.
―Sabes que voy a volver a Corea
muchas veces. No es como si me fuera para no volver ―murmuró. Tomó mi mano y
comenzó a darle besos a mis dedos, haciéndome cosquillas.
―Lo sé… Pero la 90’Line de la
empresa se va a quedar muy vacía… Yo me voy a quedar muy vacío… ―repliqué.
―¿Acaso crees que yo no? ―preguntó
haciendo un puchero―. Pero debemos aguantar.
Lo miré durante unos momentos más.
Su rostro dulce, sus labios pálidos, sus ojos castaños y luego asentí. No es
como si no nos fuéramos a ver más en la vida, lo volvería a tener entre mis
brazos muchas más veces y los dos nacidos en el noventa volveríamos a ser uno.